domingo, 29 de julio de 2012

Otro mail canadiense

Hace unos días publiqué en éste, su überlog de confianza, un mail que escribí mientras estaba viviendo en Canadá.
Como aparentemente a la gente le hizo gracia, el día de hoy les traigo uno más: el mail que mandé el día antes de regresar a México, y que se supone servía como mi despedida del mundo primermundista.

Sin más preámbulos, aquí está; en toda su gloria dosmilsietesca.



Oh sí, en 24 horas ya voy a estar de regreso en el país del frijol charro.

La neta el viaje estuvo bien chingón, pero estos ultimos días me puse un  poco nostalgico... sobretodo cuando por alguna razon pusieron "Cumbia sobre el río" en el radio. 

Jamás imaginé que Celso Pinia fuera una celebridad en  Canadá.

Pero de todos modos ya llegó ese momento en que uno se pone a pensar en todo lo que hizo las últimas semanas, y entonces le cuesta trabajo decir adiós.


Yo sé que no es onda escribir un mail de despedida cuando falta casi un dia entero para irme, pero maniana me la voy a pasar todo el puto dia en el aeropuerto, y entre viajes de subway de 2 horas, aduana, y búsqueda de cavidades, no voy a tener mucho tiempo para escribirles a todos ustedes, mi querida lista de contactos de hotmail.


Como sea, maniana de seguro voy a estar demasiado emputado como para escribirles, porque me  caga andar cargando maletas por toda la ciudad. La gente se te queda viendo raro. 
Si de por sí hoy estuve cargando una caja de cervezas y me detuvieron 2 veces para checarme y 1 para tomarse fotos conmigo...

El caso es que me estoy tomando esta última oportunidad de conectarme para despedirme de todas las cosas canadienses que conocí en este viaje. Decir adiós siempre ha estado muy subvaluado.

No sé ni por donde empezar...

Adiós, computadora. Jamás olvidaré tu pantalla prendida a las 3 de la maniana mientras mi companiero de cuarto leía su mail y yo trataba de dormir.

Adiós, teclado sin enie. Extraniaré las nieradas que mi companiero me hacía escribir en las manianas. Maldito ninio nionio.

Adiós, Fruitopias. No sé qué voy a hacer sin ustedes. Puta madre, no puedo creer que me haya vuelto adicto a su delicioso delicioso sabor... lo más dificil será meter 5 litros de tasty Fruitopia en mi maleta sin que me violen en aduana.

Adiós, Allison y Becky. Gracias por los viajes, las cervezas gratis, los tequilazos improvisados, las clases de francés de cuarta, y el concurso de Red Bulls. 

Mi corazón jamás será el mismo. Ahora tengo taquicardia masiva.
No, neta, sí las voy a extraniar.

Adiós, cama compartida. Fue un honor dormir junto a un puto que cucharea, ronca, y me abraza en las noches "sin darse cuenta", pero ya basta. 

Si no recupero mi espacio nocturno voy a matar a alguien. No estoy jugando.

Adiós, ventilador pitero. Gracias por no dejar que muriera de calor, y gracias por la pulmonía canadiense.

Adiós, cerveza canadiense. Demuestras una vez mas que los mexicanos somos bien chingones. 

Pinche cerveza de la verga.

Adiós, programacion de baja calidad. 

Tus caricaturas en francés quedarán grabadas en mi subconsciente por toda mi vida. 
Nada como ver a Barney violar a ninios en otro idioma.

Adiós, malditos chinos. Dejen de invadir otros paises. 

En serio, ¿qué mamadas son esas de barrio chino? 
¿Té de lychee? WTF?

Adiós, familias hindúes. 

Espero que cuando regrese huelan menos feo, o mínimo se me acerquen menos.

Adiós, seniales de tránsito. 

Adiós, policías que te gritaban si no las seguías.

Adiós, conductores neuróticos de autobuses. 

Me despido con un sincero chinguen a su puta madre.

Adiós, cataratas de Niágara. Muchas gracias por atraer a europeos con axilas olorosas y muchas gracias por ponerme junto a ellos en el funicular.

Adiós, europeos con axilas apestosas. 

Y sólo para aclarar las cosas, que ustedes sean espanioles y entiendan lo que digo, no significa que voy a dejar de decir que huelen a madres. 
A menos que dejen de oler a madres, claro.

Adiós, Superman, bye bye, bye bye.

Adiós, salsas mexicanas que saben a todo menos a México.

Adiós, obsesión al hockey. 

No puedo creer que sea tan importante para ustedes que hasta le dediquen la imagen de un billete entero.

Adiós, malls grandes y caros. Jamás olvidaré la forma en que me hicieron gastar todo mi dinero. 

Y mi papá tampoco lo olvidara. Pero hey, ¡tengo souvenires!

Adiós, parrilla. Adiós, comida quemada. Adiós, explosiones de propano. 

Adiós, quemaduras de primer grado. Adiós, limpiar parrilla. Adiós, dar explicaciones. Adiós, pedir comida china.

Adiós, karaoke. 

Lo más especial de ti es cómo prometi que no iba a cantar ninguna de las 3 veces, y cómo acabé cantando las 3 veces. 
Y cómo todo mundo puede verlo en youtube si es suficientemente hábil.

Adiós, lago Ontario, con tus miles y miles de chicas lindas en poca ropa... 

Y tus miles y miles de canadienses panzones en poca ropa.

Adiós, negro de la Sony shop. No puedo creer que me hayas convencido de pagar tanto por unos audifonos...



En fin... podría pasar horas y horas escribiendo adioses y adioses, porque neta tengo un chingo de cosas de las cuales despedirme, pero ´rse no es el punto.

El punto es que a pesar de que tengo cientos de cosas a las cuales decirles adiós; tengo muchas más a las cuales decirles hola, y por eso es que ya extraniaba México.

Por eso, y sólo por eso, estoy dispuesto a quitarme cinturón y zapatos maniana en el aeropuerto, y a ser sodomizado por un negro de inmigración (¿A poco creían que no iba a usar la palabra sodomía en mi mail? Qué poco me conocen...)

Pero bueno... como dice la canción, "everybody wants to drive on through the night if it's the drive back home".



Me despido, gente; esperemos que no le pase nada al avión en el que viajo. Ya he tenido suficientes traumas en aeropuertos para el resto del 2007.


 

XOXO
Dexter

martes, 24 de julio de 2012

Cosas que aprendí en Canadá

Hace rato, borrando mails viejísimos, me encontré con un correo que mandé hace 5 años, cuando yo estaba viviendo en Canadá con mi mejor amigo.

Leer ese mail viejo me hizo darme cuenta de que soy la pura onda y siempre lo he sido. Me hice gracia a mí mismo.
Ay, Dexter, qué sensual eres.

En fin, aquí está el mail, en caso de que tengan tiempo qué perder y quieran perderlo leyendo pendejadas:




Oh sí oh sí, por fin tengo chance de meterme a internet otra vez.
Todo va poca madre por acá; he aprendido un chingo de cosas:


COSAS QUE HE APRENDIDO EN CANADÁ:


- Dormir en la banca de un parque no es bien visto socialmente.

- Las escaleras son resbalosas, y los golpes al caerte de las escaleras duelen igual o peor que en Mexico.

- Los mapaches vienen hasta tu puerta a pedir comida. Como un Auto Mac pero a la inversa.

- Las ardillas corren libremente por las calles, pero no las puedes tocar porque el gobierno las protege, de hecho, el gobierno protege mas a las ardillas que a los turistas.

- Los teclados no tienen enie.

- Los conductores de autobus tienen arena en su vagina, y "turista, no hablo ingles, sorry" no es una excusa válida para no pagar pasaje.

- Te pueden bajar del autobús a media calle si no pagas pasaje.

- Starbucks tiene como 15 sabores de frappuccino que no existen en México.

- La gente que se llama Bryan en Canadá no es igual a la gente que se llama Bryan en México. Aquí no son nacos, chaparros, morenos y grasosos.

- La gente no sabe nada de espaniol, pero aún así, si saben que eres mexicano, te gritan "¡Borracho cabrón desgraciado infeliz!" con una enorme sonrisa de estúpidos, y creen que te va a hacer gracia y que te vas a sentir bienvenido.

- No te puedes emocionar por ver un puesto de tacos, porque los tacos de aquí no son tacos; son tostadas con carne de cerdo y lechuga. 4 dólares pieza.

- Cuando te dicen que te vas a subir al edificio free standing más alto del mundo, debes creerles.

- Si te subes al edificio free standing más alto del mundo, tus huevos van a cambiarse de ubicación, y se quedarán en tu garganta por lo menos 2 horas.

- Caminar en piso de vidrio a 130 pisos de altura es para novatos. La onda es acostarse y aplicar el acapulcazo.

- Los turistas son queridos, la cerveza es gratis si ofreces enseniarles un poco de espaniol. A la tercera jarra ellos van a estar enseniandote ingles, y a la quinta jarra tú vas a necesitar que te ensenien espaniol.

- La composición del suelo es diferente. Aquí hay 7 mujeres hermosas por metro cuadrado, en México hay 7 ninios de la calle por centímetro cúbico.

- Cuando te dicen que algo está "within walking distance", no se refieren a 3 cuadras; se refieren a poco más de 50. No es choro... pasé 3 horas caminando al Eaton Centre.

- Si no tienes cambio exacto, no puedes subirte a su transporte público. No es choro... pasé 3 horas caminando al Eaton Centre.

- La comida chatarra engorda. Parece algo de sentido común, pero aquí es más real que en México. 4  de los 5 kilos que engordé me respaldan.

-Si te ofrecen un viaje en bote a las 14 islas del lago Ontario, no debes emocionarte mucho; en realidad es un viaje de 2 horas en una trajinera glorificada, alrededor de 14 mierditas que parecen una sola islota. 24.95 plus taxes.

- Si vas al Food Court y le gritas "putín" al que atiende, no se va a ofender; te va a dar unas papas grasosas... y te dirá que es el plato tradicional de Quebec. 3.95 plus taxes.

- A los osos y a los alces les gusta sodomizar turtsas mexicanos. Y a los amigos de los turistas mexicanos les gusta tomar fotos de la sodomia pública. 31.99 plus taxes.

- Hacer chistes racistas de "ni los negros" y "como viles chinos" no es opción. Nunca habia visto tanto negrochino en mi vida.

- Cuando por fin encuentras a otro turista que hable espaniol, se la va a pasar cantando Atrevete Te Te. A los 3 minutos vas a querer estar con gente que sólo hable inglés.

- Alejate de las familias hindues. Este consejo te doy porque tu amigo Dexter soy.

- Aunque comprar un jugo de mandarina con granada parezca buena idea en el momento, no lo es. Sabe a pene remojado en escabeche (con granada). 2.99 plus taxes.

- Si te encuentras con un viejito simpatico alemán, gritale "Listen, you wandering bitch!" y te ganas cerveza gratis.

- Los mexicanos tienen pegue en Canadá y los canadienses tienen pegue en México. Ironía digna de Sol.

- Dormir con alguien: buena idea. Dormir con un güey que te cucharea: mala idea. No, no me acosté con un cabron canadiense. Aún.

- Canadá es hogar del gatito más hermoso del universo. En serio, era estúpidamente bello. Sí.

- Youtube es una excelente forma de perder el tiempo en todas partes del mundo.

- Aquí sólo hay 3 tipos de mujeres: Las buenas, las nomamesquepinchebuenaestá, y las gordibuenas. 

- Después de unos dias, te das cuenta que no quieres dejar de escribir mails, porque sabes que cuando termines vas a tener que apagar la computadora y meterte a la cama con el puto que cucharea. Y ronca.

- Cuando te das cuenta que eso pasa, decides hacer algo para cambiar la situación. Hoy cucharearé yo. 

- Las seniales de transito sirven de algo. No, no estoy jugando, paisanos, es la verdad.

- Los estereotipos son falsos, la policía montada no corre libremente por las calles. Creo que sólo salen en luna llena.

- La comida viene en 2 sabores: Insípida y maple.

- Puedes no ver a tu familia y amigos en 3 meses y no pasa nada, pero si ves una lata de chiles Herdez te sentirás nostálgico.

- Una tienda con 100 marcas de cerveza y de todos modos compras Corona.

- Los estereotipos te dicen que Canadá es helado y con nevadas que dejan snow banks de 3 metros de alto, pero la realidad es que tienes que dormir con un puto ventilador en la jeta porque estás a 32 chingados grados.

- Todo es tan hermoso que da coraje.

- Nadie te tortea en el metro. Excepto tu companiero de viaje que es más puto de lo que jamás pensaste.






Sí... creo que es todo lo que he aprendido hasta ahora, pero todavía me quedan unas semanas de vida castoril. Me la estoy pasando chingón.


¡Saludos y abrazos a todos, los extranio!
Avec amour:
Dexter


PD: Les bergers à Bethléem courent pressés.

martes, 17 de julio de 2012

5 cosas que odio (Parte IV)


1. La música de espera.

Cuando por algún motivo o razón tienes que hablar a un número de servicio a clientes, sabes que tu día está a punto de arruinarse.
No sé en qué momento las compañías pensaron que era buena idea dejar que un conmutador te contestara y después te confundiera horas y horas con sus opciones vagas en donde nunca pareces poder encontrar lo que estás buscando.

Cuando POR FIN logras comunicarte con un ser humano, por alguna razón nunca es con el ser humano con el que tendrías que estar hablando. "Permítame lo transfiero al departamento correspondiente", parece ser la respuesta universal de estos tipos que NUNCA pueden resolver problemas.

Y es entonces cuando aparece la peor parte de toda la experiencia de atención a clientes: la estúpida música de espera.
Es como si tuvieran a un experto en música que se dedicara únicamente a escoger las canciones más piteras de toda la historia para torturar tus oidos durante los interminables minutos que esperarás en la línea, donde una voz robótica aparecerá de vez en cuando para recordarte que tu llamada es muy importante para ellos, y que por favor no cuelgues.
Hijos de puta.


2. Cuando un mesero te dice "cuidado, el plato está caliente", y entonces tienes que tocar el plato a ver si es cierto.

¿Para qué carajo me tienen que avisar que el plato está caliente?
Lo único que provocan es obligarme a tocar el maldito plato, por vil morbo y curiosidad, y entonces quemarme toda la mano.

Maldita sea, meseros, ¿cómo pueden cargar con esa responsabilidad en su conciencia?

Yo sé que la solución evidente es NO tocar el plato, pero seamos realistas, ¿acaso alguien puede evitarlo?
No, por supuesto que no.


3. El plástico que traen los CDs, DVDs y Blu-Rays nuevos.

Por muchos años yo pensé que los científicos eran sólo un montón de nerds ociosos que se dedicaban a estudiar changos porque en realidad son unos malditos zoofílicos closeteros, pero resulta que me equivoqué.

En realidad, mientras nosotros los llamábamos "patéticos ñoños", ellos estaban muy ocupados tomando todo lo que está mal en el mundo y concentrándolo en una delgada capa de plástico irrompible que después pondrían encima de CDs y DVDs, para que cuando trates de abrir el artículo que acabas de comprar, seas frustrado durante varios minutos en lo que tratas de romper la irrompibilidad de esa pinche chingadera.

Cientificos del mundo: dedicados a torturarte con incomodidad extrema cada vez que pagas mucho dinero para adquirir tu música y películas de forma legal.


4. Olvidar el nombre de alguien mientras estás hablando con él.

Por alguna razón, siempre he sido PÉSIMO recordando caras. Tal vez sea porque la mayoría de las veces no me interesa ponerle atención a los rasgos de una persona.
La gente es tonta y huele feo.

Sea como sea, hay veces en las que estás hablando con alguien que ya habías conocido hace días/semanas/meses, y esa persona te recuerda perfectamente, pero por más que lo intentas, tú no puedes recordar su nombre.

Es entonces cuando te das cuenta de que tendrás que pasar el resto de la conversación refiriéndote a esa persona como "güey" o "dude". Y será incómodo.


5. El refresco sin gas.

El 98% de la deliciosidad de un refresco está en el gas; eso es un hecho sabido por todos.
Un refresco sin gas es como una iglesia sin curas pedófilos: it should just not happen.

lunes, 9 de julio de 2012

10 de julio

Hace unos cuantos días, mi novia estaba regresando a su casa cuando se encontró un pequeño pájaro herido.
Lo levantó de la calle y decidió cuidarlo y tratar de hacer que volviera a estar bien para después dejarlo libre.

Ayer lo vi, y era estúpidamente hermoso. Decidí que se llamaba Camilo.
Era tímido y cariñoso, y cuando lo acariciabas, se te quedaba viendo amablemente, como si te estuviera agradeciendo que lo cuidaras cuando más te necesitaba.

Varias veces lo vi tratar de abrir sus alas, pero por más que se esforzaba no podía, porque todavía no estaba listo para volver a volar.

Hoy en la mañana parecía como si ya estuviera a punto de lograrlo; miraba esperanzado hacia arriba y se notaba inquieto.
Estaba aprendiendo a volar, como si el poco tiempo que llevara sin flotar por los aires hubiera hecho que olvidara quién era, y ahora tuviera que empezar desde cero y recordar para qué servían sus alas.

Para mi novia, por un par de días ese pequeño pájaro se convirtió en una de las cosas más importantes del mundo.
Hoy en la tarde, Camilo murió.


Me es imposible no darme cuenta de lo familiar que me resulta esa historia; tal vez porque hace muchas vidas yo fui parte de algo parecido.

Feliz 10 de julio, Cristina. Te sigo extrañando como el primer día.
Por favor, cuida a Camilo; ahora ya tienes a alguien que vuele junto a ti.

lunes, 2 de julio de 2012

Carta abierta a Enrique Peña Nieto

Mi querido Enrique:

El día de hoy no me encuentro frente a esta pantalla con la finalidad de insultarte, a pesar de que probablemente debería.
No escribo esto con el ánimo de denunciar la ilegalidad y fraudulencia que marcaron estas elecciones presidenciales; porque la enorme mayoría de México ya está consciente de que si estás en la silla, es gracias a instituciones corruptas que te cedieron el asiento a cambio de dinero, poder y favores.

El día de hoy, estoy aquí, escribiéndote una carta que seguramente nunca leerás, simplemente porque quiero.
Porque soy un ciudadano de este gran país, y siento como que tengo que hacer ALGO, aunque ese algo sea tan simple y ridículo como escribir unas cuantas letras que caerán en oídos sordos.

La cruda realidad que enfrenta México el día de hoy, es que la democracia perdió y tú ganaste. Felicidades.

Sé perfectamente que ninguna cantidad de impugnaciones ni de evidencias claras de fraude harán que el IFE reconozca que tú no eres el presidente que el pueblo eligió; pero eso no cambia el hecho de que a partir de hoy, eres el presidente que el pueblo tiene.
Lo único que nos queda ahora, es esperar habernos equivocado (como ya ha pasado muchas veces a lo largo de la historia).
Esperar habernos equivocado contigo y haberte juzgado demasiado pronto gracias a esos colores que cargas a tus espaldas; colores y siglas que han herido profundamente al pueblo de México y que representan varias decenas de años de miseria y pobreza.

Dices que tú representas a un nuevo PRI, y por el bien de todos nosotros, espero que tengas razón.
Espero que tú seas la cara de un partido que ha tenido la valentía de observar su pasado y ha tomado medidas para corregir las injusticias de las que históricamente ha estado plagado.
Espero que no representes la misma dictadura de siempre, y espero que no hundas al país en el mismo velo de desinformación, manipulación y robo que tus antepasados pusieron sobre nuestras cabezas.

También espero que estas elecciones, por muy compradas que hayan estado, te dejaran bien claro que la gran mayoría de México no te quiere; y no sólo eso, sino que ni siquiera te toleran.

La Ibero te lo mostró, Enrique: ya no somos los mismos de siempre.
Ya no somos los hombres y mujeres agachones que están dispuestos a doblarse para que tú y los tuyos puedan hacer con nosotros lo que quieran.
Ya no somos personas que se dejen engañar por lo que los medios masivos de comunicación nos vendan en los anuncios de Siempre en Domingo.
Ya no somos el México de antes, y espero, por tu bien y por el nuestro, que no trates de traernos al PRI de antes.
Ya no estamos dispuestos a soportar los abusos que nuestros padres y abuelos toleraron por tanto tiempo.

Sin importar cuánto confeti tricolor te puedan aventar tus lamebotas, ni cuánto grito de apoyo puedas escuchar de tus acarreados; la realidad es diferente: más del 60% de México no te quiere, y va a estar esperando ansiosamente tus errores para hacerte responsable.
Somos muchos más de 132, Enrique, y vas a estar viéndonos las caras durante 6 años. Esto no es una amenaza, es una realidad.

Ahora, habiendo dicho eso, también tengo que dejarte en claro que estoy dispuesto a trabajar junto a ti.
¿Te apoyo? No. ¿Apoyo a mi país? Claro, siempre.

Por favor, Enrique, prueba que nos equivocamos: demuéstranos que somos unos pendejos, toma todas las burlas y los chistes de mal gusto que hicimos a tus expensas, y ciérranos la boca.
Sé el mejor presidente que México haya conocido. Limpia el nombre del PRI, y por favor, toma la poca memoria que los mexicanos tenemos, y haznos olvidar todos los abusos que hemos sufrido.
En tus hombros queda el que dentro de 6 años, tu partido vuelva a ganar la presidencia; esta vez, sin trucos ni fraudes.

En el fondo, tú y yo sabemos que Andrés Manuel ganó las elecciones, y habemos muchísimas personas para las cuales tú no eres -nuestro- presidente, pero eso no quita el hecho de que seas el presidente de este país.

Una vez más, felicidades: la silla ya es tuya.
Prueba que nos equivocamos contigo, Enrique; te lo pido desde el fondo de mi corazón.

Atentamente:
Dexter Petrelli, un mexicano.