Otra boda

Ah caray, crecen tan rápido...
¡Mi primito se casó!
Claro, mi primito tiene 30 años, así que en realidad no es demasiado sorprendente; pero de todos modos, otro García más cae bajo la denominación de "casado" (con s o con z, a final de cuentas es lo mismo).

Y para celebrar su boda, había que armar una gran peda Cuernavaquense.
Así que pónganse el cinturón de seguridad, porque están a punto de leer otro de mis característicos "Querido diario".

Todo empezó ayer, a las 7 de la mañana, cuando mi despertador sonó con esa intensidad que los sonidos sólo pueden alcanzar cuando te meten un madrazo y te sacan del cuarto estado del sueño.

Mentando madres y todo eso, me levanté de mi ermoza camita y me puse la ropa que mi madre me había comprado justo para la ocasión.
Por cierto, un consejo, si son demasiado huevones o están muy ocupados para ir a comprar ropa, dejar que su mamá lo haga no suele acabar bien.
Verán, como era una boda en lugar caluroso, y era en la mañana, entonces se recomendaba usar ropa de manta.
Mi mamá se emocionó. ¡Me compró camisa de manta, pantalones de manta y zapatos de manta! (Bueno, ok, tal vez los zapatos no hayan sido de manta, pero eran beige).
Cuando me puse todo eso y me vi en el espejo, fue uno de esos momentos de "¡Qué carajo! ¡Parece como si estuviera en pijama! No, espera... ¡parece como si estuviera en una secta!"

Le dije a mi mamá que no quería parecer cientólogo, pero lo único que conseguí fue que me regañara por no haber comprado mi propia ropa, así que solo me quedó llevar una mochila con cambio de ropa.

Bajé a la sala, a esperar a que fuera hora de irnos, y ahí estaba mi papá, formando parte de la misma secta diabólica que yo. Meh, al menos no sería el único perteneciente a la religión new age.

El viaje en carretera fue bastante... uneventful; pero claro, como salimos demasiado temprano, llegamos allá demasiado temprano.
Lo mejor del día pasó en ese momento: como teníamos mucho tiempo que quemar antes de que empezara la misa (porque aparentemente ahora mi vida está rodeada de misas), convencí a mi papá de que buscáramos una vinata.
Mission accomplished.

Como, obviamente, soy el hijo predilecto de Dios nuestro señor; había una vinata cerca, y salí de ahí con un Johnnie Walker Black Label. ¡Yum!

Ya, regresando a la super-fantástica-dentrífica-iglesia, noté que había más gente que antes. Maté el tiempo y la misa empezó.
Extrañamente, el padre empezó a comparar la vida con el chavo del ocho. I shit you not.

Que si la sociedad se estaba volviendo libertina y veía con buenos ojos que doña Florinda dejara entrar a un barbaján a su casa, que si don Ramón era un bueno-para-nada (parecido a muchos exes de mi querida hermana), que si el chavo tenía sífilis crónica, etcétera.

No.
Mames.

¿Quién carajo habla del chavo del ocho en una boda?
Me imagino que en los velorios habla de El Chapulín Colorado y en los bautizos habla de Los Protagonistas con José Ramón Fernández.

En serio, creo que yo sería un gran cura.
"Si, hijos míos, la religión es como... Two and a half men. Verán, tenemos a la santísima trinidad del padre, el hijo y el tío alcoholico que se tira a todas sus vecinas", "Y entonces Dios le dijo a Mónica que Chandler dividiría los mares por la mitad para permitir que los Teletubbies llevaran a Dora la exploradora a la tierra prometida de Fondo de bikini".

Pfft... la religión me parece más estúpida cada día.

Después de toooodo el choro de Chespirito (que duró como 15 minutos, sin exagerar), me dediqué a tomar fotos, porque el padre del novio, léase mi tío, me encargó interrumpir la sagrada palabra de Dios, subiendome al podio... o stand, o como sea que se llame la madre donde hable el cura; para tomar fotos dinámicas de la boda.

Mientras me entretenía sacando fotos de un cura que se veía particularmente homosexual, llegaron mis hermadrinos a la boda, 40 minutos tarde.
¡Ahá! ¡Un escape de la santidad!

Pasé la siguiente hora de mi vida (longest...wedding....ever) hablando de cómo mantenerse seco durante un día caluroso, llegando a la conclusión de que bolsas de hielo bajo las axilas eran LA opción.
Ya, por fin, se acabó el desmadre y salió toda la gente.

¡Yei! La comida-peda me esperaba.

Mientras mi papá manejaba hasta el jardín donde sería todo el evento, yo me cambié de ropa en el coche.
Se los digo ahora, desvestirse en frente de su tía-abuela no es precisamente sensual. Carajo, cómo me hubiera gustado llevar boxers que no estuvieran rotos.
Cabe mencionar que se me olvidó llevar un cinturón, y mis pantalones me quedan ligeramente 4 tallas muy grandes.
Tuve que robarme un mecate de una de las macetas que estaban de adorno para no enseñar mis calzones rotos a toda la familia, y a la familia de la novia.

Llegamos, al fin, y el lugar era muy tropical, con adornos de piedra en forma de patitos y toda la onda.
Me senté con mis hermadrinos, y empecé a beber de mi Black Label, bajo el ojo regañón de mi señora madre.

Uno de mis hermadrinos me hizo notar que las coristas se nos quedaban viendo lujuriosamente, pero cuando voltée a verla, me distrajo uno de los cantantes, bailando graciosamente, así que me dió ataque de risa y tuve que pararme de la mesa antes de que todos pensaran que estaba pedísimo (lo cual no era cierto, apenas iba en mi primer trago).
Caminé por los jardines, peleando contra muchos mosquitos en el camino, perdí.
Regresé a la mesa a tiempo para oír a mi tío dar su discurso.
La verdad, me agradó mucho, habló de mi abuelo (que Dios tenga en su gloria) y de muchos sentimientos. Y hasta mencionó mi blog, así que creo que estaba intimidado de que me fuera a burlar de su discurso. La intimidación es muy sexy.
En fin, el caso es que su discurso estuvo muy muy chido y casi me hace derramar una lágrima.
Pero el hambre me lo impedía.

Neta, no nos dieron de comer hasta que ya era MUY tarde.
Cuando dijeron que el buffet ya estaba abierto, nos echamos a correr, y fuimos los primeros en apañar, aunque hubo que pelearse con una señora que no nos quería servir.

Después, ya fue el típico baile con canciones de siempre, y después la etapa Timbiriche, y siguieron los mariachis.
Ah, y hubo un balconazo indiscreto.
El cantante del grupo que estaba tocando dijo "Yeah Mike, ahora sí estas arreglado, no como en la mañana, ¿verdad?"
Ese sí fue un momento de "What the fuck?"
Pero en fin, aplica la regla 2 del manifiesto charolastra.

Después, para evitar que nos sacaran a bailar, nos fuimos a dar el rol, y acabamos jugando con unas luces que estaban por ahí, y tomamos muchas fotos tetas de Street Fighter región cuatro.
Las ilusiones ópticas están de moda.

Seguí bebiendo hasta acabar enfiestado, y después la fiesta acabó, así que emprendí el camino de retache a chilangolandia, dormido profundamente bajo los efectos de la mezcla de maltas y los solos de guitarra de Eric Johnson.

Y hoy, me desperté a tiempo para ver a Eli Manning terminar con la temporada perfecta del mamón de Brady.
Y señores, gracias a mis queridos Gigantes, ahora soy 200 pesos más pudiente.

Eli Manning para presidente.


EDIT: Aquí está un video del cantante que bailaba cagado, cortesía de mi hermadrino Adrián.