lunes, 21 de diciembre de 2009

De chismógrafos

Me gusta la estadística.
Si estás teniendo una conversación común y corriente, y necesitas decir algo, y que suene como si estuvieras totalmente seguro de ello; lo único que hay que hacer es soltar un porcentaje, y automáticamente la gente creerá que sabes de lo que hablas.

Por ello, puedo decir con certeza, que el 96.4% de ustedes, lectores imaginarios, contestó algún tipo de chismógrafo mientras crecía.

Algunos contestaron el típico chismógrafo de primaria/secundaria; donde alguien te pasaba un cuaderno lleno de preguntas, y tú tenías que responder todas (pero antes, prometías que ibas a decir la verdad) y de paso chismoseabas lo que ponían los demás.
Algunos otros, contestaron el chismógrafo virtual, donde te mandaban un mail con como 240 preguntas, y tú tenías que borrar las respuestas del ocioso que te lo mandó, y poner las tuyas, para después enviarlo a todos tus contactos, pidiéndoles que pusieran SUS respuestas y te lo mandaran. Y les hacías prometer que iban a decir la verdad.

Algunos de nosotros, que no tuvimos mucho qué hacer en nuestra infancia/adolescencia; contestamos ambos dos tipos de chismógrafo.

En fin, el caso, es que nadie puede negar que esas madres eran entretenidas.

Y el día de hoy, en una de mis tantas vueltas por la interné', llegué al post de una amiga, donde descubrí que ahora existe un nuevo tipo de red social/chismógrafo.

Es una página donde abres tu cuenta, y la gente te pregunta lo que sea que se les ocurra, pase por su mente, quieran averigüar, etcétera etcétera.
Lo bonito de todo esto, es que pueden hacerlo en forma anónima, si es que así lo deciden.

Supongo que ésta tenía que ser la evolución natural de los chismógrafos... si es que tenía que haber una evolución de esas madres, claro está.

Ahora la gente puede preguntar lo que quiera y considere interesante, en lugar de esas preguntas ridículas de cajón, como "¿cuántas velitas hubo en tu último pastel de cumpleaños?"
Fuck you, pregunta estúpida.

Whatever.

El caso es que como andaba de ocioso, abrí una cuenta, así que si alguna vez ustedes quisieron preguntarme algo, pero no se atrevieron, porque mis ojos verdes les parecieron desgarradoramente intimidantes; entonces ahora ya no tienen ningún problema, porque pueden preguntarme lo que quieran:

Aquí mero.

Por cierto, si tienen tiempo, abran una cuenta.
Está chido, de veritas que sí.