jueves, 31 de diciembre de 2009

De recuentos -completos- de daños

El día de ayer, tenía la idea de escribir un post que hiciera un recuento de los daños del 2009 (sugerencia de un gran amigo mío), pero por diversas circunstancias, no estuve en mi casa en todo el día; así que no tuve tiempo de hacerlo.

Cuando por fin llegué a mi hogar, seguía sintiéndome obligado a escribir algo; pero mi razonamiento y habilidad motriz estaban ligeramente mermadas por unas cuantas one too many chelas, así que terminé posteando algo que, sinceramente, no me gustó (y por tanto, ya fue borrado).

Por eso, el día de hoy, después de leer algo que escribió el mismo amigo que me sugirió el recuento de daños; planeo rectificar la situación de ayer, y hacer un completo y concienzudo análisis de lo que fue mi 2009: un año que, sinceramente, tuvo más cosas malas que buenas.

Así que, mis queridos lectores imaginarios, lo que ustedes están a punto de leer, es una crónica sumamente personal acerca de mi año, el que está a punto de terminar.
Normalmente no soy alguien que escriba acerca de cosas tan personales, pero siento que es momento de hacerlo.

Here goes nothing:

Mi año empezó en una forma agridulce.
Pocos días antes de que sonaran las campanadas, yo había reanudado la relación más importante de mi vida.
Algunas cosas seguían estando mal, otras cuantas estaban bien; pero el caso es que a la medianoche, cuando hablé con ella, prometimos que íbamos a hacer todo lo posible porque los problemas del 2008 no se repitieran, y porque "este 2009" sólo nos trajera felicidad y momentos bonitos.
Si tan sólo hubiésemos sabido lo que nos deparaba...

Los meses fueron pasando, y era obvio que esa relación ya estaba más muerta que viva. Los rencores del pasado hacían que no pudiéramos esforzarnos en salvarla.
Al menos, jamás encontramos la forma de entregarnos los dos al mismo tiempo; parecía que estábamos jugando dominó: "Te toca", "ahora te toca a ti", "si tú haces eso, entonces yo te bloqueo haciendo esto otro".
Caímos (subconscientemente, supongo), en un juego de "a ver a quién le interesa más"

Cuando me di cuenta de lo que estaba pasando, me saqué de onda completamente, y traté por todos los medios de rescatar lo que teníamos.
Pero ya era muy tarde, como ella me lo hizo saber en múltiples ocasiones.

Pocas veces en mi vida encuentro algo que me interese lo suficiente como para entregarme al 100%.
No es por sonar mamón, pero estoy acostumbrado a que las cosas me lleguen muy fácilmente.

En cuestiones económicas, he tenido la suerte de crecer en un ambiente donde no he tenido muchos problemas; y además, el dinero jamás ha sido una de mis prioridades.
En cuestiones sociales, soy tan bueno leyendo a la gente, que nunca he tenido ningún problema para obtener lo que quiero.
En cuestiones amorosas, aprendí que unos ojos verdes combinados con una mirada triste, hacen que la mayoría de las mujeres te den, por lo menos, una segunda mirada. Y no es por ser creído, pero normalmente, una segunda mirada es todo lo que necesito.

El caso es que siempre he sido alguien que obtiene lo que quiere, y no tiene que esforzarse mucho para conseguirlo.

Sin embargo, en este caso en particular, las cosas cambiaron.

Decir que me esforcé en rescatar mi relación es poco.
No dí el 100%, dí un 300%, y cualquier persona que me haya visto en ese entonces, puede atestigüar que fue cierto.

El prospecto de perderla a ella, era algo que no podía aceptar.
Terminé dejando pasar cosas que me hacían muchísimo daño, con tal de mantener viva la esperanza de que las cosas pudieran solucionarse.
Al final del día, ya era demasiado tarde como para salvar la relación, como ella me hizo saber en múltiples ocasiones.

Nos dimos un tiempo para aclarar la mente, y después, volvimos a tratar de arreglar las cosas.
Sinceramente, yo sentí como que el único que estaba tratando de arreglar algo, era yo.
Ella cada vez estaba más distante y más fría. Sus razones tendrá, estoy seguro.

Y entonces, en esos tiempos en que el país estaba paranóico por la "epidemia" de influenza; llegó lo que probablemente fue la peor semana de toda mi vida.
La week from hell, la llamarían mis amigos, una vez que se enteraron de todo lo que pasó.

Esa semana, fue la que me dejó saber que mi relación ya estaba realmente muerta.
En esa semana, pasaron cosas que jamás voy a olvidar. Por alguna razón, esa semana ella me trató peor de lo que jamás me había tratado en 2 años de relación.
Grosería tras grosería, pretexto tras pretexto, culerada tras culerada.

Ese fue mi breaking point; cuando acabó esa semana, yo supe que ya no tenía ningún caso seguir arreglando las cosas.
Sí, estaba entregado al 300% a salvar la relación más importante de mi vida; pero si hay una cosa en este mundo que jamás, jamás, voy a tolerar, es que alguien sea grosero conmigo.
Una semana de groserías fue suficiente para saber que lo que tenía que hacer, era irme de ahí.

Sin embargo, esa semana no pudo haber caído en peor momento.

Mi familia estaba pasando por una mala racha, y el ambiente estaba más pesado de lo que yo jamás recuerdo haberlo sentido. Eran días en que lo único que quería, era salirme de mi casa.

La crisis económica nos había pegado más fuerte de lo que pensábamos, y también estábamos pasando por varios problemas debido a ello.

Por varias razones, yo tuve muchos problemas en mi escuela, y estuve a punto de perder el semestre.

Mi grupo de amigos también tuvo algunos altercados, y varios de nosotros nos dejamos de hablar; inclusive hubo una madriza.

Todo esto, combinado con mi situación amorosa, hizo que yo sintiera como que mi mundo se estaba derrumbando.
Si alguna vez en mi vida me he sentido realmente mal, ha sido esa semana. Esas semanas.

Sin embargo, después de un par de días de sentir como que todo lo que conocía estaba valiendo madres, de no comer, y de no poder dormir; decidí que ya había estado bueno.

Siempre me he enorgullecido de ser una persona que ha podido salir adelante a pesar de haber pasado por varios momentos bien difíciles. No iba a tirarme a la mierda, a pesar de que nada estaba bien.

Había pasado mucho tiempo recargándome en ella cada vez que necesitaba apoyo, o algo en mi vida no estaba bien.
Era momento de salir adelante yo sólo. Tenía que recordar cómo era vivir momentos difíciles por mí mismo, sin tener que recargarme en alguien más.

Agarrándome las pelotas, empecé a tomar medidas para arreglar todo lo arreglable.

Logré salvar mi semestre, logré hacer que mis amigos arreglaran sus problemas, mi familia se sentó a hablar, y resolvimos ciertos inconvenientes que nos estaban dando en la madre, la situación económica mejoró; todo iba volviendo a su lugar poco a poco.

Creo que hoy, 31 de diciembre, y viendo las cosas con un poquito más de objetividad y distancia, puedo decir que en ese momento, la peor parte de mi año había terminado.
Después de esas múltiples crisis, el 2009 empezó a pintar mejor.

Fue en ese momento cuando me hice mi tercer tatuaje, para recordarme a mí mismo que sin importar lo mal que puedan verse las cosas; siempre van a mejorar.

Pocos días después de haberme decidido a salvar lo salvable, y en uno de esos sorprendentes momentos de la vida que jamás ves venir, una de mis mejores amigas me marcó.
Lo curioso, es que llevaba años sin ver a esta amiga, porque a veces, sin motivo alguno, la gente simplemente se aleja.

Resultaba que mi amiga estaba pasando por mi casa, y se había acordado de mí.
Fuimos a tomarnos un café, después de cerca de dos años sin haber cruzado palabra.
Yo no sabía, en ese momento, que ese café sería el primero de muchos, y que recuperaría a la mejor amiga que he tenido en toda mi vida.

Otros amigos, que yo mismo había alejado (al estar tan concentrado en mi relación) también fueron apareciendo; y poco a poco, he ido reforzando lazos con ellos.
Tuve la suerte de estar rodeado por personas que estaban viviendo cosas similares a las que yo vivía, así que me entendían perfectamente, y yo los entendía a ellos.

Personas nuevas aparecerían en mi vida también.
Gente increíble que el destino puso frente a mí, en diversas circunstancias y por diversas razones; se fueron volviendo mis amigos.
El día de hoy, puedo decir, con una sonrisa en la boca, que muchos de ellos se han convertido en amigos de verdad: gente a la que le confiaría mi vida, porque sé que no me van a decepcionar.

También, una vez que mi mente se aclaró un poco, pude retomar varias cosas de mi vida que me apasionaban.
Empecé a tocar batería, y recordé que una de las cosas que más amo en este planeta, es la música. No hay nada que me haga sentir más completo que entregarme totalmente a la batería; pegándole a los tambores y a los platillos como si mi vida dependiera de ello.

Volví a escribir en mis tiempos libres, y después de varios ejercicios, aprendizaje de técnicas, y mucha práctica; creo que escribo bastante mejor que antes.
Ustedes no podrían saberlo, porque aquí no escribo para "escribir bien", aquí escribo porque me relaja, así que realmente no me fijo en las formas ni en las normas.
Y cuando rimo, juro que es accidental.

Mi vida social renació, y después de un par de meses de sentirme de la cola, y de que mi autoestima bajara considerablemente; me di cuenta de que realmente muchas personas quieren estar conmigo, y de que para ellas, significo más de lo que yo mismo me imaginaba.

Y en fin, aquí estoy.
Un año más viejo, y un año más sabio.
A pesar de que siempre decimos eso; yo SÍ puedo afirmar que soy un año más sabio que antes.

Soy una persona totalmente diferente a la que empezó el 2009. Una persona mejor.

¿Fue un año difícil?
Sí, mucho.
¿Fue un año feliz?
No lo fue; aunque sí tuvo muchos momentos muy buenos.

Más pero sin embargo, ya me cansé de recordarme a mí mismo lo mucho que me dolieron algunas cosas.
Como me dijo Tepoz un día que me vio muy triste: "Lo bueno del dolor, es que te ayuda a crecer más rápido que si te hubieran dado Crecilac y te hubieran echado estiércol encima"

Me quedo con lo bueno de este 2009.

Hay muchas personas a las cuales quisiera agradecerles el haberme escuchado y apoyado en esos momentos donde yo sentía que mi vida era una basura; pero creo que no es necesario, porque todas ellas ya saben quienes son, y ya se los agradecí en persona.

Sólo quiero decirles que este año, descubri que una de las frases más ciertas que existen across the universe es: "I get by with a little help from my friends"

Y también, quiero agradecerles a ustedes, lectores imaginarios, porque, aunque no lo crean, sí son una parte importante de mi vida.
Mi blog es un tesoro para mí, porque es el lugar donde puedo hacer catarsis, a pesar de que normalmente no escribo de cosas profundas ni realmente personales; el puro hecho de escribir me hace sentir mejor, siempre.

Cuando empecé el überlog, jamás pensé que fuera a volverse tan popular como lo es ahora. Supongo que algo debo de estar haciendo bien para que ustedes sigan viniendo a leerme, ¿no?

Una de las partes más importantes de mi blog, son ustedes: los lectores. (obviamente, la parte más importante sigo siendo yo: el autor)

Y ahora sí, voy a acabar este post.
Lamento que haya sido tan estúpidamente largo (y probablemente estúpidamente aburrido); pero de vez en cuando uno tiene que tomarse el tiempo de escribir de cosas ligeramente menos humorísticas para darle espacio a los textos relativamente serios.

Mi propósito para el 2010, queridos lectores imaginarios; es seguir escribiendo de todos y cada uno de los momentos bizarros de mi vida, y de todas las quejas y pendejadas que tenga que exteriorizar para no terminar explotando y matar a una gorda emo.

Los quiero.
Excepto a Momo, a ella no la quiero, porque me mandó al cerro.

Feliz 2010 para todos.

domingo, 27 de diciembre de 2009

De como odio el boliche, y Dios me odia a mí

El otro día, un amigo me habló y me dijo que quería ir al boliche.
Parpadée un par de veces, y después le dije "muy bien muchacho, sigue tu sueño".

"No seas idiota, lo que quise decir fue que deberíamos de ir al boliche", me contestó, ligeramente irritado.
"Sí, sí deberíamos...", fue mi respuesta.

Después de unos cuantos segundos de silencio telefónico, mi amigo suspiró, y me dijo (con voz de estoy hablando con un imbécil): "¿QUIERES ir al boliche?"

"Sí, supongo que sí quiero", dije.

Mentándome la madre por mi decisión de tomarme sus preguntas en la forma más literal posible, me informó que íbamos a ir al boliche.

"Súper", le contesté, ignorando sus insultos.

Unas cuantas horas después, ya estaba en el boliche, junto a un@s cuantos amig@s.
Lo lamento, siempre quise usar la arroba en una oración que involucrara una palabra que se refiriera a ambos sexos. Ahora mi sueño se ha cumplido.

Después del desmadre que involucra la renta de zapatos, por fin procedimos a escoger una línea.
Una vez que todos pudimos registrar nuestros nombres, lo siguiente era elegir una bola de boliche adecuada para cada uno de nosotros.

Observé cómo algunos de mis amigos decidían qué bola usar, en base al peso.
Otros se inclinaban por el tamaño de agujeros para los dedos, argumentando que la precisión del tiro no era idónea si no existía un ajuste dactilar adecuado.
Otros más, observaban las bolas, tratando de descifrar el efecto que le podían dar a cada una.

Yo, siendo el profesional jugador de boliche que soy, dije: "Quiero una morada", y procedí a tomar mi bola.

Todo listo.

La primera persona, una chica que llamaremos "M", tiró.
7 pinos.
La segunda persona, "J", pasó.
7 pinos.

Era obvio que nadie era muy buen jugador.
Eventualmente, fue mi turno.

Hice mi primer tiro: canal.
Hice mi segundo tiro: canal.

Menté madres, asustando un poco a las personas de la línea de junto.
Acababa de recordar que yo ODIO el boliche.

En ese momento, recordé un triste hecho de mi vida: jamás, JAMÁS, he ganado ningún juego de boliche, en toda mi existencia. Soy pésimo.
Y además, soy pésimo perdedor, porque de las cosas que más odio en la vida, es perder.

Todo regresó a mí: la humillación, el caminar hacia la línea a cada turno, sabiendo que apestas, los traumas emocionales de no ganar. Odio el boliche.

Insulté a todos y cada uno de los presentes. Todavía no había perdido, y ya me estaba transformando en un pésimo perdedor.
Observé mi bola de boliche con mucho odio, y la fui a regresar a su lugar.
Tomé otra, que tenía un dibujito que me recordaba a uno de mis tatuajes.

El turno #2 comenzaba, y M tiró una chuza, lo cual solamente me hizo verla con MÁS coraje que antes. Les dije a todos que ya no quería jugar, pero me ignoraron.

Cuando por fin me tocó tirar por segunda vez, logré darle a algunos pinos, así que mi humor mejoro un poco (pero sólo un poquito).

Tenía una nueva meta: no quedar en último lugar.

Los tiros seguían pasando, y cada vez era más obvio que todos éramos bastante malos. Nadie era tan malo como yo, pero de todos modos, no eran buenos.
M fue la única que medio lograba tirar bien, y por tanto, era casi seguro que nos iba a ganar a todos.

Sin embargo, por alguna razón, yo empecé a tirar en forma decente, y poco a poco acortaba la distancia que los demás me sacaban.
Eventualmente, pasé al penúltimo lugar, después al tercero, y después al segundo.

"No mames... puedo ganar", dije, en voz baja, cuando después de hacer cuentas, descubrí que M ya no estaba tan adelante mío.
"¡Puedo ganar!", volví a decir, ahora un poco más fuerte.

Fue entonces cuando me transformé.
Tal vez sea un mal perdedor, pero soy un todavía peor ganador.

Mi egocentrismo hace que cuando gane en algo, se lo restriegue en la cara a TODOS, porque todos tienen que ver que yo soy mejor. Creo que soy el peor ganador de todos los tiempos.

"¡Voy a ganar, bola de estúpidos!" empecé a gritar, antes y después de cada tiro.

"Es la primera vez en mi vida que voy a ganar en un juego de boliche. Es increíble lo mucho que ustedes apestan, ja, ¡soy la onda!"

El juego prosiguió en una forma sumamente mediocre, y M hizo su último tiro.
Su puntaje final fue de 89.
Y ella era la que iba ganando, les dije que todos apestábamos.

Con 1 turno restante, mi puntaje era de 85.
Lo único que tenía que hacer, era tirar 5 pinos, y ganaría.

Disculpen la borrosidad de la foto, pero es que la tomé
rápidamente antes de hacer mi tiro.


"Ya estufas, ya gané. Soy Dios. Ésta va dedicada a ti, M.", dije, mientras tomaba mi bola, y caminaba hacia la línea.

Tenía 2 intentos para tirar 5 pinos, ¿qué tan difícil podía ser?

Hice mi primer tiro, pero los nervios de lo que estaba en juego hicieron que al final girara la muñeca en forma errada, así que la bola de fue directo a la canal.

"Uuuuuuuy" exclamaron expectantes mis amigos, mientras observaban cómo la acababa de cagar.

"No hay pedo, no necesito dos tiros para tirar 5 pinos. Fue para darle suspenso", me excusé, mientras esperaba a que mi bola regresara.

Me preparé para el segundo intento. This was it. Era ahora o nunca. Tenía que ganar. TENÍA.

"Dios, te propongo un trato, tú haces que yo gane el juego, y yo dejo de decir que soy tú, ¿hecho?", murmuré entre dientes, mientras tomaba vuelo.

Justo al momento de lanzar mi bola, me tropecé con mis propios pies, y el tiro fue a dar directo a la canal. Otra vez.

Había perdido el juego.

Gritos de júbilo y burla llenaron el ambiente: mis amigos no podían creer mi pendejez.
Yo tampoco.

Me quedé ahí, tirado en el piso, con la cara entre las manos, mientras todos se burlaban de mí.

Dios me odia, no puede existir otra explicación.

miércoles, 23 de diciembre de 2009

De felicitaciones navideñas

Supongo que ya saben qué esperar de este post:
Un montón de miel, pensamientos bonitos, buenos deseos, muérdago, cascabeles, y referencias a hombres pasados de peso que visten de rojo.

Un post donde les deseo lo mejor del mundo a ustedes y a sus seres queridos, aprovechando las fiestas.

Pues no, yo no voy a decir esas cosas.
Yo soy demasiado cool como para decir lo mismo que todos los demás.

Todo el mundo les dice que espera que se la pasen poca madre mañana.
Yo no.
Yo espero que se la pasen poca madre siempre, y obviamente, eso incluye mañana.

Todo el mundo les dice que espera que coman rico, y beban mucho.
Yo no.
Yo espero que la comida no les sepa tan bien como esperaban, porque en navidad todo el mundo se atasca y acaba engordando a lo estúpido.
Yo, siendo el ser preocupado y amoroso que soy, les deseo que no engorden.
Si quieren beber, allá ustedes. Vomiten en el árbolito, si así lo desean.

Todo el mundo les dice que espera que reciban muchos regalos.
Yo no.
Yo espero que no reciban regalos.
¿Por qué?
Porque yo soy pobre y no tengo regalos, y si yo no los tengo, mi egoismo requiere desear que los demás tampoco tengan.

Todo el mundo dice que los quiere mucho.
Yo no.
Yo no necesito decírselos para que ustedes estén concientes de ello, y si así fuera; pues entonces permítanme decirles que son muy inseguros, necesitando constante reafirmación de que son importantes para sus seres queridos.

Todo el mundo les desea un año lleno de bendiciones y felicidad.
Yo no.
Yo los voy a volver a felicitar en año nuevo, porque no soy un huevón que junta las dos fiestas y escribe sólo una vez.
No señor, yo estoy 100% dedicado a ustedes, claro que sí.

Todo el mundo se aferra a las típicas frases de cliché navideño.
Yo no.
Este año, mis frases para ustedes son: "cuidado, el suelo está mojado", "siempre chequen que la presión de sus llantas sea óptima, para evitar accidentes", "no juzguen a un libro por su portada", y "no alimenten a los animales".

Lo que sí voy a decirles, queridos lectores imaginarios, es que ustedes son la onda.
Y es que realmente lo son.

Que se la pasen chido mañana, pasado, y siempre.

Y ahora, si me disculpan, tengo que regresar a Villaquién, porque todavía no les he quitado sus regalos a todos los habitantes.

Feliz día de la bandera.

Atte:
Ninja Peruano

lunes, 21 de diciembre de 2009

De chismógrafos

Me gusta la estadística.
Si estás teniendo una conversación común y corriente, y necesitas decir algo, y que suene como si estuvieras totalmente seguro de ello; lo único que hay que hacer es soltar un porcentaje, y automáticamente la gente creerá que sabes de lo que hablas.

Por ello, puedo decir con certeza, que el 96.4% de ustedes, lectores imaginarios, contestó algún tipo de chismógrafo mientras crecía.

Algunos contestaron el típico chismógrafo de primaria/secundaria; donde alguien te pasaba un cuaderno lleno de preguntas, y tú tenías que responder todas (pero antes, prometías que ibas a decir la verdad) y de paso chismoseabas lo que ponían los demás.
Algunos otros, contestaron el chismógrafo virtual, donde te mandaban un mail con como 240 preguntas, y tú tenías que borrar las respuestas del ocioso que te lo mandó, y poner las tuyas, para después enviarlo a todos tus contactos, pidiéndoles que pusieran SUS respuestas y te lo mandaran. Y les hacías prometer que iban a decir la verdad.

Algunos de nosotros, que no tuvimos mucho qué hacer en nuestra infancia/adolescencia; contestamos ambos dos tipos de chismógrafo.

En fin, el caso, es que nadie puede negar que esas madres eran entretenidas.

Y el día de hoy, en una de mis tantas vueltas por la interné', llegué al post de una amiga, donde descubrí que ahora existe un nuevo tipo de red social/chismógrafo.

Es una página donde abres tu cuenta, y la gente te pregunta lo que sea que se les ocurra, pase por su mente, quieran averigüar, etcétera etcétera.
Lo bonito de todo esto, es que pueden hacerlo en forma anónima, si es que así lo deciden.

Supongo que ésta tenía que ser la evolución natural de los chismógrafos... si es que tenía que haber una evolución de esas madres, claro está.

Ahora la gente puede preguntar lo que quiera y considere interesante, en lugar de esas preguntas ridículas de cajón, como "¿cuántas velitas hubo en tu último pastel de cumpleaños?"
Fuck you, pregunta estúpida.

Whatever.

El caso es que como andaba de ocioso, abrí una cuenta, así que si alguna vez ustedes quisieron preguntarme algo, pero no se atrevieron, porque mis ojos verdes les parecieron desgarradoramente intimidantes; entonces ahora ya no tienen ningún problema, porque pueden preguntarme lo que quieran:

Aquí mero.

Por cierto, si tienen tiempo, abran una cuenta.
Está chido, de veritas que sí.

domingo, 20 de diciembre de 2009

De películas de terror, y de dispersiones domingueras

El día de hoy, estaba sentado en un cómodo sillón, viendo los juegos de la NFL, con la barriga llena y el corazón contento.

En una de esas, me empecé a retorcer en mi asiento, porque una de mis nalgas se estaba entumiendo, y yo sentí la necesidad de moverme para tratar de reestablecer el flujo sanguíneo que mi glúteo tanto necesitaba.

Mi movimiento nalgar generó un inesperado accidente: el control remoto, que descuidadamente había sido dejado en algún lugar del sillón, se resbaló hacia abajo de mis aglutinantes, y sin querer, oprimí el botón de cambio de canal.

En cuestión de segundos, habíamos pasado del juego de los Vikingos, a una transmisión de Scream 2.

"¡Hey, imbécil, quita tus nalgotas del control!", clamó la enardecida multitud que estaba sentada junto a mí.

"Pues es su culpa, por dejar el control al alcance de mis nalgas", les dije, obstinado en negar cualquier clase de mea culpa.

Cuando alguien ofreció 5 varos a quien fuera que se atreviese a arrebatar el control de abajo de mis hermosas pompis; supe que lo más conveniente era hacerlo yo mismo, antes de ser torteado por algún hombre peludo.

Sea como fuere, el caso es que ahora estábamos viendo Scream 2.

Por alguna razón, una vez que tuve el control en mis manos, nadie me pidió que le pusiera al juego.

Después de unos cuantos minutos de silencio, alguien dijo "vaya, esta película es pésima"; los demás asentimos, y alguien gruñó en aprobación, pero nadie me pidió que le pusiera el juego.

En cuestión de 20 minutos, ya todos estábamos metidos en la trama; gritándole a la pantalla, tratando de ayudar a los protagonistas (ok, siendo sinceros, tratábamos de ayudar al asesino) y expresando nuestra indignación acerca de lo absurda que era la película.
Pero nadie me pidió que le pusiera al juego.

Y es que en el fondo, cualquiera que haya crecido en los noventas, tiene cierto aprecio hacia la serie de películas de Scream, y quien lo niegue, apesta.

Muchos de nosotros vimos la primera película en el cine, y por tanto entendemos que realmente sí le dio nueva vida al género de terror, que ya llevaba mucho tiempo convirtiéndose en una burla.
Gracias a Scream, las teen horror movies renacieron, y pudimos disfrutar títulos clásicos como: Sé lo que hicieron el verano pasado, Leyenda urbana, Destino final, Karate Kid, 10 cosas que odio de ti, Sin City, Casablanca, y Forrest Gump.

Es más, podría decirse que Sean Connery le debe su carrera a Scream.

Yo tuve la suerte/desgracia de ver Scream cuando tenía como 11 años, y la estúpida máscara del estúpido asesino se me quedó graba en la mente por el resto de mis días.
Recuerdo que pasé meses temiendo que ese cabrón llegara y me matara a cuchilladas.

Mi queridísima hermana, aprovechándose de mi valentía y gallardez, consiguió una máscara igual a la del asesino, y se dedicó a asustarme durante no sé cuánto tiempo.

El punto es que, sinceramente, me perdí a la mitad del post y ahora no recuerdo que quería decir.

Pero después de un rápido scroll up, ahora sé que mi punto era que me enteré que Scream 4 está en pre-producción; y probablemente salga para Halloween del 2010.
Los actores originales ya confirmaron su aparición en la película.

No sé si el hecho de que una de las franquicias más importantes del terror de pantalla grande esté a punto de renacer me provoca emoción o repele.

Por una parte, estoy seguro de que me voy a emocionar mucho cuando salga, y voy a pagar mis 55 pesos gustoso; con tal de sentir la nostalgia de los sustos del ayer.

Por otra parte, estoy seguro de que la película va a apestar en formas que ni siquiera nos imaginamos ahora.
Asustar a alguien de 23 años no es tan fácil como asustar a alguien de 11.

Sea como sea, creo que no tiene caso quejarme, porque de todos modos voy a ver la maldita película.
Ya habrá tiempo de quejarse después.

En fin, los Vikingos terminaron perdiendo.
¿Alguien quiere ir por un helado?

viernes, 18 de diciembre de 2009

De momentos y reflexiones

"¿Cómo sabes cuando es momento?"

"¿Hmm?", me contestó Tepoz, dejando de besar a Ojosgrises.

"Sí cabrón, ¿cómo sabes cuando es momento de algo?", le repetí, mientras miraba una holgazana nube que cruzaba el cielo en forma sumamente lenta.

"¿Momento de qué?", preguntó Ojosgrises, la casi-novia de mi mejor amigo.
"Momento de cambiar de tema, está hablando de ella otra vez", le dijo Tepoz, mientras la abrazaba y le sonreía.

"¡Hey, cursis!, ¿pueden dejar de hacerse tocamientos y ponerme atención dos segundos?", les dije, mientras me reacomodaba en el pasto donde estaba tirado.

"En serio deberías de dejar de hablar de ella, Mohawksexy se siente mal cada vez que la mencionas, ¿sabes?", dijo Tepoz, y me aventó una gomita en la cabeza.

"No debería de sentirse mal...", contesté, agarrando la gomita y aventándola sin ver. Atinaría en el pelo de Ojosgrises, y el proyectil se quedaría ahí, sin que ella se diese cuenta.

"Pues es que en serio le gustas, tonto. Hay que hablar de otra cosa.", dijo Ojosgrises, al tiempo que me picaba el hombro con una rama.

"Ok, me parece justo... ¿qué tal si hablamos de momentos? Como por ejemplo, ¿cuándo es buen momento para hablar de lo que realmente quiero hablar?", dije, mientras seguía viendo la misma nube.

"Podemos hablar de lo que quieras, tarado", dijo una voz que venía llegando.
Levanté la cabeza, y vi que Mohawksexy se acercaba, sonriéndonos.

"¿De qué estamos hablando?", preguntó la recién llegada.

"De ella", le dije, volviendo a poner la cabeza en el pasto.
"Sí, otra vez...", agregó Tepoz, poniendo cara de frustración.

"Es que simplemente no entiendo. Jamás he entendido a las mujeres, pero a ella la entiendo todavía menos...", dije, ignorando la cara de mi mejor amigo.
"Ok, cambié de opinión, ya no podemos hablar de lo que quieras", dijo Mohawksexy mientras se sentaba junto a mí.

"Vamos a hablar de cosas más felices, como... no sé... ¡payasos!", propuso Ojosgrises, mientras jugaba con la mano de mi amigo.

"A Dexter le dan miedo los payasos", intervino Mohawksexy.
Levantó mi cabeza, y la recargó en sus piernas.
No objeté.

"Ok, de cosas felices no, porque ustedes son un par de amargados; mejor hablemos de cosas serias", volvió a proponer Ojosgrises.

"¿Cómo quieres que te tomemos en serio cuando tienes cara de quinceañera enamorada?", le respondió Mohawksexy, mientras me peinaba con la mano.

"Yo sigo sin entender por qué no podemos hablar de mis problemas existenciales", reclamé, alzando la mano como para pedir la palabra.

"Porque si por ti fuera, eso sería de lo único que hablaríamos siempre, cariño", me contestó Mohawksexy, con un ligero tono de enojo en la voz.

"Vaya, en serio te dejó bien jodido, ¿verdad?", preguntó Ojosgrises.
"En defensa de ella, este pendejo ya estaba bien jodido desde antes de conocerla", rectificó Tepoz, que llevaba los últimos veinte minutos viendo a Ojosgrises con cara embobada.

"No entiendo por qué no puedes solucionar tus problemas embriagandote y diciendo que todas las mujeres somos unas pendejas; como la mayoría de los hombres", dijo Mohawksexy, que por fin había acabado de peinarme con la mano.

"Pues porque la mayoría de los hombres son unos pendejos. De hecho, la mayoría de la gente es pendeja..." dije, mientras me despeinaba otra vez.

Un mechón de pelo me tapó los ojos, así que me lo quité de la frente, y sonreí. Después volví a mirar al cielo, buscando otra nube holgazana que me entretuviera.

Tepoz y Ojosgrises ya estaban abrazados otra vez, aislados del resto del mundo.

"Eres demasiado lindo como para seguir tratando de entenderla, ¿sabes?", me dijo Mohawksexy.

"Ya me estoy resignando a no entenderla nunca. Creo que simplemente no es momento."
Sonreímos.

martes, 15 de diciembre de 2009

La difícil vida de un pirata

Durante toda mi vida, siempre he estado convencido de que la piratería es una bendición de nuestro señor Jesús Cristo.

No me malinterpreten, yo apoyo la industria legítima y oficial; pero cuando estás desempleado y eres estúpidamente pobre; no hay nada mejor que una ayudadita ligeramente ilegal.

Antes de que me vengan con clases de moral, quiero dejar en claro que cualquier cosa que me puedan decir que no sea un "sí Dexter, estoy de acuerdo contigo" no va a servir de nada; porque estoy convencido de que soy la onda tal y como soy.
Hecho.

Bien, prosigamos.

En cuestión de música, no tengo muchos problemas, porque ahí sí compro discos originales (siempre y cuando esté totalmente convencido de que el disco va a ser bueno); pero mi gran conflicto, son los videojuegos.

Verán, en caso de que ustedes no estén clavados en el asunto gamer, permítanme decirles: es un pedo extremadamente caro.
Cada consola cuesta como 4000 pesos, y cada juego cuesta como 900.
En comparación, los juegos piratas cuestan 25 pesos.
Supongo que ahora entienden por qué amo tanto la piratería.

Algunos conocidos que tengo me dicen "ash, pero osea gooei, es más fácil comprarlos originales, y así te libras de problemas y así; neta que toooooonto eres gooei, ¿cómo no se te ocurre?"

Sí pendejo, pero a ti tu papi te paga tus juegos porque eres un niñito consentido.

Mi padre, el italiano, me dice que los videojuegos son para niños, y que ya no estoy en edad de esas chingaderas; y por eso, jamás me pagará nada.

Pero bueno, para no hacerles la historia extremadamente larga (porque ya casi me tengo que ir), el caso es que yo cuento con un Xbox360 modificado para poder leer copias piratas, de lo cual estoy sumamente orgulloso.

El problema es que Microsoft tiene la mala costumbre de bannear las consolas piratas que detecte; y por tanto, para evitar que eso pase, yo NUNCA me conecto a internet.
Vivir con miedo es algo sumamente estresante.

El conflicto llega cuando mi obsesión con Rock Band choca con mi convicción de no conectarme a internet.
De vez en cuando, llega hasta mi poder la lista de canciones nuevas que acaban de subir a la red de Rock Band, y entonces me entra el chamuco y decido que TENGO que conectarme y comprar canciones.

Todo esto conlleva un proceso sumamente complejo, lleno de paranoia, mentadas de madre, sudoración axilar, y nerviosismo excesivo; pero al final, normalmente acabo comprando las canciones que quiero.
Digo, entro y salgo de internet en menos de 10 minutos, pero lo logro.

De una u otra forma, había logrado esquivar el banneo de Microsoft durante cerca de dos años.
I was a lucky bastard.

Y el día de hoy, me enteré de que acababa de salir Rubber Soul para Beatles Rock Band, lo cual me hizo emocionarme más que una quinceañera emo en un concierto de My Chemical Romance.

Con todo el miedo del mundo, me conecté a Xbox Live. A los dos segundos, una pantalla roja se encargó de informarme amablemente:
"Su consola ha sido banneada de Xbox Live por no cumplir los términos de servicio"

Y ahora, jamás podré bajarme canciones nuevas. Nunca.

Estoy sólo, triste, y abandonado. En un desierto de carencia de canciones Beatles.
Forever and ever.

Bien jugado Microsoft, bien jugado.



EDIT: Acabo de descubrir por qué el universo me jodió de esa forma. Soy una pésima persona y merezco ser castigado:

Dexter:
Guácala, creo que esa gorda está enamorada de mí...
Amiga hippie:
Pues batéala amablemente.
Dexter:
Amablemente mis pelotas; está gorda.
Amiga hippie:
Pues tal vez ésta sea la oportunidad de encontrar al amor de tu vida.
Dexter:
¿Sí?, ¿dónde?, ¿entre sus lonjas?
Amiga hippie:
Eres un asco de persona; ella te está entregando su corazón.
Dexter:
Corazón, trompa, buche, maciza, lengüa...


Creo que realmente sí merezco ser banneado.

lunes, 14 de diciembre de 2009

De cómo los títulos nunca tienen nada que ver con el resto del post

En parte, esta historia tiene que ver con el abandono a mi blog, y en parte no.
Supongo que eso funciona igual que el hecho de que en parte, esta historia tenga que ver con mi participación en el asesinato al Papa Juan Pablo I, y en parte no.

Veran, todo comenzó la semana pasada, que el sensual protagonista del cuento (dígase, yo) estaba metidísimo en la semana de exámenes finales y de entregas de proyectos.
Entre grabaciones de tele, estudios de radio, viajes a Isabel la Católica a buscar precios de impresiones, horas de discusión acerca de campañas publicitarias; y demás cosas aburridas, el sensual sensual protagonista no tenía tiempo ni siquiera para seguir tocando batería, lo cual es bastante grave.

Los patrones de sueño de nuestro héroe se vieron gravemente afectados, y unas tremendas ojeras aparecieron en su rostro, para hacerlo ver varios años más demacrado y jodido.
El cansancio era tal, que ya ni siquiera podía coordinar frases coherentes (tan coherentes como siempre las ha coordinado, quiero decir) y empezó a hablar en una mezcla de idiomas tan bizarra, que ni su propia madre podía comprenderlo (a pesar de ser la única persona acostumbrada a los brincos mentales de nuestro héroe).

Nuestro sensual protagonista se cansó de hablar en tercera persona, así que voy a volver a referirme a mí como: yo.

Yo tuve que pasar por días largos y difíciles, llenos de tensión y discusiones acerca de qué tipo de café de Starbucks era el mejor (en mi opinión: ninguno)

Sinceramente, no disfruté mucho la semana pasada (aunque tuvo sus momentos, siendo sinceros); y mi vida sufrió en el proceso de exámenes finales; ya que mi vida se convirtió en, pues... exámenes finales.

Pero el caso es que por fin regresé, y ahora estoy dispuesto a seguir escribiendo toda la sarta de pendejadas que tanto me gusta escribir.

A partir de mañana, claro.

Hoy tengo que ir a encubrir las huellas de mi participación en el asesinato de Juan Pablo I.
No vaya a ser que llegue la güerita de Cold Case y todos mis años de anonimato valgan madres.

Si alguien les pregunta, ustedes jamás me han visto.

lunes, 7 de diciembre de 2009

Bendita música

En honor a mi semana de exámenes finales, el día de hoy decidí guardar un minuto de silencio.
Un minuto de silencio literario, that is.

Pero como nunca he creído en quedarme callado, voy a postear de todos modos.

El día de hoy, me encontré a mí mismo tirado en el piso de un estudio de tele, estorbándole a toda la gente que corría de un lado para otro, acomodando luces, probando micrófonos, montando escenografía, etcétera.
Y ahí estaba yo, tirado a la mitad de todo, cual vagabundo teporocho.

Mientras trataba de dormitar, tapándome la cara con el guión que debería de estarme aprendiendo, me puse a pensar: "carajo, quiero hablar de música con alguien..."

Me senté en el piso, y miré a mis alrededores, buscando a alguien con quien tener una discusión inteligente.
Cerca de mí, se encontraba una chica de buen ver, con un escote prominente.

"¿Qué opinas del último disco que sacó Pavement, antes de deshacerse?", era la pregunta que debería de haberle hecho; sin embargo, embobado por lo que estaba viendo, lo único que pude decir fue "Ba... grag... pretl... surtf"

Ella se me quedó viendo con cara de confusión. Afortunadamente, yo había podido quitar mi mirada de su escote segundos antes de que ella volteara a verme.

"Que si no sabías cuándo empezábamos a grabar", le dije, con mi cara más seria, mientras pensaba "Carajo, ¡cómo le haría un buen brlbrlbrl!"

El día pasó, y yo lo viví en forma normal; rompiendo corazones por aquí y por allá; y ahora, que estoy en mi casa, me doy cuenta de que no hablé de música con nadie, y eso me frustra un poco.

Y por eso, lectores imaginarios, el día de hoy, traigo hasta ustedes un post musical.
Sin motivo alguno, voy a poner unos cuantos párrafos de canciones que he estado escuchando últimamente, y que considero mucho muy buenos.

Esto lo hago porque puedo. Puedo y debo.

Así que, sin más preámbulos, aquí está la:

Lista de unos cuantos párrafos de canciones que he estado escuchando últimamente, y que considero mucho muy buenos.
By: Dexter


Things we said today - The Beatles
You say you will be mine, girl, till the end of time,
These days such a kind girl seems so hard to find,
Someday when we're dreaming, deep in love, not a lot to say,
Then we will remember things we said today.

El que diga que jamás ha soñado con encontrar a su media naranja, es un mentiroso.
Y realmente, ¿qué podemos esperar de un mentiroso?
Pues un brillante futuro en la política.

Por tanto, llego a la conclusión de que a los políticos no les gustan los Beatles.

Perfect - Depeche Mode
In another lonely universe
We're laying side by side
Where no one's hurt and no one's cursed
And no one needs to hide

Mentiría si dijera que esa frase no me puso a pensar la primera vez que la escuché.
Pero también mentiría si dijera que en cuestión de música, no sobreanalizo todo lo que escucho.
Una razón más para nunca escuchar reggaetón: sobreanalizar cosas tan profundas como "Chéquete chéquete chéeeeque, chéquete chéquete chéeeeee" puede hacer que tu cabeza explote.

Ain't it the life - Foo Fighters
Tell me how'd you get so tired
Faded down to the wire
Try living a lie and kicking out the same old guise
Wasting time, so very ordinary
Wait until my bomb goes off
See the actors run and hide
Fake it all in stride

De esas veces que escuchas algo y dices "carajo, creo que he desperdiciado mi vida... a partir de ahora voy a vivir cada día como si fuera el último", y después lo olvidas y acabas viviendo exáctamente igual que antes.
Aunque cuando vi 2012, también juré que iba a cambiar mi forma de vivir, en caso de que un terremoto gigante se tragara mi casa.
Hasta el día de hoy, no he cambiado absolutamente nada, y planeo seguir así. Mi vida es onda.

Acquiesce - Oasis
I hope that I can say
The things I wish I'd said
To sing my soul to sleep
And take me back to bed
You want to be alone
When we could be alive instead

Supongo que en el fondo, tengo cierto gusto por las canciones de amores imposibles; así como en el fondo, tengo cierto gusto por los amores imposibles.
¿Qué puedo decir?
They're just that much more fun...

Why Pt. 2 - Collective Soul
All my props I swear they were in order
Even with the warnings of your thunder
Now I pause to let my silence scream tonight
Awhile you roam like a serpent satellite

Una de esas "feel good songs", que pones cuando andas de emo malacopa; y te recuerda que al final, hay veces que a pesar de que pones todo de tu parte (sin albur, puercos), hay cosas que simplemente no funcionan.
Entonces te sientes inocente y liberado, y procedes a chelear con sumo gusto (sin albur, marranos) para continuar esa ola de sentirse bien.
Y ÉSE, es el lado Coca Cola de la vida.

She came in through the bathroom window - The Beatles
Didn't anybody tell her
Didn't anybody see
Sundays on the phone to Monday
Tuesdays on the phone to me.

Aunque la canción no es la más profunda de todas, tiene ese nosequé que quéseyo que me pone todo feliz.
Por cierto, si tienen tiempo, les recomiendo ampliamente el cover que Matchbox Twenty le hizo a la canción.
Para mí, que amo a las dos bandas, it just doesn't get any better...

Dear Joan - Tabitha's Secret
Once I forgive, twice I'm a fool
Three times I've wrapped my hands around your neck
While you're sleeping, you're quietly sleeping
Sleeping and dreaming
Dear Joan, don't walk out that doorway
Because if you did, I believe
I could honestly kill you

Sean sinceros, ¿quién no ha pensado seriamente en asesinar a alguien por motivos amorosos?
Matarla mientras duerme pacíficamente...
¿No?, ¿nadie?
It's just me then...

domingo, 6 de diciembre de 2009

Just so you know...


My secret?

After all the heartache, after all the pain, after all the broken promises and lost forevers, after all the moments of my absurdity, and after all I've been through; I still believe in all you need is love...