lunes, 28 de enero de 2013

De ser jóven e influenciable

Leyendo la entrada de mi querida y robusta amiga Mandarine (la cual seguramente ya borró, por paranóica), fui transportado a mi pasado.
A mi ñoño y ridículo pasado.

Tal vez algunos de ustedes no lo sepan, pero Dexter no es mi verdadero nombre. Shocking, yo lo sé. Les daré unos cuantos segundos para reponerse.
¿Ya? Cool, cool.

En fin, el caso es que me empezaron a decir Dexter porque yo era idéntico al monito del Laboratorio de Dexter: ñoño, de lentes, chaparro. En conclusión: yo era un total loser.

Evidentemente, como el loser que era, lo único que me importaban eran las calificaciones, porque si ya iba a ser un perdedor, carajo, lo iba a hacer bien.
Como era de esperarse, mis buenas calificaciones me hicieron acreedor de la burla de la mayoría de mis compañeros, lo cual me afectó profundamente la autoestima.

No voy a aburrirlos con la emocionante historia de cómo pasé de ser ese niño nerd y ridículo al joven apuesto y brillante que soy hoy en día.
No señor, no lo haré, porque el punto de este post es otro: hablar de cómo cuando eres niño, eres un imbécil que deja que los demás determinen el rumbo de su vida.

Al no tener personalidad propia, los niños siempre dejan que los comentarios de los demás los afecten profundamente, porque pues deben de tener razón, ¿no?
Cuando todavía no eres nadie, lo que los demás piensen de ti es lo que eres.

¿Te dicen cuatrojos? Tu personalidad se resume en que tienes lentes.
¿Te dicen enano? Lo único importante de tu vida es que eres chaparro.
¿Te dicen pitolargo? Nadie te dice pitolargo, no seas mentiroso.

Después, cuando pasas a la adolescencia, es aún peor.
Cuando eres un adolescente pendejo, las críticas de los demás son sumamente destructivas.
Estás tan desesperado por encajar y ser parte de un grupo, que no te esfuerzas en desarrollar personalidad propia: todo tu esfuerzo está enfocado en hacer clic con la manada.

Es curioso como justo cuando necesitas que los demás sean amables contigo, es cuando más crueles son.

Yo tenía un punto aquí, pero lo olvidé porque entró mi jefe a regañarme que ya me ponga a trabajar en vez de perder el tiempo.


CONTINUARÁ...

martes, 15 de enero de 2013

De otra boda

Pues otra boda parece acercarse a mi vida.
A diferencia de la anterior (que fue de una conocida con su propio primo), ésta no es naca.

De hecho, es la boda de mi hermana. La única hermana que tengo (hasta donde sé)

Como era de esperarse, mi familia está vuelta loca, corriendo de aquí y allá para que las cosas salgan.

Sinceramente creo que todos están felices porque pensábamos que nadie iba a poder aguantar a mi hermana de por vida. Ya la veíamos vistiendo santos y poniendo velas de cabeza, o lo que sea que se haga cuando uno es una solterona.

En fin, supongo que lo que quiero decir es que yo también estoy emocionado, porque pues ¡mi hermana se casa!

Los mantendremos informados con los preparativos, aunque les interese un carajo.
Deal with it, bitches.

miércoles, 2 de enero de 2013

Adolescentes

¿Han notado que últimamente los adolescentes son más molestos que de costumbre?

Tal vez sea porque ahora, por culpa de las estúpidas redes sociales, estamos dejando que los adolescentes tengan un espacio para expresar sus opiniones imbéciles; pero el punto es que últimamente se están volviendo aún MÁS insoportables que de costumbre.

Digo, no es como si antes fueran cool, porque la verdad es que nadie, NADIE, soporta a un grupo de adolescentes. Ni siquiera otro grupo de adolescentes.

Hoy en día, todos son únicos y especiales, veganos, bisexuales, protectores de animales, activistas de facebook, directioners o beliebers.
Es como si por algún motivo ser original y tener personalidad propia fuera algo prohibido en la etapa de la adolescencia; mas pero sin embargo, todos dijeran que son únicos sólo porque son exactamente iguales que todos los demás.

Lamentablemente, yo tengo la desgracia de trabajar a 1 cuadra de una de las prepas más grandes de México, así que cada vez que salgo al Oxxo para comprarme un café, unas papas, o whatever; tengo que soportar la presencia de adolescentes pendejos en las inmediaciones.
Sin importar a qué hora vaya al Oxxo, ahí están ellos, fumando sus cigarros y deteniéndolos con la mano bien alta para que todos vean que son tan rudos que ya fuman. Wow.

Ahí están, recargados en los coches que sus papis les compraron, oyendo música horrenda a todo volumen, porque pues todo el mundo tiene que voltear a verlos y darse cuenta de que ya tienen coche porque son niños grandes y maduros.

Ahí están, hablando de marcas de ropa, presumiendo lo pedos que se pusieron el fin de semana, o lo pedos que se van a poner en cuanto ya sea viernes.

Ahí están ellos, asumiendo que su vida nos importa un carajo.

Y la verdad es que no, no nos importa ni un poquito, y la mayoría de nosotros sólo deseamos que todos los adolescentes mueran en un accidente doloroso, para no tener que aguantarlos nunca más.

Fuck teenagers, man; they suck balls real hard.

Y queridas niñas, como un adulto joven con un poquito más de experiencia en la vida que ustedes, les comparto un poquito de mi casi infinita sabiduría ojiverde:
Cuando presumen de lo putas que son, y cómo se han dado a un chingo de tipos; les aseguro que NO se ven ni siquiera remotamente interesantes, open mind o atractivas.
En realidad lo único que pensamos de ustedes es que ojalá mueran de sífilis crónica, porque pues por mujeres así es que todavía la sociedad no las toma 100% en serio como género.

Eat shit and die.
Adolescentes imbéciles.