El tren a Lyon era estúpidamente lento entonces jugué cartas con una pareja de gringos viejos. Llegué a la ciudad y me perdí porque mi celular no tenía pila. Acabé en el barrio árabe y temí por mi vida. No hay mujeres en la calle y todos tienen cara de terroristas. Una francesa me ofreció ride a mi hostal y me invitó a comer porque me estaba muriendo de hambre.
En mi cuarto había un negro y descubrí que los negros huelen horrible. No es racismo porque es verdad. Caminé por Lyon varias horas hasta que me aburrí y me senté junto al río. Bebí vino de a 2 Euros con una pareja de Noruegos. Manejé un Tesla, es estúpidamente silencioso. Jugué futbol en la calle y mi equipo perdió por mi culpa.
El negro del hostal se había ido y ahora había una negra. Las negras no huelen TAN culero. Salimos a un bar y no recuerdo cómo regresamos. La negra me despertó a las 5 de la mañana con el ruido de su secadora de pelo. Fuí a una galería de arte callejero y fue de los pocos museos que no me aburrieron a morir.
Chequé precios de hostales en París y casi me da un infarto. Estuve a punto de hacer reservaciones en un hostal gay sólo porque era el más barato pero al final me dio miedo y no lo hice. Traté de hablar en francés todo el día y fracasé a los 15 minutos. Comí con un español pero cuando se empezó a drogar en la calle lo abrí. Fuí al mall más grande de Francia y compré demasiadas cosas que después tuve que estar cargando todo el viaje.
Agarré mis mochilas y me fuí a Paris. El hostal estaba lejos como la chingada pero todo es hermoso.
Caminé por Champs-Élysées de noche y acabé en una calle donde había mil tiendas de marcas que no reconocí pero no me alcanzaba para nada. Me pelée con unos mexicanos nacos abajo de la torre Eiffel y me sentí súper avergonzado de ser Mexa. Acabé en un karaoke con una gringa y dormí en su hotel que era mucho más cómodo que cualquier hostal de mi viaje.
El Louvre es súper aburrido y toda la gente que dice que te tardas días en verlo completo miente. La Mona Lisa es de súper hueva y la Venus de Milo no se parece nada a lo que imaginaba. Afuera del museo conocí a una francesa. Dejamos un candado en el puente de los candados y me llevó a cenar a un café absurdamente hermoso y absurdamente caro.
Fuimos a Versalles pero no entramos porque nos perdimos en los jardines. Probé una cerveza que sabía a Ron y casi vomito. La francesa me llevó a cenar arriba de la Torre Eiffel y fue uno de los momentos más mágicos de mi vida. Me quedé en su departamento porque mi hostal estaba pinche y caro. Fuimos a una fiesta con sus amigos y me embriagaron con Tequila. Hicimos burbujas en un parque y tomamos un barquito por el río. De despedida me llevó a un show de hippies con fuego y bebimos como 4 botellas de vino.
Agarré el primer tren a Marsella. Marsella es de hueva. Todo me aburrió excepto la rueda de la fortuna. Cené con unos egipcios y me dormí temprano porque mi tren salía a las 4 de la mañana. Llegué súper tarde a la estación por quedarme jugando con unos perritos. Perdí mi tren y tuve que pasar 3 horas en McDonald's en lo que salía el siguiente. Compré un par de libros y me fuí a Barcelona.
viernes, 29 de abril de 2016
martes, 19 de abril de 2016
Eurotrip (Pt. 2)
Llegué a mi hostal en Roma y no aceptaban tarjeta. Pasé 2 horas buscando un cajero. Dije "escuzi" ocho millones de veces. El Coliseo está sucio y triste. Un tipo vestido de gladiador me invitó una pizza en el barrio gay.
En mi hostal había un mexicano que se llamaba Jonathan pero lo abrí porque era moreno y no fuí hasta Europa a juntarme con morenos que se llaman Jonathan. Me puse hasta la madre con una brasileña y dos gringas y pagué la cuenta de todos porque soy un idiota. Desperté en un hostal que no era el mío y me dio un ataque de pánico.
El Vaticano es ridículamente opulento pero no tiene WiFi. Me encerré con la brasileña en el confesionario de la basílica de San Pedro y seguramente me gané el infierno para siempre.
La Capilla Sixtina es tremendamente decepcionante. Hay chinos por todos lados. Da miedo.
Me quedé dormido en el metro y salí del otro lado de Roma. La Fontana di Trevi estaba cerrada; hice berrinche. La coreana de Viena estaba en Roma entonces fuímos a cenar pasta. El gelato de toronja es una verdadera maravilla. Fuimos a una manifestación de algo en italiano y perdí el libro que estaba leyendo. La brasileña me llevó a cenar y nos pasamos de cervezas. Conocí a una inglesa y pasamos 2 horas hablando de Top Gear y de Titanic.
Crudo, cansado y sin bañar, agarré un tren a Milán.
Estaba lloviendo y me dio hueva mojarme entonces aproveché para lavar mi ropa. Fui con un suizo al centro de la ciudad. Fumamos mota con dos italianas. Probé 6 cervezas diferentes y el suizo me vomitó en los zapatos.
Me escondí en el campanario de la catedral y escribí una postal que nunca mandé. Un brasileño y una escocesa me arrastraron a un partido de futbol y nuestro equipo ganó. No quise hacer cola para los baños entonces oriné en el vaso de cerveza.
No compré nada en las tiendas de Milán porque no quise estar cargando cosas. Me desperté a las 5 de la mañana y tomé un tren a Suiza. Me quedé en el departamento de una amiga, lo cual fue útil porque Suiza es el país más caro que he conocido.
El camión costaba 120 pesos pero me subí sin pagar porque soy mexicano. Fuimos a un partido de futbol rápido y bebimos en los vestidores. Las tiendas cierran a las 7 de la noche entonces no pudimos conseguir más cerveza.
Compré una chamarra para no morir de frío. Fuí al pueblo más bonito del mundo y me senté junto al lago a escribir un cuento con una suiza. Comí unas Pringles de 200 pesos. Jugué beer pong y tengo un blackout de como 4 horas.
Era mi cumpleaños así que mi amiga me despertó a las 6 de la mañana para ir a conocer un castillo. Escalamos una montaña y casi vomito de la cruda. No encontré pastel de cumpleaños así que me compré unos M&Ms y una cerveza que se llamaba "Ok". Estaba ok.
Fuimos a una tienda de navajas y a otra de chocolates. Pasamos el atardecer en un lago estúpidamente hermoso y tomamos un tren de 2 pisos que hizo cuatro horas hasta nuestro departamento.
En Berna había una ofrenda del día de muertos pero llegamos tarde para los tamales y casi lloro. Vimos osos, tomé fotos y nos quedamos dos veces a ver un espectáculo que había en el centro. Casi me orino en los pantalones porque en Suiza no hay baños públicos. Oriné en la calle.
Me desperté súper tarde y casi se me va el tren. Comí en McDonald's, pagué 480 pesos por un McTrío y me fuí a Francia.
En mi hostal había un mexicano que se llamaba Jonathan pero lo abrí porque era moreno y no fuí hasta Europa a juntarme con morenos que se llaman Jonathan. Me puse hasta la madre con una brasileña y dos gringas y pagué la cuenta de todos porque soy un idiota. Desperté en un hostal que no era el mío y me dio un ataque de pánico.
El Vaticano es ridículamente opulento pero no tiene WiFi. Me encerré con la brasileña en el confesionario de la basílica de San Pedro y seguramente me gané el infierno para siempre.
La Capilla Sixtina es tremendamente decepcionante. Hay chinos por todos lados. Da miedo.
Me quedé dormido en el metro y salí del otro lado de Roma. La Fontana di Trevi estaba cerrada; hice berrinche. La coreana de Viena estaba en Roma entonces fuímos a cenar pasta. El gelato de toronja es una verdadera maravilla. Fuimos a una manifestación de algo en italiano y perdí el libro que estaba leyendo. La brasileña me llevó a cenar y nos pasamos de cervezas. Conocí a una inglesa y pasamos 2 horas hablando de Top Gear y de Titanic.
Crudo, cansado y sin bañar, agarré un tren a Milán.
Estaba lloviendo y me dio hueva mojarme entonces aproveché para lavar mi ropa. Fui con un suizo al centro de la ciudad. Fumamos mota con dos italianas. Probé 6 cervezas diferentes y el suizo me vomitó en los zapatos.
Me escondí en el campanario de la catedral y escribí una postal que nunca mandé. Un brasileño y una escocesa me arrastraron a un partido de futbol y nuestro equipo ganó. No quise hacer cola para los baños entonces oriné en el vaso de cerveza.
No compré nada en las tiendas de Milán porque no quise estar cargando cosas. Me desperté a las 5 de la mañana y tomé un tren a Suiza. Me quedé en el departamento de una amiga, lo cual fue útil porque Suiza es el país más caro que he conocido.
El camión costaba 120 pesos pero me subí sin pagar porque soy mexicano. Fuimos a un partido de futbol rápido y bebimos en los vestidores. Las tiendas cierran a las 7 de la noche entonces no pudimos conseguir más cerveza.
Compré una chamarra para no morir de frío. Fuí al pueblo más bonito del mundo y me senté junto al lago a escribir un cuento con una suiza. Comí unas Pringles de 200 pesos. Jugué beer pong y tengo un blackout de como 4 horas.
Era mi cumpleaños así que mi amiga me despertó a las 6 de la mañana para ir a conocer un castillo. Escalamos una montaña y casi vomito de la cruda. No encontré pastel de cumpleaños así que me compré unos M&Ms y una cerveza que se llamaba "Ok". Estaba ok.
Fuimos a una tienda de navajas y a otra de chocolates. Pasamos el atardecer en un lago estúpidamente hermoso y tomamos un tren de 2 pisos que hizo cuatro horas hasta nuestro departamento.
En Berna había una ofrenda del día de muertos pero llegamos tarde para los tamales y casi lloro. Vimos osos, tomé fotos y nos quedamos dos veces a ver un espectáculo que había en el centro. Casi me orino en los pantalones porque en Suiza no hay baños públicos. Oriné en la calle.
Me desperté súper tarde y casi se me va el tren. Comí en McDonald's, pagué 480 pesos por un McTrío y me fuí a Francia.
viernes, 15 de abril de 2016
Eurotrip (Pt. 1)
Llegué a Praga y descubrí que no hablo ni una palabra de checo. Seguí los dibujos en forma de taxi hasta que encontré a un tipo que ofreció llevarme a mi hostal por 1000 coronas y le dije que sí sin pensar cuánto dinero real es eso.
En mi cuarto habían un canadiense, una australiana y un chino. Me quedé dormido y desperté en la madrugada para ver al chino parado junto a mi cama viéndome dormir.
Salí a buscar algo de desayunar sólo para descubrir que todo estaba cerrado. Caminé hasta que conocí a una rumana que llevaba dos semanas en Praga. Comimos en el café donde Kafka escribió Metamorfosis.
Paseamos por el puente de St. Charles, dibujamos caricaturas de los turistas y con ese dinero fuimos a beber la mejor cerveza que he probado en mi vida.
Regresé a mi hostal y me encontré al canadiense y a la australiana. Fuimos a un antro de 4 pisos y la australiana se metió E.
La australiana me arrastró al castillo y a la catedral. Tomamos fotos y acabamos en un Starbucks porque había internet gratis. Fuimos al centro a ver el reloj astronómico y terminamos bebiendo con un sueco que hacía malabares en la calle. En la noche había un tipo que no dejaba de seguirnos para ofrecernos droga. Nos metimos a un bar para alejarnos de él y acabamos saliendo de ahí a las 4 de la mañana.
La australiana se había ido y yo fui al súper. Cociné un fracaso de comida y regresé al antro de 4 pisos donde una italiana se me acercó, sólo que yo estoy seguro de que no era italiana y estaba drogadísima. Cuando me paré al baño vi que le echaba algo a mi cerveza, me paniquée y me fuí. Oriné en la calle.
Agarré un tren a Viena.
Caminé 50 minutos bajo la lluvia hasta que encontré mi hostal donde una brasileña me dio un té que sabía horrible. Conocí a un australiano y a una coreana y fuimos a cenar KFC porque no encontramos el bar que queríamos.
Madrugamos y fuimos a un mercado callejero donde probé el mejor pastel de limón. Perdí a la mitad de la gente con la que iba y terminé en el palacio de los Habsburgo. Me quedé dormido en los jardines y regresé al hostal en el metro más limpio y bonito que he visto. Fuí a la ópera de Viena con una holandesa pero no teníamos asientos porque compramos los boletos más baratos. Nos fuimos a la mitad y acabamos en el bar que no había podido encontrar el día anterior.
La coreana del hostal quería ir a otro castillo y yo quería cerveza. Un alemán nos empezó a hacer plática pero era obvio que sólo quería hablar con la coreana, y también era obvio que no era alemán, entonces lo abrimos. Nos fuimos a mi cuarto y vimos a un gringo orinar en la maleta de otra gringa.
Fuí a comprar zapatos nuevos porque no aguantaba los pies. Cené con una morra cuyo nombre nunca supe porque siempre le dije Denver. Tomé el tren nocturno a Venecia y pasé la noche más incómoda de mi vida.
Me perdí 2 horas y desayuné en un McDonald's. Me pelée con el chofer de un camión y nos insultamos en italiano. Compré un gelato pero se me cayó en la góndola. Subí a la torre de San Marcos y comí pizza con una española. Nos atacaron las palomas. Compartimos 2 botellas de vino y regresé al hostal. Bebí con una feminista y acabamos juntos porque pensó que yo era gay.
Me fuí a Florencia donde todo es estúpidamente hermoso. Casi muero en el Duomo. Canté Cielito Lindo con un violinista callejero y fuí al museo del helado con una canadiense del hostal. Pasé demasiado tiempo en el Mercato Centrale. Lo mejor de Florencia es el panini de pancetta.
La coreana de Viena me había recomendado un bar y me puse hasta la madre. Me perdí camino al hostal. Toqué el pandero con una banda de músicos italianos y salí a otro bar con la canadiense.
No dejen que les mientan, la Galería Uffizi está sobrevalorada y no vale las 3 horas de cola. Vi Leonardos y Botticellis y fue muy meh, pero el David sí es impresionante. Cené con la canadiense en una cervecería italiana y no recuerdo haber regresado a dormir.
Tomé mis cosas y me subí a un tren a Roma.
En mi cuarto habían un canadiense, una australiana y un chino. Me quedé dormido y desperté en la madrugada para ver al chino parado junto a mi cama viéndome dormir.
Salí a buscar algo de desayunar sólo para descubrir que todo estaba cerrado. Caminé hasta que conocí a una rumana que llevaba dos semanas en Praga. Comimos en el café donde Kafka escribió Metamorfosis.
Paseamos por el puente de St. Charles, dibujamos caricaturas de los turistas y con ese dinero fuimos a beber la mejor cerveza que he probado en mi vida.
Regresé a mi hostal y me encontré al canadiense y a la australiana. Fuimos a un antro de 4 pisos y la australiana se metió E.
La australiana me arrastró al castillo y a la catedral. Tomamos fotos y acabamos en un Starbucks porque había internet gratis. Fuimos al centro a ver el reloj astronómico y terminamos bebiendo con un sueco que hacía malabares en la calle. En la noche había un tipo que no dejaba de seguirnos para ofrecernos droga. Nos metimos a un bar para alejarnos de él y acabamos saliendo de ahí a las 4 de la mañana.
La australiana se había ido y yo fui al súper. Cociné un fracaso de comida y regresé al antro de 4 pisos donde una italiana se me acercó, sólo que yo estoy seguro de que no era italiana y estaba drogadísima. Cuando me paré al baño vi que le echaba algo a mi cerveza, me paniquée y me fuí. Oriné en la calle.
Agarré un tren a Viena.
Caminé 50 minutos bajo la lluvia hasta que encontré mi hostal donde una brasileña me dio un té que sabía horrible. Conocí a un australiano y a una coreana y fuimos a cenar KFC porque no encontramos el bar que queríamos.
Madrugamos y fuimos a un mercado callejero donde probé el mejor pastel de limón. Perdí a la mitad de la gente con la que iba y terminé en el palacio de los Habsburgo. Me quedé dormido en los jardines y regresé al hostal en el metro más limpio y bonito que he visto. Fuí a la ópera de Viena con una holandesa pero no teníamos asientos porque compramos los boletos más baratos. Nos fuimos a la mitad y acabamos en el bar que no había podido encontrar el día anterior.
La coreana del hostal quería ir a otro castillo y yo quería cerveza. Un alemán nos empezó a hacer plática pero era obvio que sólo quería hablar con la coreana, y también era obvio que no era alemán, entonces lo abrimos. Nos fuimos a mi cuarto y vimos a un gringo orinar en la maleta de otra gringa.
Fuí a comprar zapatos nuevos porque no aguantaba los pies. Cené con una morra cuyo nombre nunca supe porque siempre le dije Denver. Tomé el tren nocturno a Venecia y pasé la noche más incómoda de mi vida.
Me perdí 2 horas y desayuné en un McDonald's. Me pelée con el chofer de un camión y nos insultamos en italiano. Compré un gelato pero se me cayó en la góndola. Subí a la torre de San Marcos y comí pizza con una española. Nos atacaron las palomas. Compartimos 2 botellas de vino y regresé al hostal. Bebí con una feminista y acabamos juntos porque pensó que yo era gay.
Me fuí a Florencia donde todo es estúpidamente hermoso. Casi muero en el Duomo. Canté Cielito Lindo con un violinista callejero y fuí al museo del helado con una canadiense del hostal. Pasé demasiado tiempo en el Mercato Centrale. Lo mejor de Florencia es el panini de pancetta.
La coreana de Viena me había recomendado un bar y me puse hasta la madre. Me perdí camino al hostal. Toqué el pandero con una banda de músicos italianos y salí a otro bar con la canadiense.
No dejen que les mientan, la Galería Uffizi está sobrevalorada y no vale las 3 horas de cola. Vi Leonardos y Botticellis y fue muy meh, pero el David sí es impresionante. Cené con la canadiense en una cervecería italiana y no recuerdo haber regresado a dormir.
Tomé mis cosas y me subí a un tren a Roma.
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