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viernes, 10 de julio de 2015

Happy anniversary

Pasó otro año y aquí estoy otra vez, pensando si te haría gracia que te comprara un pastel y dejara un gorrito de fiesta en una silla vacía.

¿Feliz aniversario, supongo?
Nunca he sabido si usar la palabra feliz sea correcto, pero sé que es lo que tú hubieras querido que dijera.

Otro año sin ti, and what a year it was.
Me encantaría que estuvieras aquí para ver en lo que me he convertido.

Te extraño, y te voy a seguir extrañando cada día de mi vida.
En especial cada vez que me encuentre una pluma blanca, demasiado perfecta para ser de pájaro.

Felices 12 años, Cristina.

jueves, 10 de julio de 2014

11 años

Hay días en los que todavía me despierto oliendo tu perfume.
Es curioso cómo ese olor nunca se ha ido, a pesar de que cada día recuerdo tu cara un poquito menos.

Tengo miedo, ¿sabes? Tengo miedo de un día olvidarte y que dejes de existir; tengo miedo de que un día dejemos de existir.
De que todo se convierta en un sueño lejano, en la vaga nostalgia de unas noches de verano en las que la lluvia chocaba contra nosotros y nos hacía sentir completamente vivos mientras las nubes tapaban el último sol que iluminaría esos ojos verdes que se apagarían en la noche, dejándome lleno de una oscuridad que nunca acabaría de irse, sin importar cuántos amaneceres viera con unos ojos que nunca más te verían a ti.

Y tengo miedo porque ya está pasando.
Estoy dejando de verte en cada paso, en cada café y en cada pluma.
Te estás yendo de mi vida otra vez, y me siento tan incapaz de detenerte ahora como lo fuí en aquél entonces.

Tengo miedo de perder lo poco que me queda de ti, tengo miedo de que me dejes solo en este mundo y de tener que enfrentar la vida sin la sensación de que en cierta forma sigues aquí conmigo.
Y aunque me asusta tu eterna ausencia, me asusta todavía más el convertirme en alguien a quien tú no puedas reconocer cuando por fin nos volvamos a encontrar.

Me asusta el no poder cumplir las promesas que te hice y que nunca podamos volar, bajo y lento, sobre este mundo que nunca fue nuestro del todo.
Me asusta seguirte extrañando, pero me asusta mucho más el extrañarte cada día un poco menos.

No me olvides, Cris.
Descansa y espérame.

miércoles, 8 de enero de 2014

We'll meet again

Hoy ganaste otra batalla, la última de todas.

Hoy te nos fuiste, con el alma jóven y libre, desprendiéndote de todas esas máquinas tristes que te tenían encadenada a este mundo que dejó de ser tuyo hace mucho tiempo.

Hoy te vas con los tuyos, a recordar tus juguetes de niña, a volver a sentir el calor de tu primera casa y a reír de nuevo con esos amigos que se te adelantaron. 
Hoy vuelves a ser la Teresa de hace tantos años; guapa y orgullosa, siempre con los pantalones bien puestos y la frente en alto.

Te nos fuiste.
Te me fuiste.

Y aunque yo me quedo aquí, un poquito más solo y un poquito más gris; no puedo evitar sonreír cuando pienso que hoy, por fin, vuelves a enamorarte del que siempre fue el amor de tu vida, y que tuvo que irse hace mucho tiempo ya.

Salúdame al abuelo, recuérdale que lo seguimos extrañando, y dile que los que nos quedamos, estamos felices de que por fin ustedes vuelvan a estar juntos, y de que esta vez ya nada pueda separarlos.

No me olvides, porque te prometo que yo nunca te voy a olvidar.

Descansa en paz, abuela.

Te quiero mucho. 
Ahí te encargo el cachito de mi corazón que te llevas hasta donde sea que estés.

jueves, 12 de abril de 2012

Ayer

Creo que ayer te vi pasar, pero no te detuve porque ibas caminando hacia el lado contrario.
Supongo que pude haber gritado tu nombre, pero no lo hice porque aunque realmente hubieras sido tú, no hubiera sabido qué decir después.

Podríamos habernos sentado a recordar los viejos tiempos; sonreído mientras nos poníamos al corriente.
Podríamos habernos contado todo lo que no nos hemos dicho en años: amor, dinero, trabajo, alegrías, caídas, decepciones, y todo eso que ahora llamamos vida y que es tan diferente a lo que alguna vez esa palabra significó para nosotros.

Podrías haberme contado lo difícil que ha sido todo, y me habrías enseñado las cicatrices que el mundo te ha dejado; y entonces yo podría haberme puesto a analizar cada palabra para tratar de explicar cada uno de los errores que he cometido desde el día que nos dejamos de ver.

Pero tú me conoces mejor que eso, me conoces desde que yo era un yo mucho más joven.
Me has visto bajo todas las luces por las que una persona puede ser iluminada; así que he querido preguntarte, ¿esta luz me queda bien?

¿La de ayer eras tú?
Se veía como si fueras tú, pero tal vez sólo hayan sido cosas de mi imaginación.
Tal vez sólo te quería encontrar en la calle porque te extraño un poquito.

Tal vez sigo arrepentido porque nos separamos así, porque tal vez empujé cuando debería haber jalado. Lo cambiaría todo si pudiera; lo repetiría todo y ahora lo haría bien.
Nunca pensé que extrañaría todas las cosas que me molestaban de ti, y todas esas pequeñas críticas que me hacías cuando me reía.

Deberías visitarme, ¿sabes?
Deberías venir a verme, para que pudieramos sentarnos a ver la tele como antes hacíamos, y deberíamos volver a discutir sobre arte, ocio y sueños, como en los viejos tiempos.

Todavía le haces falta a tu lugar en mi sillón, y mi almohada todavía te extraña cuando el Sol se oculta.

¿Entonces la de ayer eras tú?
Se veía como si fueras tú, pero tal vez sólo haya sido tu sombra que caminaba por la calle del nunca más, doblando la esquina de los viejos recuerdos.

De vez en cuando todavía se siente como si camináramos juntos, tal vez porque nunca te despediste de mí; te fuiste tan lento que no te vi salir por la puerta y a veces pienso que sigues aquí.

Cuando me di cuenta, ya era tarde, y tú ya lo habías dejado todo atrás. Caminaste lejos de todo, de lo bueno y lo malo, de una casa llena de sueños y escaleras, llena de cuadros de vidas que nunca fueron.
Si vieras lo limpio que he mantenido el lugar, estarías orgullosa de mí.

Desapareciste, pero tu historia sigue aquí; y yo trato de no odiarte por dejarme con un montón de portarretratos que nunca tendrán fotos en ellos.
Dejarme fue lo mejor que pudiste haber hecho, y lo mejor que pudiste haberme enseñado a hacer.

¿La de ayer, eras tú?
Se veía como si fueras tú, pero tal vez sólo hayan sido cosas de mi imaginación.
Tal vez sólo te quería encontrar en la calle porque te extraño un poquito.

Me gustaría haberte visto caminando por la calle y haber gritado tu nombre.
Me gustaría haberte visto pasar ayer, pero sé que si te hubiera detenido, ya jamás hubiera dejado que te volvieras a ir.

Descansa en paz.

viernes, 27 de enero de 2012

Una simple conversación

- " ¿Crees que alguien pueda morirse realmente? "
- " ¿Cómo? "
- " Ajá, ¿crees que cuando alguien se muere, pues... simplemente se muere; o crees que sigue vivo de alguna forma mientras alguien lo recuerde? "
- " Quién sabe... "
- " Yo creo que si tocaste la vida de alguien, y esa persona sigue viva, en cierta forma tú también estás vivo, ¿no? "
- "Pues... ¿supongo? "
- " ... "
- " ... "
- " ¿Crees que cuando yo me muera, alguien me mantenga viva? "
- " Yo te mantendría viva, pero por favor... no te mueras nunca..."
- " ¿Me lo prometes? "
- " Por siempre y para siempre."


Ocho años y medio después, y yo te sigo extrañando un poquito todos los días.

Te prometo que nunca te vas a morir, te prometo que vas a seguir viva.
Por siempre y para siempre.

domingo, 10 de julio de 2011

Nos veremos cuando nos veamos.

Cuando una persona se va, el eco de sus últimas palabras se queda resonando en los oídos de sus seres queridos durante toda una vida.
Y hoy, 8 años después, el eco de tu voz sigue sonando tan fuerte como aquél día en que te metiste al mar para nunca volver.

8 años desde ese día.
Y yo sigo aquí, sin ti.

Y por fin, es momento de dejarte ir para siempre.
Es momento de romper esa última promesa que nos hicimos; aún sabiendo que no la íbamos a poder cumplir.

Es momento de que vueles, libre de todo.
Es momento de regresar a casa.

Perdón. Perdón por todo.

Nunca nadie había marcado mi vida en la forma en la que tú lo hiciste aquél verano lluvioso y gris; el más brillante que yo jamás haya vivido.
Marcaste mi vida para siempre, y lo has seguido haciendo todos y cada uno de los días de mi vida.

Creo que ya es hora de soltar la mano de tu recuerdo, y empezar a caminar yo sólo, tratando de encontrar el camino del que siempre me hablaste tanto.

Es momento de dejar de aferrarme a tus alas y de empezar a dejar crecer las mías, porque algún día yo también tendré que volar para encontrar el sendero de regreso a casa, donde me estarás esperando con una pluma blanca, demasiado perfecta para ser de pájaro.

Ya es hora, Cristina.

Gracias. Una y mil veces gracias.
Nunca te voy a olvidar.

Tu voz se va a quedar conmigo hasta el día en que, cansado, respire profundamente, dejando escapar mi último aliento mientras sonrío eternamente.

Y entonces, por fin, tu voz se va a esfumar para dar paso al sonido de las olas rompiéndose en la arena.
Y entonces, por fin, mis ojos te buscarán por última vez, sólo para encontrar una playa llena de espuma, en la que meteré mis pies poco a poco, para meterme a nadar en el mar de una vez y para siempre.

Y esos días nunca van a terminar.

Adios, Cristina.
Adios por última vez.

Te amo, para siempre.

lunes, 4 de julio de 2011

6 days

Just 6 more days.

I miss you.

miércoles, 18 de mayo de 2011

It's kind of funny...

Extrañar a alguien es gracioso, ¿no?

Es gracioso como cuando una persona se va, es cuando realmente empezamos a conocerla.
Es como si mientras estuvieran aquí, nuestros ojos estuvieran cerrados; ciegos ante las cosas más evidentes.
Sólo podemos ver su cara, sólo podemos oír su voz, y sólo podemos apreciar sus gestos.

Es hasta que una persona nos deja, que empezamos a darnos cuenta de quién era realmente.

Es gracioso como las cosas que extrañamos, son las cosas en las que nunca prestamos atención mientras todavía podíamos.

Y de repente, varios años después, en un día cualquiera, esas pequeñas cosas regresan de golpe, todas al mismo tiempo.

El viento arrastra esas palabras que alguna vez fueron dichas, como si fueran hojas muertas.
La lluvia empaña las ventanas en las que algún día unos dedos curiosos dibujaron rostros felices.
La Luna ilumina las calles por las que hace mucho tiempo caminó una pareja feliz, tomada de la mano.
El café trae consigo esos olores que en otros tiempos significaban tanto, y que ahora son sólo el sútil aroma de la mezcla de la casa.

Todo llega en un sólo segundo.
Todo llega en el segundo en que el reloj marca las 11:59

Esas 11:59 que hace muchos años hubieran hecho que me dijeras "sobrevivimos otro día" mientras me sonreías con el rostro lleno de sueños.

Y el tiempo pasó.
Y el tiempo sigue pasando.
Y esas cosas graciosas que extrañamos, hacen que lloremos cuando nadie nos ve.

Mientras tanto, el reloj me dice que yo sobreviví otro día.
Otro día sin ti.

lunes, 18 de octubre de 2010

Y afuera llovía

Y ahí estaba yo, con una taza de café a medio tomar frente a mí.
Deja-vú no es la palabra correcta, pero es la primera que me viene a la mente.

Un silencio incómodo flotaba en al aire de una manera desconcertantemente tangible.
Me pasé la mano por el cabello, como hago miles de veces al día, en forma casi inconsciente.

Una vez más, había terminado de contar la historia del ángel de un sólo verano.
Me pareció como si hubiera contado esa historia más veces de las que son necesarias para empezar a recitarla de memoria, sin siquiera tener que pensar en lo que sale de mi boca.

"Wow...", dijo por fin ella, y después volvió a quedarse callada.
"Sí bueno... esas cosas pasan", dije yo, sin saber qué más decir.

Siempre me ha parecido graciosa la forma en la que la gente reacciona cuando le cuentas que la persona que más amabas en todo el mundo, murió justo frente a tus ojos.

Es como si su mente tratara de ponerse en tu situación, como si trataran de imaginar la escena.
Te dejan de ver: sus ojos se pierden en algún punto cualquiera, y tú sabes que es porque les parece imposible mantenerte la mirada.
Me parece gracioso cómo por unos segundos, quieren sentir lástima por tí; como si eso los hiciera sentirse mejor del hecho de haber traído el tema a la conversación.

"Y... ¿estás bien?", me preguntó unos segundos después.
Le di un trago a mi café ligeramente frío. "Pfft, fue hace muchos años, claro que estoy bien..."

Ella puso su mano sobre la mía, y me dijo que lo sentía mucho.
¿Sentirlo por qué?
No es como si fuera su culpa, no es como si hubiera conocido a la muerta siquiera.

Sonreí, pero no le dije nada. Nunca he sabido qué decir cuando me dicen que lo sienten.
¿Gracias?, ¿qué amable?

"¿Por qué nunca me habías dicho nada de lo que pasó?"
Precisamente ése tipo de preguntas son las que hacen que nunca tenga ganas de hablar de eso.

"Pues... nunca salió a tema, supongo.", le contesté.
"Pero es algo muy importante de tu vida..."
"Ahá, pero no es como si fuera a ir por la vida dicíendole a la gente "Hola, me llamo Joselo, hace muchos años mi novia se murió mientras yo veía lo que pasaba sin poder hacer nada al respecto, ¿me pasas la sal?", ¿sabes?, es un tema un poco más delicado que eso"

Me estaba viendo con los ojos ligeramente llorosos. Si hay algo que odio en este mundo es que la gente llore por mi culpa, aunque técnicamente no sea mi culpa.

"¿Ves?, si lo estuviera diciendo todo el tiempo, la gente se pondría a llorar y nunca me pasarían la sal..."
Ella sonrió un poco.

"¿Piensas mucho en ella?"
"Meh... ya no mucho. Antes pensaba en eso todo el tiempo, pero supongo que fue hace tantos años, que lo he ido borrando poco a poco... no lo sé, es raro, ¿sabes?"

Esperaba que ella me contestara "sí, sí sé", pero como se quedó callada, tuve que seguir hablando.
"Es raro porque ya no me pone triste ni nada, pero cuando escribo de eso, siempre parece como si yo estuviera deshecho por lo que pasó... supongo que es simplemente mi forma pitera de escribir"

"¿Escribes mucho de eso?", me preguntó.
"Mucho más de lo que me gustaría, ja"
"Entonces todavía la extrañas..."
Le di otro trago a mi café, en parte porque si no me tapaba la boca iba a terminar agradeciéndole por recalcarme lo obscenamente obvio.
Seguro después me diría que tengo un cromosoma Y, que mi cabello es café, y que uso el sarcasmo para esconder lo estúpidamente vulnerable que soy.

"Nunca la voy a dejar de extrañar, pero no es eso", le dije.
"¿Entonces?"
"No sé... es como si tuviera que escribir de eso... como si tuviera que plasmar cada detalle, por pequeño y ridículo que sea..."

Ella se quedó callada.
Ella se quedó callada, y yo empecé a sentir algo raro en mi pecho.
Se sentía frío, se sentía como si me empezaran a apretar muy fuerte.

Sin darme cuenta, seguí hablando, cada vez más débil: había dejado de hablarle a ella y me estaba diciendo las cosas a mí mismo.

"Es como si tuviera que escribir mientras todavía me acuerdo, porque algún día se me va a empezar a olvidar todo... y no se me puede olvidar..."

De repente ya no me importó el café, ya no me importó mi amiga, ya no me importó que afuera estuviera lloviendo, ya no me importó nada.
Tenía miedo.

"Si se me olvida es como si no hubiera sido real, como si nunca hubiera pasado... como si ella nunca hubiera existido..."

El frío que empecé a sentir sólo me recordó lo lejos que estaba de la playa y de esos días.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Wait for me

Hace mucho tiempo, me preguntaste si me gustaba el mar.
Yo me encogí de hombros, y después te dije "no lo sé..."

Pasaste tus manos por mi cabello, y mientras tu mirada verde buscaba mis ojos, me dijiste que no podía no saber.
Me dijiste que el mar era la cosa más hermosa que había en este planeta.
Yo te miré sin saber qué decir. De alguna forma, siempre lograste dejarme sin palabras.

Me besaste en silencio, y después volviste a hablar del mar.
No tenías ni idea, pero cada cosa que decías, quedaría grabada en mi mente para siempre.

"El mar es mágico... tú y yo venimos de ahí, ¿sabes?"
Pensando que bromeabas, yo solté una risa nerviosa. Tomaste mi mano y la apretaste con cuidado.
"No, no te rías, es en serio, tú y yo salimos del mar"

Te miré con todo el amor que había dentro de mí. Te miré con todo el amor que alguien como yo podía sentir.
"Pero tú y yo somos de aquí, de la ciudad, lejos del mar...", te contesté.
Todavía hoy, cuando recuerdo lo que dije, me siento tonto. Siempre me sentí tonto junto a ti, porque tú parecías saberlo todo.

"Pero nosotros venimos del mar, salimos del agua; aunque hayamos nacido en la ciudad", me contestaste cariñosamente mientras tomabas mi otra mano y la besabas.
Te dije que no entendía.

"¿No te has fijado cómo cuando ves el mar, puedes ver el cielo reflejado en él?"
Bajé mi mirada. Cada vez que me veías a los ojos, hacías que me sintiera como un niño.

"Algún día me vas a entender, tonto. Algún día te vas a dar cuenta de que tú y yo venimos del mar"

Sin saber qué decir, dejé que pusieras tu cabeza en mi hombro.

"Y algún día, tú y yo vamos a regresar al mar..."
Una lágrima resbaló por tu mejilla.

Hace mucho tiempo, me preguntaste si me gustaba el mar.
Hace mucho tiempo, me encogí de hombros y te dije que no sabía.
Hace mucho tiempo, dejé de ser el niño que no podía ni siquiera verte a los ojos sin preguntarme qué era lo que alguien como tú veía en mí.

Hace mucho tiempo, me di cuenta de que no me gusta el mar.
Es traicionero. Es muy fácil perderse en su inmensidad. Es muy fácil olvidar lo poderoso que es.
Es muy fácil que las olas se lo lleven todo: las cosas, el tiempo, los recuerdos, a las personas...
No me gusta el mar porque le tengo miedo.

En un par de días voy a ir a la playa, y voy a caminar descalzo, para dejar que la espuma resbale entre mis dedos, como hacíamos tú y yo hace tanto tiempo ya.
Te voy a extrañar, mucho; aunque en cierta forma, yo sé que tú vas a estar ahí, en la arena, jugando con mis pies.

"Algún día, tú y yo vamos a regresar al mar"
Lo sé, pero esta vez, yo sólo voy de visita...

Wait for me.
Always and forever.

Je t'aime.
Pour toujours.

sábado, 10 de julio de 2010

T Minus Zero

Querida Cristina:

Me sigue costando mucho trabajo voltear la cabeza y darme cuenta de cuánto tiempo ha pasado desde el último día que te vi.
Tantas cosas han cambiado desde entonces...

Éramos unos niños cuando todo pasó, ¿sabes?

El otro día me vi en el espejo, y me di cuenta de que soy una persona totalmente diferente a la que era en esos días.

¿En qué momento cambié tanto?
Por primera vez en mi vida, me vi a mí mismo, y vi a alguien... adulto.
Me pregunto qué pensarías de mí si pudieras verme.
Me pregunto cómo serías tú, si no hubiera pasado lo que pasó.

¿Habrías cambiado?
¿Serías otra totalmente distinta?

Creo que parte de tu magia es que nunca vas a ser alguien diferente a quien yo recuerdo.
Siempre vas a ser el ángel del verano perfecto.
Siempre vas a ser la playa, el mar, y la luna llena.

Es increíble que ya hayan pasado 7 años...

Me gustaría poderte ver una vez más, sólo una vez más.
Me gustaría que pudieras ver en lo que me he convertido, gracias a ti.

Feliz aniversario.
No he olvidado la última promesa que te hice.

Sigue soñando con los mortales.
Un año más, Cristina, sólo un año más...

Wait.
Wait for me...

Je t'aime.
Pour toujours.

-Dxtr
Julio 2010

viernes, 9 de julio de 2010

T Minus One

Querida Cristina:

Hay momentos en que te sigo necesitando tanto...

Las cosas no son fáciles por aquí, ¿sabes?
El mundo que me pintaste no existe... tal vez nunca existió.

Nada es perfecto, nada es mágico.
La gente viene y la gente se va.

Hay veces en que no entiendo por qué me pediste que aprendiera a caminar por este mundo, si de todos modos el mundo se cae de repente.

Hay días en que quisiera poder abrir mis alas y aprender a volar lejos de todo, como tú.

He estado soñando contigo últimamente.
Regresas, y me pides que me quede aquí, un tiempo más. Me dices que yo tengo que quedarme aquí, que algo grande va a pasar.

Te pregunto si me vas a acompañar para siempre, y riendo, me respondes que me falta mucho para entender lo que significa "para siempre"

Ya no sé ni siquiera cuál camino tengo que caminar... me hace falta que vuelvas a tomar mi mano y me lleves por el lugar correcto; pero creo que eso jamás va a pasar.

Quisiera escuchar tu voz una vez más, diciéndome que todo va a estar bien...
Si cierro los ojos, casi puedo escucharte. Es curioso como tanto tiempo no ha podido borrar tu voz de mi mente, ¿no?

Perdón por sonar tan triste, Cristina... es sólo que simplemente hay momentos en que todavía me haces falta; pero yo sé que todo va a estar bien, para siempre.

Tengo una promesa que cumplirte, todavía.

En pensant toi.
Je t'aime.
Pout toujours.

-Dxtr
Julio 2009

jueves, 8 de julio de 2010

T Minus Two

Querida Cristina:

Últimamente te he sentido... lejos.
Mucho más lejos de lo que jamás te había sentido.

Por primera vez, siento como que todo pasó hace... hace varias vidas.

Muchas gracias.
Si no hubiera sido por ti, jamás podría haber llegado a ser quien soy ahora.
Tú me abriste los ojos al mundo, tú me enseñaste tantas cosas...

Me diste el valor de atreverme a dejar de ser lo que los demás querían que fuera, me ayudaste a entender que la única persona que podía decirme quién soy yo, era yo.

Me enseñaste el mundo.
Me tomaste de la mano y me llevaste a caminar... lo difícil fue seguir caminando cuando tu mano ya no estaba junto a la mía.

Jamás voy a olvidar el momento en que te apareciste en mi vida.
Jamás quiero olvidarlo.

Soy muy feliz.
Lo soy por primera vez desde que abriste tus alas.

Creo que tenías que romper una de tus promesas para que las demás pudieran mantenerse vivas...
Te prometo que yo no voy a romper mi promesa.

Te extraño...

J'espère que tu sois très heureux.
Je t'aime.
Pour toujours.

-Dxtr
Julio 2008

miércoles, 7 de julio de 2010

T Minus Three

Querida Cristina:

Es raro, ¿sabes?

Por primera vez en años, llevo un buen rato sin pensar en ti.
Es curioso, ¿no?
Creo que por fin empiezo a entender lo que me dijiste ese día, mientras estábamos tirados en la arena.

La vida sigue, a pesar de que las cosas duelen.

Te sigo extrañando, todos los días; pero ahora es diferente.
Por primera vez desde que te fuiste, puedo empezar a sonreir cuando me acuerdo de ti. De nosotros.
Por primera vez desde que todo pasó, ya no siento que algo me oprime el corazón cada vez que volteo a ver la luna.

Conocí a alguien.
Ojalá estuvieras aquí... creo que se hubieran podido llevar bien.

¿Estás feliz por mí?
¿Sigues deseando que yo aprenda a apreciar la magia de los días comunes y corrientes?
¿Sigues esperando que cumpla mi promesa?

¿Sigues ahí?

Ne vous allez pas.
Je t'aime.
Pour toujours.

-Dxtr
Julio 2007

martes, 6 de julio de 2010

T Minus Four

Querida Cristina:

Perdóname.
Perdóname por haberte dejado ir... fue el peor error de mi vida, y uno que sé que jamás me voy a perdonar.

Simplemente quería que fueras feliz... ¿sabes?
Verte sonreír cuando caminaras por la arena, escuchar tu risa cuando sintieras el agua tocar tu cuerpo... eso era todo lo que quería.

Te extraño.
Te extraño y te necesito.

Llevo dos años viviendo una vida falsa.
Traté de llenar el vacío que me dejaste con alguien más; pero lo único que conseguí fue darme cuenta de lo lejos que estoy de poder volver a amar a alguien realmente... y aún así, no puedo dejarla ir... me da miedo volverme a sentir tan solo como me sentí cuando tú te fuiste.

No debí de haberte dejado ir...

Te odié, ¿sabes?
No podía creer que me hubieras abierto los ojos a un mundo perfecto y a una vida mágica, y después hubieras desaparecido de ella, tan repentinamente como llegaste.
Te odié, y ahora me odio por haberte odiado.

Me odio.
Me odio por estar lejos de ti.

Lo único que quiero, es volverte a ver... volver a tomar tu mano y poner tus dedos entre los míos.
Quiero volver a caminar bajo la lluvia, y volver a reír como ese día.
Quiero volver a estar contigo...

Quisiera poder regresar el tiempo.
Quisiera poder congelar esos días, y hacer que duren para siempre... como me prometiste que lo harían.
Tantas promesas... no voy a romperlas, ¿sabes?

Perdóname, por favor.
Perdóname, porque creo que yo nunca voy a poder hacerlo.

Pardonnez-moi.
Je t'aime.
Pour toujours.

-Dxtr
Julio 2005

lunes, 5 de julio de 2010

T Minus Five

Querida Cristina:

No puedo creer que me hayas hecho esto.

Me dejaste solo. Completamente solo.
Me dejaste perdido en un mundo extraño, desierto y gris.

Paso los días caminando, entumecido.
Cada vez que doblo una esquina, espero ver tu cara, sonriente; pero sé que eso jamás va a pasar.
No puedo creer que me hayas hecho esto.

Cada día que pasa, siento que el alma se me escapa lentamente.
Te está buscando, ¿sabes?
Se va para ir contigo, lejos.
Quiere sentir la espuma, quiere sentir la arena, quiere sentirte a ti.

¿Y yo?
Yo aquí estoy.
Cada vez me siento más hueco, más abandonado y más triste.
No puedo creer que me hayas hecho esto.

¿Para qué me hiciste tantas promesas?
¿Sabías que ibas a romperlas todas, en un solo segundo?
¿Sabías que tus "para siempre" se iban a perder con el aire y con las olas?

No voy a volver a derramar ni una lágrima más por ti.
Voy a vivir una vida increíble, como te prometí que lo haría; porque yo sí pienso cumplir mis promesas.
Pienso cumplirlas todas... hasta esa última que te hice, minutos antes de que mi vida cambiara para siempre.

No puedo creer que me hayas hecho esto.

Je vous déteste.
Mais je t'aime.
Pour toujours.

-Dxtr
Julio 2004

lunes, 12 de abril de 2010

De fotos perdidas

Mi vida necesita un botón para olvidar, un botón para olvidarte.
Mi vida estaría mejor si borrara todos los recuerdos que tengo de ti; simplemente desvanecerte de una vez y para siempre.
Mi vida tendría muchísimo menos dolor si no estuvieras tú.


No puedo decirte cuántas veces pensé esto, porque nunca me enseñaron a contar hasta un número tan alto.


Despertaba con lágrimas en los ojos, y lo primero que olía era tu perfume de vainilla.
Cerraba los ojos con fuerza, y trataba de volver a dormir, porque tal vez todo era un sueño. Tal vez si volvía a dormir, la próxima vez que despertara vería tus ojos verdes viéndome a mí.

En una de esas mañanas en las que me faltabas tú para poder respirar, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas mañanas...

Caminaba en automático, sintiendo que mis pies caían pesadamente sobre el pavimento.
Entonces recordaba que tus pies nunca hicieron ruido, porque siempre encontrabas la forma de volar al ras de la tierra, nadando de pie; y nunca nadie se atrevió a decir que no caminabas.

En una de esas tardes en las que la calle estaba llena de gente que no cambia miradas ni se sonríe, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas tardes...

Por más tiempo del que puedo recordar, tuve miedo de mirar hacia arriba, y de ver la Luna llena, porque sabía que te iba a ver a ti, y el hueco que dejaste en mi pecho volvería a abrirse, recordándome que no estoy completo.

En una de esas noches en las que el frío penetraba los cuerpos, sin importar cuántos abrigos tuvieran puestos, pensé que si te esfumaras, el dolor se iría para siempre.
Una de esas tantas noches...

El tiempo pasó, y yo nunca te pude borrar, pero ahora me doy cuenta de que las cosas son muy diferentes de lo que yo pensaba:
Si tú te fueras, el dolor no se esfumaría; porque el dolor llegó justo el día que tú te fuiste.

Y hoy, después de tantos años de tenerte sólo en mi recuerdo, te volviste a aparecer.
Justo hoy, me conecté y encontré un correo:

"Encontré estas fotos hace unos días, pensé que tal vez las querrías ver. Espero que estés bien."

Y te vi, por primera vez en muchísimo tiempo... y fui muy feliz.

Te extraño Cristina, espero que estés descansando, y sigas soñando con los mortales.

Je t'aime.
Pour toujours.

Day breaking on the boulevard
Feel the sun warming up your second-hand heart
Light swimming right across your face
And you think maybe someday, yeah
Maybe someday...

sábado, 30 de enero de 2010

De recuerdos fugaces

¿Estabas ahí?
Claro que lo estabas... no sé ni por qué pregunto.

Es increíble cómo después de tanto tiempo, te sigues acordando de los detalles tontos y ridículos.
Tontos y ridículos, como tú y yo...

Yo también los recuerdo; aunque las lunas sigan pasando, y las nubes sigan escapando de entre nuestras manos.
Siempre me voy a acordar.

Hoy desperté con el olor de la mezcla de la casa, haciéndome cosquillas en la nariz.
Por un momento pensé que si estiraba la mano, podría sentir tu cabello.
Tú sonreirías mientras abrías tus ojos verdes, y me mirarías en silencio, antes de darme un beso en la frente.
Jamás olvidaré esos ojos verdes, tan grandes y tan felices; ansiosos de abrirse y de mirar todas las cosas que el mundo tenía para ofrecer.

Pasaron unos cuantos segundos antes de que me diera cuenta de que tú no estabas ahí, junto a mí.
Con una lágrima resbalándome por la cara, recité tu frase favorita. Esa frase que te escucharía decir miles de veces, y que te encantaba decir en voz alta cada vez que te abrazaba, debajo de ese techo marrón que cobijaría nuestros sueños de verano.

Me levanté de mi cama, y traté de seguir con mi rutina cotidiana; la que tuve que adoptar desde el día en que te fuiste de mi vida.

Me vi en el espejo, y me di cuenta de que mi cabello estaba más despeinado que de costumbre.
Justo cuando tomé mi cepillo, escuché tu voz, tan clara como en el día en que me lo dijiste por primera vez: "No, no te hagas nada. Me encantas cuando estás despeinado. Eres lindo, ¿sabes?"
Sonreí, mientras me pasaba la mano por el cabello; tratando de quitármelo de encima de los ojos.

Bajé a la cocina, donde mi familia ya estaba comiendo.
"Los quiero mucho...", les dije, antes de sentarme en mi lugar.

Feliz, aunque un poco confundida; mi mamá me sirvió un plato de minestrone. Tu favorito.
El aroma me llegó a la nariz, y yo reconocí tu perfume por unos segundos.

Con una sonrisa ridícula en la boca, recordé el día en que tú y yo lo cocinamos juntos.
Tú picabas las verduras, mientras cantabas una vieja canción de cuna. Las lágrimas resbalaban por tus mejillas.
Yo te preguntaría si todo estaba bien, y tú sólo sonreirías, enseñándome tus dientes ligeramente grandes, pero totalmente perfectos.
Me aventarías un pedazo de zanahoria, y me dirías que jamás en la vida habías sido tan feliz.

Terminé de comer.
"Los quiero mucho...", le repetí a mi familia, y después salí de la cocina.

Sin saber qué hacer, subí a mi cuarto, y me tiré en mi cama.
Pasé mis manos por mi cara, y suspiré.

Sentí el metal de tu anillo rozando mi rostro, y recordé lo mucho que significaba para ti.
Volví a recitar tu frase favorita, mientras me quitaba tu anillo.

Noté que la silueta del objeto que llevaba tantos años conmigo, era claramente visible en mi mano.
"Mira lo que me estás haciendo, torpe...", te dije, mientras volvía a poner tu tesoro en mi dedo.

Me pregunto si algún día podré regresártelo. Estoy seguro de que lo extrañas.

Tratando de alejar mi mente de ti, salí de mi casa.
Las calles fluían dulcemente, pero las luces no se veían tan vivas como siempre...

"Deseo...", dije, a nadie en particular, mientras caminaba bajo la luz de la luna llena.
Mis amigos me vieron raro, pero no dijeron nada; probablemente acostumbrados a que las cosas que digo suelen no tener mucho sentido.

Había olvidado mi chamarra. Tenía frío.
"¿Estás bien?", me dijo una amiga, cuando me vio temblar.

"No... mi gente no está hecha para estar tan lejos del Sol", le contestaría, sonriéndole; a pesar de saber que ella no entendería a lo que me refería.
Tenía que robarte una de tus frases... perdóname.

La luna me acompañaría durante el resto de la noche, y yo tendría que quitarme el pelo de la cara cada vez que volteara hacia arriba para verla.
Sonreiría cada vez que lo hiciera.

Por fin llegué a mi casa.
En la puerta, encontraría una pluma blanca, demasiado perfecta para ser de pájaro.
Otra lágrima resbalaría por mi cara, mientras una sonrisa triste aparecía en mi rostro.
Mire mi reloj: las doce en punto.
El día había terminado.

Y ahora, aquí estoy, escribiéndote como si en verdad pudieras leerme.

Te extraño, ¿sabes?

Ayer, hace 7 años, tú y yo nos conocimos.
Sabía que no lo olvidarías.
Al menos, yo jamás lo haré.

Buenas noches, Cristina.

Yo sé que en algún lugar, debes de estar dormida, soñando con los mortales; mientras el ruido de las olas cobija tu sueño.

Algún día te voy a alcanzar.

Je t'aime.
Pour toujours.

sábado, 19 de septiembre de 2009

Sueños

Hoy soñé contigo, ¿sabes?
Hoy volví a soñar contigo, como vengo haciendo desde hace un buen rato ya.

Soñé con tu sonrisa, con tu olor, con tu cabello... soñé contigo.

Soñé que me veías, que mirabas cada parte de mí mientras yo enrojecía cada vez más, sin entender qué era lo que podías verme.
Soñé que me decías que me veías a mí, siempre a mí.
Y cuando yo por fin podía devolverte la mirada, la que enrojecías eras tú; y entonces sonreías y dejabas de verme, mientras yo te decía que tenías la sonrisa más hermosa que jamás hubiera visto.

Soñé con tazas de café, tomadas en completo silencio, mientras el ruido de la calle nos ensordecía avasalladoramente.
Aquellos días, entre grises y azules, llenos de alegría y de tristeza, ahora me parecen un sueño...

Soñé con música, con canciones escuchadas en audífonos compartidos, y con esas historias que también me compartías, acerca de lo que haríamos cuando fueramos rockstars, y dejáramos que la música nos enseñara el camino que seguiríamos.

Soñé con aquellas tardes tirados en el pasto, viendo el futuro con los ojos cerrados, mientras compartíamos un presente incierto, de esos que sólo los adolescentes saben concebir.

Soñé con la Luna, y soñé con Luna. Me soñé a mí, viéndolas a las tres, acostadas en la arena con ojos llorosos. Esta vez no había música, porque las olas lo callaban todo. Te soñé en silencio, en blanco y negro; como a una película vieja.

Soñé con tu voz, suave, débil; cantando canciones de cuna mientras picabas cebolla. Soñé que sonreías al mismo tiempo que llorabas.
Siempre le echaste la culpa a las cebollas, pero curiosamente, sólo picabas cebolla cuando te acordabas de esas canciones de cuna.

Soñé con nosotros, caminando bajo la delgada lluvia de junio, tomados de la mano, escurriendo de pies a cabeza. Soñé que temblábamos de frío, pero al mismo tiempo, nos sentíamos más cálidos de lo que jamás habíamos estado.

Soñé con tu promesa, la que todavía te falta por cumplir.
Soñé que regresabas y me pedías que te regresara tu anillo, mientras me agradecías haberlo cuidado durante tanto tiempo.

Soñé que me volvías a sonreír, y que me volvías a mirar, mientras yo enrojecía de nuevo.

Soñé que me decías que había cambiado mucho, soñé que me decías que yo ya era alguien más.
Soñé que te volvías a ir, pero esta vez, me llevabas contigo.

Hoy soñé contigo, ¿sabes?
Hoy volví a soñar contigo, como vengo haciendo desde hace un buen rato ya.

La única diferencia, es que hoy soñé que tú también soñabas conmigo.

Je t'aime.
Pour toujours.

miércoles, 8 de julio de 2009

Han pasado varios años

Y yo todavía te extraño, ¿sabes?

Extraño cada cosa tuya, cada pequeño detalle, cada simple mirada.

Extraño la forma en la que te quejabas de tu pelo despeinado, y te lo quitabas de la cara, siempre sonriendo. Siempre sonriéndome.

Extraño la forma en la que pasabas tu mano por tu boca cada vez que alguien te hacía reir, y después mirabas hacia abajo, avergonzada de tus dientes ligeramente grandes, imperfectamente perfectos.

Extraño la forma en la que podías librarte de tus problemas, bebiendo una taza de café, y citando alguna frase de alguna canción, que seguramente escucharías cientos de veces, hasta que todo se viera mejor y más brillante.

Extraño la forma en la que tus ojos verdes se iluminaban cada vez que hablabas del mar, y de cómo querías volverte una con la arena, para sentir la espuma en tu cuerpo por el resto de la eternidad.

Extraño la forma en la que mirabas la Luna, con una nostalgia evidente en tu mirada. Después sonreirías con tristeza, y hablarías de los buenos viejos tiempos que aún deparaba el futuro.

Extraño la forma en la que movías la pierna cuando estabas impaciente, ansiosa por salir al mundo, ansiosa por vivir nuevas cosas, ansiosa por ver todo lo que la vida tenía para ofrecer.

Extraño la forma en la que me hacías sentir amado, y como cuando estaba contigo, el tiempo pasaba cien veces más rápido, en esas efímeras tardes que pensamos iban a durar para siempre.

Extraño la forma en la que el viento te hacía temblar, quejándote siempre de que este mundo era demasiado frío para ti, y no entendías cómo la gente podía vivir tan lejos del Sol.

Extraño la forma en la que te estirabas al despertar, y después me abrazabas con todas tus fuerzas; porque el día acababa de empezar, y querías que supiera que tú seguías aquí.

Extraño la forma en la que tu cabeza cabía perfectamente en mi hombro, mientras estábamos tirados en el piso, tratando de ver más allá del techo, más allá de las nubes, más allá del cielo.

Extraño la forma en la que limpiabas tus lágrimas, mientras hablabas de tu pasado, y extraño la forma en la que las dejabas correr por tu cara cuando hablabas de nuestro futuro, mostrándome una sonrisa llena de sueños y de confianza.

Extraño la forma en la que siempre había plumas blancas flotando cerca de ti, demasiado perfectas para ser de pájaro.

Y han pasado varios años, y yo todavía te extraño, ¿sabes?
Extraño cada cada cosa tuya, cada pequeño detalle, cada simple mirada.

Han pasado varios años, y todavía me despierto pensando que sigues aquí, junto a mí, sintiendo nostalgia por el futuro.

Pero tantos años no han pasado en vano, torpeza.
Tantos años me han enseñado que nunca te vas a alejar completamente de mí; porque desde que te conocí, cada una de mis sonrisas se parece a la tuya, cada taza de café me sabe a tu perfume, cada canción me suena a tu voz, cada vez que miro la Luna, te veo a ti.

Porque tú eres parte de mí; pasaste a serlo en ese verano perfecto, y entraste a mi vida de una vez y para siempre.

Hace varios años, dejé de peinarme, porque quiero poder quejarme de mi pelo despeinado, y poder sonreír cuando me lo quito de la cara.
Sonreírle al mundo, sonreírte a ti, siempre a ti.

Y todavía te extraño, y nunca creo poder dejar de hacerlo, pero ya no importa; porque ahora, cada paso que doy, me recuerda que tú sigues caminando, flotando cerca del suelo.

Es increíble lo rápido que pasa el tiempo; lo rápido que pasan estos días, y yo sigo pensando que van a durar para siempre.

6 años. 6 largos y etéreos años.

Espero que estés bien, Cristina.
Por fin eres una con la arena, por fin puedes sentir la espuma en tu cuerpo por el resto de la eternidad.

Je t'aime
Pour toujours

Cristina Villalpando
1986 - 2003