lunes, 30 de noviembre de 2009

De cómo conseguí zapatos nuevos

Hace un par de semanas, me encontraba yo en Lawndale, quejándome de mi despeinadez, cuando recordé que tenía que entrar a una clase.

Normalmente esto no sería problema, porque la mayoría de mis clases no me molestan; pero en esta ocasión en particular, yo tenía un gran problema:
Odiaba al maestro.

El cabrón que nos daba la clase es la típica persona increíblemente cuadrada, incapaz de tomar las cosas con humor, incapaz de aceptar otros puntos de vista, incapaz de exponer un tema en forma dinámica, incapaz de mantener el interés de sus alumnos, e incapaz de generar respeto.

Por lo tanto, su clase es un desmadre donde nadie lo está pelando.
Pensando en 4000 cosas que preferiría estar haciendo en ese momento, entré al salón, y me puse a jugar con mi iPhone.

A pesar de mi ingeniosa solución ante el dilema de no querer estar ahí, otro problema surgió: mi pelo me estaba tapando la cara, y si eso seguía así, no iba a obtener el high score de mi juego iPhonesco.

Quejándome de mi despeinadez una vez más, voltée a ver a una de mis amigas, y le pedí que me proporcionara una liga para el pelo.
En un desplante de sensualidad y buen juicio de mi parte, me hice una coletita, como Pebbles Picapiedra.
Continué jugando.

Después de un par de minutos, el ruido de las conversaciones que todo el mundo estaba manteniendo, se detuvo, así de golpe; para dar lugar a un extraño silencio.
Evidentemente, eso no era normal, así que alcé la mirada para ver qué pasaba.

Por alguna razón, todos me estaban viendo a mí.
Acostumbrado a ser el centro de atención no le di importancia, y proseguí con mi juego.

"Colega...", llamó la voz del profesor, desde el frente del aula (porque además el güey es tan teto, que nos dice colegas a todos)
Acto seguido, el imbécil dijo algo, pero sinceramente, no le estaba poniendo atención, así que yo seguí en mis propios asuntos.

El silencio no se iba, así que, molesto, volví a levantar la mirada. El grupo me seguía viendo fijamente, así que en una muestra de pensamiento rápido e ingenio, yo dije:
"¿Huh?"

"Colega, te dije que te quitaras la coletita", exclamó el inútil.

Guardé silencio durante un par de segundos, poniendo cara de incredulidad.

"Quítate la coleta, colega", volvió a bramar el tarado.

"Perdón, pero, ¿por qué?", le dije, sin entender todavía cuál era el problema.
Digo, no es como si mi carrera fuera la más cerrada del mundo, y tampoco es como si tuviera 5 años para que me dijeran qué hacer y cómo peinarme.

Carajo, si mis jefes no han podido hacer que me vista decentemente, ni que me peine como persona (a pesar de que llevan años intentándolo); no entendí por qué el pendejo profesor pensaba que él iba a tener más suerte.

Yo me lo quedé viendo, esperando que me diera una buena razón (que iba a ignorar de todos modos), pero nada más me estaba viendo, con su cara de imbecilidad extrema, sin decir nada.
Después de como 10 segundos de total silencio, me dijo "Ash, está bien colega, haz lo que quieras, nada más después no digas que no se te dijo nada"

Todavía más incrédulo, voltée a ver a otra amiga, y le dije "a ver a ver, ¿este cabrón me está dando permiso de peinarme como yo quiera? ¡Whoopee diddly doo, muchas gracias, zoquete!"

Mi amiga nada más se rió y encogió los hombros, después me dijo "pues en su defensa, sí te pidió que te quitaras la coleta..."

"¿Y eso qué?, ¿por qué carajos me voy a quitar mi coleta?, es como si yo le dijera ¡oiga, quítese la chamarra! ¿por qué? Porque se me pega la gana, ¿cómo ve?"

Una vez más, mi amiga se rió, y me dijo "pero ya te dio permiso de dejártela hecha..."

"Ah, fuck me in the ass and call me Laura, muchas gracias por darme permiso de hacer algo para lo que NO estaba pidiendo permiso", dije, ligeramente indignado por toda la situación.

"Ya te dijo que hagas lo que quieras, ¿cuál es el pedo?", inquirió mi amiga.

"Damn right que voy a hacer lo que yo quiera, a huevo", dije, en voz suficientemente alta como para que el estúpido me escuchara.

Llamé a mi amiga, la que me prestó la liga para el pelo, y le pedí otras 4. Acto seguido, me hice 2 coletitas a los lados, y 2 en la parte de atrás.

Después, sin estar satisfecho, le pedí sus aretes a otra amiga, y me los puse (teniendo que re-abrir mis perforaciones en el proceso)

Disculpen ustedes la cara de pendejo, pero me
hicieron voltear, y antes de que me diera cuenta
ya me habían tomado la foto.


Apagué mi iPhone, y me dediqué a ver fijamente al profesor, haciendo como que estaba poniéndole atención, y asintiendo cortésmente a todo lo que decía.

Cada vez que el imbécil me veía, ponía una cara de coraje severo, y después alzaba los ojos, como diciendo "ay, la juventud de hoy".

Mi propósito de fingir atención duró extremadamente poco, porque me volví a aburrir; así que seguí jugando con mi iPhone.

Nada interesante pasó después, excepto que sí logré obtener el high score, porque soy una pichula.

Cuando llegué a mi casa, mi padre, el italiano, me dijo que mis zapatos eran una vergüenza, y que si al otro día regresaba sin zapatos nuevos, mi hogar se convertiría en una zona de guerra.

Y así fue como tuve que comprarme unos Converse nuevos.

Fin.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

La gente tiene problemas...

El otro día, me encontraba yo en Lawndale, perdiendo el tiempo sentado en las escaleras, platicando con unos amigos, cuando en eso, uno de ellos dijo "El otro día leí tu blog. ¿Sabes de qué deberías de escribir?"

Pensé en contestarle "Evidentemente no, si supiera de qué escribir, no acabaría contando que me confunden con mujer, que me caigo de los microbuses, o que me dan miedo los tipos que se revuelcan en vidrios"; pero en eso iba pasando una chica linda, así que me distraje y no dije nada.

Aparentemente, mi silencio fue interpretado como una pausa en donde estaba esperando para que me dijeran la respuesta

"De la marcha zombie", me dijo mi amigo.
La palabra zombie fue lo único que se necesitó para captar mi atención.

"What the fuck?", le dije, mientras lo miraba con cara de "dame detalles, esto suena interesante y estúpido".

Me contó que iba a haber (o había habido) una marcha, de pura gente vestida de zombie, y que iban a caminar de noseacordabadonde a tampocodeacordabadonde con el puro propósito de... pues, verse estúpidos, supongo.

Y hoy, que recordé lo que me había dicho este cabrón, decidí que en efecto, tal vez sería buena idea escribir acerca de la estúpida marcha zombie, llena de gente estúpida.

Así es que hoy, llegúe a mi casa, después de un largo y cansado día, y me dispuse a postear algo; pero como mi amigo no me pudo dar muchos detalles, decidí investigar un poco acerca de todo el asunto, para después poderme quejar de la idiotez de la gente con suficientes argumentos.

Desempolvé mi Google, y le puse "marcha zombie"

Marcha zombie Madrid
Zombie GDL Fest
Segunda marcha zombie
Marcha zombie Guayaquil 2009
Marcha zombie en Baires
Marcha zombie DF
Marcha zombie en Venezuela

Es más, para no hacerles la lista aún más larga, les revelo que si meten el término "marcha zombie" a Google, obtienen 207,000 resultados.

¡¿Cuál es el problema de la gente?!
Vivimos en un mundo en el que el ocio da lugar a una cantidad sorprendente de estupidez humana.

¿Marchas zombies?, ¿fucking really?
¿No tenemos nada mejor que hacer?

Después, como aparentemente soy masoquista, fui a youtube, y busqué videos de marchas zombie.
Dios santísimo de Nazaret; en serio, la humanidad es más estúpida de lo que cualquiera podría haber pensado.



Si de casualidad esperaban ver gente de buen ver vestida de zombie, mala suerte, yo también me decepcioné.

Si algún día despierto convertido en una gorda fea, tengan por seguro que lo último que haría, sería encontrar formas de verme peor.
Lamentablemente, allá afuera hay mucha gente que se esfuerza en explotar todo su potencial de ridiculez.

Marchas zombies alrededor del mundo... carajo... y yo que pensaba que con lo de los electricistas teníamos suficiente estupidez para todo el año...

Por cierto, puntos extras para el que me diga cuántas veces usé la palabra "zombie" y la palabra "estúpido" (con sus derivados) en este post.

EDIT: Ya sé que el video viene en un tamaño partemadres para mi template.
Miren lo poco que me molesta.

domingo, 22 de noviembre de 2009

De bigotes

El día de hoy, mientras veía el partido de los Raiders, me dieron muchas ganas de orinar, así que me levanté al baño.

Después de vaciar mi vejiga, y sintiendo el alivio que suele acompañar esa gloriosa acción, procedí a lavarme las manos.

Mientras las enjabonaba cuidadosamente, levanté mi mirada, y me encontré con unos desgarradores ojos verdes, que me miraban en forma sensual y seductora.

"Vaya, pero qué tipo tan más apuesto", pensé, mientras me miraba en el espejo.

Segundos después, me dió comezón en la nariz, así que froté la parte baja de mi apéndice olfativo con la parte trasera de mi mano. Noté que arriba de mi labio, no existía nada que ofreciera fricción y opusiera resistencia ante el frotamiento de mi mano.

"Puta madre, quiero un bigote", le dije al chico guapo que me miraba del otro lado del espejo, y que, curiosamente, tampoco tenía vello facial.

Salí del baño, y me paré frente al televisor.
En la sala, se hizo el silencio, seguido por una cantidad bastante grande de gritos e insultos que me exhortaban a quitar mis aglutinantes de enfrente del aparato televisivo.

Como los presentes se dieron cuenta de que a base de gritos y ruidos fuertes no iban a lograr que dejara de bloquear la tele, procedieron a actuar en forma más civilizada: me aventaron cosas.

Esquivando un par de proyectiles, seguí firme en mi posición. Tenía algo importante que anunciar al mundo.
Fue entonces cuando un zapato volador me pegó en las pelotas.

Mientras estaba tirado en el piso, en posición fetal, escuché que alguien decía "Bien, pendejo, nos perdimos un buen pase por tu culpa..."

Una vez que me pude levantar, me volví a poner frente al televisor.
El partido estaba en anuncios, así que ahora nadie se quejó.

"¡Gente, tengo un anuncio que hacer!", proclamé a todos los presentes.

"¿Si hacemos como que te estamos poniendo atención, te vas a callar y nos vas a dejar ver el partido en paz?", me contestó uno de mis atentos escuchas.

"Sí. Sí lo haré", le dije, respondiendo a su amable petición. Soy una persona muy magnánima, realmente.

Una vez más, se hizo el silencio. Era el centro de atención, como debe de ser.

"En beneficio de mi sensualidad, y como ayuda humanitaria a nuestros menos afortunados hermanos de Chiapas, decidí que me voy a dejar crecer el bigote", les dije, mientras frotaba mi cara en forma varonil.

Muchas risas siguieron.
Después, varios de los presentes me hicieron notar que por más que tratara de dejarme crecer el bigote o la barba, la cruda realidad era que mi cara tenía menos pelo que la nalga de una quinceañera (quinceañera sexy, no quinceañera emo con las nalgas peludas)

Yo:
Pero... pero... ¡la gente con bigote se ve más varonil!
Unrompesueños:
¿Como quién?
Yo:
Como Justin Timberlake
Unrompesueños:
Justin Timberlake no tiene bigote, pendejo
Yo:
Eli Manning, entonces
Unrompesueños:
Tampoco, grandísimo idiota
Yo:
¿Steven Seagal?
Unrompesueños:
No
Yo:
¿Jean Claude Van Damme?
Unrompesueños:
¿No tienes ni idea, verdad?

Notando que debí de haber pensado bien las cosas antes de abrir mi bocota, le dije "¿Ah sí? Pues... ¡mi papá le pega al tuyo!", y me fui a sentar.

Los Raiders ganaron, probablemente gracias al poder del bigote de su quarterback.

Los bigotes son la onda.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Just a quick filler

Iba a escribir algo decente el día de hoy, pero entonces recordé que tenía algo importante que hacer, y para lo cual no podía llegar tarde.

"Fuck it", pensé, y me senté a escribir de todos modos.

A pesar de que estaba dispuesto a llegar tarde a mi compromiso, sólo por llevar a ustedes un post de calidad; el destino no quiso que eso pasara.

Verán: me senté frente a mi monitor, y me dispuse a redactar algo sensual e impresionante.

Writer's block.

Traté de pensar en un buen tema, pero sólo se me ocurrían cosas como "Puedo romper sandías con mi cabeza", "voy a irme a Celaya en unos días", "tengo la peor condición física del mundo, y casi muero por culpa de ello", "el otro día me atacó una abeja africana", etcétera.

A pesar de la piterez de esos temas, traté de escribir un borrador acerca de un par de ellos, para ver qué tal quedaba; después de todo, chicle y pega, ¿no?

Fue entonces cuando una voz dentro de mí dijo "no seas imbécil, te está quedando de la pichula, y además, como eres un idiota y te despertaste bien tarde, ya no tienes tiempo que perder. Animal."

Como esa pequeña vocesita sonaba muy enojada y violenta, decidí no seguirla haciendo enojar, así que borre mis borradores (har har) y me puse a escribir esto.

Así que, lo que quiero decir es: hoy no habrá post, porque ya se me está haciendo tarde.
Mañana trataré de escribir algo decente. Espero que el día de hoy me pase algo cagado que amerite contarse.
Todo apunta a que así será.

Atte:
La gerencia

lunes, 16 de noviembre de 2009

De fuerzas superiores

Hace unos días, mientras tomaba un café con una amiga, que llamaremos Zapatosdecharol, el tema del karma y del destino salió a colación, tal vez porque últimamente, su vida ha entrado en una espiral de eventos azarosos que parecen hilados por las manos del mismísimo Alláh.

Mi amiga me decía que sin darse cuenta, le han estado pasando un montón de cosas que parecen irrelevantes, pero que en cuanto pasa un poco de tiempo, voltea hacia atrás, y se da cuenta de que afectan mucho más de lo pensaba.

Yo:
¿Cómo qué cosas?
Zapatosdecharol:
Pues no sé... como que de repente me encuentro un cupón del 50% de descuento en una hamburguesa, y después se me olvida que me lo encontré; pero un par de días después, lo veo en mi bolsa, y como estoy cerca del McDonald's, entro a comprarme mi hamburguesa, y resulta que adentro está un amigo que no he visto en como 5 años. Platicamos, quedamos de vernos, y cuando me doy cuenta, ya estoy saliendo con él.
Yo:
¿Osea que tu teoría es que Dios inventó las hamburguesas como un medio para que el amor verdadero llegue a tu vida?
Zapatosdecharol:
Obviamente no, tarado, pero pues sí me hace pensar que ciertas cosas están destinadas a pasar, ¿no crees?

"Probablemente", le contesté, mientras le daba un sorbo a mi americano muy cargado.

Seguimos hablando sobre el tema, y me siguió dando ejemplos de como ciertas cosas que de momento no parecen importantes, en un futuro van a adquirir más relevancia de la que podemos ver a presente.

"Si las cosas tienen que pasar, van a pasar..." dije, un poco en voz baja, mientras recordaba a una persona muy importante que me dijo esas mismas palabras hace un tiempo ya.

"Exactamente, a eso me refiero", me dijo mi amiga.

Como sentí que estaba a punto de entrar en un momento emo, cambié de tema, y le dije que su peinado me parecía ridículo.
La mejor forma de evitar silencios incómodos, es lanzando insultos al azar.

Curiosamente, con el paso de los días, el mismo tema surgió en la conversación, varias veces, y con varias personas diferentes; cada una de ellas, dándome un par de ejemplos acerca de cómo las cosas que tienen que pasar van a pasar, de una forma u otra.

"¿No te ha pasado que conoces a una persona, y después de unos días, sientes como que llevas muchos años de conocerla?", me decía un amigo, mientras estábamos sentados tranquilamente en una banqueta, comiendo papas de carrito.

Como yo tenía la vista fija en el infinito, y no contesté nada, mi amigo continuó:

"Así como... no sé... que confías muchísimo en esa persona, y que puedes hablar con ella con toda la confianza del mundo, a pesar de que realmente no llevas mucho tiempo de conocerla. Como si hubieran sido amigos de toda la vida..."

Lo voltée a ver, con mirada interrogante.

"Sí güey, así como si esa persona estuviera destinada a llegar a tu vida en cierto momento; y de cierta forma lo supieras..."

"Tu peinado me parece ridículo, cabrón", le dije, mientras sonreía un poco, haciendo una broma que sólo yo iba a entender.

Y así, por azares del destino, muchas personas me han estado haciendo ver que, a veces, no tenemos completo control sobre ciertos eventos de nuestra vida.

Y ayer, en una fiesta; de alguna forma la misma conversación volvió a salir, una vez más.

Entre delfines, barajas, y Torres, me puse a platicar con una niña que acababa de conocer, y que llamaremos Bufandarosa.

Después de un rato, la plática derivó en amores pasados, corazones rotos, y golpes de la vida:

Bufandarosa:
Ya estoy cansada de buscar el amor, ¿sabes?
Yo:
Sí, sí sé. Como que es de esas cosas que tienes que aprender a putazos, o si no jamás vas a entender.
Bufandarosa:
¿Entonces también te ha pasado?
Yo:
Pfft, me pasó hace un par de semanas.
Bufandarosa:
¿Cómo estuvo?
Yo:
Pues es... complejo. Básicamente estaba convencido de que si en serio deseamos algo, tenemos que hacer todo lo posible por conseguirlo...
Bufandarosa:
¿Y no funcionó?
Yo:
No. En mis ganas de conseguir lo que quería, acabé dándome en la madre. Lo peor fue que no entendí las cosas hasta que me hicieron algo que me lastimó muchísimo.
Bufandarosa:
Los humanos somos bien pendejos, ¿verdad?
Yo:
Algunos somos más que otros, ja.

Me quedé callado un par de segundos, dándome cuenta de lo emo que sueno a veces, y después agregué: "pero sí, yo también estoy cansado de buscar el amor, ¿sabes?"

Ella se le quedo viendo a mis desgarradores ojos verdes, y me dijo:
"Pues igual y el chiste es dejar de buscarlo. Digo, si las cosas tienen que pasar, van a pasar, ¿no crees?"

Ligeramente sacado de onda por la cantidad de veces que esa frase había aparecido en mi vida en los últimos días, me quedé callado, y nada más le sonreí.

"Eres increíble niño, ¿no te ha pasado que acabas de conocer a alguien, y sientes como si llevaras muchísimo tiempo de conocerlo?", me dijo.

"¿Como si esa persona estuviera destinada a llegar a tu vida en cierto momento; y de cierta forma lo supieras?", contesté.

"¡Exactamente! ¿No te ha pasado?"

"No tienes ni idea", le dije, sonriendo.

Se hizo un silencio ligeramente incómodo, en el que ninguno de los dos supo qué decir.

Después de unos cuantos segundos, ella me pellizcó el brazo, y me dijo "¡oye, tu peinado es lo más ridículo del mundo!"

Freaky.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

Carta abierta al estúpido sindicato de electricistas

Vivir en una de las ciudades más grandes del mundo tiene sus ventajas, como por ejemplo: siempre tener algo interesante qué hacer, que muchos artistas que no van a ciudades pequeñas decidan dar conciertos aquí, sentirte cosmopolita, poder elegir entre una enorme cantidad de actividades, tener lugares para encontrar TODO lo que busques, piratería barata, etcétera.

Lamentablemente, también tiene desventajas, y muchas:
Exceso de gente, exceso de tráfico, exceso de estupidez, perder tiempo transportándote de un lado a otro, falta de agua, pésimos servicios públicos, etcétera.

Y hoy, los habitantes de Chilangolandia tuvimos que sufrir otro de los inconvenientes de vivir en donde vivimos: las estúpidas manifestaciones.

Yo sé que la gente tiene derecho a manifestar su inconformidad con el gobierno y todo eso, pero no le veo el caso a chingarle la vida a los civiles en el proceso.

Digo, no quiero sonar todo derechoso, de "arriba el gobierno y abajo los subversivos", porque ese no soy yo.
Yo no estoy ni a favor del gobierno, ni a favor de los manifestantes; simplemente estoy en contra de cualquier cosa que me haga la vida más complicada.
La política me importa un carajo, lo único que me importa soy yo.

Pero antes de seguir debrayando con cuánto me amo, quiero decirle algo a los manifestantes (que, evidentemente, jamás me leerán):

Queridos hijosdeputa:

Seamos realistas, al gobierno no le importa lo que tengan que decir.

Si 30 gatos se paran afuera de la cámara de diputados y se ponen a gritar lo que sea que griten; no va a servir de nada.

Si unos cuantos tarados deciden cerrar las carreteras, no afectan al gobierno; afectan a la pobre gente que no tiene nada que ver, y cuyo único error fue tener que viajar por carretera.

Si 10 pendejos quieren ponerse a la mitad de una avenida, para protestar por la falta de apoyo a la industria de los dildos de madera, lo único que hacen es chingar a los civiles que necesitan usar esas avenidas para llegar a su casa, a su trabajo, a donde sea que se les pegue la gana de ir. Y esa gente tiene derecho de ir a donde sea que se les pegue la gana.

Chinguen a su madre.

Y hoy, con la estúpida mega manifestación del sindicato de electricistas, me dieron en la madre a mí, y eso, queridos hijosdeputa, ya es personal.

El gobierno les cerró su compañía, boo-fucking-hoo.
Su compañía era un asco de todos modos. Su servicio era pésimo, cobraban lo que se les pegaba la gana, y cada vez que soplaba una brisita, o llovían 3 gotas, se iba la luz.

No dejaré que mi experiencia personal con la compañía de luz y fuerza afecte esta carta, que, en teoría, debería de haber sido sumamente profesional y propia (aunque obviamente perdió su caracter oficial en el momento en que los llamé queridos hijosdeputa); pero mi punto es ese:
Su compañía era un asco.

Entiendo que estén inconformes por la forma en la que la policía tomó las instalaciones, así, de putazo, sin avisarles.
Entiendo que, por alguna razón, crean que deben recibir algún tipo de indemnización, a pesar de que ya se les dieron como 1000 tipos de apoyos que ni siquiera se merecían.
Entiendo que quieran mejorar su situación.

Lo que no entiendo, es por qué diablos creen que tienen derecho a tomar estaciones de metro, a cerrar universidades, a secuestrar avenidas, y, básicamente, a paralizar toda la ciudad.

¿Quieren el apoyo popular?
Aquí les va un consejo: DEJEN DE JODER A LA GENTE QUE NO LES HIZO NADA.
La misma gente que les está pagando sus estúpidamente infladas liquidaciones, por cierto.

Como creo que mis argumentos ya se entendieron, voy a cerrar mi carta con una reflexión:
Por su culpa me tuve que levantar una hora más temprano. Espero que mueran en un incendio.
Váyanse al diablo.

Sin más por el momento, agradezco de antemano la atención a la presente.

Atte:
Uno de los miles de ciudadanos afectados por sus pendejadas.

PD: Viva la familia.

martes, 10 de noviembre de 2009

Moraleja del día

Si estás tocando batería, trata de no confundir tu pierna con la tarola.

Duele terriblemente.

Ahora si me disculpan, necesito ir a ponerme hielo.

Prometo poner un post decente mañana.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Un post Halloweenesco que llegó un poco tarde

El día de hoy, me di cuenta de que las fiestas de disfraces todavía no terminan; lo cual me hace pensar que la gente está obsesionada con los disfraces. O con las fiestas. O con el alcohol. O con verme en sensuales situaciones donde yo me ponga ropa que normalmente no usaría.

Sea como sea, hoy voy a ir a dos fiestas de disfraces; a pesar de que Halloween fue la semana pasada.
Y si algo he aprendido en todas mis experiencias disfrazadas, es que la gente no suele ser muy creativa:
Enfermera, Michael Jackson, pirata (Johnny Depp, probablemente), el Güasón, Doctores, mujer en poca ropa, Conejita, y sobre todo; zombies.

Si alguien gritó "disfraces que TODO el mundo usa porque creen que son cool y originales", entonces ganaron el juego. Porque estábamos jugando un juego, ¿saben?

Pero en fin, ver a tantas personas con pésimos disfraces de zombies, me puso a pensar en los apocalipsis zombie, que, como algunos de ustedes saben, es una de mis mayores preocupaciones en la vida.

Y si algo me ha enseñado Hollywood, es que el amor verdadero triunfará sobre todos los obstáculos, sin importar la cantidad de situaciones graciosamente absurdas que la vida nos ponga enfrente.
Y además, triunfará en el último momento, cuando todos se habían dado por vencidos. No, algo nos hará darnos cuenta de cómo son las cosas en realidad, y entonces tendremos una emocionante escena de persecución, donde nuestra amada no sabrá que estamos justo detrás de ella, y nosotros tendremos pocos segundos para hacer notar nuestra presencia.
En el último segundo, lo hará, y explicaremos todo lo que tenemos que explicar, sólo para recibir un romántico beso a la mitad de algún lugar público, mientras una cámara gira a nuestro alrededor.

Y si he aprendido otra cosa de Hollywood, es que todos los apocalipsis zombie son iguales.
Así que el día que todo se vaya al demonio; lo hará en una forma tan cliché que duele.

Todo empezará con algún científico idiota, que hará cosas que no debería de estar haciendo.

"Oigan, deberíamos de mutar el virus del ébola, y combinarlo con un tipo de rabia para el cual no haya cura; después deberíamos de inyectar ese nuevo súper virus en un pedazo de carne cruda, y dárselo de comer a Josefino, el simio que tenemos enjaulado", dirá, el estúpido científico.

Evidentemente, Josefino se infectará con el virus más mortal que el mundo haya conocido.

Después, el científico, en vez de conservar a Josefino enjaulado en forma segura, y de preferencia en cuarentena; hará algo mucho más imbécil, como... qué se yo, tratar de jugar ajedrez con el chango (a pesar de los claros indicios de infección).
Josefino morderá al científico, porque eso es lo que hacen los changos con eborabia.

El científico, en lugar de matar al chango y suicidarse, como castigo por ser tan imbécil, decidirá ignorar los síntomas que empezará a padecer.

"Vaya, creo que estoy orinando sangre, y me parece que mi cabello se está cayendo a puñados. Además, tengo unas ganas voraces de morder a mis hijos. Hmm... creo que debe de ser toda la fibra que estoy comiendo en las mañanas", pensará el científico, condenándonos a todos al infierno.

Una vez que la enfermedad sea demasiado obvia como para seguir viviendo en sociedad, el científico por fin decidirá ir al hospital. Claro, ya será demasiado tarde, porque está a punto de convertirse en el primer zombie que la raza humana conozca.

Una vez en el hospital, el doctor, en lugar de poner al tarado en cuarentena, lo examinará de cerca. De muy cerca. Tan de cerca, que el zombie podría morderlo.

"Esa mirada asesina no es normal. Permíteme sacar mi abatelenguas y examinar tus dientes. Eso es, buen chico."
Todos sabemos lo que pasará después.

Una vez que el doctor fue mordido, arañado, y maltratado severamente; decidirá hacer lo que cualquier doctor responsable haría: correr por todo el hospital, mientras vomita, escupe sangre en los pobres inocentes que pasan junto a él, y muerde a quien se le acerque. Douchebag.

La infección ya está en proceso.

La noticia de un súper virus mutante se difunde por los medios de comunicación, diciendo CLARAMENTE que es en extremo mortal, y que convierte a la gente en zombies.

Todo el mundo se quedará en sus casas, con una escopeta apuntada hacia la puerta, haciendo todo lo posible por sobrevivir, ¿no?
No.

Todo el mundo sale de sus casas, para ver si sus seres queridos están sanos y salvos; ignorando el hecho de que podrían haberlo averigüado con una simple llamada telefónica.

Obviamente, con tanto tráfico en las calles, la infección se difunde mucho más rápido de lo que debería.
Algunas personas encontrarán a sus seres queridos infectados por la eborabia.

"Nicolás, todavía te amo, a pesar de que el virus está carcomiendo tus entrañas, y estás condenado a una muerte lenta y extremadamente dolorosa. El amor lo puede todo, saldremos de esto juntos; ven, abrázame".

Nicolás los moderá, y los contagiará.
Debieron de haberle disparado en la cabeza mientras pudieron.

La infección se empezará a propagar aún más rápido, y las personas que aún están sanas, empezarán a emprender un viaje hacia una "zona segura", asignada por el gobierno.
La zona segura resultará ser mucho muy insegura, y todos serán comidos vivos.

En poco tiempo, la epidemia ya incapacitó todo el mundo: ya no hay medios masivos de comunicación, y existen muy pocos sobrevivientes.

De alguna forma, unos cuantos de estos sobrevivientes (curiosamente, todos con personalidades diferentes pero carismáticas) se encontrarán, y decidirán buscar refugio.
Harán un pésimo trabajo.

"¡Miren, una tienda de armas con refugio antibombas lleno de comida! ¡Escondámonos ahí!"
"Pero mira... junto a la tienda de armas hay un McDonald's"
"¡Sí, escondámonos en el McDonald's, tiene un tobogan!"

Sorpresa sorpresa.

Una vez que están "refugiados" en el McDonald's, los sobrevivientes empezarán a pelear entre sí, tratando de establecer quién es el macho alfa. Habrá traiciones, y se crearán alianzas.

En lo que todos discuten para decidir quién es el líder de la bola de tarados, los zombies entrarán al lugar, rompiendo sus patéticas barricadas; y se los comerán a todos.

Fin.

Felicidades humanidad, perdimos ante un montón de zombies.
Ah, pero queríamos tener changos de mascotas.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Drácula se revuelca en su tumba

El día de hoy, estaba yo regresando del aeropuerto, a horas olvidadas por nuestro señor Jesús Cristo; cuando pasé enfrente de un espectacular que decía "Crepúsculo: Luna Nueva", en grandes letras rojas, colocadas justo debajo de una foto de como 4 o 5 tipos que se veían extremadamente parecidos el uno al otro.

"Puuuuuutísima madre... ya va a salir la nueva mariconada", pensé en voz alta, muy para el disgusto de mi señor padre, que por enésima vez, me dijo que no podía ir por la vida diciendo groserías en momentos al azar.

Pero mi punto se mantiene: señoras y señores, estamos condenados.
Condenados a tener que aguantar a un montón de quinceañeras pendejas hablar incesantemente acerca de lo magnífico y maravilloso que es Twilight, y de como si en este mundo existieran hombres como Edward Cullen, el amor verdadero podría vencer.

"Ah, si tan sólo todos fuéramos vampiros", dirán, con una mirada perdida y retrasada, mientras piensan que los vampiros son los seres más románticos de la creación del señor.

Pues déjenme decirles algo, queridas taradas:
Los vampiros NO son parte de la creación del señor. El señor odia a los vampiros.
En especial a Edward Cullen.

Y queridos lectores imaginarios, el día de hoy vengo con una queja más:

¿En qué momento los vampiros pasaron de ser algo oscuro, sobrenatural, misterioso, y cool; a algo gay, homosexual, puyeye, luliluli, mariposo, y AlejandroFernandezco?

¿Por qué de repente está de moda que te gusten los vampiros, sólo porque piensas que tienen que ver con historias de amor?

¿Por qué las quinceañeras se vuelven más y más estúpidas a cada segundo que pasa?

Odio Twilight.
En mi opinión, engloba muchas de las cosas que están mal con la sociedad actual:
Manipulación de la gente tonta, una obsesión con las relaciones amorosas, la metrosexualidad, el seguimiento de manadas, la gente andrógina, y Edward Cullen.

Y creo que parte de mi odio, es que simplemente no comprendo.

Digo, a través de la historia se han escrito miles y miles de libros mediocres, ¿no?
Entonces, ¿qué hace especial a esta horrenda serie de libros?
¿El hecho de que hablen de pseudo-vampiros?, ¿el mensaje aspiracional de "aunque seas diferente que los demás, tú eres especial y puedes encontrar el amor"?, ¿la cantidad desbocada de hormonas que se encuentran emanando de las pubertas incultas?

Y otra parte de mi odio, radica en que gracias a esas estúpidas películas/libros/porquerías; voy a tener que escuchar un montón de comentarios y reseñas que simplemente no quiero oír.

"Pero Dexter, ¿por qué no simplemente te alejas de las gordas darketas y emo que seguramente hablarán de eso TODO el tiempo?", se estarán preguntando.
Pues me temo que no es tan fácil.

Inevitablemente, por los rumbos en los que muevo, estoy rodeado de preparatorias, bachilleres, universidades de paga, centros comerciales, cines, y demás establecimientos que SIEMPRE están atascados con el tipo de gente que ama Twilight.
Me encuentro navegando solo, a la deriva, en un mar de idiotez humana.

Y creo que lo que más me duele, es que aunque la euforia por Luna Llena o como sea que se llame la película, va a terminar en un mes o dos, de todos modos voy a tener que seguir sufriendo a los vampiros gays por mucho tiempo más.

¿Se han dado cuenta de la enorme cantidad de cosas vampirescas que existen actualmente?
True Blood, Vampire Diaries, Supernatural, Ernest el vampiro, El hijo de drácula, Batman, Máscara de sangre, Vampnevermore, The man who sucked blood, etcétera.

Sí, tal vez me haya inventado muchos de esos nombres, pero mi punto se mantiene; ahora, está de moda alabar a los vampiros metrosexuales, y ser una gorda darketa.

Entre Twilight, Kanye West, Monsieur Gaga, y Taylor Swift; la juventud de hoy en día está caminando derechiiiito a la estupidez.

Muchas gracias por perpetuar la milenaria tradición humana de no usar el cerebro.

Ahora, si me disculpan, voy a recluirme en mi cueva, como todo el ermitaño amargoso que soy.
Despiértenme cuando se estrene la próxima película de Harry Potter.


Edit: La gente me toma demasiado en serio.