martes, 27 de abril de 2010

Watching, waiting...

Pensabas que me había ido, ¿verdad?
Iluso.

¿En serio creíste que te podías deshacer de mí tan fácilmente?, ¿creías que podías dejarlo todo atrás y pretender que nada pasó?
Ja, a veces eres tan tonto...

Nunca me voy a ir.

Siempre voy a estar aquí; viéndote... esperando...

Regresé.


DC

domingo, 25 de abril de 2010

De quemaduras de primer grado

No entiendo por qué; pero SIEMPRE que un encendedor llega a mis manos, algo malo pasa.
Es como si el fuego sólo esperara la primera oportunidad que tuviera para burlarse de mí, provocándome accidentes.
Digo, es eso; o simplemente mi complejo piromaniaco combinado con mi falta de habilidad motriz generan una probabilidad extremadamente alta de que alguien salga herido; en la mayoría de los casos, yo.

Eso ha hecho que prácticamente todas las personas que me conocen, quiten cualquier tipo de encendedor/cerillos/pedernal y yesca/abo de mis inmediaciones.
Normalmente, esto funciona de poca madre; porque mi familia y amigos son sorprendentemente eficientes en quitarme cosas peligrosas de las manos; pero hace poco, pasó algo que cambió mi vida para siempre.
Y sí, sí estoy exagerando.

Verán; mi día escolar transcurría pacíficamente: yo pendejeaba en clase, molestando a mis amigas porque estaba aburrido y quería atención, cuando de repente el profesor me pidió que me saliera del salón, porque estaba distrayendo a mis compañeros.
Pensando en que era el momento ideal de ir por un café, salí al patio.

Un montón de gente se agloremaraba alrededor de un pequeño stand de algo.
Odiando las aglomeraciones de gente, yo ignoré la conmoción, y fui por mi café.

En la cafetería, un conocido me dijo que la causa de todo el desmadre, era que estaban regalando encendedores; pero unos mucho muy chidos. Zippo, de soplete, y te lo grababan, además.

Aunque no fumo, la idea de conseguir algo chingón y gratis, fue irresistible.
Pasé la siguiente hora de mi vida formado en una estúpida cola de gente estúpida; pero al final, valió la pena.

Lamentablemente, olvidé lo propenso a accidentes que soy; y la gente olvidó recordarme lo propenso a accidentes que soy.

En menos de 4 días, ya quemé la mitad de mis dedos, un pantalón, mis agujetas, todas mis plumas y lápices, y un mechón de cabello.
Y lo peor, es que como es MI encendedor, la gente no puede decirme "¡ya, devuélvemelo!"

En conclusión: tuve un fin de semana muy agitado, y estoy a punto de perder las huellas digitales.

Déjenme ser, estaba muy cansado como para escribir un post más decente.

miércoles, 21 de abril de 2010

De pensamientos nocturnos

No sé por qué todo lo que escribo últimamente suena todo emo, cuando en realidad yo estoy sumamente feliz.
Seriously, todos los días camino por el mundo con una sonrisa tonta en la boca, me cago de risa de las cosas más simples que existen; y realmente soy mucho muy feliz.
Sin embargo, en cuanto me siento frente a mi computadora y me pongo a escribir algo, suena como si yo creyera que mi mundo se está acabando, y todo en mi vida fuera llanto y desesperación.

Supongo que mi estilo literario es sumamente... ¿dramático?
Eso, o simplemente tengo problemas.

En fin, el caso es que yo sé que ustedes se preocupan mucho por mí, y a veces no pueden conciliar el sueño pensando que tal vez yo no esté completamente feliz. Yo sé lo mucho que eso los conflictúa y estresa; pero no se preocupen, lectores imaginarios, quiero asegurarles que todo marcha bien en mi vida.
There, ya pueden descansar tranquilamente. De nada.

En fin; el caso es que, a riesgo de sonar emo, me temo que tendré que escribir otro post que probablemente sonará más dramático de lo que quisiera.

Verán, el día de ayer estaba preparándome para dormir, cuando voltée a ver el reloj y me di cuenta de que eran las 4 de la mañana.
Mentando madres por mi incapacidad de irme a dormir temprano, juré y perjuré que a partir de ese momento, no volvería a dejar que MSN me robara tantas horas de mi día, porque necesitaba aprender a dormir en un horario más normal.

En fin, me puse a dar vueltas en mi cama, incapaz de conciliar el sueño; y entonces me di cuenta de que tampoco era normal NO poder dormir a esa hora, a pesar de estar estúpidamente cansado.
Lamentablemente, como todos ustedes saben, cuando no puedes dormir, acabas pensando mil cosas, y además como que todo se ve en una perspectiva distinta, mucho más dramática y pesimista de lo que en realidad es.
Sí, eso me pasó ayer.

Pero entre todos los fuckin' pensamientos falsos y sacados de proporción, encontré un par que eran... diferentes.
De repente, me cayó el veinte de muchas cosas.

Como por ejemplo, por fin me di cuenta de que mi hermana está muy lejos.
Es cagado, porque lleva como 6 meses viviendo fuera del país; pero yo no lo había procesado hasta ayer.
Me di cuenta de que llevo 4 meses sin verla, y quién sabe cuánto tiempo más pase antes de que la vuelva a ver. De repente me cayeron encima muchos meses de extrañarla.
Eso estuvo como... muy heavy y deprimente.

En lo que estaba tratando de recuperarme del shock de darme cuenta de que ella ya no vive aquí, otra fuckin' epifanía me cayó de madrazo:
En menos de 2 meses voy a terminar mi universidad; y aunque llevo como un año tratando de prepararme para el madrazo, hasta ayer me di cuenta de lo que realmente significaba terminar la carrera.
Todo lo que siempre he conocido, se va a terminar de golpe, y la vida real ya está en la maldita puerta.

Evidentemente, después de darme cuenta de todo eso, no pude dormir.
Y mientras no podía dormir, los malditos pensamientos nocturnos y pesimistas seguían llegando.

Reevalué mi vida social, laboral, y amorosa en cuestión de minutos.
Estuvo... extraño.

Me di cuenta de que ya eran las 6 de la mañana, y yo me tenía que levantar en menos de dos horas, así que resignado a no dormir, prendí la tele.
En menos de 5 minutos caí profundamente jetón.

Sólo cuando me desperté me di cuenta de que lo que no pude lograr en varias horas, lo conseguí con menos de 10 minutos de televisión.
Eso dice mucho de la calidad de la programación actual.
Way to go, fuckers.

domingo, 18 de abril de 2010

De mi aparente estupidez

¿Es cierto que los hombres somos pésimos para comprender nuestro entorno?
¿Es cierto que somos totalmente incapaces de entender indirectas?

Por más que odie los clichés y las generalizaciones (a menos que sean de chinos culeros y de emos ridículos); me temo que aparentemente es cierto:
Los hombres no somos las creaturas más inteligentes del universo.

Yo siempre me he enorgullecido de ser alguien capaz de leer a las personas sin mucho problema; pero resulta ser que hasta alguien tan genial y magnífico como yo, es capaz de cometer errores.
Yo sé; a mí también me sorprendió.

No, esperen, esto no puede ser MI problema.
¿Saben qué?
Es culpa de las mujeres.

Si ustedes saben perfectamente bien que nosotros no somos buenos con las indirectas, ¿por qué carajo las lanzan?
¿Acaso son masoquistas?
¿Les da miedo decir las cosas directas, y creen que si mejor usan indirectas, después van a poder echarnos la culpa de los malentendidos?

Well, fuck you all very much.

Queridas féminas, permítanme hacerles una propuesta que no podrán rechazar:
Ustedes nos hablan al chile, y nosotros les ponemos atención.

¿No?
Ok, permítanme refrasearlo para que no suene a algo que alguien de Cuajimalpa diría:
Ustedes nos hablan directamente, sin esconder lo que quieren decir, y dejándonos saber lo que realmente piensan, quieren, y sienten; y nosotros haremos nuestro mejor esfuerzo para entenderlo todo, y actuar de la mejor forma posible.

Si todos siguieran esa simple regla, yo no habría tenido una plática sumamente incómoda, ni correría el riesgo de perder a una de mis mejores amigas.

Felicidades mujeres, una vez más, lograron romperme las bolas.

Estúpida guerra de sexos...

viernes, 16 de abril de 2010

De diarios ridículos

El día de hoy, en parte por sugerencia de Rocketmail, y en parte por aburrimiento puro y destilado; decidí abrir un "Querido diario"

El concepto de un diario de quinceañera emo fue demasiado llamativo como para negarme.
Por fin voy a poder cumplir el sueño de toda mi vida de ser extremadamente cursi y ridículo.

Y entonces, lectores imaginarios, abrí otro blog: "Querido diario peruano"

ESPERO poder escribir en él diariamente, aunque sea en forma brevísima.
El chiste es poder escribir lo que me pasa todos los días... digo... supongo que de eso se trata un diario. Para ser honestos, nunca tuve uno en mi vida.

El überlog va a seguir siendo mi prioridad, obviamente. Pero hey, es bueno tener proyectos alternos de vez en cuando, ¿no?

Sea como sea, aquí está el link, por si les interesa darse una vuelta.
Digo, si ustedes son de esos morbosotes que quieren leer lo que pasa en la vida de los demás, no los juzgo, allá ustedes.

Querido diario peruano.


PD: Yo sé que el diseño del blog está extremadamente ridículo. Así tienen que ser los diarios de quinceañeras.

miércoles, 14 de abril de 2010

De vejez prematura

El otro día, estaba sentado cómodamente en casa de una amiga.
Veíamos tele en lo que esperábamos a que fuera momento de hacer otra cosa más interesante.

Estábamos viendo un programa malísimo que pasa por MTV, pero que a mí me entretiene mucho, porque me da la oportunidad de lanzar una enorme cantidad de comentarios sarcásticos; cuando de pronto llegó la hermana de mi amiga, junto con 2 amigas suyas. Todas tenían como 16 años.

"¡Agh, adolescentes! ¡Váyanse!, the power of Christ compells you!", les grité; pero no hicieron caso, y se sentaron junto a nosotros.
Unos segundos después, comentaron que el programa que veíamos era buenísimo. Traté de encontrar el sarcasmo en la frase, pero fue inútil, lo decían en serio.

Me le quedé viendo a mi amiga, con ojos implorantes; pero en una rápida y expresiva mirada, ella me dejó saber que NO debía burlarme de su hermana.
Me toqué la nariz dos veces, guiñé el ojo, y me toqué la frente en tres puntos distintos. Esa es mi forma de decir "Enterado, capitán"

Fue entonces cuando me resigné a sentarme en pseudo silencio, escuchando todas las estupideces que los adolescentes de hoy en día dicen y piensan.
En serio, es ridículo, es como un mal episodio de "quiero mis quinces". Estúpida juventud.

Después de unos cuantos minutos, el programa se fue a anuncios, y vimos uno de un juguete nuevo.
Aparentemente, ahora venden algo así como un dinosaurio mascota, del tamaño de un coche a control remoto.

El muñeco se mueve en forma muy pitera, hace ruidos muy piteros, y en general se ve extremadamente pitero; y caro.

Cuando el anuncio acabó, yo no pude contenerme y grité "¡¿qué carajo?! ¿esas son las cosas que pasan por juguetes hoy en día?"

Las adolescentes voltearon a verme, y yo continué: "cuando yo era niño, los juguetes estaban mucho mejor hechos, y los anuncios no eran tan engañosos... carajo, la juventud se está yendo al demonio"

Las adolescentes se miraron entre ellas, y después se echaron a reír.
La hermana de mi amiga me dijo "Wow abuelo, eres como... un amargado y así, osea, ¡estás cañón güey!"

Voltée a ver a mi amiga con ojos implorantes, una vez más; pero ella nada más negó con la cabeza.
Me quedé callado.

"Osea es que neta güey, dominas perfectamente que suenas como súper anciano y así, ¿no?"

Me le quedé viendo con los ojos entrecerrados, y después, recordando a mi anciano amargado favorito, le dije:

"En mis tiempos, no podías hablarle así a tus mayores. Es más, recuerdo cuando yo era niño; el año era 1916, un jóven Joe Piscopo cobraba popularidad, y en toda América la gente bailaba un baile llamado el anciano funky."

Viendo que las adolescentes me miraban confundidas, yo me levanté del sofá y empecé a bailar.
Nadie dijo nada, así que seguí.

"En ese entonces no teníamos sus internets como ahora, así que teníamos que aprender las canciones por otros lados. Yo tenía el primer radio de bulbos de la ciudad. No habían muchos programas en esos días; sólo Paco Malgesto cantando canciones populares, acompañado de su armónica"

Nadie decía nada. Las adolescentes me veían con los ojos cada vez más abiertos, y mi amiga miraba el suelo, moviendo la cabeza de lado a lado, seguramente pensando "Oh Dios... aquí va de nuevo..."

Continué.
"Mi radio se descompuso un día de mil novescientos dijiri cuatro. Teníamos que decir dijiri porque el Kaiser nos había robado la palabra veinte. Traté de recuperarla, pero me rendí después de perseguirlo por dijiri siete kilómetros.
Verán, mis zapatos estaban rotos, y yo necesitaba una nueva suela, así que decidí ir a la plaza de los lamentos, que era como le llamábamos al centro en esos tiempos; así que me amarré una cebolla al cinturón (como era la costumbre en esos días), y pasé enfrente de Palacio Nacional."

Mi amiga se reía en silencio, y las adolescentes me veían con cara de estupidez adolescente. Supongo que era de esperarse.

"En esas épocas, se usaba que los presidentes nalguearan a los niños. Porfirio Díaz me nalgueó en dos ocasiones no consecutivas.
Pero bueno, cuando me cansé de caminar, tomé el camión. Tomar el camión costaba 5 centavos, y en esos tiempos, las monedas de 5 centavos tenían grabada la figura de un abejorro. También podrías comprarte un paquete de cotufas por 5 centavos, recuerdo."

La hermana de mi amiga quizo interrumpirme, así que hablé más fuerte.
"¿Dónde estábamos? Ah sí, lo importante era que yo tenía una cebolla en el cinturón (como era la costumbre en esos días). No teníamos cebollas blancas, por culpa de la guerra; las únicas que podíamos conseguir eran esas pequeñas cebollas amarillas..."

"Creo que nosotras ya nos vamos..." dijo la hermana de mi amiga, al fin.

Una vez que se fueron, mi amiga me dijo "Wow... nunca te cansas de burlarte de la gente, ¿verdad?"

Negando enfáticamente con la cabeza, dije "No es mi culpa si ellas no entienden mis referencias; ahora súbele a la tele, porque tengo ganas de escuchar pendejadas de adolescentes"

lunes, 12 de abril de 2010

De fotos perdidas

Mi vida necesita un botón para olvidar, un botón para olvidarte.
Mi vida estaría mejor si borrara todos los recuerdos que tengo de ti; simplemente desvanecerte de una vez y para siempre.
Mi vida tendría muchísimo menos dolor si no estuvieras tú.


No puedo decirte cuántas veces pensé esto, porque nunca me enseñaron a contar hasta un número tan alto.


Despertaba con lágrimas en los ojos, y lo primero que olía era tu perfume de vainilla.
Cerraba los ojos con fuerza, y trataba de volver a dormir, porque tal vez todo era un sueño. Tal vez si volvía a dormir, la próxima vez que despertara vería tus ojos verdes viéndome a mí.

En una de esas mañanas en las que me faltabas tú para poder respirar, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas mañanas...

Caminaba en automático, sintiendo que mis pies caían pesadamente sobre el pavimento.
Entonces recordaba que tus pies nunca hicieron ruido, porque siempre encontrabas la forma de volar al ras de la tierra, nadando de pie; y nunca nadie se atrevió a decir que no caminabas.

En una de esas tardes en las que la calle estaba llena de gente que no cambia miradas ni se sonríe, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas tardes...

Por más tiempo del que puedo recordar, tuve miedo de mirar hacia arriba, y de ver la Luna llena, porque sabía que te iba a ver a ti, y el hueco que dejaste en mi pecho volvería a abrirse, recordándome que no estoy completo.

En una de esas noches en las que el frío penetraba los cuerpos, sin importar cuántos abrigos tuvieran puestos, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas noches...

El tiempo pasó, y yo nunca te pude borrar, pero ahora me doy cuenta de que las cosas son muy diferentes de lo que yo pensaba:
Si tú te fueras, el dolor no se esfumaría; porque el dolor llegó justo el día que tú te fuiste.

Y hoy, después de tantos años de tenerte sólo en mi recuerdo, te volviste a aparecer.
Justo hoy, me conecté y encontré un correo:

"Encontré estas fotos hace unos días, pensé que tal vez las querrías ver. Espero que estés bien."

Y te vi, por primera vez en muchísimo tiempo... y fui muy feliz.

Te extraño Cristina, espero que estés descansando, y sigas soñando con los mortales.

Je t'aime.
Pour toujours.

Day breaking on the boulevard
Feel the sun warming up your second-hand heart
Light swimming right across your face
And you think maybe someday, yeah
Maybe someday...

sábado, 10 de abril de 2010

De falta de respeto por momentos románticos


Creo que nunca voy a poder ser cursi...

jueves, 8 de abril de 2010

De cigarros y leche de chocolate

Verán, iré directo al grano, porque no me gusta andarme con rodeos:
Me estoy dejando crecer la barba.

Sí, yo sé que he dicho eso millones de veces, pero esta vez hay algo que hace las cosas ligeramente diferentes:
Por primera vez en la vida, mi cuerpo está cooperando.

No sé si sea el hecho de que por fin, a los 23 años, me esté llegando la pubertad, o el hecho de que finalmente mi cuerpo se puso de acuerdo con mi mente y decidieron que una barba es exáctamente lo que mi vida necesita; pero el caso es que por fin me está creciendo una barba decente.
Medianamente decente, al menos.

Es por eso que ya llevo un par de semanas soportando la comezón facial que involucra el dejarse crecer una sensual y varonil barba; pero estoy convencido de que está valiendo la pena.

En fin, el caso es que últimamente, aprovechando mis vacaciones, he estado sacando a pasear a Catalina (sí, mi vello facial tiene nombre, ¿acaso no soy lo máximo?), para presentarla en sociedad, y que mis amigas se asombren ante el hecho de que, a pesar de que todos pensábamos que no podía ser posible; ahora sabemos que sí, yo puedo ser aún más sensual que antes.

Además, siempre ayuda escuchar la opinión de mis amigas. De mis amigos no, porque los hombres no saben opinar acerca de qué tan bien se ve otro hombre; aunque se vea tan imponentemente bien como yo.

Como sea, el caso es que después de una pequeña encuesta ciudadana, el concenso resultó ser que debería de dejármela crecer por más tiempo, para ver cómo se ve.
La mayoría de la gente opina que se me ve bien, sin embargo, no han faltado unas cuantas amargosas que dicen que Catalina es patética.
Patéticas ustedes, les respondo, ingeniosamente.

Y entonces, queridos lectores imaginarios, recurro a ustedes.
¿Qué opinan?
¿Dejo que Catalina viva un rato más, en lo que evaluamos si tenemos potencial para una relación duradera?
¿Mato a Catalina, en una forma tan inmisericorde como la mamá de Paulette?
¿Me rasuro media cara, para tener dos perfiles diferentes, pero igualmente apuestos?

Vaya, cómo me gustaría tener una mágica bola ocho para saber qué hacer.

lunes, 5 de abril de 2010

De momentos en cafés al aire libre


"Esto apesta", dije, viendo fijamente la cerveza helada de mi amiga, y después volteando a ver mi café americano. Se veía todo chafa y poco apetecible; casi parecía como si se estuviera burlando de mí.

Mi amiga le dio un trago a su bebida, y después dijo "¡Caray, creo que es la mejor cerveza que he probado en mi vida!"
Puse cara de tristeza profunda, y me concentré con todas mis fuerzas en tratar de llorar.

"¿Sigues tratando de aprender a llorar a voluntad?", me preguntó ella. Yo asentí con la cabeza.

"¿Cuántos años llevas tratando de lograrlo?"
"Toda mi vida... pero ya casi me sale", le dije.

"No es cierto, sólo parece como si estuvieras estreñido", me contestó, sonriéndome.

Nos quedamos callados, pero el silencio no fue incómodo.
Miré a mi alrededor, tratando de encontrarle algún defecto al día. No pude.
Como si pudiera leer mi mente, mi amiga dijo "hoy es uno de esos días perfectos, ¿no?"

"Casi", dije, "este café podría ser una cerveza"
"Ok, entonces si no estuvieras todo defectuoso y tuvieras que tomar medicinas, hoy sería uno de esos días perfectos, ¿no?", me contestó, aventándome un papelito en la cabeza.

Me quité el papel del pelo, y después me quité el pelo de la cara, sonriendo.
"Extrañaba estos días, tarado", me dijo mi amiga, mientras me quitaba mis lentes oscuros y se los ponía.

Las horas pasaron, y el cielo cambió de un azul despejado, a una mezcla de morados y naranjas.

"¿Cómo fue que nunca tuviste novio mientras estabas en España?", le pregunté.
"No sé..."
"Ah, va. Gracias por el insight tan profundo, ahora todo tiene sentido"

Ella se rió y después me dijo "Pues no sé tonto... como que nunca me dieron ganas. Tener algo allá hubiera sido como... no sé... falso, ¿me entiendes?"
"No", le contesté.

"Yo nunca quise estar en España, jamás quise irme de aquí; me fui porque tuve que, pero siempre supe que iba a regresar a México..."

Me quedé callado por unos segundos, y después le dije "pero ese nunca fue el plan... el plan era que te quedaras a vivir allá..."
"No. Ese era el plan de mi familia, no el mío. Mi plan siempre fue regresar a México lo antes posible."

Iba a decir algo, pero en vez de eso simplemente me le quedé viendo a mi taza vacía.

"Niño, ¿te puedo preguntar algo?", me dijo mi amiga.
"Siempre", contesté.
"¿Qué es el amor?"

Parpadée un par de veces, sin saber qué decir.
"Wow, hoy estamos profundos... no sé qué decirte niña, nunca sé qué contestar a esas preguntas, a menos que esté bien pacheco..."

Vi que mi amiga sonreía, y me iba a decir algo, así que me adelanté a aclarar: "No, no estoy pacheco."

Ella me vio con sospecha, y después dijo "Ok, como sea, pero dime, para ti ¿qué es el amor?"
"¿Para qué quieres saber?", le pregunté yo a ella.

"Nada más quiero saber... ándale, ¿sí?, ¿por favor?", mi amiga estaba poniendo ojos de perrito triste, así que tuve que responder.

Me quedé pensando unos momentos, y después me di cuenta de que pensar ese tipo de cosas no sirve de nada, así que simplemente hablé:

"Amor es comprar café en las mañanas porque sabes que eso le va a alegrar el día.
Es ayudarla a vomitar en una jardinera y después besarle la frente.
Es ir a un concierto de My Chemical Romance, porque le gusta mucho, aunque sea una de las peores bandas del universo.
Es posar para las fotos, tratando de no hacer caras para no avergonzarla.
Es peinarte de vez en cuando, sólo porque le gusta cómo te ves.
Es pasarte días y días escribiéndole cosas, para darle regalos que no tengan que ver con fechas especiales.
Es patear una lata por media ciudad, porque de repente le dieron ganas de jugar bote pateado.
Es salirte de clase para ir a buscar papel celofán de colores, porque te acordaste que ella necesitaba papel celofán de colores.
Es dejar que te quite tus Converse y los esconda en un camellón.
Es sentirte tonto cuando estás con ella..."

Mi amiga se me quedó viendo, y me dijo "¿seguro no estás pacheco?"
"Felicidades, mataste el momento, tarada", le contesté.

"Perdón niño, es sólo que no estoy acostumbrada a oirte decir cosas lindas"
"I know, don't ask and I won't tell, then", le dije, en mi acostumbrado pochismo.

"Creo que la última vez que te escuché decir algo cursi fue antes de irme a España", dijo, más para ella que para mí.
Nadie dijo nada por unos cuantos segundos.

"Bueno, y para ti, ¿qué es el amor?", le pregunté, al fin.

"Pfft, te vas a burlar de mí"
"Siempre", contesté.

"Amor es no quererte ir a España, y odiar cada segundo que estás allá..."

jueves, 1 de abril de 2010

De momentos en fuentes

Continuación de "De momentos en azoteas"

"¿Por qué siempre estás tirado en el piso?", me dijo mi amiga, mientras me miraba intrigada.

"No lo sé... ¿es cómodo?", le contesté, quitándome los lentes oscuros.

"Pfft... y me dices rara a mí..."
Movía el lente de su cámara, pero cualquiera que la conociera sabría que no estaba poniendo atención a lo que hacía.

Cerré los ojos, y traté de poner mi mente en blanco.
Por unos minutos, todo estaba bien en mi vida.

El día era soleado pero había un airecito muy chido que no dejaba que hiciera calor, el ruido de la fuente que estaba junto a nosotros era mucho muy agradable, las vacaciones hacían que yo no me preocupara por nada; y por alguna razón, estar con mi amiga siempre hacía que el mundo se viera menos atemorizante.

"Me gusta...", dije.

"¿Qué?, ¿qué te gusta?", me preguntó mi amiga, que seguía jugando con su cámara.

"No sé... esto, ¿sabes?"

Ella se acomodó el trapo que traía puesto en la cabeza, y después me volteó a ver, sin decir nada.

"Ahá, esto... estar aquí contigo. Está chingón, ¿no?"
Ella seguía viéndome sin decir nada.

"¡Ya torpeza, deja de verme, me pones nervioso!", le dije mientras me volvía a poner mis lentes oscuros.

Sonriendo, ella volvió a ponerse a jugar con su cámara.
"Has cambiado mucho, ¿sabías?", me dijo en voz baja.

Ahora el que no dijo nada fui yo.
Odio el cambio. El cambio cambia cosas.

Notando mi silencio, ella se apresuró a hablar otra vez: "No no, no me malinterpretes, has cambiado muchísimo, pero... bien."

"¿Huh?", le dije, haciendo notar mi grandísima inteligencia.

"Estás como mucho más centrado, y has madurado mucho...", agregó.
Me quedé callado unos segundos, y después dije "Madurado... a veces no queda de otra, ¿sabes?"

"Cuando me fui a España, me dolió muchísimo dejarte aquí... me daba miedo regresar y encontrarme con alguien totalmente diferente a quien yo recordaba"

"No sé qué decirte, tonta...", dije, por el puro hecho de decir algo.

"Tenía mucho miedo de que cambiaras..."

"¿Qué no me acabas de decir que he cambiado?", le pregunté.

"Pero eres tú... sigues siendo tú..."

Sólo se escuchaba el ruido de la fuente.
Después de unos momentos, dije: "A mí también me dolió muchísimo que te fueras a España... eres una tonta"

La voltée a ver, y me di cuenta de que ella tenía los ojos llorosos.

"Y si lloras, te voy a tirar a la fuente, lo juro por mi primogénito"

Ella se limpió los ojos con el antebrazo, y después me sacó la lengua.
"Ok, cambié de opinión: no has cambiado nada, sigues siendo igual de insensible que siempre, tarado"

Sonreímos en silencio.

"¿No se supone que tendrías que estar tomando fotos?", le dije.

"Ahá..."

"Pues entonces ponte a tomar fotos, para que acabes rápido y podamos ir por unas chelas", le dije, en tono de reclamo.

"No puedes beber, estás tomando medicinas. Loser."
Fuck, la mujer tenía razón.

"Ok, entonces apúrate a tomar tus fotos, para que acabes rápido y podamos ir a que tú te tomes unas chelas, y yo un café todo homosexual..."

Mi amiga arrugó la nariz, y después se paró y se fue a tomar fotos.

Yo me volví a tirar en el piso, en lo que esperaba que fuera hora de irnos.