Hace unos cuantos minutos llegué a la agencia y me conecté a internet para checar mi mail y mi Facebook, como cualquier persona trabajadora del siglo XXI.
Una de las primeras cosas con las que me encontré, fue que en Twitter una amiga había puesto algo como "BUENOS DIAS te quiero ver YA!!!!!!! te AMO!!!!!"
Acostumbrado a la pésima ortografía de las personas, ni siquiera me molesté por las mayúsculas aleatorias, pero me sacó un poco de onda el "te amo".
Le di un trago a mi Senzao (porque cerca de la agencia hay una tienda que todavía vende Senzao, lo cual me hace feliz en una forma muy gay) y traté de hacer memoria:
Según yo, mi amiga era soltera. O bueno, en eso me había quedado hacía un par de días...
Haciendo mi labor de investigador, me metí a Facebook a ver si podía encontrar un par de detalles.
Lo sé, soy una perra chismosa.
En el perfil de mi amiga encontré algo como "la tercera es la vencida!!!! te amo!!!"
Ahí fue cuando suspiré resignado y me di cuenta de que mi amiga es una pendeja.
Verán, lectores imaginarios: mi amiga tenía un novio.
Empezó a andar con él cuando ella tenía como 14 años. Llevaban como 8 años andando, y tenían una de las relaciones más enfermizas que he visto en mi vida.
Celos, pleitos, gritos, insultos, etcétera etcétera.
Cortaron.
Yo tuve que soportar toooooodas las pláticas de niña dolida, porque por alguna razón, mi amiga decidió llorar en mi hombro.
Afortunadamente, mi amiga estaba convencida de que era lo mejor, y de que jamás iba a regresar con él.
Dos semanas después, regresaron.
Todo fue fantástico, porque mi amiga se dedicaba a hacernos saber a todos que estaba "enamoradísima" y que las cosas nunca habían estado mejor.
Resulta que necesitaron cortar para darse cuenta de lo mucho que se querían. Habían sido dos semanas dificilísimas, pero ahora todo en la vida era magnífico; todo tenía sentido y nunca jamás había amado tanto a alguien.
Duraron como 2 ó 3 meses, y después volvieron a cortar.
¿Saben quién tuvo que servir de hombro para llorar?
That's right: sexy old me.
Otras 2 semanas de tener que aguantar todas sus quejas, y de cómo no entendía por qué habían regresado si realmente no lo amaba y todo estaba mal.
Lo bueno es que ahora sí se había dado cuenta de las cosas. De hecho, nunca en su vida había estado mejor, porque había entendido que lo que necesitaba era estar sola, y pensaba disfrutar mucho su soledad.
Eran los mejores días de su vida.
Cuando terminaron esas dos semanas, ya había empezado a andar con alguien más: el veterinario de su perro. No shit.
A menos de una semana de empezar a andar con su veterinario (quien por cierto era mucho mayor, mucho muy pinche feo, y tenía un tatuaje ñerísimo de una lagartija en todo el pecho), mi amiga decidió que ya lo amaba locamente.
Se dedicaba a hacernos saber a todos que estaba enamoradísima de nuevo, que era la mejor época de su vida, que nunca había sentido tanta felicidad, y que ahora sí, todo era perfecto.
Menos de tres meses después, cortó con el veterinario, gracias a Dios.
Y de repente, yo me convertí en el hombro para llorar. De nuevo.
Pero no importaba, porque ahora sí, había entendido que lo que necesitaba era estar sola y tenía que disfrutar la soledad. Estaba completamente feliz y eran los mejores días de su vida.
Yo sé, parece que hice copy paste de un párrafo anterior, pero no lo hice.
Esto pasó hace como una semana.
Hace como una semana, mi amiga juraba que lo mejor que le había pasado en el mundo era ser soltera de nuevo y no quería que eso cambiara.
Y hoy, me entero que acaba de regresar con su novio, el primero que describí en toda esta historia del espiral de pendejez.
Pero hey, la tercera es la vencida, y ahora sí está enamoradísima.
Pendeja.
Juro por Alláh que nunca voy a entender a las mujeres.