sábado, 25 de agosto de 2012

Cielos e infiernos

Hoy en la madrugada se murió un tío. O bueno, supongo que era algo así como un tío, porque era el primo de mi papá.
A pesar de que nunca lo conocí, parece que fue uno de los primos más queridos de mi señor padre.

El caso es que ahorita mi casa está de luto (tan de luto como puede estar una casa donde nadie toma nada muy en serio).
Y todo este asunto de muertes y afterlifes me ha puesto a pensar en la absurda creencia del cielo y del infierno.

I mean, se supone que si fuimos buenos, cuando colguemos los zapatos nos iremos a un lugar donde todo es perfecto y el mismísimo Dios padre nos servirá daiquirís de mango mientras estamos asoleándonos junto a una alberca muy chingona, o algo así, ¿no?

En cambio, si fuimos malos, pasaremos la eternidad en un lugar de sufrimiento perpetuo, mejor conocido como Ciudad Juárez.

El problema con estas creencias, es que no logro entender quién carajo puede juzgar si fuimos buenos o malos. ¿Dios? Nah, dudo que el chingón de chingones tenga tiempo como para andar evaluando a todos y cada uno de los pobres diablos que se mueren.
Es más; dudo fervientemente que Dios siquiera exista. Si realmente existe, entonces es un grandísimo hijo de puta.

I mean; ¿niños huérfanos?, ¿hambruna?, ¿pobreza extrema?, ¿gente que nace en casas donde sus padres alcóholicos los van a violar y a torturar durante toda su infancia?; carajo, Dios, ¿neta permites eso cuando se supone que eres nuestro padre y nos amas?
Vete a la chingada, Dios, eres un culero.

Y además, a pesar de toda su culerez, Dios todavía tiene la pinche soberbia de juzgarnos cuando por fin chupemos faros, y de decidir si somos dignos de irnos al cielo o no.
Chinga a tu madre, Dios; no quiero pasar la eterndad en el club de Toby de tu casa del árbol sagrada.

Sin embargo, se supone que la única alternativa es el infierno, donde todo es llanto y desesperación, ¿no?
Pero, ¿cómo podemos saber que realmente el infierno es un lugar tan malo?

Como publicista, estoy perfectamente familiarizado con las estrategias mercadológicas que existen, y una de ellas es desprestigiar a la competencia para evitar que los consumidores la prefieran sobre nuestra propia marca.
Ahora, si me preguntaran mi opinión experta y profesional, podría asegurar con toda mi segura seguridad, que el infierno ha sido víctima de la campaña de desprestigio más grande de la humanidad.

¿Por qué?
Porque Dios es un culero y tiene miedo de que la gente descubra que el Diablo es un chingón.

Imaginen que todo ha sido como un enorme Reto Pepsi orquestado por papi Dios, donde en vez de darnos a probar Coca y decirnos que estamos bebiendo Caca (Get it?, nada más le cambié una letra porque soy bien creativo), nos ha dicho que el infierno es pésimo y ahí matan perritos.

¿A alguno de nosotros le consta que el infierno sea malo realmente?
No, claro que no.
Pero aceptamos la palabra del señor porque somos unos borregos sin mente propia.

"Pero Dexter, ¡está escrito en la Biblia!", me dicen algunos de ustedes, balando felizmente.

"¿Y?", les digo yo, con mucha coherencia.
Está escrito en un libro. Big fuckin' deal.
Si todo lo que estuviera escrito en un libro fuera cierto, Yordi Rosado sería un genio. ¿Realmente quieren vivir en un mundo donde Yordi Rosado sea un genio?
Of course you motherfuckin' don't.

Tratemos de pensar las cosas objetivamente, lectores imaginarios:

- Para ir al cielo, tienes que ser sumiso y sacrificado toda la vida.
- Para ir al cielo, tienes que evitar cometer pecados. Ahora, según la Biblia, TODO es pecado. Probablemente han cometido más de 15 pecados desde que empezaron a leer este post.
- Para ir al cielo, tienes que evitar hacer cosas. Evitar decir cosas. Evitar pensar cosas. Evitar -no- hacer cosas. Todo está mal, sin importar si lo hacen o lo dejan de hacer.
- Para ir al cielo, tienes que ir a revelarle todos los secretos de tu vida a esos queridos pedófilos violadores que gustosamente llamamos curas.

Básicamente, para ir al cielo, tenemos que evitar ser nosotros mismos.
En cambio, para ir al infierno, simplemente tenemos que ser fieles a nuestra propia existencia, porque el Diablo no es tan soberbio como para juzgarnos y decirmos que no merecemos la entrada a un lugar que ni siquiera sabemos si vale la pena, porque no lo conocemos.

El Diablo sólo nos pide que seamos nosotros mismos, y él nos acepta así, porque todo el mundo tiene derecho a tratar de ser feliz.

Chinga a tu madre, Dios; quédate con tu pinche cielo. Diviértete mucho pasando la eternidad con tus consentidos, como el padre Maciel.

Ahora, si me necesitan, yo estaré por aquí, tratando de ser la onda, y preparando mis maletas para el infierno.

martes, 14 de agosto de 2012

Neither here nor there

Como cada miércoles en la tarde, ahí estaba ella, sentada en la mesa de la esquina; y como cada miércoles en la tarde, me acerqué para saludarla, desdoblar su servilleta, ponerla en sus piernas y preguntarle si podía ofrecerle algo de beber.
Mientras me pedía una taza de café negro sin azúcar, noté que su voz no sonaba igual que siempre; hoy se quebraba cada vez que intentaba decir algo. Tratando de ver si había sido mi imaginación, le pregunté si quería un poco de leche. No, no lo había imaginado.

Unos pocos minutos después, regresé con su orden. Mientras la ponía en la mesa, accidentalmente derramé un poco de café sobre su blusa blanca, y ella se soltó a llorar.
Me debo de haber disculpado cerca de cien veces, pero ella sólo agitaba su mano, como diciéndome que no me preocupara. Normalmente se nos dice que no debemos de preguntarles cosas personales a los clientes, pero en este caso no me importó, así que le pregunté si todo estaba bien.
Ella tardó unos cuantos segundos en retomar la compostura, pero eventualmente pudo empezar a hablar.
Aparentemente, hoy había sido el peor día de su vida.

Me contó que toda la vida había tenido muchos problemas para diferenciar los colores, porque algo malo pasaba con sus ojos. A pesar de que siempre había sido molesto, nunca le había causado ningún problema. Hasta hoy.

Había salido tarde de su casa, así que empezó a manejar más rápido para no llegar tarde al trabajo. Al llegar a un semáforo, ella confundió las luces y pensó que tenía el paso libre cuando en realidad tenía que frenar. Accidentalmente, había atropellado a un pobre perro por culpa de su estúpido error.
Se bajó del coche a tratar de ayudarlo, y lo encontró todavía vivo, pero muy herido.
Ella lo subió a su auto a toda prisa, y lo llevó a un veterinario. Cuando llegó, estacionó su coche en donde pudo y corrió dentro de la clínica. No hubo nada que el doctor pudiera hacer para salvar al animal.
Para empeorar las cosas, ella no se dio cuenta de que había dejado su auto en la zona roja, así que la grúa se lo había llevado.
Evidentemente, llegó tarde al trabajo, y como no era la primera vez que eso pasaba, su jefe la despidió.
Y ahora estaba aquí, frente a mí, contándome su historia.

Sin saber qué decir, simplemente le dije que todo mejoraría y le pregunté si estaba lista para ordenar. Ella me pidió esas enchiladas de pollo en salsa verde que le gustaban tanto.
No tuve corazón para decirle que se nos acababa de terminar la salsa verde, así que le llevé unas en salsa roja. Ella, agradecida, me sonrió y empezó a comer sin notar la diferencia.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Envejecer

Las personas que me conocen saben que yo tengo un serio serio problema con envejecer.
La idea de perder todas mis libertades y cambiarlas por una rutina gris de oficinas y horarios que no te permiten tener vida propia, es algo que me da muchísimo miedo.

Poco a poco veo como todos mis amigos se van perdiendo en ese mundo, y dejan de ser las personas que conocí y con las que me encariñé. Ahora su vida es el trabajo y nada más.
Me aterra convertirme en uno de ellos; me aterra que mi existencia se vea reducida a ser un engrane cualquiera en la vida laboral de alguna empresa que seguramente ni siquiera sabrá que existo.

Mi experiencia laboral no me ha dejado un buen sabor de boca hasta ahora, y en la mayoría de los trabajos que he tenido siempre regresaba a mi casa sintiéndome triste y como si algo me estuviera apretando el pecho y consumiendo la vida.
De hecho, en uno de mis últimos trabajos, llegué a convertirme en una persona profundamente deprimida. No mucha gente lo notó, pero por dentro yo estaba gritando de desesperación, porque sentía como que pasaba todo el día esforzándome en hacer que mi país fuera un lugar peor (supongo que eso pasa cuando trabajas en política)

Aunque ya no trabajo ahí, de todos modos sigo estando en una crisis personal, porque descubrí que tengo 25 años y todavía no tengo ni la menor idea de qué quiero hacer de mi vida.
Lo peor de todo es que nadie parece entenderme.

Extraño mis años de irresponsabilidad y de libertad, y extraño no tener la presión social de TENER que trabajar en algo, sin importar lo que sea.
En estas últimas semanas, ya van varias personas que me dicen que me veo raro, y que pareciera como si me costara muchísimo trabajo despegarme de mi juventud.
And they are SO fuckin' right.

De repente, me siento desconectado de todo y de todos. Todo lo que conocí ya no existe, y el nuevo mundo es algo que no logro entender.
Me siento en el Limbo.

Y hoy, por alguna razón, llegó hasta mí una canción que describe perfectamente el punto de mi vida en el que me siento atrapado.

Después de varias semanas sin hablar con ella, mi amiga Rocketmail se apareció de la nada y me pasó el link a un video.
Es realmente freaky la forma en la que esta canción describe mi vida, y nunca había escuchado nada con lo que me identificara tanto y tan rápido.

Simplemente quería compartir esa canción con ustedes, lectores imaginarios, porque la verdad no sé qué más hacer con ella.

Mientras tanto, yo voy a seguir aquí, tratando de descifrar en dónde estoy, y qué tengo que hacer para salir de aquí.




Well I guess I should confess that I am starting to get old
All the latest music fads all passed me by and left me cold
All the kids are talking slang I won't pretend to understand
All my friends are getting married, mortgages and pension plans
And it's obvious my angry adolescent days are done
And I'm happy and I'm settled in the person I've become
But that doesn't mean I'm settled up and sitting out the game
Time may change a lot but some things may stay the same

Oh maturity's a wrapped up package deal so it seems
And ditching teenage fantasy means ditching all your dreams
All your friends and peers and family solemnly tell you you will
Have to grow up be an adult yeah be bored and unfulfilled
Oh when no ones yet explained to me exactly what's so great
About slaving 50 years away on something that you hate,
About meekly shuffling down the path of mediocrity
Well if that's your road then take it but it's not the road for me

And if all you ever do with your life
Is just photosynthesize
Then you deserve every hour of these sleepless nights
That you waste wondering when you're gonna die

Now I'll play and you sing
The perfect way for the evening to begin

And I won't sit down
And I won't shut up
And most of all I won't grow up

And I won't sit down
And I won't shut up
And most of all I will not grow up