lunes, 24 de marzo de 2008

Momentos bizarros de la capital

Querido lector imaginario, si usted lleva más de 3 años viviendo en la ciudad de México, entonces estará usted de acuerdo en que ya casi nada es sorprendente.

Con un poco de tristeza, me doy cuenta de que yo ya soy de esas personas carentes de ese sentido de asombro.

El otro día, un microbus me bajó a la mitad de un eje, y lo único que hice fue encogerme de hombros, y torear un par de coches que venían en sentido contrario.
Es más, casi disfruté de la brisa provocada por un espejo lateral que pasó a más de 100 km/h y a menos de 10 cm de mi caja torácica.

Además, ya no me sorprende ver a la fuerza policiaca de nuestro país usando las patrullas como un sustituto gratuito del Pirámides.
Supongo que pasar momentos gratos junto a la trabajadora callejera de su elección los relaja, y de esa forma combaten el crimen de una manera más eficiente.

Es triste cuando pasa junto a ti un montón de monjas diciendo más groserías que un trailero, y ni siquiera te molestas en levantar las cejas.
Es más triste todavía cuando ves a un cura rascarse el paquete a media calle y lo único que piensas es "supongo que Dios aprueba las rascaduras de paquete en la vía pública". Claro, a partir de entonces tu también te rascas. Bendito seas.

El transporte público es un lugar especialmente propenso para vivir momentos extraños.

Todos hemos pasado por los drogadictos en rehabilitación que no tratan de robarte ni de engañarte, y sólo piden que les proporciones una moneda que no afecte tu economía, para poder seguir manteniendo una clínica que ayuda a gente como ellos y que no recibe ningún tipo de apoyo del gobierno.

O claro, también tenemos a los hippies que entran cargando cientos de instrumentos musicales y empiezan a deleitar nuestros oídos con sus sonidos folklóricos durante 3 o 4 estaciones, para después vendernos sus discos o pedirnos apoyo económico.

También tenemos a los tipos sin camisa que extienden un trapo lleno de vidrios rotos y empiezan a dar maromas encima de ellos. Caray, a ellos siempre les doy dinero; más por miedo a que me golpeen con su trapo sucio lleno de objetos punzocortantes, que por reconocimiento a su sacrificio.

De lo mejor de todos estos personajes, son los vaguitos que se ponen en los semáforos a hacer shows con boleadoras prendidas. Si se pusieran a estudiar, una tercera parte del tiempo que dedican a practicar con sus boleadoras o con sus diábolos, el país tendría muchos más doctores, ingenieros, maestros y costureros, pero habría menos pulseras a la venta en Coyoacán.

Creo que lo único que me ha sorprendido en los ultimos meses, fue cuando yo estaba en un andén de metro, esperando a que el maldito tren llegara (porque, por cierto, no había pasado ninguno en como 15 minutos), cuando de repente llegan 3 tipos y se ponen junto a mi.
Uno saca un casco de su mochila, el otro saca una cámara de video, y el otro saca una grabadora.
El del casco pone la cabeza en el piso, se impulsa, y da como 15 vueltas; diría que al ritmo de la música, pero era reggaeton, así que no había ritmo.

Después de repetir el ritual como 6 veces más, de repente guardan todo y se van.
Parpadée sorprendido, voltée a ver a una viejita que estaba junto a mi, y le dije "¿qué, no nos van a pedir dinero?", la señora me miró, alzó las cejas, y me dijo "no me hables vago".
Espero que esa señora tenga piedras renales.

Y bueno, lo que quiero decir con esto, es que en esta ciudad, no te sorprende que la gente haga cosas raras, sino que no te quieran sacar dinero con ello.

12 comentarios:

El mecartistrónico dijo...

¿Estás seguro de que la viejita no te sacó la cartera mientras te distraías con el hombre trompo? Seguro estaba confabulada con ellos.

Ya no les des dinero a los de los vidrios. Mejor ahórratelo y cómprate una putifresa cada que veas a uno y así tu vida será más feliz.

No has visto el análisis ése en el que se ponen a sacar las cuentas de cuánto ganan los que piden dinero en la calle? En verdad da coraje.

El mecartistrónico dijo...

Te faltó mencionar a los que en el metro venden el DVD de cómo hizo el fraude Calderón. O al papá que está con su niña en la entrada de la estación pidiendo que le des para un boleto porque lo acaban de asaltar... y cuando le das, sigue pidiendo para otro boleto...

Ninja Peruano dijo...

Duh, pues si, tiene que pedir para el boleto de la niña tambien.

Chale, es que la tribu urbana de los que piden cosas es enorme...

Alguna vez has pensado en dejar tu carrera y ponerte a pedir dinero?
Sospecho que las recompensas pueden ser grandes.

Vain¡lla dijo...

Yo por eso no viajo en metro.

ja ja ja.

Y la otra vez en la calle me tocó ver en un alto a un wey de esos de las boleadoras, pero como que era un vago europeo y ps estaba reguapísimo, entonces ps obvio le di dinero y hasta nerviosa me puse cuando me sonrió jijiji jojo.

Ricardo Santos dijo...

ya ni las madrizas a emos sorprenden supongo

Ninja Peruano dijo...

Andie: Si, por alguna razon los tipos de las boleadoras suelen ser sexy.
Pero... yo no dije eso.

Choko: Eso se veia venir desde hace un buen

Anónimo dijo...

Una vez me tocó que en el metro una viejita llorando a moco tendido, pedía dinero por que se acababa de morir su mamá en la mañana en el hospital y no tenía dinero para comprarle su caja... Conmovido, decidí sacar todo el dinero en cambio que tenía y se lo regalé...

Dos meses después, por casualidad la muy bastarda se subió de nuevo en el mismo vagón que yo y de nuevo pedía dinero por que "en la mañana se había muerto su mamá".... Ojalá que cuando se muera, no tengan dinero para comprarle su caja...

yuleidis bracamonte dijo...

=O qué relajante darse cuenta que el caos está esparciendose por el mundo entero!!! (btw, te agregué a mi blog ya. Tarde pero segura)

El mecartistrónico dijo...

Sobre el señor que asaltaron y su niña, esa vez según recuerdo le di CINCO pesotes. Ya ni la decencia de hacer como que iba a la taquilla en lo que yo terminaba de salir de la estación.

Sobre dejar mi carrera... parece que estoy encontrando algo que es aún mejor que pedir dinero en la calle. Interesados, hagan cola y dejen sus paradigmas atrás jaja.

Pero bueno el caso es que a pesar de que, según unos estudios que he visto por ahí, los que piden sí ganan bastante, afortunadamente yo gano un poquito más.

Aunque la asoleada no me caería mal.

rolando dijo...

jajaja me cago de la risa en tú post!! en serio que si me reketechingogusto!.

ahora viajo en RTP y metrobus para llegar a la escuela es bueno y limpio, a comparación de tipico conductor prepotente y encima de eso ir escuchando su puta mezcla de musica (coldplay versión cumbia).

Rochi El Amargado Alegre dijo...

jajajajajaja no mames amo leer el "no me hables vago" jajajajajajajajajajajajajajajajajaja!!!!!!!

Unknown dijo...

me ganaron y ya no pude comentar nada de las golpizas a los emos... maldito sea el asi llamado "choko"... -_-