Resultó ser una lista de 26 cosas estúpidas que le habían pasado. Me pareció bastante entretenida.
Y fue por eso que le pedí permiso para robarle su idea, y me dijo que sí, siempre y cuando le diera un poco de crédito.
Así que, Pooh, considera esto como todo el crédito que te voy a dar.
En fin, sin más preámbulos:
26 cosas estúpidas que me han pasado.
By: Dexter
Originally by: Pooh
1.
Cuando tenía como 10 años, estaba brincando en un tombling cuando decidí que sería buena idea brincar hacia fuera y caer de pie, como Batman.
¿Recuerdan ese capítulo en el que Batman cae de cabeza y casi se disloca un hombro?
Me salió igualito que a Batman.
2.
Una vez estaba en el patio de mi casa jugando con globos de agua, cuando vi a mi mamá caminar tranquilamente cerca de la ventana de mi cocina.
Pensando que sería buena idea aventar el globo de agua contra la ventana para asustar a mi pobre madre, hice justo lo que acabo de describir.
Cuando el globo volaba por los aires, me di cuenta de que era una mala idea.
El vidrio se rompió, y mi madre quedó empapada y asustada.
Creo que cumplí con mi objetivo.
3.
Unos días después de que mi abuela se muriera, toda mi familia fue a su casa, para ayudar a la limpieza y a sacar varias cosas.
Limpiando su cuarto, descubrí su sillón favorito, el cual llevaba más de 40 años al servicio de esa casa.
Consideré buena idea tratar de hacer un movimiento de lucha libre encima de él.
Después de 40 años de estar perfectamente bien, lo rompí en menos de 5 minutos.
4.
En mi cortísimo tiempo como conductor y poseedor de un vehículo motorizado, logré chocar dos veces.
La primera contra un camión estacionado y la segunda contra un microbus.
Es obvio que los camiones me odian.
5.
Una vez fui a comer comida japonesa con mi familia, y decidí averiguar qué tanto wasabi podía comer de golpe.
La respuesta fue un chingo.
Coincidentalmente, esa misma respuesta aplica para la pregunta "¿cuánto tiempo me ardió al cagar después de comer wasabi?"
6.
Hace poco, mis Converse estaban TAN jodidos, que la suela se les estaba despegando muy ojetemente.
Decidí ponerles cinta de aislar y después engraparlos. Lamentablemente, nunca se me ocurrió sacar el pie antes de meter las grapas.
7.
Y hablando de grapas, una vez en secundaria me engrapé el dedo por estar jugando guerra de papelería.
Lo estúpido vino cuando después de sacar la grapa (y de que mi dedo sangrara mucho), decidí seguir jugando y me volví a engrapar el mismo dedo en el mismo lugar.
2 grapas en menos de 3 minutos: tenemos un record de estupidez.
8.
La verdadera razón por la que ya no voy a las trajineras, es que siempre acabo metiendo la cabeza en el lago simplemente porque se ve divertido.
Incontables infecciones oculares han ocurrido gracias a mis pésimas ideas.
9.
Y hablando de infecciones oculares, una vez me eché salsa Tabasco en el ojo (porque alguien me había ofrecido 5 pesos por hacerlo) y mi ojo se me jodió muy cabrón.
No pude usar lentes de contacto por las siguientes 4 semanas.
10.
¿Recuerdan cómo cuando están en secundaria lo primero que les dicen en laboratorio de química es que no huelan directamente las sustancias?
Yo no hice caso y olí un vaso de ácido acético.
Fue como si me metieran un soplete en la nariz.
Desde entonces, mi olfato ya no es el mismo. True story.
11.
Una vez fui con mis amigos a jugar Gotcha a una casa abandonada.
Por alguna razón pensé que era buena idea "esconderme" en el baño de la casa y tratar de disparar por la mini ventanita que había ahí.
No se me ocurrió voltear hacia atrás y ver que estaba totalmente al descubierto.
Evidentemente, mis amigos, siempre tan considerados, se acercaron silenciosamente y me dispararon a quemarropa muchas veces.
Moretones. Moretones everywhere.
12.
El tratar de imitar las cosas que vi en Jackass me obligó a aventarme de un primer piso a ver si podía brincar hasta la alberca.
No pude y me disloqué el hombro.
Afortunadamente el alcohol me dio valor para dejar que un amigo me lo acomodara golpeándome contra una pared.
13.
Recientemente, mi ebriedad me llevó hasta la cámara de diputados, donde gustosamente oriné en la puerta, sin fijarme que había varios policías junto.
Evidentemente, terminé adentro de la patrulla.
14.
Una vez fuimos a una comida de grupo, pero de un grupo que no era el nuestro.
Una señora nos dijo que no podíamos pasar, así que yo le empecé a gritar y a insultarla.
Pocos días después, descubrí que esa señora era mi maestra de historia.
15.
En mi búsqueda por encontrar la salca picante más picante de los picantes, conseguí una de El Paso, Texas.
Es absurdamente picante. Una microgota basta para aflojarte los calzones.
La he probado más de 30 veces a ver si "ahora sí aguanto"
16.
Siguiendo en el tema de los picantes, una vez fui a Hooters con unos amigos y pedimos las alitas de habanero.
Después de sufrir, de llorar y de marearme, terminé de comerlas. Fue entonces cuando me dieron ganas de orinar.
Y fue ahí cuando aprendí que si comiste algo muy picante, debes de lavarte las manos antes de orinar.
Fue una de esas cosas que aprendes una vez y nunca olvidas.
17.
Otra importante lección de vida: No debes de tomar chelas mientras estás en un auto en carretera.
Aunque no estés manejando, a la policía federal no le importa.
Y la policía federal no se anda con mamadas.
Worst road trip ever.
18.
Una vez estaba en la casa de provincia de un amigo, porque como 15 de nosotros habíamos ido a beber y a pasar la noche.
Yo había conseguido seducir a una chica moderadamente linda (que bajo los efectos del alcohol era mucho mucho muy linda) y nos metimos a un cuarto para cerrar el trato.
Lamentablemente, no nos fijamos que era el único cuarto sin seguro en la puerta, y no consideramos que por ser también el único cuarto con dos camas, alguien más querría ir a dormir ahí.
Para no hacerles la historia larga, termine con las bolas azules, y 4 amigos terminaron muertos de ebriedad en la cama contigua.
19.
Una vez, en la playa, una amiga me pidió que le tomara una foto y me dio su cámara.
Justo cuando ella acabó de decir que las playas eran una chinga porque si tantita arena se mete al lente de la cámara todo valía madres, a mí se me cayó su cámara justo en la arena.
Un "¿oops?" no fue suficiente disculpa.
20.
Otra vez, en la playa, pensé que sería buena idea meterme al mar, justo a la parte donde rompen las olas, y ponerme a buscar en el suelo para encontrar piedritas cool.
Estaba agachado, buscando tranquilamente, cuando de repente la corriente me arrastó mar adentro y me fui de nalgas, ráspandome brutalmente.
De momento, recordé que cuando la corriente te jala así, significa que una ola enorme está a punto de llegar. También recordé que llevaba todo ese tiempo de espaldas a las olas.
Justo cuando voltée a ver si sí venía una ola, ésta rompió justo en mi cabeza, revolcándome como 10 metros y dándome en la madre.
21.
Una vez, en la escuela, me quedé dormido en mi propia exposición.
Evidentemente reprobé.
22.
Cuando estaba en Canadá, me puse a seguir a un mapache y me perdí.
La policía canadiense tuvo que llevarme a mi casa.
23.
Anduve con una mujer sólo por el color de sus ojos.
Pensándolo bien, no fue tan estúpido. Fuck, she was gorgeous.
24.
"Los frijoles cocinados con manteca me provocan diarrea" es una frase que me repito cada vez que termino de comer frijoles cocinados con manteca.
25.
Hace muchos años, pude elegir entre comprarme Super Mario Bros. 3 o el juego de la Sirenita.
Me compré el juego de la Sirenita.
26.
Tengo una cuenta de Twitter.