¿Se acuerdan cuando ustedes podían comprar una consola de videojuegos, llegar a su casa, conectarla, poner un juego, y empezar a jugarlo inmediatamente?
Eran tiempos gloriosos, sin duda.
Hoy en día, si uno quiere jugar un simple videojuego, primero tiene que elegir cuál consola quiere (porque hay como 3 ó 4), después tiene que escoger entre una de las múltiples múltiples variedad de esa consola en particular, gastar cantidades obscenas de dinero, llegar a casa, conectarla, pasar 40 minutos abriendo y configurando los perfiles en línea, pasar otros 15 minutos instalando el juego, después pasar otros 30 minutos bajándose actualizaciones; y después POR FIN, empezar a jugar.
Eso es sólo si no se han caído los servidores, claro.
Fuck, yo que estaba tan feliz de haberme comprado mi PlayStation, y ahora resulta que tengo que esperar otros 73 minutos a que se acaben de bajar los 2gbs de actualizaciones que necesita mi primer juego.
Extraño los buenos viejos tiempos del Super Nintendo Chalmers.
Te odio, Sony.
Fe de erratas: Ya sólo son 68 minutos.