La belleza de las garantías globales

¿Quieren oír un chiste?

Voy a asumir que dijeron que sí querían.

Yo:
Knock knock.
Ustedes:
¿Quién es?
Yo:
Mi estúpido iPod se descom.
Ustedes:
¿Mi estúpido iPod se descom quién?
Yo:
Mi estúpido iPod se descompuso y ahora tengo ganas de llorar.

¿No es lo más gracioso que han escuchado en su vida?
No, yo tampoco, en realidad es bastante triste.

Era tan joven...
Es como una de esas veces en que te enteras que un tipo de 17 años se mató en un accidente, solo que lo de mi iPod es como 73 veces más trágico.

Maldita sea, apenas estaba terminando de cargarle todas las canciones, películas, fotos, discursos de aceptación, globos de oro, vikingos enojados y demás cosas; cuando ¡BLEH! al maldito aparato se le ocurre dejar de funcionar.

De repente, y salido de la nada, mi compu dejó de reconocer cuando conectaba el iPod, y ya ni siquiera podía conectarlo a la corriente.
Nada, cero, zip, finito, cataplás.
Estúpida tecnología.

Y como me niego a entrar a la escuela sin tener 34 episodios de Heroes que ver en los recesos, o 4500 canciones que escuchar cuando me aburran los comentarios de mis compañeros; pues entonces fui a un centro de servicio, y pasé toda mi mañana sentado en un estúpido sillón de plástico, esperando a que la señorita gorda y llena de granos me llamara para poder reclamar mi garantía.

Ah, porque claro, aparte de todo, tengo que reclamar mi garantía sin tener mi ticket o factura a la mano, porque mi iPod me lo trajeron de San Francisco.
Gracias a Dios, las garantías globales cubren casos así, y entonces los tarados como yo no tenemos que preocuparnos mucho por eso.

Después de tomar mi turno y esperar cerca de 1 hora sentado (sin iPod que escuchar, thankyouverymuch) por fin me llamaron a que me acercara a una ventanita, donde un señor con jeta de mecagaslamadremalditoconsumidorignorante revisó mi iPod.
30 segundos después, me dijo que no podía hacer nada, y que lo tenía que mandar a Estados Unidos.
Otra hora de espera y por fin tomaron mis datos.
Mi gadget ya va en camino a California para que más ingenieros desdeñosos puedan juzgarme. Y mandarme uno nuevo que llegará en un periodo de 2 a 3 semanas.
En bolsita de plástico, claro; no se van a molestar en darme una caja.

Caray, Sophia tenía 2 semanas de vida, y ya murió por la patria.

El nuevo se llamará "iPod Petrelli".

Aunque el nuevo nombre es mucho más cool que el anterior, de todos modos estoy un poco triste, porque por el momento, mi vida ya no tiene música de fondo.
No importa, no es como si necesitara musiquita para matar los silencios incómodos.



...



Sip... y entonces... eh... ¿cómo han estado?
¿Bien?
¿La familia?
¿La chamba?
Dum de dum...



Carajo.