jueves, 25 de noviembre de 2010

Una vez más, a nadie le importa

Originalmente, el post del día de hoy iba a ser sobre las diferentes etapas por las que pasa la gente cuando le rompen el corazón.
Sin embargo, desde hace un par de semanas, mi inbox ha sido invadido por un tipo de mails muy particular, y como hoy me llegó uno más, decidí escribir sobre eso.

Si ustedes viven en México, entonces estarán enterados de que en unos cuantos días (o semanas, no lo sé), se llevará a cabo el ya tradicional Teletón.

Para los que no vivan en México, permítanme explicarles:
El Teletón es un evento anual en el que la tele abierta se vuelve aún más pendeja que de costumbre, y cancela su pésima programación usual para dar lugar a un show que dura como 2 ó 3 días, en el que un montón de pseudo-artistas y pseudo-presentadores chillan y lloran para rogarle a la gente que donen dinero para niños tarados.

Aparentemente los niños tarados necesitan dinero para... no sé, algo. Centros de rehabilitación, juegos mecánicos, bebidas alcoholicas; no sé, y no me importa.

El caso es que durante los meses previos al Teletón, toda la tele se llena de anuncios que tratan de apelar a la sensibilidad y a la culpa; y las calles se llenan de gente pidiéndote dinero para el evento pitero.
Es absurdamente molesto.

Pues bien, regresando:

Mi inbox se ha visto invadido por muchos mails referentes al Teletón.
Algunos de ellos tratan de explicarme que todo es una estafa para que las televisoras y las grandes compañías puedan deducir impuestos, y me piden que no done dinero porque sólo estaré ayudando a perpetuar el robo.
Otros mails me dicen que los niños tarados en realidad sí necesitan mi ayuda, y como el gobierno del país es tan pitero que no les ofrece atención médica, el Teletón es el único medio que tienen para llegar a... ser menos tarados, o lo que sea.

Diversos y variados mails me han llegado, todos tratando de exhortarme a algún tipo de acción.

Y el día de hoy, me llegó uno más.
Esta vez, era una tipa quejándose de la gente que se queja del Teletón, y diciendo que ella dona cada año, no para deducir impuestos, sino porque aparentemente se moja cada vez que dona dinero, y se siente superior al resto de la gente porque, ¡qué diablos, ella dona 100 pesos al año, está revolucionando al país!
Uh huh, el mail empezó siendo un regaño para la gente que no ayuda y se queja, y terminó siendo un escrito masturbatorio explicándonos cómo ella sí es hija de Dios y está donando dinero porque es una excelente persona.

Evidentemente, esta mujer jamás ha escuchado que si ayudas a una buena causa, debes de hacerlo discretamente y por convicción, en lugar de hacerlo para presumir que tú sí donas dinero y de esa forma pedir involutariamente la aprobación de las personas a las cuales realmente NO les importa un carajo lo que hagas o dejes de hacer con tu vida, con tu dinero, y con tu culo.

Verán, lectores imaginarios, aquí está el punto de todo el post:

Si tú crees que el Teletón es una estafa, no dones dinero. Realmente no me importa un carajo.
Si tú crees que el Teletón sí ayuda a la gente, entonces dona dinero. Realmente tampoco me importa un carajo.
Si vas a donar dinero, por favor no nos digas a todos que donaste dinero, porque sólo terminas sonando como un hipster pendejo, pretencioso, e inseguro. Realmente no me importa un carajo si donaste o no.

Sea cual sea la situación, escribir mails hablando acerca del Teletón sólo va a servir para llenar de basura la bandeja de entrada de las personas lo suficientemente desdichadas como para ser parte de tu lista de contactos.

Si es una estafa o no, es irrelevante: el caso es que existe y no va a dejar de existir; independientemente de que sea bueno o malo.

A. Nadie. Le. Importa. Su. Opinión. Moralista.
Dejen de tratar de decirnos cómo pensar, muchas gracias.

Atte:
El chico guapo que marca como correo no deseado todas y cada una de las pendejadas Teletonescas que le mandan.