Si mal no recuerdo, hace un año yo estaba sentado en esta misma silla, frente a mi antigua computadora, escribiendo un post acerca de todo lo que me pasó en el 2009.
Un recuento de los daños, como me decía un amigo mío.
Por mucho el peor año de mi vida.
El 2009 apestó en formas épicas, bíblicas, y esdrújulas.
Cansado, jodido, con el corazón roto, con una enorme incertidumbre en mi vida, y con muchísima tristeza guardada; despedía el año.
Lo único que pasaba por mi mente mientras escribía ese post, era lo mucho que deseaba que el 2010 fuera un mejor año.
Y lo fue.
A pesar de ciertos altibajos y de que ciertas incertidumbres continuaron apareciendo en mi vida durante la primera mitad del año; el día de hoy puedo sentarme en mi misma silla de siempre, y decir con toda seguridad que el 2010 pasará a mi historia personal como un excelente año.
Ahora, en los últimos días de este ciclo calendárico, puedo decir que soy feliz. Mucho muy feliz.
No voy a hacer un recuento completo de daños porque ya no me siento realmente dañado; pero sí voy a despedirme del 2010 con muchísimo cariño.
Ojalá el 2011 sea igual de bueno o mejor.
Feliz navidad y año nuevo para todos ustedes, lectores imaginarios.
May the force be with you.