domingo, 16 de junio de 2013

Recuerdos

Después de sacudirse el cabello mojado, cerró la puerta tras de sí y se sintió abrumado por el completo silencio de una casa cuyos únicos habitantes eran los fantasmas de vidas pasadas y felices.
Caminó hacia la mesa, donde no lo estaba esperando ninguna comida caliente, y de pronto perdió el apetito, así que fue directo hasta su cama.

En el florero de su buró encontró un ramo de flores marchito, pero del cual no de deshacía porque algunos de los bulbos jamás habían abierto, y él todavía tenía la esperanza de que algún día lo hicieran.

Se acostó sobre esas sábanas frías, y tomó de encima de su cabecera un portarretratos, desde donde lo miraba una foto que él conservaba cerca siempre, para recordarle que aunque todo cambiara, alguna vez existió un momento en el que todo estaba bien.

Con un cariño inmóvil y practicado, acarició esa foto donde una mujer de sonrisa eterna lo miraba, deteniendo en sus manos un hermoso ramo de flores.

"Buenas noches, Julia, mañana empieza noviembre, y se supone que tendríamos que estar volviéndonos viejos."

Él cerró sus ojos, cansados de ya no tener a quién mirar, y se entregó a la efímera calma de la noche.