martes, 30 de noviembre de 2010

Molestias de la vida cotidiana

¿Han notado cómo las personas suelen tener una forma muy característica de caminar?
Es curioso notar como hasta en los detallitos más insignificantes, se puede reconocer a una persona.

Yo, por ejemplo, normalmente camino con una mano en la bolsa, porque nunca he sabido cómo demonios evitar que mis brazos se agiten exageradamente. Creo que simplemente tienen vida propia.

Otra característica que define mi maneta de caminar, es que suelo ir rápido.
Se aplican restricciones, claro.

Usualmente, cuando tengo un destino en particular, camino bastante rápido, porque en mi casa siempre nos enseñaron a ser absurdamente puntuales.
La molestia de ser puntual en un país en el que la puntualidad es virtualmente inexistente es tema de otro post; pero créanme, es molesto.

En fin.
El punto es que caminar a una velocidad decente sólo me ha provocado darme cuenta de algo tremendamente rompebolas: la gente suele caminar estúpidamente lento.

Si ustedes han tenido que viajar en metro, o si alguna vez han caminado en la calle, no me dejarán mentir: la gente no sabe caminar.

No sólo caminan lentísimo, sino que se ponen a medio pasillo para estorbarle a todo el mundo.
Diría que lo hacen a propósito, pero la verdad es que probablemente son tan estúpidos que no se dan cuenta.

Todavía si estuvieran menos gordos, igual y podrías rodearlos; pero normalmente son gordos y apestosos, así que tienes que quedarte caminando atrás de ellos, tratando de encontrar una forma de rebasarlos.

Y cuando no son gordos, son señoras con carreolas, que estorban el triple.
Si quieren tener hijos y perpetuar su fealdad, adelante; pero háganos un favor al resto del mundo: no saquen a pasear a su horrible descendencia.
Debería de ser ilegal sacar a la calle a niños menores de 7 años.

Es sumamente desesperante tener prisa, y no poder avanzar por culpa de la típica gorda pendeja que va modorrosamente por el mundo, pensando que no existe nadie más allá afuera.
Aunque probablemente sea bueno, porque si supieran que habemos más personas, tal vez querrían comernos.
Cada vez que las veo caminar, prácticamente escucho la música de Hitchcock en el fondo.

¿Saben qué es lo que no entiendo?
La forma en la que se indignan cuando les preguntas si de casualidad no quieren caminar más lento y estorbar más.

El otro día me encontré a una gorda parada a la mitad de un pasillo del metro, justo en la hora en que había más gente.
La tipa estaba parada ahí, como idiota, checando algo en su bolsa.
Evidentemente, le estorbaba a medio mundo.

Cuando pasé junto a ella, le dije "oiga, ¿no le gustaría ir a pararse justo frente a la taquilla? digo, seguro ahí podría estorbar todavía más"
La gorda tuvo el descaro de indignarse y amenazarme con llamar a la policía. O bueno, a los ridículos policías del metro.

Cuando le hice notar que para hacer eso tendría que moverse y dejar de estorbarle a todos, nada más me enseñó uno de sus dedos, y después se fue.

Pero hey, al menos logré que se moviera.

Soy lo máximo.