jueves, 31 de diciembre de 2009

De recuentos -completos- de daños

El día de ayer, tenía la idea de escribir un post que hiciera un recuento de los daños del 2009 (sugerencia de un gran amigo mío), pero por diversas circunstancias, no estuve en mi casa en todo el día; así que no tuve tiempo de hacerlo.

Cuando por fin llegué a mi hogar, seguía sintiéndome obligado a escribir algo; pero mi razonamiento y habilidad motriz estaban ligeramente mermadas por unas cuantas one too many chelas, así que terminé posteando algo que, sinceramente, no me gustó (y por tanto, ya fue borrado).

Por eso, el día de hoy, después de leer algo que escribió el mismo amigo que me sugirió el recuento de daños; planeo rectificar la situación de ayer, y hacer un completo y concienzudo análisis de lo que fue mi 2009: un año que, sinceramente, tuvo más cosas malas que buenas.

Así que, mis queridos lectores imaginarios, lo que ustedes están a punto de leer, es una crónica sumamente personal acerca de mi año, el que está a punto de terminar.
Normalmente no soy alguien que escriba acerca de cosas tan personales, pero siento que es momento de hacerlo.

Here goes nothing:

Mi año empezó en una forma agridulce.
Pocos días antes de que sonaran las campanadas, yo había reanudado la relación más importante de mi vida.
Algunas cosas seguían estando mal, otras cuantas estaban bien; pero el caso es que a la medianoche, cuando hablé con ella, prometimos que íbamos a hacer todo lo posible porque los problemas del 2008 no se repitieran, y porque "este 2009" sólo nos trajera felicidad y momentos bonitos.
Si tan sólo hubiésemos sabido lo que nos deparaba...

Los meses fueron pasando, y era obvio que esa relación ya estaba más muerta que viva. Los rencores del pasado hacían que no pudiéramos esforzarnos en salvarla.
Al menos, jamás encontramos la forma de entregarnos los dos al mismo tiempo; parecía que estábamos jugando dominó: "Te toca", "ahora te toca a ti", "si tú haces eso, entonces yo te bloqueo haciendo esto otro".
Caímos (subconscientemente, supongo), en un juego de "a ver a quién le interesa más"

Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, me saqué de onda completamente, y traté por todos los medios de rescatar lo que teníamos.
Pero ya era muy tarde, como ella me lo hizo saber en múltiples ocasiones.

Pocas veces en mi vida encuentro algo que me interese lo suficiente como para entregarme al 100%.
No es por sonar mamón, pero estoy acostumbrado a que las cosas me lleguen muy fácilmente.

En cuestiones económicas, he tenido la suerte de crecer en un ambiente donde no he tenido muchos problemas; y además, el dinero jamás ha sido una de mis prioridades.
En cuestiones sociales, soy tan bueno leyendo a la gente, que nunca he tenido ningún problema para obtener lo que quiero.
En cuestiones amorosas, aprendí que unos ojos verdes combinados con una mirada triste, hacen que la mayoría de las mujeres te den, por lo menos, una segunda mirada. Y no es por ser creído, pero normalmente, una segunda mirada es todo lo que necesito.

El caso es que siempre he sido alguien que obtiene lo que quiere, y no tiene que esforzarse mucho para conseguirlo.

Sin embargo, en este caso en particular, las cosas cambiaron.

Decir que me esforcé en rescatar mi relación es poco.
No dí el 100%, dí un 300%, y cualquier persona que me haya visto en ese entonces, puede atestigüar que fue cierto.

El prospecto de perderla a ella, era algo que no podía aceptar.
Terminé dejando pasar cosas que me hacían muchísimo daño, con tal de mantener viva la esperanza de que las cosas pudieran solucionarse.
Al final del día, ya era demasiado tarde como para salvar la relación, como ella me hizo saber en múltiples ocasiones.

Nos dimos un tiempo para aclarar la mente, y después, volvimos a tratar de arreglar las cosas.
Sinceramente, yo sentí como que el único que estaba tratando de arreglar algo, era yo.
Ella cada vez estaba más distante y más fría. Sus razones tendrá, estoy seguro.

Y entonces, en esos tiempos en que el país estaba paranóico por la "epidemia" de influenza; llegó lo que probablemente fue la peor semana de toda mi vida.
La week from hell, la llamarían mis amigos, una vez que se enteraron de todo lo que pasó.

Esa semana, fue la que me dejó saber que mi relación ya estaba realmente muerta.
En esa semana, pasaron cosas que jamás voy a olvidar. Por alguna razón, esa semana ella me trató peor de lo que jamás me había tratado en 2 años de relación.
Grosería tras grosería, pretexto tras pretexto, culerada tras culerada.

Ese fue mi breaking point; cuando acabó esa semana, yo supe que ya no tenía ningún caso seguir arreglando las cosas.
Sí, estaba entregado al 300% a salvar la relación más importante de mi vida; pero si hay una cosa en este mundo que jamás, jamás, voy a tolerar, es que alguien sea grosero conmigo.
Una semana de groserías fue suficiente para saber que lo que tenía que hacer, era irme de ahí.

Sin embargo, esa semana no pudo haber caído en peor momento.

Mi familia estaba pasando por una mala racha, y el ambiente estaba más pesado de lo que yo jamás recuerdo haberlo sentido. Eran días en que lo único que quería, era salirme de mi casa.

La crisis económica nos había pegado más fuerte de lo que pensábamos, y también estábamos pasando por varios problemas debido a ello.

Por varias razones, yo tuve muchos problemas en mi escuela, y estuve a punto de perder el semestre.

Mi grupo de amigos también tuvo algunos altercados, y varios de nosotros nos dejamos de hablar; inclusive hubo una madriza.

Todo esto, combinado con mi situación amorosa, hizo que yo sintiera como que mi mundo se estaba derrumbando.
Si alguna vez en mi vida me he sentido realmente mal, ha sido esa semana. Esas semanas.

Sin embargo, después de un par de días de sentir como que todo lo que conocía estaba valiendo madres, de no comer, y de no poder dormir; decidí que ya había estado bueno.

Siempre me he enorgullecido de ser una persona que ha podido salir adelante a pesar de haber pasado por varios momentos bien difíciles. No iba a tirarme a la mierda, a pesar de que nada estaba bien.

Había pasado mucho tiempo recargándome en ella cada vez que necesitaba apoyo, o algo en mi vida no estaba bien.
Era momento de salir adelante yo sólo. Tenía que recordar cómo era vivir momentos difíciles por mí mismo, sin tener que recargarme en alguien más.

Agarrándome las pelotas, empecé a tomar medidas para arreglar todo lo arreglable.

Logré salvar mi semestre, logré hacer que mis amigos arreglaran sus problemas, mi familia se sentó a hablar, y resolvimos ciertos inconvenientes que nos estaban dando en la madre, la situación económica mejoró; todo iba volviendo a su lugar poco a poco.

Creo que hoy, 31 de diciembre, y viendo las cosas con un poquito más de objetividad y distancia, puedo decir que en ese momento, la peor parte de mi año había terminado.
Después de esas múltiples crisis, el 2009 empezó a pintar mejor.

Fue en ese momento cuando me hice mi tercer tatuaje, para recordarme a mí mismo que sin importar lo mal que puedan verse las cosas; siempre van a mejorar.

Pocos días después de haberme decidido a salvar lo salvable, y en uno de esos sorprendentes momentos de la vida que jamás ves venir, una de mis mejores amigas me marcó.
Lo curioso, es que llevaba años sin ver a esta amiga, porque a veces, sin motivo alguno, la gente simplemente se aleja.

Resultaba que mi amiga estaba pasando por mi casa, y se había acordado de mí.
Fuimos a tomarnos un café, después de cerca de dos años sin haber cruzado palabra.
Yo no sabía, en ese momento, que ese café sería el primero de muchos, y que recuperaría a la mejor amiga que he tenido en toda mi vida.

Otros amigos, que yo mismo había alejado (al estar tan concentrado en mi relación) también fueron apareciendo; y poco a poco, he ido reforzando lazos con ellos.
Tuve la suerte de estar rodeado por personas que estaban viviendo cosas similares a las que yo vivía, así que me entendían perfectamente, y yo los entendía a ellos.

Personas nuevas aparecerían en mi vida también.
Gente increíble que el destino puso frente a mí, en diversas circunstancias y por diversas razones; se fueron volviendo mis amigos.
El día de hoy, puedo decir, con una sonrisa en la boca, que muchos de ellos se han convertido en amigos de verdad: gente a la que le confiaría mi vida, porque sé que no me van a decepcionar.

También, una vez que mi mente se aclaró un poco, pude retomar varias cosas de mi vida que me apasionaban.
Empecé a tocar batería, y recordé que una de las cosas que más amo en este planeta, es la música. No hay nada que me haga sentir más completo que entregarme totalmente a la batería; pegándole a los tambores y a los platillos como si mi vida dependiera de ello.

Volví a escribir en mis tiempos libres, y después de varios ejercicios, aprendizaje de técnicas, y mucha práctica; creo que escribo bastante mejor que antes.
Ustedes no podrían saberlo, porque aquí no escribo para "escribir bien", aquí escribo porque me relaja, así que realmente no me fijo en las formas ni en las normas.
Y cuando rimo, juro que es accidental.

Mi vida social renació, y después de un par de meses de sentirme de la cola, y de que mi autoestima bajara considerablemente; me di cuenta de que realmente muchas personas quieren estar conmigo, y de que para ellas, significo más de lo que yo mismo me imaginaba.

Y en fin, aquí estoy.
Un año más viejo, y un año más sabio.
A pesar de que siempre decimos eso; yo SÍ puedo afirmar que soy un año más sabio que antes.

Soy una persona totalmente diferente a la que empezó el 2009. Una persona mejor.

¿Fue un año difícil?
Sí, mucho.
¿Fue un año feliz?
No lo fue; aunque sí tuvo muchos momentos muy buenos.

Más pero sin embargo, ya me cansé de recordarme a mí mismo lo mucho que me dolieron algunas cosas.
Como me dijo Tepoz un día que me vio muy triste: "Lo bueno del dolor, es que te ayuda a crecer más rápido que si te hubieran dado Crecilac y te hubieran echado estiércol encima"

Me quedo con lo bueno de este 2009.

Hay muchas personas a las cuales quisiera agradecerles el haberme escuchado y apoyado en esos momentos donde yo sentía que mi vida era una basura; pero creo que no es necesario, porque todas ellas ya saben quienes son, y ya se los agradecí en persona.

Sólo quiero decirles que este año, descubri que una de las frases más ciertas que existen across the universe es: "I get by with a little help from my friends"

Y también, quiero agradecerles a ustedes, lectores imaginarios, porque, aunque no lo crean, sí son una parte importante de mi vida.
Mi blog es un tesoro para mí, porque es el lugar donde puedo hacer catarsis, a pesar de que normalmente no escribo de cosas profundas ni realmente personales; el puro hecho de escribir me hace sentir mejor, siempre.

Cuando empecé el überlog, jamás pensé que fuera a volverse tan popular como lo es ahora. Supongo que algo debo de estar haciendo bien para que ustedes sigan viniendo a leerme, ¿no?

Una de las partes más importantes de mi blog, son ustedes: los lectores. (obviamente, la parte más importante sigo siendo yo: el autor)

Y ahora sí, voy a acabar este post.
Lamento que haya sido tan estúpidamente largo (y probablemente estúpidamente aburrido); pero de vez en cuando uno tiene que tomarse el tiempo de escribir de cosas ligeramente menos humorísticas para darle espacio a los textos relativamente serios.

Mi propósito para el 2010, queridos lectores imaginarios; es seguir escribiendo de todos y cada uno de los momentos bizarros de mi vida, y de todas las quejas y pendejadas que tenga que exteriorizar para no terminar explotando y matar a una gorda emo.

Los quiero.
Excepto a Momo, a ella no la quiero, porque me mandó al cerro.

Feliz 2010 para todos.

domingo, 27 de diciembre de 2009

De como odio el boliche, y Dios me odia a mí

El otro día, un amigo me habló y me dijo que quería ir al boliche.
Parpadée un par de veces, y después le dije "muy bien muchacho, sigue tu sueño".

"No seas idiota, lo que quise decir fue que deberíamos de ir al boliche", me contestó, ligeramente irritado.
"Sí, sí deberíamos...", fue mi respuesta.

Después de unos cuantos segundos de silencio telefónico, mi amigo suspiró, y me dijo (con voz de estoy hablando con un imbécil): "¿QUIERES ir al boliche?"

"Sí, supongo que sí quiero", dije.

Mentándome la madre por mi decisión de tomarme sus preguntas en la forma más literal posible, me informó que íbamos a ir al boliche.

"Súper", le contesté, ignorando sus insultos.

Unas cuantas horas después, ya estaba en el boliche, junto a un@s cuantos amig@s.
Lo lamento, siempre quise usar la arroba en una oración que involucrara una palabra que se refiriera a ambos sexos. Ahora mi sueño se ha cumplido.

Después del desmadre que involucra la renta de zapatos, por fin procedimos a escoger una línea.
Una vez que todos pudimos registrar nuestros nombres, lo siguiente era elegir una bola de boliche adecuada para cada uno de nosotros.

Observé cómo algunos de mis amigos decidían qué bola usar, en base al peso.
Otros se inclinaban por el tamaño de agujeros para los dedos, argumentando que la precisión del tiro no era idónea si no existía un ajuste dactilar adecuado.
Otros más, observaban las bolas, tratando de descifrar el efecto que le podían dar a cada una.

Yo, siendo el profesional jugador de boliche que soy, dije: "Quiero una morada", y procedí a tomar mi bola.

Todo listo.

La primera persona, una chica que llamaremos "M", tiró.
7 pinos.
La segunda persona, "J", pasó.
7 pinos.

Era obvio que nadie era muy buen jugador.
Eventualmente, fue mi turno.

Hice mi primer tiro: canal.
Hice mi segundo tiro: canal.

Menté madres, asustando un poco a las personas de la línea de junto.
Acababa de recordar que yo ODIO el boliche.

En ese momento, recordé un triste hecho de mi vida: jamás, JAMÁS, he ganado ningún juego de boliche, en toda mi existencia. Soy pésimo.
Y además, soy pésimo perdedor, porque de las cosas que más odio en la vida, es perder.

Todo regresó a mí: la humillación, el caminar hacia la línea a cada turno, sabiendo que apestas, los traumas emocionales de no ganar. Odio el boliche.

Insulté a todos y cada uno de los presentes. Todavía no había perdido, y ya me estaba transformando en un pésimo perdedor.
Observé mi bola de boliche con mucho odio, y la fui a regresar a su lugar.
Tomé otra, que tenía un dibujito que me recordaba a uno de mis tatuajes.

El turno #2 comenzaba, y M tiró una chuza, lo cual solamente me hizo verla con MÁS coraje que antes. Les dije a todos que ya no quería jugar, pero me ignoraron.

Cuando por fin me tocó tirar por segunda vez, logré darle a algunos pinos, así que mi humor mejoro un poco (pero sólo un poquito).

Tenía una nueva meta: no quedar en último lugar.

Los tiros seguían pasando, y cada vez era más obvio que todos éramos bastante malos. Nadie era tan malo como yo, pero de todos modos, no eran buenos.
M fue la única que medio lograba tirar bien, y por tanto, era casi seguro que nos iba a ganar a todos.

Sin embargo, por alguna razón, yo empecé a tirar en forma decente, y poco a poco acortaba la distancia que los demás me sacaban.
Eventualmente, pasé al penúltimo lugar, después al tercero, y después al segundo.

"No mames... puedo ganar", dije, en voz baja, cuando después de hacer cuentas, descubrí que M ya no estaba tan adelante mío.
"¡Puedo ganar!", volví a decir, ahora un poco más fuerte.

Fue entonces cuando me transformé.
Tal vez sea un mal perdedor, pero soy un todavía peor ganador.

Mi egocentrismo hace que cuando gane en algo, se lo restriegue en la cara a TODOS, porque todos tienen que ver que yo soy mejor. Creo que soy el peor ganador de todos los tiempos.

"¡Voy a ganar, bola de estúpidos!" empecé a gritar, antes y después de cada tiro.

"Es la primera vez en mi vida que voy a ganar en un juego de boliche. Es increíble lo mucho que ustedes apestan, ja, ¡soy la onda!"

El juego prosiguió en una forma sumamente mediocre, y M hizo su último tiro.
Su puntaje final fue de 89.
Y ella era la que iba ganando, les dije que todos apestábamos.

Con 1 turno restante, mi puntaje era de 85.
Lo único que tenía que hacer, era tirar 5 pinos, y ganaría.

Disculpen la borrosidad de la foto, pero es que la tomé
rápidamente antes de hacer mi tiro.


"Ya estufas, ya gané. Soy Dios. Ésta va dedicada a ti, M.", dije, mientras tomaba mi bola, y caminaba hacia la línea.

Tenía 2 intentos para tirar 5 pinos, ¿qué tan difícil podía ser?

Hice mi primer tiro, pero los nervios de lo que estaba en juego hicieron que al final girara la muñeca en forma errada, así que la bola de fue directo a la canal.

"Uuuuuuuy" exclamaron expectantes mis amigos, mientras observaban cómo la acababa de cagar.

"No hay pedo, no necesito dos tiros para tirar 5 pinos. Fue para darle suspenso", me excusé, mientras esperaba a que mi bola regresara.

Me preparé para el segundo intento. This was it. Era ahora o nunca. Tenía que ganar. TENÍA.

"Dios, te propongo un trato, tú haces que yo gane el juego, y yo dejo de decir que soy tú, ¿hecho?", murmuré entre dientes, mientras tomaba vuelo.

Justo al momento de lanzar mi bola, me tropecé con mis propios pies, y el tiro fue a dar directo a la canal. Otra vez.

Había perdido el juego.

Gritos de júbilo y burla llenaron el ambiente: mis amigos no podían creer mi pendejez.
Yo tampoco.

Me quedé ahí, tirado en el piso, con la cara entre las manos, mientras todos se burlaban de mí.

Dios me odia, no puede existir otra explicación.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

De felicitaciones navideñas

Supongo que ya saben qué esperar de este post:
Un montón de miel, pensamientos bonitos, buenos deseos, muérdago, cascabeles, y referencias a hombres pasados de peso que visten de rojo.

Un post donde les deseo lo mejor del mundo a ustedes y a sus seres queridos, aprovechando las fiestas.

Pues no, yo no voy a decir esas cosas.
Yo soy demasiado cool como para decir lo mismo que todos los demás.

Todo el mundo les dice que espera que se la pasen poca madre mañana.
Yo no.
Yo espero que se la pasen poca madre siempre, y obviamente, eso incluye mañana.

Todo el mundo les dice que espera que coman rico, y beban mucho.
Yo no.
Yo espero que la comida no les sepa tan bien como esperaban, porque en navidad todo el mundo se atasca y acaba engordando a lo estúpido.
Yo, siendo el ser preocupado y amoroso que soy, les deseo que no engorden.
Si quieren beber, allá ustedes. Vomiten en el árbolito, si así lo desean.

Todo el mundo les dice que espera que reciban muchos regalos.
Yo no.
Yo espero que no reciban regalos.
¿Por qué?
Porque yo soy pobre y no tengo regalos, y si yo no los tengo, mi egoismo requiere desear que los demás tampoco tengan.

Todo el mundo dice que los quiere mucho.
Yo no.
Yo no necesito decírselos para que ustedes estén concientes de ello, y si así fuera; pues entonces permítanme decirles que son muy inseguros, necesitando constante reafirmación de que son importantes para sus seres queridos.

Todo el mundo les desea un año lleno de bendiciones y felicidad.
Yo no.
Yo los voy a volver a felicitar en año nuevo, porque no soy un huevón que junta las dos fiestas y escribe sólo una vez.
No señor, yo estoy 100% dedicado a ustedes, claro que sí.

Todo el mundo se aferra a las típicas frases de cliché navideño.
Yo no.
Este año, mis frases para ustedes son: "cuidado, el suelo está mojado", "siempre chequen que la presión de sus llantas sea óptima, para evitar accidentes", "no juzguen a un libro por su portada", y "no alimenten a los animales".

Lo que sí voy a decirles, queridos lectores imaginarios, es que ustedes son la onda.
Y es que realmente lo son.

Que se la pasen chido mañana, pasado, y siempre.

Y ahora, si me disculpan, tengo que regresar a Villaquién, porque todavía no les he quitado sus regalos a todos los habitantes.

Feliz día de la bandera.

Atte:
Ninja Peruano

lunes, 21 de diciembre de 2009

De chismógrafos

Me gusta la estadística.
Si estás teniendo una conversación común y corriente, y necesitas decir algo, y que suene como si estuvieras totalmente seguro de ello; lo único que hay que hacer es soltar un porcentaje, y automáticamente la gente creerá que sabes de lo que hablas.

Por ello, puedo decir con certeza, que el 96.4% de ustedes, lectores imaginarios, contestó algún tipo de chismógrafo mientras crecía.

Algunos contestaron el típico chismógrafo de primaria/secundaria; donde alguien te pasaba un cuaderno lleno de preguntas, y tú tenías que responder todas (pero antes, prometías que ibas a decir la verdad) y de paso chismoseabas lo que ponían los demás.
Algunos otros, contestaron el chismógrafo virtual, donde te mandaban un mail con como 240 preguntas, y tú tenías que borrar las respuestas del ocioso que te lo mandó, y poner las tuyas, para después enviarlo a todos tus contactos, pidiéndoles que pusieran SUS respuestas y te lo mandaran. Y les hacías prometer que iban a decir la verdad.

Algunos de nosotros, que no tuvimos mucho qué hacer en nuestra infancia/adolescencia; contestamos ambos dos tipos de chismógrafo.

En fin, el caso, es que nadie puede negar que esas madres eran entretenidas.

Y el día de hoy, en una de mis tantas vueltas por la interné', llegué al post de una amiga, donde descubrí que ahora existe un nuevo tipo de red social/chismógrafo.

Es una página donde abres tu cuenta, y la gente te pregunta lo que sea que se les ocurra, pase por su mente, quieran averigüar, etcétera etcétera.
Lo bonito de todo esto, es que pueden hacerlo en forma anónima, si es que así lo deciden.

Supongo que ésta tenía que ser la evolución natural de los chismógrafos... si es que tenía que haber una evolución de esas madres, claro está.

Ahora la gente puede preguntar lo que quiera y considere interesante, en lugar de esas preguntas ridículas de cajón, como "¿cuántas velitas hubo en tu último pastel de cumpleaños?"
Fuck you, pregunta estúpida.

Whatever.

El caso es que como andaba de ocioso, abrí una cuenta, así que si alguna vez ustedes quisieron preguntarme algo, pero no se atrevieron, porque mis ojos verdes les parecieron desgarradoramente intimidantes; entonces ahora ya no tienen ningún problema, porque pueden preguntarme lo que quieran:

Aquí mero.

Por cierto, si tienen tiempo, abran una cuenta.
Está chido, de veritas que sí.

domingo, 20 de diciembre de 2009

De películas de terror, y de dispersiones domingueras

El día de hoy, estaba sentado en un cómodo sillón, viendo los juegos de la NFL, con la barriga llena y el corazón contento.

En una de esas, me empecé a retorcer en mi asiento, porque una de mis nalgas se estaba entumiendo, y yo sentí la necesidad de moverme para tratar de reestablecer el flujo sanguíneo que mi glúteo tanto necesitaba.

Mi movimiento nalgar generó un inesperado accidente: el control remoto, que descuidadamente había sido dejado en algún lugar del sillón, se resbaló hacia abajo de mis aglutinantes, y sin querer, oprimí el botón de cambio de canal.

En cuestión de segundos, habíamos pasado del juego de los Vikingos, a una transmisión de Scream 2.

"¡Hey, imbécil, quita tus nalgotas del control!", clamó la enardecida multitud que estaba sentada junto a mí.

"Pues es su culpa, por dejar el control al alcance de mis nalgas", les dije, obstinado en negar cualquier clase de mea culpa.

Cuando alguien ofreció 5 varos a quien fuera que se atreviese a arrebatar el control de abajo de mis hermosas pompis; supe que lo más conveniente era hacerlo yo mismo, antes de ser torteado por algún hombre peludo.

Sea como fuere, el caso es que ahora estábamos viendo Scream 2.

Por alguna razón, una vez que tuve el control en mis manos, nadie me pidió que le pusiera al juego.

Después de unos cuantos minutos de silencio, alguien dijo "vaya, esta película es pésima"; los demás asentimos, y alguien gruñó en aprobación, pero nadie me pidió que le pusiera el juego.

En cuestión de 20 minutos, ya todos estábamos metidos en la trama; gritándole a la pantalla, tratando de ayudar a los protagonistas (ok, siendo sinceros, tratábamos de ayudar al asesino) y expresando nuestra indignación acerca de lo absurda que era la película.
Pero nadie me pidió que le pusiera al juego.

Y es que en el fondo, cualquiera que haya crecido en los noventas, tiene cierto aprecio hacia la serie de películas de Scream, y quien lo niegue, apesta.

Muchos de nosotros vimos la primera película en el cine, y por tanto entendemos que realmente sí le dio nueva vida al género de terror, que ya llevaba mucho tiempo convirtiéndose en una burla.
Gracias a Scream, las teen horror movies renacieron, y pudimos disfrutar títulos clásicos como: Sé lo que hicieron el verano pasado, Leyenda urbana, Destino final, Karate Kid, 10 cosas que odio de ti, Sin City, Casablanca, y Forrest Gump.

Es más, podría decirse que Sean Connery le debe su carrera a Scream.

Yo tuve la suerte/desgracia de ver Scream cuando tenía como 11 años, y la estúpida máscara del estúpido asesino se me quedó graba en la mente por el resto de mis días.
Recuerdo que pasé meses temiendo que ese cabrón llegara y me matara a cuchilladas.

Mi queridísima hermana, aprovechándose de mi valentía y gallardez, consiguió una máscara igual a la del asesino, y se dedicó a asustarme durante no sé cuánto tiempo.

El punto es que, sinceramente, me perdí a la mitad del post y ahora no recuerdo que quería decir.

Pero después de un rápido scroll up, ahora sé que mi punto era que me enteré que Scream 4 está en pre-producción; y probablemente salga para Halloween del 2010.
Los actores originales ya confirmaron su aparición en la película.

No sé si el hecho de que una de las franquicias más importantes del terror de pantalla grande esté a punto de renacer me provoca emoción o repele.

Por una parte, estoy seguro de que me voy a emocionar mucho cuando salga, y voy a pagar mis 55 pesos gustoso; con tal de sentir la nostalgia de los sustos del ayer.

Por otra parte, estoy seguro de que la película va a apestar en formas que ni siquiera nos imaginamos ahora.
Asustar a alguien de 23 años no es tan fácil como asustar a alguien de 11.

Sea como sea, creo que no tiene caso quejarme, porque de todos modos voy a ver la maldita película.
Ya habrá tiempo de quejarse después.

En fin, los Vikingos terminaron perdiendo.
¿Alguien quiere ir por un helado?

viernes, 18 de diciembre de 2009

De momentos y reflexiones

"¿Cómo sabes cuando es momento?"

"¿Hmm?", me contestó Tepoz, dejando de besar a Ojosgrises.

"Sí cabrón, ¿cómo sabes cuando es momento de algo?", le repetí, mientras miraba una holgazana nube que cruzaba el cielo en forma sumamente lenta.

"¿Momento de qué?", preguntó Ojosgrises, la casi-novia de mi mejor amigo.
"Momento de cambiar de tema, está hablando de ella otra vez", le dijo Tepoz, mientras la abrazaba y le sonreía.

"¡Hey, cursis!, ¿pueden dejar de hacerse tocamientos y ponerme atención dos segundos?", les dije, mientras me reacomodaba en el pasto donde estaba tirado.

"En serio deberías de dejar de hablar de ella, Mohawksexy se siente mal cada vez que la mencionas, ¿sabes?", dijo Tepoz, y me aventó una gomita en la cabeza.

"No debería de sentirse mal...", contesté, agarrando la gomita y aventándola sin ver. Atinaría en el pelo de Ojosgrises, y el proyectil se quedaría ahí, sin que ella se diese cuenta.

"Pues es que en serio le gustas, tonto. Hay que hablar de otra cosa.", dijo Ojosgrises, al tiempo que me picaba el hombro con una rama.

"Ok, me parece justo... ¿qué tal si hablamos de momentos? Como por ejemplo, ¿cuándo es buen momento para hablar de lo que realmente quiero hablar?", dije, mientras seguía viendo la misma nube.

"Podemos hablar de lo que quieras, tarado", dijo una voz que venía llegando.
Levanté la cabeza, y vi que Mohawksexy se acercaba, sonriéndonos.

"¿De qué estamos hablando?", preguntó la recién llegada.

"De ella", le dije, volviendo a poner la cabeza en el pasto.
"Sí, otra vez...", agregó Tepoz, poniendo cara de frustración.

"Es que simplemente no entiendo. Jamás he entendido a las mujeres, pero a ella la entiendo todavía menos...", dije, ignorando la cara de mi mejor amigo.
"Ok, cambié de opinión, ya no podemos hablar de lo que quieras", dijo Mohawksexy mientras se sentaba junto a mí.

"Vamos a hablar de cosas más felices, como... no sé... ¡payasos!", propuso Ojosgrises, mientras jugaba con la mano de mi amigo.

"A Dexter le dan miedo los payasos", intervino Mohawksexy.
Levantó mi cabeza, y la recargó en sus piernas.
No objeté.

"Ok, de cosas felices no, porque ustedes son un par de amargados; mejor hablemos de cosas serias", volvió a proponer Ojosgrises.

"¿Cómo quieres que te tomemos en serio cuando tienes cara de quinceañera enamorada?", le respondió Mohawksexy, mientras me peinaba con la mano.

"Yo sigo sin entender por qué no podemos hablar de mis problemas existenciales", reclamé, alzando la mano como para pedir la palabra.

"Porque si por ti fuera, eso sería de lo único que hablaríamos siempre, cariño", me contestó Mohawksexy, con un ligero tono de enojo en la voz.

"Vaya, en serio te dejó bien jodido, ¿verdad?", preguntó Ojosgrises.
"En defensa de ella, este pendejo ya estaba bien jodido desde antes de conocerla", rectificó Tepoz, que llevaba los últimos veinte minutos viendo a Ojosgrises con cara embobada.

"No entiendo por qué no puedes solucionar tus problemas embriagandote y diciendo que todas las mujeres somos unas pendejas; como la mayoría de los hombres", dijo Mohawksexy, que por fin había acabado de peinarme con la mano.

"Pues porque la mayoría de los hombres son unos pendejos. De hecho, la mayoría de la gente es pendeja..." dije, mientras me despeinaba otra vez.

Un mechón de pelo me tapó los ojos, así que me lo quité de la frente, y sonreí. Después volví a mirar al cielo, buscando otra nube holgazana que me entretuviera.

Tepoz y Ojosgrises ya estaban abrazados otra vez, aislados del resto del mundo.

"Eres demasiado lindo como para seguir tratando de entenderla, ¿sabes?", me dijo Mohawksexy.

"Ya me estoy resignando a no entenderla nunca. Creo que simplemente no es momento."
Sonreímos.

martes, 15 de diciembre de 2009

La difícil vida de un pirata

Durante toda mi vida, siempre he estado convencido de que la piratería es una bendición de nuestro señor Jesús Cristo.

No me malinterpreten, yo apoyo la industria legítima y oficial; pero cuando estás desempleado y eres estúpidamente pobre; no hay nada mejor que una ayudadita ligeramente ilegal.

Antes de que me vengan con clases de moral, quiero dejar en claro que cualquier cosa que me puedan decir que no sea un "sí Dexter, estoy de acuerdo contigo" no va a servir de nada; porque estoy convencido de que soy la onda tal y como soy.
Hecho.

Bien, prosigamos.

En cuestión de música, no tengo muchos problemas, porque ahí sí compro discos originales (siempre y cuando esté totalmente convencido de que el disco va a ser bueno); pero mi gran conflicto, son los videojuegos.

Verán, en caso de que ustedes no estén clavados en el asunto gamer, permítanme decirles: es un pedo extremadamente caro.
Cada consola cuesta como 4000 pesos, y cada juego cuesta como 900.
En comparación, los juegos piratas cuestan 25 pesos.
Supongo que ahora entienden por qué amo tanto la piratería.

Algunos conocidos que tengo me dicen "ash, pero osea gooei, es más fácil comprarlos originales, y así te libras de problemas y así; neta que toooooonto eres gooei, ¿cómo no se te ocurre?"

Sí pendejo, pero a ti tu papi te paga tus juegos porque eres un niñito consentido.

Mi padre, el italiano, me dice que los videojuegos son para niños, y que ya no estoy en edad de esas chingaderas; y por eso, jamás me pagará nada.

Pero bueno, para no hacerles la historia extremadamente larga (porque ya casi me tengo que ir), el caso es que yo cuento con un Xbox360 modificado para poder leer copias piratas, de lo cual estoy sumamente orgulloso.

El problema es que Microsoft tiene la mala costumbre de bannear las consolas piratas que detecte; y por tanto, para evitar que eso pase, yo NUNCA me conecto a internet.
Vivir con miedo es algo sumamente estresante.

El conflicto llega cuando mi obsesión con Rock Band choca con mi convicción de no conectarme a internet.
De vez en cuando, llega hasta mi poder la lista de canciones nuevas que acaban de subir a la red de Rock Band, y entonces me entra el chamuco y decido que TENGO que conectarme y comprar canciones.

Todo esto conlleva un proceso sumamente complejo, lleno de paranoia, mentadas de madre, sudoración axilar, y nerviosismo excesivo; pero al final, normalmente acabo comprando las canciones que quiero.
Digo, entro y salgo de internet en menos de 10 minutos, pero lo logro.

De una u otra forma, había logrado esquivar el banneo de Microsoft durante cerca de dos años.
I was a lucky bastard.

Y el día de hoy, me enteré de que acababa de salir Rubber Soul para Beatles Rock Band, lo cual me hizo emocionarme más que una quinceañera emo en un concierto de My Chemical Romance.

Con todo el miedo del mundo, me conecté a Xbox Live. A los dos segundos, una pantalla roja se encargó de informarme amablemente:
"Su consola ha sido banneada de Xbox Live por no cumplir los términos de servicio"

Y ahora, jamás podré bajarme canciones nuevas. Nunca.

Estoy sólo, triste, y abandonado. En un desierto de carencia de canciones Beatles.
Forever and ever.

Bien jugado Microsoft, bien jugado.



EDIT: Acabo de descubrir por qué el universo me jodió de esa forma. Soy una pésima persona y merezco ser castigado:

Dexter:
Guácala, creo que esa gorda está enamorada de mí...
Amiga hippie:
Pues batéala amablemente.
Dexter:
Amablemente mis pelotas; está gorda.
Amiga hippie:
Pues tal vez ésta sea la oportunidad de encontrar al amor de tu vida.
Dexter:
¿Sí?, ¿dónde?, ¿entre sus lonjas?
Amiga hippie:
Eres un asco de persona; ella te está entregando su corazón.
Dexter:
Corazón, trompa, buche, maciza, lengüa...


Creo que realmente sí merezco ser banneado.

lunes, 14 de diciembre de 2009

De cómo los títulos nunca tienen nada que ver con el resto del post

En parte, esta historia tiene que ver con el abandono a mi blog, y en parte no.
Supongo que eso funciona igual que el hecho de que en parte, esta historia tenga que ver con mi participación en el asesinato al Papa Juan Pablo I, y en parte no.

Veran, todo comenzó la semana pasada, que el sensual protagonista del cuento (dígase, yo) estaba metidísimo en la semana de exámenes finales y de entregas de proyectos.
Entre grabaciones de tele, estudios de radio, viajes a Isabel la Católica a buscar precios de impresiones, horas de discusión acerca de campañas publicitarias; y demás cosas aburridas, el sensual sensual protagonista no tenía tiempo ni siquiera para seguir tocando batería, lo cual es bastante grave.

Los patrones de sueño de nuestro héroe se vieron gravemente afectados, y unas tremendas ojeras aparecieron en su rostro, para hacerlo ver varios años más demacrado y jodido.
El cansancio era tal, que ya ni siquiera podía coordinar frases coherentes (tan coherentes como siempre las ha coordinado, quiero decir) y empezó a hablar en una mezcla de idiomas tan bizarra, que ni su propia madre podía comprenderlo (a pesar de ser la única persona acostumbrada a los brincos mentales de nuestro héroe).

Nuestro sensual protagonista se cansó de hablar en tercera persona, así que voy a volver a referirme a mí como: yo.

Yo tuve que pasar por días largos y difíciles, llenos de tensión y discusiones acerca de qué tipo de café de Starbucks era el mejor (en mi opinión: ninguno)

Sinceramente, no disfruté mucho la semana pasada (aunque tuvo sus momentos, siendo sinceros); y mi vida sufrió en el proceso de exámenes finales; ya que mi vida se convirtió en, pues... exámenes finales.

Pero el caso es que por fin regresé, y ahora estoy dispuesto a seguir escribiendo toda la sarta de pendejadas que tanto me gusta escribir.

A partir de mañana, claro.

Hoy tengo que ir a encubrir las huellas de mi participación en el asesinato de Juan Pablo I.
No vaya a ser que llegue la güerita de Cold Case y todos mis años de anonimato valgan madres.

Si alguien les pregunta, ustedes jamás me han visto.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Bendita música

En honor a mi semana de exámenes finales, el día de hoy decidí guardar un minuto de silencio.
Un minuto de silencio literario, that is.

Pero como nunca he creído en quedarme callado, voy a postear de todos modos.

El día de hoy, me encontré a mí mismo tirado en el piso de un estudio de tele, estorbándole a toda la gente que corría de un lado para otro, acomodando luces, probando micrófonos, montando escenografía, etcétera.
Y ahí estaba yo, tirado a la mitad de todo, cual vagabundo teporocho.

Mientras trataba de dormitar, tapándome la cara con el guión que debería de estarme aprendiendo, me puse a pensar: "carajo, quiero hablar de música con alguien..."

Me senté en el piso, y miré a mis alrededores, buscando a alguien con quien tener una discusión inteligente.
Cerca de mí, se encontraba una chica de buen ver, con un escote prominente.

"¿Qué opinas del último disco que sacó Pavement, antes de deshacerse?", era la pregunta que debería de haberle hecho; sin embargo, embobado por lo que estaba viendo, lo único que pude decir fue "Ba... grag... pretl... surtf"

Ella se me quedó viendo con cara de confusión. Afortunadamente, yo había podido quitar mi mirada de su escote segundos antes de que ella volteara a verme.

"Que si no sabías cuándo empezábamos a grabar", le dije, con mi cara más seria, mientras pensaba "Carajo, ¡cómo le haría un buen brlbrlbrl!"

El día pasó, y yo lo viví en forma normal; rompiendo corazones por aquí y por allá; y ahora, que estoy en mi casa, me doy cuenta de que no hablé de música con nadie, y eso me frustra un poco.

Y por eso, lectores imaginarios, el día de hoy, traigo hasta ustedes un post musical.
Sin motivo alguno, voy a poner unos cuantos párrafos de canciones que he estado escuchando últimamente, y que considero mucho muy buenos.

Esto lo hago porque puedo. Puedo y debo.

Así que, sin más preámbulos, aquí está la:

Lista de unos cuantos párrafos de canciones que he estado escuchando últimamente, y que considero mucho muy buenos.
By: Dexter


Things we said today - The Beatles
You say you will be mine, girl, till the end of time,
These days such a kind girl seems so hard to find,
Someday when we're dreaming, deep in love, not a lot to say,
Then we will remember things we said today.

El que diga que jamás ha soñado con encontrar a su media naranja, es un mentiroso.
Y realmente, ¿qué podemos esperar de un mentiroso?
Pues un brillante futuro en la política.

Por tanto, llego a la conclusión de que a los políticos no les gustan los Beatles.

Perfect - Depeche Mode
In another lonely universe
We're laying side by side
Where no one's hurt and no one's cursed
And no one needs to hide

Mentiría si dijera que esa frase no me puso a pensar la primera vez que la escuché.
Pero también mentiría si dijera que en cuestión de música, no sobreanalizo todo lo que escucho.
Una razón más para nunca escuchar reggaetón: sobreanalizar cosas tan profundas como "Chéquete chéquete chéeeeque, chéquete chéquete chéeeeee" puede hacer que tu cabeza explote.

Ain't it the life - Foo Fighters
Tell me how'd you get so tired
Faded down to the wire
Try living a lie and kicking out the same old guise
Wasting time, so very ordinary
Wait until my bomb goes off
See the actors run and hide
Fake it all in stride

De esas veces que escuchas algo y dices "carajo, creo que he desperdiciado mi vida... a partir de ahora voy a vivir cada día como si fuera el último", y después lo olvidas y acabas viviendo exáctamente igual que antes.
Aunque cuando vi 2012, también juré que iba a cambiar mi forma de vivir, en caso de que un terremoto gigante se tragara mi casa.
Hasta el día de hoy, no he cambiado absolutamente nada, y planeo seguir así. Mi vida es onda.

Acquiesce - Oasis
I hope that I can say
The things I wish I'd said
To sing my soul to sleep
And take me back to bed
You want to be alone
When we could be alive instead

Supongo que en el fondo, tengo cierto gusto por las canciones de amores imposibles; así como en el fondo, tengo cierto gusto por los amores imposibles.
¿Qué puedo decir?
They're just that much more fun...

Why Pt. 2 - Collective Soul
All my props I swear they were in order
Even with the warnings of your thunder
Now I pause to let my silence scream tonight
Awhile you roam like a serpent satellite

Una de esas "feel good songs", que pones cuando andas de emo malacopa; y te recuerda que al final, hay veces que a pesar de que pones todo de tu parte (sin albur, puercos), hay cosas que simplemente no funcionan.
Entonces te sientes inocente y liberado, y procedes a chelear con sumo gusto (sin albur, marranos) para continuar esa ola de sentirse bien.
Y ÉSE, es el lado Coca Cola de la vida.

She came in through the bathroom window - The Beatles
Didn't anybody tell her
Didn't anybody see
Sundays on the phone to Monday
Tuesdays on the phone to me.

Aunque la canción no es la más profunda de todas, tiene ese nosequé que quéseyo que me pone todo feliz.
Por cierto, si tienen tiempo, les recomiendo ampliamente el cover que Matchbox Twenty le hizo a la canción.
Para mí, que amo a las dos bandas, it just doesn't get any better...

Dear Joan - Tabitha's Secret
Once I forgive, twice I'm a fool
Three times I've wrapped my hands around your neck
While you're sleeping, you're quietly sleeping
Sleeping and dreaming
Dear Joan, don't walk out that doorway
Because if you did, I believe
I could honestly kill you

Sean sinceros, ¿quién no ha pensado seriamente en asesinar a alguien por motivos amorosos?
Matarla mientras duerme pacíficamente...
¿No?, ¿nadie?
It's just me then...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Just so you know...


My secret?

After all the heartache, after all the pain, after all the broken promises and lost forevers, after all the moments of my absurdity, and after all I've been through; I still believe in all you need is love...

lunes, 30 de noviembre de 2009

De cómo conseguí zapatos nuevos

Hace un par de semanas, me encontraba yo en Lawndale, quejándome de mi despeinadez, cuando recordé que tenía que entrar a una clase.

Normalmente esto no sería problema, porque la mayoría de mis clases no me molestan; pero en esta ocasión en particular, yo tenía un gran problema:
Odiaba al maestro.

El cabrón que nos daba la clase es la típica persona increíblemente cuadrada, incapaz de tomar las cosas con humor, incapaz de aceptar otros puntos de vista, incapaz de exponer un tema en forma dinámica, incapaz de mantener el interés de sus alumnos, e incapaz de generar respeto.

Por lo tanto, su clase es un desmadre donde nadie lo está pelando.
Pensando en 4000 cosas que preferiría estar haciendo en ese momento, entré al salón, y me puse a jugar con mi iPhone.

A pesar de mi ingeniosa solución ante el dilema de no querer estar ahí, otro problema surgió: mi pelo me estaba tapando la cara, y si eso seguía así, no iba a obtener el high score de mi juego iPhonesco.

Quejándome de mi despeinadez una vez más, voltée a ver a una de mis amigas, y le pedí que me proporcionara una liga para el pelo.
En un desplante de sensualidad y buen juicio de mi parte, me hice una coletita, como Pebbles Picapiedra.
Continué jugando.

Después de un par de minutos, el ruido de las conversaciones que todo el mundo estaba manteniendo, se detuvo, así de golpe; para dar lugar a un extraño silencio.
Evidentemente, eso no era normal, así que alcé la mirada para ver qué pasaba.

Por alguna razón, todos me estaban viendo a mí.
Acostumbrado a ser el centro de atención no le di importancia, y proseguí con mi juego.

"Colega...", llamó la voz del profesor, desde el frente del aula (porque además el güey es tan teto, que nos dice colegas a todos)
Acto seguido, el imbécil dijo algo, pero sinceramente, no le estaba poniendo atención, así que yo seguí en mis propios asuntos.

El silencio no se iba, así que, molesto, volví a levantar la mirada. El grupo me seguía viendo fijamente, así que en una muestra de pensamiento rápido e ingenio, yo dije:
"¿Huh?"

"Colega, te dije que te quitaras la coletita", exclamó el inútil.

Guardé silencio durante un par de segundos, poniendo cara de incredulidad.

"Quítate la coleta, colega", volvió a bramar el tarado.

"Perdón, pero, ¿por qué?", le dije, sin entender todavía cuál era el problema.
Digo, no es como si mi carrera fuera la más cerrada del mundo, y tampoco es como si tuviera 5 años para que me dijeran qué hacer y cómo peinarme.

Carajo, si mis jefes no han podido hacer que me vista decentemente, ni que me peine como persona (a pesar de que llevan años intentándolo); no entendí por qué el pendejo profesor pensaba que él iba a tener más suerte.

Yo me lo quedé viendo, esperando que me diera una buena razón (que iba a ignorar de todos modos), pero nada más me estaba viendo, con su cara de imbecilidad extrema, sin decir nada.
Después de como 10 segundos de total silencio, me dijo "Ash, está bien colega, haz lo que quieras, nada más después no digas que no se te dijo nada"

Todavía más incrédulo, voltée a ver a otra amiga, y le dije "a ver a ver, ¿este cabrón me está dando permiso de peinarme como yo quiera? ¡Whoopee diddly doo, muchas gracias, zoquete!"

Mi amiga nada más se rió y encogió los hombros, después me dijo "pues en su defensa, sí te pidió que te quitaras la coleta..."

"¿Y eso qué?, ¿por qué carajos me voy a quitar mi coleta?, es como si yo le dijera ¡oiga, quítese la chamarra! ¿por qué? Porque se me pega la gana, ¿cómo ve?"

Una vez más, mi amiga se rió, y me dijo "pero ya te dio permiso de dejártela hecha..."

"Ah, fuck me in the ass and call me Laura, muchas gracias por darme permiso de hacer algo para lo que NO estaba pidiendo permiso", dije, ligeramente indignado por toda la situación.

"Ya te dijo que hagas lo que quieras, ¿cuál es el pedo?", inquirió mi amiga.

"Damn right que voy a hacer lo que yo quiera, a huevo", dije, en voz suficientemente alta como para que el estúpido me escuchara.

Llamé a mi amiga, la que me prestó la liga para el pelo, y le pedí otras 4. Acto seguido, me hice 2 coletitas a los lados, y 2 en la parte de atrás.

Después, sin estar satisfecho, le pedí sus aretes a otra amiga, y me los puse (teniendo que re-abrir mis perforaciones en el proceso)

Disculpen ustedes la cara de pendejo, pero me
hicieron voltear, y antes de que me diera cuenta
ya me habían tomado la foto.


Apagué mi iPhone, y me dediqué a ver fijamente al profesor, haciendo como que estaba poniéndole atención, y asintiendo cortésmente a todo lo que decía.

Cada vez que el imbécil me veía, ponía una cara de coraje severo, y después alzaba los ojos, como diciendo "ay, la juventud de hoy".

Mi propósito de fingir atención duró extremadamente poco, porque me volví a aburrir; así que seguí jugando con mi iPhone.

Nada interesante pasó después, excepto que sí logré obtener el high score, porque soy una pichula.

Cuando llegué a mi casa, mi padre, el italiano, me dijo que mis zapatos eran una vergüenza, y que si al otro día regresaba sin zapatos nuevos, mi hogar se convertiría en una zona de guerra.

Y así fue como tuve que comprarme unos Converse nuevos.

Fin.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La gente tiene problemas...

El otro día, me encontraba yo en Lawndale, perdiendo el tiempo sentado en las escaleras, platicando con unos amigos, cuando en eso, uno de ellos dijo "El otro día leí tu blog. ¿Sabes de qué deberías de escribir?"

Pensé en contestarle "Evidentemente no, si supiera de qué escribir, no acabaría contando que me confunden con mujer, que me caigo de los microbuses, o que me dan miedo los tipos que se revuelcan en vidrios"; pero en eso iba pasando una chica linda, así que me distraje y no dije nada.

Aparentemente, mi silencio fue interpretado como una pausa en donde estaba esperando para que me dijeran la respuesta

"De la marcha zombie", me dijo mi amigo.
La palabra zombie fue lo único que se necesitó para captar mi atención.

"What the fuck?", le dije, mientras lo miraba con cara de "dame detalles, esto suena interesante y estúpido".

Me contó que iba a haber (o había habido) una marcha, de pura gente vestida de zombie, y que iban a caminar de noseacordabadonde a tampocodeacordabadonde con el puro propósito de... pues, verse estúpidos, supongo.

Y hoy, que recordé lo que me había dicho este cabrón, decidí que en efecto, tal vez sería buena idea escribir acerca de la estúpida marcha zombie, llena de gente estúpida.

Así es que hoy, llegúe a mi casa, después de un largo y cansado día, y me dispuse a postear algo; pero como mi amigo no me pudo dar muchos detalles, decidí investigar un poco acerca de todo el asunto, para después poderme quejar de la idiotez de la gente con suficientes argumentos.

Desempolvé mi Google, y le puse "marcha zombie"

Marcha zombie Madrid
Zombie GDL Fest
Segunda marcha zombie
Marcha zombie Guayaquil 2009
Marcha zombie en Baires
Marcha zombie DF
Marcha zombie en Venezuela

Es más, para no hacerles la lista aún más larga, les revelo que si meten el término "marcha zombie" a Google, obtienen 207,000 resultados.

¡¿Cuál es el problema de la gente?!
Vivimos en un mundo en el que el ocio da lugar a una cantidad sorprendente de estupidez humana.

¿Marchas zombies?, ¿fucking really?
¿No tenemos nada mejor que hacer?

Después, como aparentemente soy masoquista, fui a youtube, y busqué videos de marchas zombie.
Dios santísimo de Nazaret; en serio, la humanidad es más estúpida de lo que cualquiera podría haber pensado.



Si de casualidad esperaban ver gente de buen ver vestida de zombie, mala suerte, yo también me decepcioné.

Si algún día despierto convertido en una gorda fea, tengan por seguro que lo último que haría, sería encontrar formas de verme peor.
Lamentablemente, allá afuera hay mucha gente que se esfuerza en explotar todo su potencial de ridiculez.

Marchas zombies alrededor del mundo... carajo... y yo que pensaba que con lo de los electricistas teníamos suficiente estupidez para todo el año...

Por cierto, puntos extras para el que me diga cuántas veces usé la palabra "zombie" y la palabra "estúpido" (con sus derivados) en este post.

EDIT: Ya sé que el video viene en un tamaño partemadres para mi template.
Miren lo poco que me molesta.

domingo, 22 de noviembre de 2009

De bigotes

El día de hoy, mientras veía el partido de los Raiders, me dieron muchas ganas de orinar, así que me levanté al baño.

Después de vaciar mi vejiga, y sintiendo el alivio que suele acompañar esa gloriosa acción, procedí a lavarme las manos.

Mientras las enjabonaba cuidadosamente, levanté mi mirada, y me encontré con unos desgarradores ojos verdes, que me miraban en forma sensual y seductora.

"Vaya, pero qué tipo tan más apuesto", pensé, mientras me miraba en el espejo.

Segundos después, me dió comezón en la nariz, así que froté la parte baja de mi apéndice olfativo con la parte trasera de mi mano. Noté que arriba de mi labio, no existía nada que ofreciera fricción y opusiera resistencia ante el frotamiento de mi mano.

"Puta madre, quiero un bigote", le dije al chico guapo que me miraba del otro lado del espejo, y que, curiosamente, tampoco tenía vello facial.

Salí del baño, y me paré frente al televisor.
En la sala, se hizo el silencio, seguido por una cantidad bastante grande de gritos e insultos que me exhortaban a quitar mis aglutinantes de enfrente del aparato televisivo.

Como los presentes se dieron cuenta de que a base de gritos y ruidos fuertes no iban a lograr que dejara de bloquear la tele, procedieron a actuar en forma más civilizada: me aventaron cosas.

Esquivando un par de proyectiles, seguí firme en mi posición. Tenía algo importante que anunciar al mundo.
Fue entonces cuando un zapato volador me pegó en las pelotas.

Mientras estaba tirado en el piso, en posición fetal, escuché que alguien decía "Bien, pendejo, nos perdimos un buen pase por tu culpa..."

Una vez que me pude levantar, me volví a poner frente al televisor.
El partido estaba en anuncios, así que ahora nadie se quejó.

"¡Gente, tengo un anuncio que hacer!", proclamé a todos los presentes.

"¿Si hacemos como que te estamos poniendo atención, te vas a callar y nos vas a dejar ver el partido en paz?", me contestó uno de mis atentos escuchas.

"Sí. Sí lo haré", le dije, respondiendo a su amable petición. Soy una persona muy magnánima, realmente.

Una vez más, se hizo el silencio. Era el centro de atención, como debe de ser.

"En beneficio de mi sensualidad, y como ayuda humanitaria a nuestros menos afortunados hermanos de Chiapas, decidí que me voy a dejar crecer el bigote", les dije, mientras frotaba mi cara en forma varonil.

Muchas risas siguieron.
Después, varios de los presentes me hicieron notar que por más que tratara de dejarme crecer el bigote o la barba, la cruda realidad era que mi cara tenía menos pelo que la nalga de una quinceañera (quinceañera sexy, no quinceañera emo con las nalgas peludas)

Yo:
Pero... pero... ¡la gente con bigote se ve más varonil!
Unrompesueños:
¿Como quién?
Yo:
Como Justin Timberlake
Unrompesueños:
Justin Timberlake no tiene bigote, pendejo
Yo:
Eli Manning, entonces
Unrompesueños:
Tampoco, grandísimo idiota
Yo:
¿Steven Seagal?
Unrompesueños:
No
Yo:
¿Jean Claude Van Damme?
Unrompesueños:
¿No tienes ni idea, verdad?

Notando que debí de haber pensado bien las cosas antes de abrir mi bocota, le dije "¿Ah sí? Pues... ¡mi papá le pega al tuyo!", y me fui a sentar.

Los Raiders ganaron, probablemente gracias al poder del bigote de su quarterback.

Los bigotes son la onda.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Just a quick filler

Iba a escribir algo decente el día de hoy, pero entonces recordé que tenía algo importante que hacer, y para lo cual no podía llegar tarde.

"Fuck it", pensé, y me senté a escribir de todos modos.

A pesar de que estaba dispuesto a llegar tarde a mi compromiso, sólo por llevar a ustedes un post de calidad; el destino no quiso que eso pasara.

Verán: me senté frente a mi monitor, y me dispuse a redactar algo sensual e impresionante.

Writer's block.

Traté de pensar en un buen tema, pero sólo se me ocurrían cosas como "Puedo romper sandías con mi cabeza", "voy a irme a Celaya en unos días", "tengo la peor condición física del mundo, y casi muero por culpa de ello", "el otro día me atacó una abeja africana", etcétera.

A pesar de la piterez de esos temas, traté de escribir un borrador acerca de un par de ellos, para ver qué tal quedaba; después de todo, chicle y pega, ¿no?

Fue entonces cuando una voz dentro de mí dijo "no seas imbécil, te está quedando de la pichula, y además, como eres un idiota y te despertaste bien tarde, ya no tienes tiempo que perder. Animal."

Como esa pequeña vocesita sonaba muy enojada y violenta, decidí no seguirla haciendo enojar, así que borre mis borradores (har har) y me puse a escribir esto.

Así que, lo que quiero decir es: hoy no habrá post, porque ya se me está haciendo tarde.
Mañana trataré de escribir algo decente. Espero que el día de hoy me pase algo cagado que amerite contarse.
Todo apunta a que así será.

Atte:
La gerencia

lunes, 16 de noviembre de 2009

De fuerzas superiores

Hace unos días, mientras tomaba un café con una amiga, que llamaremos Zapatosdecharol, el tema del karma y del destino salió a colación, tal vez porque últimamente, su vida ha entrado en una espiral de eventos azarosos que parecen hilados por las manos del mismísimo Alláh.

Mi amiga me decía que sin darse cuenta, le han estado pasando un montón de cosas que parecen irrelevantes, pero que en cuanto pasa un poco de tiempo, voltea hacia atrás, y se da cuenta de que afectan mucho más de lo pensaba.

Yo:
¿Cómo qué cosas?
Zapatosdecharol:
Pues no sé... como que de repente me encuentro un cupón del 50% de descuento en una hamburguesa, y después se me olvida que me lo encontré; pero un par de días después, lo veo en mi bolsa, y como estoy cerca del McDonald's, entro a comprarme mi hamburguesa, y resulta que adentro está un amigo que no he visto en como 5 años. Platicamos, quedamos de vernos, y cuando me doy cuenta, ya estoy saliendo con él.
Yo:
¿Osea que tu teoría es que Dios inventó las hamburguesas como un medio para que el amor verdadero llegue a tu vida?
Zapatosdecharol:
Obviamente no, tarado, pero pues sí me hace pensar que ciertas cosas están destinadas a pasar, ¿no crees?

"Probablemente", le contesté, mientras le daba un sorbo a mi americano muy cargado.

Seguimos hablando sobre el tema, y me siguió dando ejemplos de como ciertas cosas que de momento no parecen importantes, en un futuro van a adquirir más relevancia de la que podemos ver a presente.

"Si las cosas tienen que pasar, van a pasar..." dije, un poco en voz baja, mientras recordaba a una persona muy importante que me dijo esas mismas palabras hace un tiempo ya.

"Exactamente, a eso me refiero", me dijo mi amiga.

Como sentí que estaba a punto de entrar en un momento emo, cambié de tema, y le dije que su peinado me parecía ridículo.
La mejor forma de evitar silencios incómodos, es lanzando insultos al azar.

Curiosamente, con el paso de los días, el mismo tema surgió en la conversación, varias veces, y con varias personas diferentes; cada una de ellas, dándome un par de ejemplos acerca de cómo las cosas que tienen que pasar van a pasar, de una forma u otra.

"¿No te ha pasado que conoces a una persona, y después de unos días, sientes como que llevas muchos años de conocerla?", me decía un amigo, mientras estábamos sentados tranquilamente en una banqueta, comiendo papas de carrito.

Como yo tenía la vista fija en el infinito, y no contesté nada, mi amigo continuó:

"Así como... no sé... que confías muchísimo en esa persona, y que puedes hablar con ella con toda la confianza del mundo, a pesar de que realmente no llevas mucho tiempo de conocerla. Como si hubieran sido amigos de toda la vida..."

Lo voltée a ver, con mirada interrogante.

"Sí güey, así como si esa persona estuviera destinada a llegar a tu vida en cierto momento; y de cierta forma lo supieras..."

"Tu peinado me parece ridículo, cabrón", le dije, mientras sonreía un poco, haciendo una broma que sólo yo iba a entender.

Y así, por azares del destino, muchas personas me han estado haciendo ver que, a veces, no tenemos completo control sobre ciertos eventos de nuestra vida.

Y ayer, en una fiesta; de alguna forma la misma conversación volvió a salir, una vez más.

Entre delfines, barajas, y Torres, me puse a platicar con una niña que acababa de conocer, y que llamaremos Bufandarosa.

Después de un rato, la plática derivó en amores pasados, corazones rotos, y golpes de la vida:

Bufandarosa:
Ya estoy cansada de buscar el amor, ¿sabes?
Yo:
Sí, sí sé. Como que es de esas cosas que tienes que aprender a putazos, o si no jamás vas a entender.
Bufandarosa:
¿Entonces también te ha pasado?
Yo:
Pfft, me pasó hace un par de semanas.
Bufandarosa:
¿Cómo estuvo?
Yo:
Pues es... complejo. Básicamente estaba convencido de que si en serio deseamos algo, tenemos que hacer todo lo posible por conseguirlo...
Bufandarosa:
¿Y no funcionó?
Yo:
No. En mis ganas de conseguir lo que quería, acabé dándome en la madre. Lo peor fue que no entendí las cosas hasta que me hicieron algo que me lastimó muchísimo.
Bufandarosa:
Los humanos somos bien pendejos, ¿verdad?
Yo:
Algunos somos más que otros, ja.

Me quedé callado un par de segundos, dándome cuenta de lo emo que sueno a veces, y después agregué: "pero sí, yo también estoy cansado de buscar el amor, ¿sabes?"

Ella se le quedo viendo a mis desgarradores ojos verdes, y me dijo:
"Pues igual y el chiste es dejar de buscarlo. Digo, si las cosas tienen que pasar, van a pasar, ¿no crees?"

Ligeramente sacado de onda por la cantidad de veces que esa frase había aparecido en mi vida en los últimos días, me quedé callado, y nada más le sonreí.

"Eres increíble niño, ¿no te ha pasado que acabas de conocer a alguien, y sientes como si llevaras muchísimo tiempo de conocerlo?", me dijo.

"¿Como si esa persona estuviera destinada a llegar a tu vida en cierto momento; y de cierta forma lo supieras?", contesté.

"¡Exactamente! ¿No te ha pasado?"

"No tienes ni idea", le dije, sonriendo.

Se hizo un silencio ligeramente incómodo, en el que ninguno de los dos supo qué decir.

Después de unos cuantos segundos, ella me pellizcó el brazo, y me dijo "¡oye, tu peinado es lo más ridículo del mundo!"

Freaky.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Carta abierta al estúpido sindicato de electricistas

Vivir en una de las ciudades más grandes del mundo tiene sus ventajas, como por ejemplo: siempre tener algo interesante qué hacer, que muchos artistas que no van a ciudades pequeñas decidan dar conciertos aquí, sentirte cosmopolita, poder elegir entre una enorme cantidad de actividades, tener lugares para encontrar TODO lo que busques, piratería barata, etcétera.

Lamentablemente, también tiene desventajas, y muchas:
Exceso de gente, exceso de tráfico, exceso de estupidez, perder tiempo transportándote de un lado a otro, falta de agua, pésimos servicios públicos, etcétera.

Y hoy, los habitantes de Chilangolandia tuvimos que sufrir otro de los inconvenientes de vivir en donde vivimos: las estúpidas manifestaciones.

Yo sé que la gente tiene derecho a manifestar su inconformidad con el gobierno y todo eso, pero no le veo el caso a chingarle la vida a los civiles en el proceso.

Digo, no quiero sonar todo derechoso, de "arriba el gobierno y abajo los subversivos", porque ese no soy yo.
Yo no estoy ni a favor del gobierno, ni a favor de los manifestantes; simplemente estoy en contra de cualquier cosa que me haga la vida más complicada.
La política me importa un carajo, lo único que me importa soy yo.

Pero antes de seguir debrayando con cuánto me amo, quiero decirle algo a los manifestantes (que, evidentemente, jamás me leerán):

Queridos hijosdeputa:

Seamos realistas, al gobierno no le importa lo que tengan que decir.

Si 30 gatos se paran afuera de la cámara de diputados y se ponen a gritar lo que sea que griten; no va a servir de nada.

Si unos cuantos tarados deciden cerrar las carreteras, no afectan al gobierno; afectan a la pobre gente que no tiene nada que ver, y cuyo único error fue tener que viajar por carretera.

Si 10 pendejos quieren ponerse a la mitad de una avenida, para protestar por la falta de apoyo a la industria de los dildos de madera, lo único que hacen es chingar a los civiles que necesitan usar esas avenidas para llegar a su casa, a su trabajo, a donde sea que se les pegue la gana de ir. Y esa gente tiene derecho de ir a donde sea que se les pegue la gana.

Chinguen a su madre.

Y hoy, con la estúpida mega manifestación del sindicato de electricistas, me dieron en la madre a mí, y eso, queridos hijosdeputa, ya es personal.

El gobierno les cerró su compañía, boo-fucking-hoo.
Su compañía era un asco de todos modos. Su servicio era pésimo, cobraban lo que se les pegaba la gana, y cada vez que soplaba una brisita, o llovían 3 gotas, se iba la luz.

No dejaré que mi experiencia personal con la compañía de luz y fuerza afecte esta carta, que, en teoría, debería de haber sido sumamente profesional y propia (aunque obviamente perdió su caracter oficial en el momento en que los llamé queridos hijosdeputa); pero mi punto es ese:
Su compañía era un asco.

Entiendo que estén inconformes por la forma en la que la policía tomó las instalaciones, así, de putazo, sin avisarles.
Entiendo que, por alguna razón, crean que deben recibir algún tipo de indemnización, a pesar de que ya se les dieron como 1000 tipos de apoyos que ni siquiera se merecían.
Entiendo que quieran mejorar su situación.

Lo que no entiendo, es por qué diablos creen que tienen derecho a tomar estaciones de metro, a cerrar universidades, a secuestrar avenidas, y, básicamente, a paralizar toda la ciudad.

¿Quieren el apoyo popular?
Aquí les va un consejo: DEJEN DE JODER A LA GENTE QUE NO LES HIZO NADA.
La misma gente que les está pagando sus estúpidamente infladas liquidaciones, por cierto.

Como creo que mis argumentos ya se entendieron, voy a cerrar mi carta con una reflexión:
Por su culpa me tuve que levantar una hora más temprano. Espero que mueran en un incendio.
Váyanse al diablo.

Sin más por el momento, agradezco de antemano la atención a la presente.

Atte:
Uno de los miles de ciudadanos afectados por sus pendejadas.

PD: Viva la familia.

martes, 10 de noviembre de 2009

Moraleja del día

Si estás tocando batería, trata de no confundir tu pierna con la tarola.

Duele terriblemente.

Ahora si me disculpan, necesito ir a ponerme hielo.

Prometo poner un post decente mañana.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Un post Halloweenesco que llegó un poco tarde

El día de hoy, me di cuenta de que las fiestas de disfraces todavía no terminan; lo cual me hace pensar que la gente está obsesionada con los disfraces. O con las fiestas. O con el alcohol. O con verme en sensuales situaciones donde yo me ponga ropa que normalmente no usaría.

Sea como sea, hoy voy a ir a dos fiestas de disfraces; a pesar de que Halloween fue la semana pasada.
Y si algo he aprendido en todas mis experiencias disfrazadas, es que la gente no suele ser muy creativa:
Enfermera, Michael Jackson, pirata (Johnny Depp, probablemente), el Güasón, Doctores, mujer en poca ropa, Conejita, y sobre todo; zombies.

Si alguien gritó "disfraces que TODO el mundo usa porque creen que son cool y originales", entonces ganaron el juego. Porque estábamos jugando un juego, ¿saben?

Pero en fin, ver a tantas personas con pésimos disfraces de zombies, me puso a pensar en los apocalipsis zombie, que, como algunos de ustedes saben, es una de mis mayores preocupaciones en la vida.

Y si algo me ha enseñado Hollywood, es que el amor verdadero triunfará sobre todos los obstáculos, sin importar la cantidad de situaciones graciosamente absurdas que la vida nos ponga enfrente.
Y además, triunfará en el último momento, cuando todos se habían dado por vencidos. No, algo nos hará darnos cuenta de cómo son las cosas en realidad, y entonces tendremos una emocionante escena de persecución, donde nuestra amada no sabrá que estamos justo detrás de ella, y nosotros tendremos pocos segundos para hacer notar nuestra presencia.
En el último segundo, lo hará, y explicaremos todo lo que tenemos que explicar, sólo para recibir un romántico beso a la mitad de algún lugar público, mientras una cámara gira a nuestro alrededor.

Y si he aprendido otra cosa de Hollywood, es que todos los apocalipsis zombie son iguales.
Así que el día que todo se vaya al demonio; lo hará en una forma tan cliché que duele.

Todo empezará con algún científico idiota, que hará cosas que no debería de estar haciendo.

"Oigan, deberíamos de mutar el virus del ébola, y combinarlo con un tipo de rabia para el cual no haya cura; después deberíamos de inyectar ese nuevo súper virus en un pedazo de carne cruda, y dárselo de comer a Josefino, el simio que tenemos enjaulado", dirá, el estúpido científico.

Evidentemente, Josefino se infectará con el virus más mortal que el mundo haya conocido.

Después, el científico, en vez de conservar a Josefino enjaulado en forma segura, y de preferencia en cuarentena; hará algo mucho más imbécil, como... qué se yo, tratar de jugar ajedrez con el chango (a pesar de los claros indicios de infección).
Josefino morderá al científico, porque eso es lo que hacen los changos con eborabia.

El científico, en lugar de matar al chango y suicidarse, como castigo por ser tan imbécil, decidirá ignorar los síntomas que empezará a padecer.

"Vaya, creo que estoy orinando sangre, y me parece que mi cabello se está cayendo a puñados. Además, tengo unas ganas voraces de morder a mis hijos. Hmm... creo que debe de ser toda la fibra que estoy comiendo en las mañanas", pensará el científico, condenándonos a todos al infierno.

Una vez que la enfermedad sea demasiado obvia como para seguir viviendo en sociedad, el científico por fin decidirá ir al hospital. Claro, ya será demasiado tarde, porque está a punto de convertirse en el primer zombie que la raza humana conozca.

Una vez en el hospital, el doctor, en lugar de poner al tarado en cuarentena, lo examinará de cerca. De muy cerca. Tan de cerca, que el zombie podría morderlo.

"Esa mirada asesina no es normal. Permíteme sacar mi abatelenguas y examinar tus dientes. Eso es, buen chico."
Todos sabemos lo que pasará después.

Una vez que el doctor fue mordido, arañado, y maltratado severamente; decidirá hacer lo que cualquier doctor responsable haría: correr por todo el hospital, mientras vomita, escupe sangre en los pobres inocentes que pasan junto a él, y muerde a quien se le acerque. Douchebag.

La infección ya está en proceso.

La noticia de un súper virus mutante se difunde por los medios de comunicación, diciendo CLARAMENTE que es en extremo mortal, y que convierte a la gente en zombies.

Todo el mundo se quedará en sus casas, con una escopeta apuntada hacia la puerta, haciendo todo lo posible por sobrevivir, ¿no?
No.

Todo el mundo sale de sus casas, para ver si sus seres queridos están sanos y salvos; ignorando el hecho de que podrían haberlo averigüado con una simple llamada telefónica.

Obviamente, con tanto tráfico en las calles, la infección se difunde mucho más rápido de lo que debería.
Algunas personas encontrarán a sus seres queridos infectados por la eborabia.

"Nicolás, todavía te amo, a pesar de que el virus está carcomiendo tus entrañas, y estás condenado a una muerte lenta y extremadamente dolorosa. El amor lo puede todo, saldremos de esto juntos; ven, abrázame".

Nicolás los moderá, y los contagiará.
Debieron de haberle disparado en la cabeza mientras pudieron.

La infección se empezará a propagar aún más rápido, y las personas que aún están sanas, empezarán a emprender un viaje hacia una "zona segura", asignada por el gobierno.
La zona segura resultará ser mucho muy insegura, y todos serán comidos vivos.

En poco tiempo, la epidemia ya incapacitó todo el mundo: ya no hay medios masivos de comunicación, y existen muy pocos sobrevivientes.

De alguna forma, unos cuantos de estos sobrevivientes (curiosamente, todos con personalidades diferentes pero carismáticas) se encontrarán, y decidirán buscar refugio.
Harán un pésimo trabajo.

"¡Miren, una tienda de armas con refugio antibombas lleno de comida! ¡Escondámonos ahí!"
"Pero mira... junto a la tienda de armas hay un McDonald's"
"¡Sí, escondámonos en el McDonald's, tiene un tobogan!"

Sorpresa sorpresa.

Una vez que están "refugiados" en el McDonald's, los sobrevivientes empezarán a pelear entre sí, tratando de establecer quién es el macho alfa. Habrá traiciones, y se crearán alianzas.

En lo que todos discuten para decidir quién es el líder de la bola de tarados, los zombies entrarán al lugar, rompiendo sus patéticas barricadas; y se los comerán a todos.

Fin.

Felicidades humanidad, perdimos ante un montón de zombies.
Ah, pero queríamos tener changos de mascotas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Drácula se revuelca en su tumba

El día de hoy, estaba yo regresando del aeropuerto, a horas olvidadas por nuestro señor Jesús Cristo; cuando pasé enfrente de un espectacular que decía "Crepúsculo: Luna Nueva", en grandes letras rojas, colocadas justo debajo de una foto de como 4 o 5 tipos que se veían extremadamente parecidos el uno al otro.

"Puuuuuutísima madre... ya va a salir la nueva mariconada", pensé en voz alta, muy para el disgusto de mi señor padre, que por enésima vez, me dijo que no podía ir por la vida diciendo groserías en momentos al azar.

Pero mi punto se mantiene: señoras y señores, estamos condenados.
Condenados a tener que aguantar a un montón de quinceañeras pendejas hablar incesantemente acerca de lo magnífico y maravilloso que es Twilight, y de como si en este mundo existieran hombres como Edward Cullen, el amor verdadero podría vencer.

"Ah, si tan sólo todos fuéramos vampiros", dirán, con una mirada perdida y retrasada, mientras piensan que los vampiros son los seres más románticos de la creación del señor.

Pues déjenme decirles algo, queridas taradas:
Los vampiros NO son parte de la creación del señor. El señor odia a los vampiros.
En especial a Edward Cullen.

Y queridos lectores imaginarios, el día de hoy vengo con una queja más:

¿En qué momento los vampiros pasaron de ser algo oscuro, sobrenatural, misterioso, y cool; a algo gay, homosexual, puyeye, luliluli, mariposo, y AlejandroFernandezco?

¿Por qué de repente está de moda que te gusten los vampiros, sólo porque piensas que tienen que ver con historias de amor?

¿Por qué las quinceañeras se vuelven más y más estúpidas a cada segundo que pasa?

Odio Twilight.
En mi opinión, engloba muchas de las cosas que están mal con la sociedad actual:
Manipulación de la gente tonta, una obsesión con las relaciones amorosas, la metrosexualidad, el seguimiento de manadas, la gente andrógina, y Edward Cullen.

Y creo que parte de mi odio, es que simplemente no comprendo.

Digo, a través de la historia se han escrito miles y miles de libros mediocres, ¿no?
Entonces, ¿qué hace especial a esta horrenda serie de libros?
¿El hecho de que hablen de pseudo-vampiros?, ¿el mensaje aspiracional de "aunque seas diferente que los demás, tú eres especial y puedes encontrar el amor"?, ¿la cantidad desbocada de hormonas que se encuentran emanando de las pubertas incultas?

Y otra parte de mi odio, radica en que gracias a esas estúpidas películas/libros/porquerías; voy a tener que escuchar un montón de comentarios y reseñas que simplemente no quiero oír.

"Pero Dexter, ¿por qué no simplemente te alejas de las gordas darketas y emo que seguramente hablarán de eso TODO el tiempo?", se estarán preguntando.
Pues me temo que no es tan fácil.

Inevitablemente, por los rumbos en los que muevo, estoy rodeado de preparatorias, bachilleres, universidades de paga, centros comerciales, cines, y demás establecimientos que SIEMPRE están atascados con el tipo de gente que ama Twilight.
Me encuentro navegando solo, a la deriva, en un mar de idiotez humana.

Y creo que lo que más me duele, es que aunque la euforia por Luna Llena o como sea que se llame la película, va a terminar en un mes o dos, de todos modos voy a tener que seguir sufriendo a los vampiros gays por mucho tiempo más.

¿Se han dado cuenta de la enorme cantidad de cosas vampirescas que existen actualmente?
True Blood, Vampire Diaries, Supernatural, Ernest el vampiro, El hijo de drácula, Batman, Máscara de sangre, Vampnevermore, The man who sucked blood, etcétera.

Sí, tal vez me haya inventado muchos de esos nombres, pero mi punto se mantiene; ahora, está de moda alabar a los vampiros metrosexuales, y ser una gorda darketa.

Entre Twilight, Kanye West, Monsieur Gaga, y Taylor Swift; la juventud de hoy en día está caminando derechiiiito a la estupidez.

Muchas gracias por perpetuar la milenaria tradición humana de no usar el cerebro.

Ahora, si me disculpan, voy a recluirme en mi cueva, como todo el ermitaño amargoso que soy.
Despiértenme cuando se estrene la próxima película de Harry Potter.


Edit: La gente me toma demasiado en serio.

viernes, 30 de octubre de 2009

Felices 23, querido Dexter

Y va siendo momento del típico post cumpleañero.

Como algunos de ustedes saben, mañana es mi cumpleaños; lo cual implica que el día de hoy voy a ponerme la enfiestada de mi vida, así que aprovecho este momento para escribir el post; ahora que mis neuronas siguen vivas y coleando.

Cada año acostumbro sentarme frente a este monitor, mientras reflexiono acerca de todo lo que me ha pasado en el año, y cuando termino, me siento aún más maduro e inteligente que antes.

Esta vez no.
Este año no tengo la motivación para filosofar, ni para hacerme el intelectual.

Lo único que quiero, es que estos 22 años terminen, a la de ya.

Siendo sinceros, mis 22 años no fueron los mejores de mi vida; au contraire, creo que probablemente fue uno de los peores años de mi aún corta existencia.

Si lo veo en retrospectiva, pasé gran parte de mis 365 años sintiéndome miserable, y sufriendo penas que ni siquiera eran necesarias.
Fue un año lleno de incertidumbre, desesperación, y situaciones que fueron menos que ideales; pero a fin de cuentas, aquí estoy, sentado frente al mismo monitor que el año pasado.
Sigo aquí.

Ahora, tampoco es como si TODO hubiera sido malo; porque este año también me divertí montones, y aprendí muchas cosas sobre mí mismo que no hubiera podido conocer si no hubiera sido por todo el drama que había en mi vida.

De todos modos, en estos momentos, lo que más deseo, es que mi número cronológico pase de 22 a 23, para poder empezar un nuevo capítulo en mi vida; completamente ajeno a lo que viví este pasado año.

Cuando sople las velitas del pastel que me lleven mis amigos (y que muy seguramente terminará embarrado en mi cara), voy a desear un nuevo comienzo: el comienzo de un año mucho mejor que el que acaba de terminar.

"When my smile gets old and faded, wait around, I'll smile again..."
Que este año sirva para probar que pase lo que pase, yo voy a ser feliz, de una forma u otra.

Váyanse al diablo, veintidos primaveras.

Felices veintitres, querido Dexter.

Se aceptan regalos, felicitaciones, y chicas sensuales.

lunes, 26 de octubre de 2009

No está chido

Hoy es lunes, y odio los lunes.
Los inicios de semana me aburren y me dan una flojera tremenda.
Los martes son la onda, y posiblemente sean mi día favorito de la semana, pero los lunes son una mentada de madre.

Estoy en semana de exámenes, y odio las semanas de exámenes.
No me dan tiempo ni siquiera para pensar.
Normalmente tomo cualquier pretexto disponible para no pensar; pero las semanas de exámenes hacen que TENGA que pensar, sólo que en cosas que no son divertidas.

Ya va a ser mi cumpleaños, y odio mis cumpleaños. Envejecer me deprime.
Lo único que me hace sentir mejor, es que no hay forma posible de que el próximo año sea peor que el pasado.
Así bajara el mismísimo Godzilla de los cielos y aplastara mi casa; no podría irme peor que el año que está terminando. Así de grave.

Tengo frío, y odio tener frío.
Mi gente no está hecha para vivir tan lejos del Sol.
En serio, hay pocas cosas peores que andar por la vida temblando de pies a cabeza. Además me vuelvo aún más grosero e irritable que de costumbre.

No tengo barba, y odio no tener barba.
No sé por qué, si ya soy todo un adulto joven; soy incapaz de poder crecer una barba medianamente decente.
Mi caso es tan grave, que hasta Diego Luna tiene vello facial más impresionante que yo. Muero por tener una varonil barba cerrada.

Mi hermana se va a vivir al primer mundo, y odio que mi hermana se vaya a vivir al primer mundo.
Digo, chido por ella, pero me deja sólo y triste en un país tercermundista; sin el apoyo y consejo que sólo las hermanas mayores pueden ofrecer.
¿Ahora quién va a odiar a mis novias?
Seguramente todas mis amigas; pero nadie las odiará con tanta enjundia como mi hermana lo hacía...

Tengo bloqueo de escritor, y odio tener bloqueo de escritor.
Pocas cosas me hacen sentir más idiota que sentarme frente al monitor, viendo la pantalla en blanco, y no tener nada qué decir.
Lo único chido del bloqueo de escritor, es que me hace sentir escritor.

Ya cambiaron de horario, y odio los cambios de horario.
Se me jode todo el reloj interno, y me siento como golondrina borracha. Nunca sé si es temprano o si es tarde.
Lo peor es que estoy seguro de que el cambio de horario es una medida idiota inventada por algún gordo burócrata, con la única motivación de romperle las bolas a los demás.

Estoy de amargoso otra vez, y odio estar de amargoso.
Lo curioso es que realmente estoy feliz. No sé por qué me estoy quejando de todo.

Meh, cosas que pasan.

jueves, 22 de octubre de 2009

Conversación aleatoria

Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
¿Ya tienes disfraz para el sábado?
Our Kid dice:
El sábado no voy a ir disfrazado
Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
¿Entonces vas a ir a la fiesta de disfraces sin disfraz?
Our Kid dice:
Sí, no tengo presupuesto y no tengo ganas de disfrazarme
Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
Vaya, tú sí que vives la vida loca
Our Kid dice:
I know
Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
No seas imbécil, sí tienes que llevar un disfraz
Te sugiero mi idea del disfraz irónico
Compras una playera de esas blancas, de a 20 varos
Y le escribes con sharpie "Sí, este es mi disfraz"
Our Kid dice:
Ja, lo haré
O mejor me compro un sharpie y la playera, y dejo que me escriban lo que quieran
Soy un pizarrón
Esa es hasta buena idea para sacar phones
Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
...
Te voy a dibujar un enorme pene
Our Kid dice:
Equis, no te puedo decir nada
Soy un pizarrón
Dexter [ Soylent Green is people! ] dice:
Un pizarrón con un enorme pene apuntándole directo al trasero


Será la mejor fiesta de disfraces de la historia.

lunes, 19 de octubre de 2009

Si lo sabe Dios...

Tengo que confesar algo, lectores imaginarios:
No soy perfecto.

Les daré un par de segundos para que se recuperen del shock que seguramente les causó semejante revelación.

¿Ya?
Ok.

Sí, como les iba diciendo, me temo que no soy perfecto (but I'm damn close, though); tengo un par de defectos.
Uno de ellos, que por cierto, me ha causado algunos problemas durante el transcurso de los años; es que no soy muy bueno reconociendo mi propio límite en materias alcoholísticas.

¿Saben como existe una delgada línea que separa "estoy happy, y me la estoy pasando de poca madre" de "no mames, estoy bien pedo, creo que voy a vomitar"?
Sí bueno, yo también sé que existe, pero soy PÉSIMO ubicándola.

Muchos años de adolescencia me enseñaron que la mejor forma de no cruzar esa línea, es no beber; y es lo que normalmente hago: me abstengo de consumir bebidas embriagantes porque sé que soy malísimo tomando.
Sin embargo, de vez en cuando acabo en un lugar donde empiezo a beber, y se me pasan las copas.
Cuando eso pasa, normalmente mi noche acaba en vómito masivo. It's not pretty.

Y el día de ayer, precisamente, algo así pasó.

Verán: el destino me llevó a una fiesta, donde el atractivo era "la cerveza cuesta 1 peso".
Eso, combinado con que estaba viendo a muchos amigos que llevaba como 4 años sin ver, hicieron que yo pensara que unas cuantas chelas no iban a ocasionar daño alguno.

Atacando mi bolsa de morralla, empecé a consumir cervezas.
6 pesos después, yo ya estaba pisando esa peligrosa línea entre el "vaya, creo que mi conversación es más interesante que de costumbre" y el "Spring break! ¡Woooooo!".
Sí, se necesitan 6 cervezas para ponerme happy, soy un pésimo pésimo bebedor.

En esos momentos, me dieron ganas de orinar, así que acudí con presteza a mi baño más cercano. Una vez que mi vejiga estuvo libre de orines, me fui a lavar las manos, y cuando me vi en el espejo, noté que mis ojos son estúpidamente verdes.
Sorprenderme del color de mis ojos siempre ha sido mi señal para dejar de beber.

Salí del baño, y me puse a platicar con unas amigas; habiendo decidido abandonar el alcohol por el resto de la noche, antes de que algo malo pasara.

En eso, se me acercó mi amigo Tepoz, que también estaba en la fiesta, y me propuso algo.
"Vamos a tomarnos unos caballitos de Tequila", me dijo, en tono alegre.

Le mencioné que mis ojos eran muy verdes, y que por eso yo ya no debía de tomar más; pero me insistió, alegando que hacía muchísimo tiempo que no brindábamos.

Happy, y sin muchas ganas de refutar, accedí, todavía pensando que un par de caballitos no podían hacerme demasiado daño.

Empezamos a tomarnos caballitos de Tequila a lo estúpido, brindando por todas las pendejadas que se nos ocurrían.
En serio, soy un pésimo bebedor.

Después de un rato, regresé a platicar con mis amigas.

Y entonces me apagaron el switch.
La línea estaba cruzada.

La gente que presenció la escena, asegura que momentos después, yo ya estaba brincando de mesa en mesa, mientras gritaba "Spring break! ¡Wooooo!"

Lo siguiente que ocurrió es un poco borroso, pero recuerdo haber estado fuera del bar, caminando en forma errática, mientras un amigo me cuidaba para que no hiciera desvaríos demasiado graves.
Poco después, vomitaría mis zapatos.

Mis amigos decidieron que no era buena idea que yo me fuera a mi casa en ese estado, así que uno de ellos ofreció su hogar para ejercer de asilo político.
Una rápida llamada de teléfono después, mis padres ya sabían que no iba a llegar a dormir. Y también supieron que yo estaba bien mal, porque curiosamente se me ocurrió mencionarles que estaba bien pedo.
Sí, soy un pésimo bebedor, y tomo pésimas decisiones.

Hoy en la mañana, me desperté dándome cuenta de que la noche anterior, había perdido mi gorro favorito, toda la pila de mi celular se había agotado (misteriosamente), y además, también había perdido mi playera.
No tengo ni idea de cómo se pierden las playeras en las pedas, pero así pasó.

Le marqué a Tepoz para preguntarle si de casualidad no sabía qué demonios le había pasado a mis cosas, pero simplemente me contestó:
"No mames, yo me desperté en mi casa, pero sin cartera, sin lentes, y sin coche".

"¿Sin coche? Pero si ayer ni siquiera llevabas tu coche...", le dije.

"Y sin embargo, me las arreglé para perderlo", me dijo, con un tono que oscilaba entre la tristeza y la preocupación extrema.

"Vaya, qué buena peda", le dije, tratando de encontrarle gracia a nuestra situacion.

Poco después, le marqué a mi jefe para que pasara por mí a casa de mi amigo.

En el camino, me iba regañando severamente (y con toda la razón), diciéndome que ya no estaba chido que me pusiera borracheras así, y que no entendía por qué seguía haciendo este tipo de pendejadas.

Curiosamente, mientras me venía diciendo todas esas cosas, a mí me dieron ganas de vomitar. MUCHAS ganas de vomitar.

Parte de mí venía oyendo el regaño de mi señor padre.
Parte de mí tragaba saliva una y otra vez, tratando de mantener la compostura.
Parte de mí decía "concéntrate cabrón, ya casi llegas, ya casi llegas"
Parte de mí se preguntaba si vomitar por la ventana de un coche, a la mitad de un eje vial, sería un faux pas social.
Y parte de mí, pensaba "Caray, vomitar en el coche mientras me regañan por haberme puesto bien ebrio... si esto no me estuviera pasando a mí, lo encontraría profundamente jocoso..."

Y es por eso, lectores imaginarios, que el día de hoy tomé la decisión de no volver a tomar ni una sola gota de alcohol de aquí al 2010.

Cuando tome malas decisiones, quiero tener la certeza de que las estoy tomando en mis 5 sentidos.

martes, 13 de octubre de 2009

Anuncio martusino

Hoy es martes Peruano en:

Cinco Minutos De Fama

Así que estaría chido si pasaran, leyeran, y dejaran uno que otro comment.

Thx.
Lovyoulongtime.

Atte:
La Gerencia

domingo, 11 de octubre de 2009

¿Saben qué es feo?

- Ser pobre
- El sabor a plástico quemado
- La gente gorda
- Los munchies a las 4 de la mañana
- Las manzanas que saben chistoso
- Que no falte el pendejo que te toma fotos y video cuando estás haciendo estupideces
- El miedo de que esos videos terminen en youtube
- Dormir en posiciones incómodas, tapado por una cobija rosa
- Sentir que tu vida es un musical
- Ir al mejor restaurant de sushi que jamás hayas conocido, y no tener tiempo de quedarse a comer
- Ya no aguantar más de 3 chelas sin ponerte happy
- Darte cuenta del paso de los años
- Ahogarte con unos Doritos Diablo
- Madrugar
- El pollo rancio
- Y muchas otras cosas más


¿Y saben qué es más feo?
Que lo feo no te parezca feo.