jueves, 14 de octubre de 2010

Salvado por una mujer

Desde que somos pequeños, a los niños nos educan diciéndonos que siempre tenemos que cuidar a las mujeres, que jamás debemos tocarlas ni con el pétalo de una rosa, que toda la vida debemos de tratarlas bien, y que nunca debemos de hacerles daño.
Básicamente, desde que somos pequeños, nos educan para que protejamos a las mujeres y todo eso.

El problema es que algunos de nosotros no tenemos cuerpo de linebackers, o de luchadores gringos (porque siendo sinceros, los mexicanos están todos gordos y guangos).

¿Cómo proteger físicamente a mi novia si yo mido 1.69, peso menos de 60 kilos, y soy débil como gatito?
Ésas son las preguntas que nunca nos son respondidas en nuestra infancia.

Mi historia del día de hoy, gira alrededor de este dilema, precisamente.

Hace unos cuantos años, yo andaba con una chica linda, que a partir de ahora llamaremos Canon.

A pesar de que Canon y yo no éramos precisamente fans de ir a bares, antros, y esas cosas; un día nos vimos socialmente obligados a ir a un antro todo pitero, al cumpleaños de una de las mejores amigas de Canon.
En realidad ella era la que estaba socialmente obligada a ir, pero supongo que como su novio, mi deber diplomático era acompañarla.
Maldita sea, Carreño, te odio.

Cuando íbamos en camino al lugar al que no queríamos ir, Canon me dijo algo a lo que debería de haberle dado más importancia:
"Algo va a salir mal hoy."

Cuando le pregunté por qué lo decía, me dijo que su amiga le había dicho que tenía muchas ganas de ponerse hasta el socket, y que cuando su amiga se ponía hasta el socket, siempre acababan habiendo problemas.
Por alguna razón no le hice caso a Canon, y viéndolo en retrospectiva, ése fue el momento en el que toda la noche empezó a caer en una espiral derechita a la chingada.

Llegamos al antro (un poco tarde, por cierto) y cuando entramos, nos dimos cuenta de que la amiga de Canon ya estaba bastante ebria y ya estaba empezando a malcopear; gritándole a todo el mundo, siendo grosera y nefasta, y portándose como una pequeña perra loca.

"Esto va a acabar en madrazos", me dijo Canon.

Siendo una persona que ha pasado la mayor parte de su vida siendo pacífico y faggy, esperé que se equivocara, porque en serio NO tenía nada de ganas de partirme la madre con un montón de desconocidos, por culpa de una tipa que ni siquiera me caía tan bien.

"Si esto acaba en madrazos, ¿me vas a defender?", me preguntó Canon entonces.
"Por supuesto que no, tú eres la madreadora aquí", le dije.
Y era cierto.

Verán, desde que Canon tenía como 4 años, decidió que una de sus cosas favoritas en el mundo eran las artes marciales.
Ha pasado toda su vida obsesionada con ellas.
Hasta donde tengo entendido, es cinta negra (o su equivalente) en 3 tipos de artes marciales, y está estudiando otra más.
Es curioso, porque Canon suele ser la persona más linda e inofensiva que existe en el planeta...

En fin, regresando al antro pitero.
La amiga de Canon, que a partir de ahora llamaremos Furia, empezó a pelearse con una tipa toda gorda. Una pelea de niñitas de antro, de esas de puro comentario pasivo-agresivo-pendejo.
Se sonreían con odio y se decían cosas feas, adornadas por palabras como "mi reina", "cariño", "bonita", y cosas así.
Después se separaban, cada quien se iba por su lado por media hora o algo así, y después se volvían a encontrar y se seguían diciendo cosas.

En una de esas, yo estaba platicando con Furia cuando de pronto llegó la gorda y "accidentalmente" le tiró el trago encima a mi casi-amiga, lo cual me dio mucha risa.
Jodidamente, en vez de que la gorda se alegrara de que yo me estuviera riendo a su favor, se enojó conmigo.
¿Por qué?
Porque es mujer, y las mujeres están batshit crazy.

"¿Y tú de qué te ríes, pendejo?", me dijo la gorda, con su finísima boca de gorda.
"Perdón, es que te vi y los cochinitos me dan risa", le contesté.

Sé que no debería de haberme metido, pero siendo honestos, ella me agredió primero, y el día en que yo deje que una gorda me insulte y se vaya impunemente, será el día en que los cerdos empiecen a insultar a los humanos y se vayan impunemente.

Sea como sea, pensé que el desmadre iba a acabar ahí, cada quien iba a seguir siendo pasivo-agresivo por su lado, y ya.
Oh boy, how wrong I was.

Aparentemente, mi comentario acerca de su porcentaje de grasa corporal incitó uno de esos mecanismos de defensa que tiene la gente gorda cuando se burlan de su gordura; producto de tantos años de complejo por ser gordos, me supongo.

En un arranque de ira que olía a chicharrón, la gorda me empujó y me empezó a gritar groserías.
Mi primera reacción fue levantar la mano donde tenía mi vaso, para ponerlo fuera del alcance de sus dedos de cochinito, porque lo más importante en una situación así, es salvar el chupe.

Por alguna razón, la gorda seguía agrediéndome, a pesar de que yo sólo estaba haciendo ruidos de cerdito mientras alejaba la cara y el vaso de sus uñas rasguñadoras.
En eso, Canon se acercó, y le dijo a la gorda que me dejara en paz, a lo cual la gorda le respondió con un insulto.
Strike #1.

Canon le pidió amablemente que no la insultara, porque ella no le estaba diciendo nada.
La gorda la volvió a insultar, y le dijo que si no le parecia, hiciera algo al respecto.
Strike #2.

Canon le dijo que no la provocara, porque le podía partir la madre.
La gorda le dijo que quería ver si era cierto, y se le aventó encima a Canon.
Strike #3, estás fuera.

Con lo que me pareció toda la calma del mundo (aunque pasó estúpidamente rápido), Canon se movió a un lado, le agarró el brazo a la gorda que se le aventaba encima, y le hizo una llave de lo que asumo era Judo, porque le gorda dio toda la vuelta en el aire, y cayó de espaldas en el piso, haciendo un ruido seco y chistoso.

La gorda se quedó en el suelo, gritando que tenía la espalda rota y pidiendo ayuda a todos los que estaban cerca.

Canon me volteó a ver, y me dijo "listo, princesa, tu caballero de armadura brillante te acaba de salvar una vez más"
Diría que me sentí humillado, pero la verdad es que todo el asunto me pareció extremadamente sexy.

Sabiendo que los gorilas de seguridad estaban a punto de llegar y el desmadre se iba a hacer todavía más grande, decidimos salir de ahí lo antes posible.
Canon y yo nos metimos entre la gente y nos fuimos del antro pitero.
Lo mejor del asunto, es que ni siquiera nos dio tiempo de pagar nuestros tragos, así que supongo que Furia terminó pagando por nosotros.
Good, fuck her.

En el camino de regreso, Canon me preguntó si estuvo mal que se hubiera metido, y que si el hecho de que mi novia tuviera que salvarme de una madriza me había hecho sentir mal o algo así.

"Fuck, ¿tragos gratis y que una chica linda se parta la madre por mí?, ¿en serio esperabas que me sintiera mal?"
"Bueno... si lo pones así tienes razón. Además tú me hubieras defendido si un tipo me hubiera empezado a agredir...", me dijo ella.

Silencio total.

"¿Verdad?", me preguntó por fin, un poco frustrada.
Me la quedé viendo con ojos de gatito.

"Ash... tienes suerte de que yo sea ninja... eres un marica", me dijo.

Todos fuimos felices esa noche.