miércoles, 20 de marzo de 2013

El vagón de las mujeres

Para los habitantes de la Ciudad de la Esperanza (en mi humilde opinión, un nombre que sólo podría estar más equivocado si fuera "La Ciudad del no apesta a basura todo el tiempo"), no es ninguna sorpresa que el gobierno haya tenido que separar a las mujeres de los hombres, en cuanto a transporte público se refiere.

Después de quién sabe cuántos casos de tocamientos indebidos en el metro y los camiones; los políticos pendejos por fin decidieron hacer algo al respecto.
En vez de educar a la gente para que pues... NO toquen sexualmente a otras personas cuando no deben, mejor decidieron crear transportes especiales donde los hombres no fueran permitidos.

Es triste cuando tu gobierno decide que es más fácil vivir como animales enjaulados a tratar de educarnos y civilizarnos.
Sea como sea, ahora los primeros 3 ó 4 vagones del metro son exclusivos para mujeres (o lo que pasa por mujer en este país lleno de simios)

Cuando uno escucha de la existencia de semejante lugar, imágenes de supermodelos luchando con almohadas en un vagón de metro vienen a la mente. Lamentablemente, nada podría estar más alejado de la realidad.

Una desas veces en las que accidentalmente me subí al vagón de mujeres sin darme cuenta, descubrí que había chicas más atractivas en los vagones de hombres que en aquél sexista y discriminatorio lugar.

Recuerdo una vez en la que yo me dirigía a mi trabajo y tuve que subirme al metro muy temprano por la mañana.
En la estación en la que me subí, no existía vagón de mujeres, así que como siempre suelo hacer, caminé hasta adelante del andén para evitar subirme con toda la raza apestosa.
Cuando el tren llegó, mi vagón estaba casi vacío. Éxito.

Una o dos estaciones después, noté que sólo subía pura mujer, y todas se me quedaban viendo feo.
De repente descubrí que era el único hombre ahí, y que sin querer había acabado en la zona para mujeres.

Lo curioso de todo esto es que las pinches viejas gordas y horrendas me veían como si yo las fuera a violar, y nadie se me acercaba porque aparentemente me tenían miedo.

Dude, no mamen, ¿en serio?
Son las 8 de la puta mañana, vengo medio dormido y lo único que quiero es llegar a mi estúpida oficina para poder quedarme jetón en paz; ¿de verdad creen que tengo algún interés en toquetearlas?
¡Tengo estándares, carajo!

El problema de darles un vagón a las mujeres, es que automáticamente las haces creer que son objetos sexuales, cuando la verdad es que la mayoría no llegan ni a orangutanes.

No dudo que haya cabrones muy degenerados allá afuera, pero por Dios, yo soy güerito; todo el mundo sabe que los güeritos no andamos acosando chingaderas, cuando podemos conseguirnos cosas mucho mejores sin tener que andar de caliente desesperado.

Me hicieron enojar mucho ese día.
Quédense con su estúpido vagón de mujeres, porque estoy seguro que para muchas de ustedes, ésa es la única oportunidad de sentirse femeninas en todo el día.

Perdón, hoy estoy de malas.
Los quelo.

miércoles, 6 de marzo de 2013

Mi sueño se ha cumplido

Matchbox Twenty viene a México.
La última vez que fui tan feliz, fue cuando... no, fuck it, creo que nunca había sido más feliz que hoy.

Digo, sólo llevo esperando este momento por 13 años, no big deal, right?

Voy a cambiarme de pantalones por tercera vez en el día, vuelvo en un parpadeo.