(Este post es traído hasta ustedes desde mi nueva y flamante laptop, la cual pagué enteramente con mi propio dinero, razón por la cual ahora soy más pobre que el intelecto de Adal Ramones, pero ésa es otra historia)
Hace un par de días, pendejeando por internet, me encontré con la triste historia de un niño de 8 años (muy probablemente puto) que decidió suicidarse (por puto) porque en su escuela un montón de niños malos le decían puto.
Esto causó toda una enorme discusión acerca de cómo el bullying ha llegado a extremos tan... extremos, que la juventud de hoy prefiere suicidarse antes de soportar que se burlen de ellos.
Sinceramente, qué putos.
Qué bueno que ese niño esté muerto. No porque sea gay, sino porque es un pinche cobarde.
¿Qué clase de persona decide tomar la ruta fácil y acabar con todo en vez de tener los huevos de enfrentar sus problemas?
La humanidad no necesita esa clase de personas en el mundo. Mientras más gente se suicide por razones estúpidas, mejor.
¿En qué momento la sociedad se empezó a volver tan marica?
El bullying no es algo nuevo, y creo que TODOS hemos pasado por algo parecido.
I mean, si estuviste en primaria, la gente se burló de ti.
That's a fact, Jack.*
Sin embargo, antes la gente no se suicidaba sólo porque les decían gay, o cuatro ojos, o gordo, o flaco, o nerd, o alto, o chaparro, o loquesea.
Hell, a mí también me bully-aban mucho cuando era niño, porque pues era chaparrito, nerd, usaba lentes, y mis calificaciones eran buenas.
¿Acaso me suicidé por culpa de los comentarios que me hicieron? Estoy bastante seguro de que no, no lo hice.
Eventualmente me di cuenta de que sí, soy chaparrito, pero carajo, soy estúpidamente guapo.
Antes usaba lentes de armazón porque no me quedaba de otra, ahora lo hago porque, puta madre, qué bien me veo con lentes.
Soy hermoso, simpático, creativo, talentoso, inteligente, fantabuloso y burbujeante; ¿por qué carajo habría de hacerle caso a los pendejos que quieren opinar de mi persona?
En cierta forma, las burlas que recibí de niño me hicieron exprimir todas mis inseguridades, y ahora, tiempo después, lo único que me queda es un destilado de awesomeness.
Siendo sinceros, soy bastante genial.
En mis tiempos, la gente aprendía a vivir con el bullying y también aprendíamos a superarlo. Lo llamábamos formar carácter.
En cambio, hoy en día estamos creando una sociedad de personas maricas y cobardes, y les estamos dando la razón.
Estamos esforzándonos en ser políticamente correctos TODO EL TIEMPO en lugar de educar a los niños para que aprendan a crear una imagen de si mismos que no dependa de lo que los demás piensen.
En vez de crear personas fuertes, les estamos diciendo que está bien ser maricas y débiles.
Así que, por lo que a mí respecta, ojalá esos pinches niños cobardes se sigan suicidando; así dejan de robarle oxígeno a personas tan increíbles como yo.
Rot in hell, puto.
*Pido disculpas si su nombre no es Jack. Soy pésimo recordando nombres.