sábado, 24 de mayo de 2008

Nostalgia

En uno de esos atques de insomio que suelen atormentar a mi persona, entré al blog de mi primo (el geek mecatrónico que admiro tanto), y leí acerca de un ataque de nostalgia que tuvo.
Bueno, en realidad era mitad ataque nostálgico y mitad narración descriptiva de recuerdos universitarios.

El caso es, que me gustó mucho, y me hizo ponerme a pensar.

Me hizo ponerme a pensar en las cosas que me ponen nostálgico a mí; y me di cuenta de que muy pocas veces me tomo el tiempo de disfrutar de mis propios recuerdos.

Estoy tan ocupado viendo a futuro y viviendo el presente que no me permito voltear la cabeza y mirar esas cosas que, hace no mucho tiempo, me provocaban muchas emociones.
Emociones que, ingenuamente, pensaba interminables.

Y ahora, que me doy la oportunidad de recordarlas con la calma que merecen; me encuentro a mí mismo con una lágrima resbalando por mi cara, y que pasa junto a la sonrisa triste que por alguna razón no puedo quitar.

Es curioso cómo la mente humana es capaz de olvidar con tanta facilidad las cosas que nos parecieron importantes en algún momento de nuestras vidas; pero es más curiosa todavía, la forma en que, con tan sólo pensar en ellas podemos revivirlas.

Oler las mismas fragancias que alguna vez nos hicieron cosquillas en la nariz; sentir las mismas mariposas en el estómago y la opresión en el pecho, tocar a las personas que pensábamos jamás volver a ver.

Y por eso, ahora, cerrando los ojos; puedo estar en mi propio pasado.

Y pruebo esos dulces. Los dulces que tanto tiempo llevaban escondidos, para que todos pudiéramos encontrarlos. Esos chocolates que comía a escondidas, mientras ella me veía.
Y se acomodaba los lentes, sonreía, y volteaba hacia otro lado justo cuando yo la miraba, comprobando que ella no me hubiera visto a mí.
Sonreía y seguía tejiendo.
Y hoy cierro los ojos y veo su sonrisa; sólo que ahora está un poco más lejos, y ya no la veo tan nítida como antes.
Pero cuando cierro los ojos, la veo, sonriéndome a escondidas, para que todos podamos verla.

También veo esos ojos verdes, debajo de ese cabello café claro. Veo ese cabello caer sobre su cara, una mañana de junio, mientras ella se quejaba de que nunca jamás iba a poder controlar tanta despeinadez.
Y veo esa misma boca, diciéndome una vez más que deberíamos de escaparnos de todo; y que deberíamos de irnos al mar y quedarnos ahí.
Veo esos ojos verdes, que un día se cerraron para no volver a abrirse más.
Pero cuando cierro los ojos, la veo, quitándose el cabello de la cara y viéndome con esos ojos verdes que hace unos cuantos ayeres, hacían que mi mundo se volviera espuma.

Y también puedo escuchar las risas que hace no mucho llenaban mis mañanas, mientras yo escribía en hojas sueltas. Esas risas y voces que me decían que estaba en casa, rodeado de gente que jamás se iba a separar de mí. Y miraba el reloj y no podía esperar a que las manecillas se movieran, para poder salir de ahí. Porque en ese entonces esos días me parecían interminables.
Y ahora, que cierro los ojos, me doy cuenta de que terminaron más rápido de lo que yo hubiera querido, y no van a regresar nunca.
Y esas personas que jamás se iban a separar de mí, ya se separaron. Ya no tengo que escuchar esas risas y voces, y cuando abro los ojos, me siento más sólo que nunca.

Porque ya no van a regresar.

Ya no hay dulces escondidos ni tampoco sonrisas ocultas.
Esos ojos verdes nunca más se van a volver a abrir.
Ya no puedo escuchar esas risas, y esas voces ya se apagaron.

Y lo único que puedo hacer es borrar el zurco que dejó la lágrima sobre mi cara; y seguir sonriendo.
Aunque sea una sonrisa triste.

7 comentarios:

silvestre dijo...

Vale la pena esperar el tiempo que haya que esperar para poder tener el placer de leer al Ninja que a veces no aparece, oculto por la electrónica y el trajinar de prisa.

Ricardo Santos dijo...

goooei, odio cuando te leo y me pones asì :(

pero quedò lindo, no cursi ni emo, simplemente lindo. de dude a dude.

Ninja Peruano dijo...

Silvestre: Muchas gracias, seguimos y seguiremos por aquí.

Choko: Mil gracias, perdón por deprimirte, pero ya ves como es la nostalgia jaja

Vain¡lla dijo...

También unos ojos verdes de mar?...
Ha de ser un karma de familia.

Muy buen post, también me pusiste el ojito Remi.

Peter dijo...

DEMoNIOS ESTEBAN ES LAPRIMERA VEZ QUE ME CONMUEVES Y A LA PAR ME RECUERDAS POR LO QUE AHORA PASO. SON LOS RECUERDOS Y LA MELANCOLIA LOS QUE DESTRUYEN MI CONCIENCIA. AL PARECER TODOS HEMOS TENIDO NUESTROS OJOS VERDES DE MAR NO? NO CONOCIA ESA MANERA DE ESCRIBIR TUYA VUELVELO A HACER, IGUAL Y TE INTERESA UN PROYECTO QUE TENGO DE UN GUION PARA UN CORTO.

Ninja Peruano dijo...

Andie: Pues pinche karma ojete...

Peter: Dudo que la situación que mueve mi nostalgia sea parecida a la que vives ahora, pero de todos modos da gusto mover fibras.

rolando dijo...

buenas.. buenas esos males nostalgicos son malos para la salud te pueden hacer perder el corazón, siempre tan alegre y de repente asi, no te conocia esas letras

salu2 hermano