domingo, 28 de febrero de 2010

De quejas de Facebook

Ok, granted, Facebook es una gran página para mantenerte en contacto con la gente.
También es una excelente forma de perder el tiempo mientras estás en el trabajo, y una manera aún mejor de stalkear a todo el mundo.

Facebook tiene muchas cosas buenas, sí.
Peeeero, también tiene un montón de cosas malas.

En primera: se está llenando de gente estúpida.
Digo, es cierto, cualquier lugar que tenga al menos cien miembros, va a tener al menos 98 miembros estúpidos; pero mi punto es que esa estupidez está volviéndose más y más notoria cada vez.

Cualquiera que tenga una cuenta en Facebook no me dejará mentir: cada vez existen más grupos pendejos como "yo también he pensado en panquecitos cuando debería de estar haciendo la tarea", "por los que nos rascamos la cabeza cuando no tenemos nada que decir", "todos hemos sufrido por no haber sido Power Rangers"; y demás mamadas.

Esos grupos van desde los más cursis, hasta los más bizarros; pasando por toda la gama de pantones de pendejez que existen en el mundo.
El gran problema, es que la gente que se une a TODAS estas estupideces, se está multiplicando en forma epidémica.
Para ejemplificar mi punto, me tomé la libertad de copiar y pegar algo que hizo uno de mis contactos:


Después de darme cuenta de lo estúpida que es esta mujer, la borré inmediatamente de mi lista de amigos.
Yo sé, están orgullosos de mí.

Recuerdo que un día me conecté, y vi que como 4 amigas pendejas se habían unido a un chingo de grupos, incluyendo uno que se llamaba "A que en 30 días junto a 1 000 000 de personas que quieran la renuncia de Calderón".
Pensando en lo estúpido del asunto (porque no es como si Calderón fuera a renunciar por culpa de un grupo ridículo de Facebook), decidí burlarme de ellos por Facebook, irónicamente (porque a mí me gusta el humor irónico. Déjenme en paz)


Lo triste del asunto, es que muchos de los comments decían cosas como "Ja, yo me uniría".
Sí, pendejo, ese es mi punto, exactamente.

En fin.

Además de los grupos tarados, Facebook también tiene más cosas inútiles qué ofrecerle a la gente que quiera disminuir su IQ (y no estoy hablando de Farmville, porque eso es pedo aparte)

Por ejemplo, otra queja que tengo, es el botón de "like".
En teoría, ese botón debería de ser usado sólo en cosas realmente chidas, como fotos sensuales, o algo así; pero a la gente le ha dado por darle like a todo lo que se pueda; desde tests de "qué número del 1 al 100 serías tú", hasta fotos de gente gorda y fea.

Recuerdo que otro día, perdiendo el tiempo en el perfil de mis amigos, me encontré con esto:


En un acto sumamente triste, nuestro patético sujeto no solamente le había dado "like" a su propio status (lo cual es bastante loser, por cierto); sino que además, había comentado.
¿Quién carajo se contesta a si mismo?
That's just fuckin' sad...

No pudiendo soportar tanto patetismo virtual, me volví a quejar por Facebook (porque me seguía pareciendo irónico)

Me pareció gracioso darle like a mi propia queja de la gente que le da like a sus status-es, así que lo hice.

De nuevo, la gente me comentó; matando mi meta-broma en el proceso.
Por eso odio a la gente.

Sea como sea, me pareció curioso que la gente le diera "like" a lo que fuera, así que me VOLVÍ a quejar.



Creo que nadie entiende mi meta-humor...
Estoy adelantado a mi época.

En fin, mi punto era que el botón de like es inútil.

¿Saben qué debería de existir?
Un botón de "estás gorda", o uno de "por favor no vuelvas a subir fotos en traje de baño, nunca más"; o hasta uno de "si estuviera pedo, te daría"

ESO, sería útil y verídico, lectores imaginarios.

domingo, 21 de febrero de 2010

De que algo estoy haciendo mal

A few days ago, pasada la medianoche, me encontraba yo caminando con un amigo.
Nos dirigíamos al Seven Eleven, para ir a comprar unas chelas y después regresar a una fiesta.

Mientras nuestros pies nos llevaban a la tienda, nosotros íbamos platicando de cosas sin importancia.
En eso, el ruido de la sirena de una patrulla nos llamó.

Volteamos, y vimos que dos patrullas se dirigían directo hacia nosotros.

Mi amigo rió, y me dijo "mira, ahí vienen de payasos"

En efecto.
"Buenas noches jóvenes, vamos a tener que catearlos", nos dijo uno de los oficiales de policía, tan fino e imponente como toda la fuerza armada de este país.

Había de dos sopas:
1) Nos indignábamos, y decíamos que no tenían ningún derecho a catearnos; que iba en contra de nuestros derechos, que era ilegal, que íbamos a llamar a nuestro tío que es jefe de la judicial, etcétera etcétera.
2) Cooperábamos de buena gana, y terminábamos con eso lo más rápido posible.

Sin muchas ganas de discutir a lo estúpido, y estando de buen humor: decidimos cooperar.

Vaciamos nuestros bolsillos encima del cofre de la patrulla, y después fuimos toqueteados sin pudor ni decencia por dos hombres uniformados.
Una vez que comprobaron que no portábamos nada ilegal en nuestros pantalones; los oficiales me pidieron que me quitara mi gorro.
Me pareció un poco extraño, pero accedí.

El policía se distrajo un poco con mi larga, sedosa y sensual cabellera, que en esos momentos se encontraba más despeinada que de costumbre (por eso llevaba el gorro), pero después de reponerse del shock inicial de encontrarse ante la presencia de un chico tan guapo como yo; prosiguió con su chequeo rutinario, y alumbro el interior de mi gorro tejido con su linterna pitera.

Una vez que el par de panzones armados comprobaron que no escondíamos nada, nos dijeron que tomaramos nuestras cosas.
Mientras lo hacíamos, uno de ellos nos dijo (y cito en forma textual):

"¿Y ustedes fuman algún tipo de hierba, jóvenes?"

Mi instinto rogaba para que yo dijera "sí, epazote y verdolagas"; pero la prudencia que mi madre ha luchado tanto por inculcar en mí, logró hacer que yo me quedara callado.
"No oficial, ¿cómo cree?", fue la respuesta de mi amigo.

Confiando en nuestra palabra, nos dijeron que tuvieramos precaución y nos dejaron ir.

"¿Sabes? Creo que entendimos mal la pregunta... creo que estaban siendo buen pedo, y nos estaban ofreciendo de su mota", le dije a mi amigo una vez que las dos patrullas se fueron, seguramente a acosar a otras personas con pinta de mala muerte.

"Cállate, me caga que me catéen a lo estúpido", me dijo.

Empezamos a compartir historias de todas las veces que nos habían cateado; acusándonos indirectamente de junkies y vándalos en el proceso.
Debemos de vernos como todos unos vagos, porque los dos teníamos muchas anécdotas que contar.

Sin embargo, a pesar de que los policías tienen la costumbre de pensar que somos drogadictos, y aparentemente también tienen un gusto anormal por agarrarnos el bulto al momento de catearnos; la peor historia no involucra fuerzas armadas protectoras de la ley, porque, a fin de cuentas, ese es su trabajo: acosar jóvenes inocentes con la intención de obtener sobornos.

Verán, lectores imaginarios:

Hace no mucho tiempo, yo fui a una fiesta, a acompañar a mi mejor amiga.

Ella no quería ir sola, porque era una fiesta de una amiga suya, que resultaba tener 16 años; y entonces, por ende, la fiesta iba a estar llena de dieciseisañeros, lo cual, para alguien que no tiene 16 años, resulta ser sumamente aburrido.

Como mi mejor amiga estaba contractualmente obligada a ir a la fiesta, decidió que lo mejor que podía hacer era romperme las bolas y arrastrarme a ir con ella, para aburrirnos juntos.
No recuerdo por qué accedí, pero seguro me engañó de alguna forma.
Sea como sea, yo convencí a un amigo mío para que también nos acompañara, y así aburrirnos en grupo.

Una vez que llegamos al lugar, descubrí que a pesar del paso de los años, la gente es igual de estúpida siempre.
Estaba rodeado de gente Abercrombie.
Bueno, en este caso, estaba rodeado de niños Abercrombie.

Después de estar un rato burlándome de los pubertos ridículos que me rodeaban, se nos acercó la amiga de mi amiga, que, para ser justos, era menos Abercrombie que los demás.
Era pandrosona y buen pedo.

Estuvimos unos minutos platicando con ella y con sus amigas, que también se veían un poco fuera de lugar, perdidas en un mar de pubertos fresas y tontos.
Digo, ellas también eran pubertas tontas, pero al menos no eran fresas.

Yo notaba que una de las amigas de la amiga de mi amiga se me quedaba viendo, y asumí que se sentía atraída por mis desgarradores ojos verdes, y mi look de vago sinfuturo.
Suele pasar seguido, así que no le di mucha importancia.

La velada siguió sin pena ni gloria.
Un poco después, la niña que se sentía atraída por mí, se me acerca, y me dice que me quiere preguntar algo.
Siendo el caballero amable, valiente, y gallardo que soy; levanté mis cejas y le dije "¿qué pedo?"

Ella voltea nerviosa a su alrededor, se me acerca al oído, y me susurra, rápidamente "¿tienes... ya sabes?"

Yo no sabía.
"¿Eh?", le dije.

"Que si tienes... ¡ya sabes!"

"¿Que si tengo qué? ¿ganas de ir al baño, pastillas anticonceptivas de emergencia, hemorroides? ¿qué?", le contesté.
Ella volvió a voltear nerviosa a su alrededor, y después me vió con ojos desesperados.

"Creo que te está preguntando si tienes drogas", dijo mi amigo, que estaba ahí cerca, chismoseando.

Ella lo volteó a ver, y le hizo señas para que no gritara.

"What the fuck? ¿Me estás preguntando que si traigo drogas? Fuckin' really?", dije, incrédulo.
Ella asintió nerviosamente con la cabeza.

"Fuck me in the ass and call me Chapo Guzmán. No, no traigo drogas", le dije.
Ella se fue, rápidamente.

Mi amigo estaba sonriendo como imbécil.

"No mames, ¿me veo como dealer?, ¿parezco drogadicto?, ¿en serio estoy tan tirado a la mierda?", le pregunté.

Mi amigo seguía sonriendo como estúpido, aparentemente encontrando la situación muy graciosa.

"Una quinceañera me acaba de pedir drogas... qué triste. Éste es el día más humillante de mi vida", le dije a mi amigo.

"No es cierto. ¿Recuerdas la vez que acusaste al rector de haberte robado tus molletes, y después te diste cuenta de que apenas los estaban preparando?", me dijo.

Yo me quedé callado.

"¿O te acuerdas cuando estabas haciendo comentarios de pésimo gusto burlándote de los cubanos exhiliados, y después descubriste que nuestro profesor cubano estaba atrás de ti?", agregó.

Yo seguí guardando silencio.

"¿O cuando se te rompieron tus pantalones en frente de todos y tú traías calzones de cochecitos?", siguió diciendo.

"¡Ok, basta! Éste es OTRO de los días más humillantes de mi vida..."

martes, 16 de febrero de 2010

De arándanos y mocos

El día de hoy, yo estaba perdiendo el tiempo en Lawndale, como suele ser mi costumbre.

Cuando uno es alumno de octavo semestre, puede darse el lujo de dejar de poner atención en algunas clases.
De todos modos, ya estoy más pá allá que pá acá, y los maestros lo saben.

Mientras uno de mis profesores nos presentaba una exposición acerca del impacto negativo que la mala ubicación tiene sobre la publicidad en medios exteriores; yo empecé a dibujar a Lucio, mi dinosaurio mascota.

Después de unos cuantos minutos, el sueño me empezó a invadir (producto de haber abandonado el vicio de dormir en las tardes, para adquirir el de... trabajar en las tardes. Sexy, I know), así que me recosté en mi sensual sensual banca para zurdos.

Pasó un rato en el que la monótona voz del educador me arrullaba, pero al mismo tiempo me mantenía despierto, por alguna extraña razón.
Aburrido, alcé la vista, y vi que una amiga estaba comiendo algo, que sacaba de una bolsa de plástico.

"¿Qué comes, Ronald?", le dije a mi amiga, porque tiene el cabello pintado de rojo, y me hace gracia burlarme de ella.

"Mocos, ¿quieres?", me contestó.
Notando que en realidad eran arándanos, perdí un poco de interés, así que simplemente le contesté, con el propósito de darle asco; porque pocas cosas me hacen más feliz que arruinarle la comida a los demás:

"No parecen mocos, a menos que sean de esos que traen como costras y sangre..."
La cara de mi amiga se contorsionó para formar una mueca de asco.
Misión cumplida.

Estiré mi mano y tomé un arándano. Lo metí en mi nariz, y dije "vaya, hasta se siente como moco..."
Una vez más, la cara de asco de mi amiga me indicó que estaba haciendo bien las cosas.

Acto seguido, puse mi pulgar en el orificio nasal que me quedaba libre, y resoplé. El arándano salió disparado de mi nariz.

Esto me pareció muy divertido, así que repetí todo el proceso como unas 15 veces.
¿Qué puedo decir? Estaba aburrido.

En una de esas, mi amiga hippie entró al salón, y yo metí el arándano a mi nariz rápidamente.
Mientras ella caminaba para sentarse junto a mí, yo puse cara de incomodidad, como si estuviera estreñido o algo así.

"¿Qué tienes?" me preguntó la hippie, siempre linda y preocupada por mí.
"No sé... no puedo respirar bien... tengo un pinche mocote atorado, supongo..."

Alzando los ojos en forma resignada, mi amiga se sentó junto a mí, y empezó a escribir.
Dejé pasar como unos 30 segundos, y después dije "¡Ya, estoy harto!".
Me incliné sobre su banca, y resoplé por la nariz.

Mi arándono-moco cayó, justo sobre sus apuntes; y mi amiga emitió un agudo chillido de asco y sorpresa.
Yo reí.
Good times were had by all.

Otra amiga, intrigada por todo el ruido que emanaba desde nuestro lugar, volteó a vernos.
Me dijo: "¿qué hacen?"

Yo tomé el arándono-moco, y le dije: "comiendo... ¿quieres?" y le ofrecí el fruto, todo húmedo y baboso.

Ella me sonrió, lo tomó de mi mano, y se lo comió.

Unos segundos de incredulo silencio se apoderaron del lugar.
Después, empecé a reír como pocas veces en la vida lo he hecho. Literalmente, terminé en el suelo, retorciéndome de la risa.

Cuando mis otras amigas le explicaron que se acababa de comer mis mocos, ella salió del salón, para ir a vomitar.

Hoy fue uno de los días más divertidos de mi vida.

sábado, 13 de febrero de 2010

De domingos cualquiera

Recuerdo que hace unos años, yo odiaba el día de San Valentín con toda mi alma.
El hecho de ver a tantas personas fácilmente manipulables, derramando miel por todos lados, era algo que no me parecía apetecible.
La miel y yo no nos llevamos precisamente bien. Da caries y es empalagosa.

Después, descubrí que se había puesto de moda odiar San Valentín, así que lo dejé de hacer; porque si hay algo en esta vida que odio más que el 14 de febrero, son los ataques de avispas.
Pero las modas tampoco me hacen ninguna gracia.

Fue entonces cuando empecé a vivir el día del amor y la amistad como un día más, común y corriente. Aunque siendo honestos, los últimos 2 años me la pasé bastante bien.

Y ahora, mientras el fatídico día se acerca; me doy cuenta de que las cosas no han cambiado en lo más mínimo:

Por un lado, tenemos a todas las parejitas bobas, manipulables y empalagosas, que llevan planeando su día desde hace semanas o meses; para que todo sea perfecto.
Seguro, cuando todo termine, subirán fotos a su facebook, en un álbum que tenga por título "mI OzHiToOoO y IoOoOOo T AmOoOow Bb!!!!1!one!"
No faltará la gente pendeja que le de like a ese desmadre, porque pues... hoy en día la gente le da like a lo que sea.

Por otro lado, tenemos a todos los amargosos que detestan el 14 de febrero, sólo porque no tienen a nadie con quién estar, o porque son tan alternativos que tienen que seguir la moda de ser alternativos, gooooei.
Ellos encontrarán la forma de hacernos saber que son tan únicos y diferentes, que a pesar de que todos sienten amor, ellos sienten odio.
¡Wow, pero qué cool son!
Seguro también escuchan a The Killers y a Muse y creen que son súper rockers.

Por otro lado, tenemos a los que simplemente decidimos que nos vale madres todo; amor u odio; y viviremos un domingo cualquiera, haciendo las cosas que haríamos en un domingo cualquiera.
Salir por un café, ir a tomar fotos, ver a un par de amigos, caminar por algún parque, etcétera.
Si las circunstancias hacen que de alguna forma consigamos chocolates o paletas rojas gratis, pues qué mejor.
Algunos de nosotros escribiremos en nuestro blog diciendo lo inteligentes que somos por ignorar el día de San Valentín, y en el fondo nos sentiremos superiores a todos los demás.
Somos tan egocéntricos, que ya a nadie le sorprende que lo hagamos.

Y por otro lado, tenemos a las personas que cumplen años el 14 de febrero, y que, como todos los años, se sienten un poco indignados de que la gente menosprecie su cumpleaños por culpa de un día inventado por los medios.
Ellos, queridos lectores imaginarios, son los más jodidos de todos.

Por eso, el día de mañana, mientras levantan sus copas/chocolates/paletas/dulces/abo y celebran el amor y la amistad; recuerden que en algún lugar, alguien está triste de que no celebren su cumpleaños.

Entonces sonrían, y piensen "carajo, qué bueno que yo no soy ese pobre diablo".

Feliz no-cumpleaños para todos.

martes, 9 de febrero de 2010

De vidas responsables

Llevo días tratando de escribir un post medianamente decente.
Llevo días fracasando, también.

No es por falta de ganas, ni es por no haberlo intentado lo suficiente.

Lo que pasa, es que mi cerebro se encuentra en una suspensión de labores.

Verán, queridos lectores imaginarios, la verdadera verdad de todo el asunto, es que yo empecé a trabajar.

Por jodido que suene, es la pura y destilada neta.
Ya soy un adulto responsable.

Así que ahora, dedico todas mis mañanas a estudiar el último semestre de mi carrera en Lawndale, todas mis tardes a trabajar, y gran parte de mis noches a hacer tareas, y trabajar en mi proyecto de tesis.

Por eso, no he tenido suficiente tiempo de sentarme a pensar en un buen tema de blog, ni de redactarlo en una forma relativamente decente.
Carajo, ya no tengo tiempo libre para casi nada. Ya ni siquiera estoy tocando batería; así de mal están las cosas.

No es que vaya a dejar de escribir, porque lo amo con todo mi corazón; pero sí tendré que escribir un poco menos. O al menos, eso creo.
De repente logro sorprenderme a mí mismo con mi sobrehumana capacidad de ser un genio sensual. Esperemos que ésta sea una de esas veces.

En fin, sólo quería decirles por qué he andado un poco desaparecido.

No me odien por ser bello.
Ódienme por ser bello e inteligente.

Atte:
La gerencia

domingo, 7 de febrero de 2010

De vaticinios acertados

Los Santos ganaron el Super Bowl.

¿Acaso fue una sorpresa?
No lo fue.

Lo supe desde la semana dos, y se los repetí muchas veces.

Me dijeron loco, pero aquí está la prueba.

La tierra gira alrededor del Sol.

Who dat?

miércoles, 3 de febrero de 2010

De historias pendejas y fríos inhumanos

Como todos los que vivimos en el D.F. sabemos; el día de hoy, el clima estuvo de la cola.

Vientos impresionantemente fuertes, lluvia castrosa todo el día, temperaturas bajas, y ocasionales salidas de un Sol frío y quemante: clima londinense, atrapado en una ciudad claramente no-londinense.

Ahora, mi historia que no es historia, comienza hoy en la madrugada.

El reloj marcaba las 2 de la mañana, y yo apagué mi computadora, y me dispuse a dormir.

En ese momento, me di cuenta de que ya estaba haciendo bastante frío.
Pensando en las pocas ganas que tenía de levantarme a las 5 30 para bañarme antes de ir a la escuela, decidí que sería mejor idea bañarme en ese momento, y así poder despertarme sin frío, y un poco más tarde.

Todo iba bien. El agua estaba calientita, y yo era feliz, porque por primera vez en todo el día, mis manos no estaban estúpidamente frías.

Justo cuanto había terminado de enjabonarme el cabello, escuché un fuerte "BZZZZT!" afuera de la ventana de mi baño.
Segundos después, la luz se fue.

"Who dat? God hates me dat", dije, a nadie en particular.

Mentando madres, agarré mi toalla, y salí de mi regadera. Mojado y enjabonado.
Y con un chingo de frío.

Dando tumbos, fui estrellándome contra todas las cosas de mi cuarto. Uno pensaría que para estas alturas, ya sabría dónde están todos los muebles; pero no.

Segundos después, encontré una lámpara. Me disponía a meterla al baño para medio alumbrarlo mientras me acababa de bañar.
Justo en eso, la luz regresó.

"¡Putísima concha de la madre Teresa!", grité, y aventé mi lámpara.

Enojado, regresé al baño, colgué mi toalla, y me metí a la regadera.
La luz se fue otra vez.

Me quedé en silencio unos cuantos segundos, incapaz de pensar en palabras lo suficiente obscenas para expresar mi indignación.
A todas prisas, me enjuagué, y le apagué al agua.
Medio me sequé, y me fui a dormir; seguro de que la luz regresaría pronto.

¡Pow!, ¡justo en la cara!
La luz de una linterna me despertó violentamente, lampareándome más feo que a un venado en carretera gringa.

"No hay luz, despiértate y apúrate, que ya es bien tarde", dijo mi mamá.

Soñoliento, enojado, y con mucho frío; me levanté de la cama.
Como pude, me vestí, me lavé la cara y los dientes, no me peiné, y salí de mi cuarto.
Hacer las cosas a oscuras es estúpidamente difícil, y lo odio.

Precisamente cuando estaba dando mis primeros pasos fuera de la alcoba, la luz regresó.
Era como si Jesús Cristo se empeñara en hacer mi vida miserable.
"Bien jugado, cordero de Dios, bien jugado...", dije, volteando hacia arriba.

Mi rutina normal continuó: llegué a Lawndale.
El piso estaba sumamente resbaloso, y yo he sido conocido por sufrir un par de accidentes; producto de mis Converse sin suela, y mi torpeza extrema de las mañanas.
Caminando como muñequito de cuerda, para no caerme frente a las chicas que acaban de entrar a primer semestre, llegué a mi salón.
Estaba estúpidamente frío.

Hecho bolita en mi banca para zurdos, sólo contestaba "chinga a tu madre, tengo mucho frío", cada vez que alguien me saludaba.
El mal clima me vuelve hostil, por cierto.

No pudiendo aguantar más en ese congelador que hacen llamar aula, salí al patio.
Gran error, hacía todavía más frío.

Podría haber regresado al salón; pero como antes de salir había dicho "¡Adiós zoquetes, los dejo en su trampa mortal, ilusos!"; el prospecto de regresar segundos después, aceptando mi error, no me pareció apetecible.

Una vez abajo, de vuelta en el piso resbaloso, me encontré con unas amigas.
Una de ellas traía una chamarra muy calientita, así que me le acerqué, abrí el zipper de su prenda abrigadora, y me metí yo también dentro de ella.

Upside: Ya no tenía tanto frío.
Downside: Tenía que soportar plática de mujeres.

"Dexter, ¿adivina qué me pasó ayer?", me preguntó una de mis amigas.
"¿Hmm?", le contesté, volteando a ver a las alumnas de nuevo ingreso, evaluando potencial futuro.

Mi amiga empezó a hablar de nolepuseatención. Después de unas cuantas palabras me dijo "oye, voltéame a ver, te estoy contando algo".

"Tú sigue hablando, te aseguro que no te haría caso ni aunque te estuviera viendo a los ojos", le dije.
Ella siguió con su historia. Creo que no me di a entender.

Cuando hubo un silencio de unos cuantos segundos, asumí que era mi turno de decir algo.
"¡Qué interesante!", exclamé.

Mi amiga volvió a hablar.
"Ah... tu historia no había acabado... ok, está bien, sigue...", le dije.
Ella siguió.
Jaque mate.

Después de un rato, regresamos al salón, porque el maestro ya había llegado.

Cagándome de frío, yo no podía poner atención a la clase.
Empecé a vaciar mi mochila, esperando encontrar algo con qué abrigarme; aunque fuera un periódico.
Debajo de un montón de bolsas vacías de papas, trabajos de semestres pasados, y hasta cajetillas de cigarros (curioso, porque yo no fumo); encontré mi salvación: una chamarra.
La única chamarra que tengo, además.

Recordé que hace unos cuantos días, un amigo me la había llevado a la escuela, porque yo la había dejado en su casa cuando salí a hablar por teléfono y él se puso tan pedo que cayó inconsciente, dejándome encerrado afuera de su departamento, con todas mis cosas adentro.

Feliz por mi descubrimiento, grité "¡a huevo!, y mi mamá me regañaba por nunca limpiar mi mochila... Dios bendiga mi desidia"
El profesor me ignoró (como ya es costumbre en mi escuela) y siguió con su clase.

Todo prosiguió sin pena ni gloria, durante unas cuantas horas; hasta que nos dijeron que saliéramos a break.

"Caaaarajo, ya está lloviendo...", exclamó un amigo, cuando salió del salón.
En efecto, la lluvia castrosa ya había hecho su aparición.

No le di mucha importancia al asunto, pensando que era de esas lluvias mexicanas que duran unos cuantos minutos, y que sólo sirven para ensuciar los coches y acentuar el frío.

El día de clases continuó en forma normal; y yo sufrí del mismo déficit de atención que todos los días.

Saliendo de la escuela, notamos que todavía seguía lloviendo.
Fuck me in the ass and call me Mr. Belvedere.

Harto del clima, harto del frío, y harto de resbalarme por culpa de mis zapatos, grité:
"¡Puta madre Thor, ya haz que deje de llover, carajo!"

Un amigo me volteó a ver extrañado, y me preguntó: "¿Thor?"

"Sí, Thor. El Dios nórdico del trueno. ¿A quién más le voy a rezar? Yo no creo en los Dioses maricas de aquí"

"Dioses maricas, ja. Te vas a ir al infierno.", me dijo.

"Chido. Al menos el infierno está calientito"

Odio el frío.
Lo odio.

lunes, 1 de febrero de 2010

De canciones de amor

Hace un par de días, me pidieron que hiciera un post acerca de mis canciones de amor favoritas.
You know, porque soy toda una autoridad en música y esas cosas.

Al principo pensé en rehusarme, porque no suelo ser cursi ni meloso (a menos que las circunstancias sean las correctas); pero después recordé que estaba tratando de actualizar el überlog más seguido que el año pasado; y en realidad no tenía ningún tema sobre el cual escribir algún otro post, así que de repente, la idea de enlistar unas cuantas de mis frases favoritas de canciones cursis y ridículas; no me pareció tan mala.

Podría seguir escribiendo preámbulos, pero no lo haré, como protesta a... no sé... elijan alguna causa social, y pretendan que yo la apoyo.
¿A poco no soy lo máximo?

Lista de algunas cuantas frases de algunas cuantas estrofas de algunas cuantas canciones de amor.
By: Dexter


Who wants to live forever? - Queen

But touch my tears with your lips
Touch my world with your fingertips
And we can have forever
And we can love forever
Forever is our today

Tal vez no toda la canción sea esperanzadora y amable; pero esta frase me encanta.
Es de esas cosas que no puedo explicar, pero que las siento, y después me siento todo gay por haberlas sentido.
Farrokh es Dios.

Julia - The Beatles

Julia, morning moon, touch me
So I sing a song of love, Julia.
When I cannot sing my heart
I can only speak my mind, Julia.

Por motivos altamente personales, esta canción es una de mis favoritas en todo el mundo.
No será la más elaborada, ni la más compleja; pero el mensaje es simple: es una canción de amor. Punto.
Fuck, la amo.

P.S. I love you - The Beatles

As I write this letter, send my love to you,
Remember that I'll always be in love with you.
Treasure these few words till we're together
Keep all my love forever.
P.S. I love you

Traté de no poner dos canciones de los Beatles, pero es imposible.
De hecho, si pudiera, pondría como treinta; pero eso sería un poco... one sided; así que trataré de limitarme a dos.
No es mi culpa que los Fab Four sean tan estúpidamente buenos...

Sweet Caroline - Neil Diamond

And now I, I look at the night
And it don't seem so lonely
We fill it up with only two
And when I hurt
Hurting runs off my shoulder
How can I hurt when holding you?

Sí, soy un ñoño.
No me importa. Neil Diamond es la onda.
Viejito con cara de pervertido, sí; pero la neta escfribe cosas bien chidas.

Hello, Mary Lou - Creedence Clearwater Revival

Passed me by one sunny day
Flashed those big brown eyes my way
And, ooh, I wanted you forever more

No sé si creo en el amor a primera vista o no, pero sí creo en que las miradas pueden decirte muchísimo de una persona; y la verdad, soy totalmente fan de los ojos grandes y bonitos.
Ni modo, soy hombre, soy fácil de manipular.
Y soy extremadamente superficial.

Visions of Johanna - Bob Dylan

And when bringing her name up
He speaks of a farewell kiss to me
He's sure got a lotta gall to be so useless and all
Muttering small talk at the wall while I'm in the hall
How can I explain?
Oh, it's so hard to get on
And these visions of Johanna, they kept me up past the dawn

Amo esta canción.
Dylan es un poeta y un genio. Es increíble como sus letras pueden conmover casi hasta las lágrimas.
Es más, justamente mientras escribo esto, estoy escuchando esta canción, y sinceramente creo que lo úni--- Zzzzzzz....

Home - Depeche Mode

And I thank you for bringing me here
For showing me home
For singing these tears
Finally I've found that I belong

Dave Gahan tendrá toda la actitud del mundo, pero siendo sinceros, Martin Gore es mucho mejor cantante; como que transmite más feeling.
Debe ser por eso que me gusta tanto esta canción. O porque el coro es lo máximo, también.

Change in my life - M Pact

I've been lonely, I've been cheated
I've been misunderstood
I've been washed up, put down
And told I'm no good
But with you I belong, 'cause you helped me be strong
There's been a change in my life since you came along

Todos hemos sufrido heartaches de una forma u otra; pero esta canción me gusta porque demuestra que somos capaces de levantarnos y seguir adelante.
Soy cursi, déjenme en paz.

Use somebody - Kings of Leon

I've been roaming around, I was looking down at all I see
Painted faces fill the places I can't reach
You know that I could use somebody
Someone like you and all you know and how you speak
Countless lovers under cover of the street
You know that I could use somebody
Someone like you

Si, de repente también escucho música mainstream.
Es más, si tuviera cuadernos, escribiría la letra de esta canción en la página de atrás.
¿Por qué?
Porque todavía soy jóven, y puedo darme el lujo de hacer esas cosas sin verme anciano.

She bangs the drums - The Stone Roses

I don't feel too steady on my feet
I feel hollow, I feel weak
Passion fruit and holy bread
Fill my guts and ease my head
Through the early morning sun
I can see her, here she comes
She bangs the drums

Supongo que mi razón es bastante teta; pero es que simplemente creo que no hay NADA más sexy en este mundo, que las mujeres bateristas.
There, I said it. The cat's out of the bag.


En fin, I could go on for hours, and I probably will, but I'd sooner wrap it up, porque no quiero explayarme todavía MÁS.

No sé, últimamente he estado escuchando muchas canciones cursis.
Últimamente me he sentido muy... morado.