¿Estabas ahí?
Claro que lo estabas... no sé ni por qué pregunto.
Es increíble cómo después de tanto tiempo, te sigues acordando de los detalles tontos y ridículos.
Tontos y ridículos, como tú y yo...
Yo también los recuerdo; aunque las lunas sigan pasando, y las nubes sigan escapando de entre nuestras manos.
Siempre me voy a acordar.
Hoy desperté con el olor de la mezcla de la casa, haciéndome cosquillas en la nariz.
Por un momento pensé que si estiraba la mano, podría sentir tu cabello.
Tú sonreirías mientras abrías tus ojos verdes, y me mirarías en silencio, antes de darme un beso en la frente.
Jamás olvidaré esos ojos verdes, tan grandes y tan felices; ansiosos de abrirse y de mirar todas las cosas que el mundo tenía para ofrecer.
Pasaron unos cuantos segundos antes de que me diera cuenta de que tú no estabas ahí, junto a mí.
Con una lágrima resbalándome por la cara, recité tu frase favorita. Esa frase que te escucharía decir miles de veces, y que te encantaba decir en voz alta cada vez que te abrazaba, debajo de ese techo marrón que cobijaría nuestros sueños de verano.
Me levanté de mi cama, y traté de seguir con mi rutina cotidiana; la que tuve que adoptar desde el día en que te fuiste de mi vida.
Me vi en el espejo, y me di cuenta de que mi cabello estaba más despeinado que de costumbre.
Justo cuando tomé mi cepillo, escuché tu voz, tan clara como en el día en que me lo dijiste por primera vez: "No, no te hagas nada. Me encantas cuando estás despeinado. Eres lindo, ¿sabes?"
Sonreí, mientras me pasaba la mano por el cabello; tratando de quitármelo de encima de los ojos.
Bajé a la cocina, donde mi familia ya estaba comiendo.
"Los quiero mucho...", les dije, antes de sentarme en mi lugar.
Feliz, aunque un poco confundida; mi mamá me sirvió un plato de minestrone. Tu favorito.
El aroma me llegó a la nariz, y yo reconocí tu perfume por unos segundos.
Con una sonrisa ridícula en la boca, recordé el día en que tú y yo lo cocinamos juntos.
Tú picabas las verduras, mientras cantabas una vieja canción de cuna. Las lágrimas resbalaban por tus mejillas.
Yo te preguntaría si todo estaba bien, y tú sólo sonreirías, enseñándome tus dientes ligeramente grandes, pero totalmente perfectos.
Me aventarías un pedazo de zanahoria, y me dirías que jamás en la vida habías sido tan feliz.
Terminé de comer.
"Los quiero mucho...", le repetí a mi familia, y después salí de la cocina.
Sin saber qué hacer, subí a mi cuarto, y me tiré en mi cama.
Pasé mis manos por mi cara, y suspiré.
Sentí el metal de tu anillo rozando mi rostro, y recordé lo mucho que significaba para ti.
Volví a recitar tu frase favorita, mientras me quitaba tu anillo.
Noté que la silueta del objeto que llevaba tantos años conmigo, era claramente visible en mi mano.
"Mira lo que me estás haciendo, torpe...", te dije, mientras volvía a poner tu tesoro en mi dedo.
Me pregunto si algún día podré regresártelo. Estoy seguro de que lo extrañas.
Tratando de alejar mi mente de ti, salí de mi casa.
Las calles fluían dulcemente, pero las luces no se veían tan vivas como siempre...
"Deseo...", dije, a nadie en particular, mientras caminaba bajo la luz de la luna llena.
Mis amigos me vieron raro, pero no dijeron nada; probablemente acostumbrados a que las cosas que digo suelen no tener mucho sentido.
Había olvidado mi chamarra. Tenía frío.
"¿Estás bien?", me dijo una amiga, cuando me vio temblar.
"No... mi gente no está hecha para estar tan lejos del Sol", le contestaría, sonriéndole; a pesar de saber que ella no entendería a lo que me refería.
Tenía que robarte una de tus frases... perdóname.
La luna me acompañaría durante el resto de la noche, y yo tendría que quitarme el pelo de la cara cada vez que volteara hacia arriba para verla.
Sonreiría cada vez que lo hiciera.
Por fin llegué a mi casa.
En la puerta, encontraría una pluma blanca, demasiado perfecta para ser de pájaro.
Otra lágrima resbalaría por mi cara, mientras una sonrisa triste aparecía en mi rostro.
Mire mi reloj: las doce en punto.
El día había terminado.
Y ahora, aquí estoy, escribiéndote como si en verdad pudieras leerme.
Te extraño, ¿sabes?
Ayer, hace 7 años, tú y yo nos conocimos.
Sabía que no lo olvidarías.
Al menos, yo jamás lo haré.
Buenas noches, Cristina.
Yo sé que en algún lugar, debes de estar dormida, soñando con los mortales; mientras el ruido de las olas cobija tu sueño.
Algún día te voy a alcanzar.
Je t'aime.
Pour toujours.
sábado, 30 de enero de 2010
jueves, 28 de enero de 2010
De países piteros y gente pendeja
So, ahora resulta que alguien le dispara a alguien más en un antro, y todo el mundo se indigna.
Well fuck me in the ass and call me Salvador Cabañas; I smell hypocrisy in the air.
Sí, está de la chingada que vivamos en un país donde hay gente tan prepotente que le dispare a los demás por pleitos tontos de discoteca.
Sí, está de la chingada que el pobre tipo se esté muriendo.
Sí, está de la chingada que nuestras autoridades sean tan corruptas que dejen ir al tirador, sólo porque tiene dinero.
¿Pero saben qué está más de la chingada?
Que todos se indignen, sólo porque el salvadoreño, o peruano, o guatemalteco, o loqueseaquefuere; sea una persona famosa.
Les apuesto 5 varos a que si el tipo no hubiera sido un futbolista; a nadie le habría interesado.
"Sujeto no identificado aparece muerto en el piso del baño de un antro, con una bala en su desconocida cabeza"
"Meh... uno menos en el mundo", diría la mayoría de la gente.
Nadie se hubiera sorprendido, nadie se hubiera indignado, y a nadie le habría interesado.
Nadie habría tratado de apresar al que le disparó, tampoco.
Pero, ¡hey, qué diablos!, resulta que la víctima es un venezolano que patea un balón, entreteniendo a millones de tarados, ¡exigimos justicia!
Y ahora, hasta el presidente mete las manos, para asegurarse de que los culpables paguen por la barbaridad que hicieron.
Asshole.
Miles de personas se reúnen en el estadio Azteca para rezar, y para llorar por el pobrecito panameño herido.
El pobrecito panameño herido que nunca conocieron en persona, y el que les aseguro, no rezaría si algo les pasara a ustedes.
Ah, pero ahí estamos todos, llorando por él.
Pathetic.
¿Saben qué sería mejor idea que juntarnos a rezar por ese tipo?
Cualquier otra cosa.
Les aseguro que hay millones de formas más útiles de usar su tiempo.
Pfft... cómo odio a la gente.
En fin.
Si alguna vez me pasa algo, digan que soy futbolista. ¡Eso les enseñará a esos criminales!
Well fuck me in the ass and call me Salvador Cabañas; I smell hypocrisy in the air.
Sí, está de la chingada que vivamos en un país donde hay gente tan prepotente que le dispare a los demás por pleitos tontos de discoteca.
Sí, está de la chingada que el pobre tipo se esté muriendo.
Sí, está de la chingada que nuestras autoridades sean tan corruptas que dejen ir al tirador, sólo porque tiene dinero.
¿Pero saben qué está más de la chingada?
Que todos se indignen, sólo porque el salvadoreño, o peruano, o guatemalteco, o loqueseaquefuere; sea una persona famosa.
Les apuesto 5 varos a que si el tipo no hubiera sido un futbolista; a nadie le habría interesado.
"Sujeto no identificado aparece muerto en el piso del baño de un antro, con una bala en su desconocida cabeza"
"Meh... uno menos en el mundo", diría la mayoría de la gente.
Nadie se hubiera sorprendido, nadie se hubiera indignado, y a nadie le habría interesado.
Nadie habría tratado de apresar al que le disparó, tampoco.
Pero, ¡hey, qué diablos!, resulta que la víctima es un venezolano que patea un balón, entreteniendo a millones de tarados, ¡exigimos justicia!
Y ahora, hasta el presidente mete las manos, para asegurarse de que los culpables paguen por la barbaridad que hicieron.
Asshole.
Miles de personas se reúnen en el estadio Azteca para rezar, y para llorar por el pobrecito panameño herido.
El pobrecito panameño herido que nunca conocieron en persona, y el que les aseguro, no rezaría si algo les pasara a ustedes.
Ah, pero ahí estamos todos, llorando por él.
Pathetic.
¿Saben qué sería mejor idea que juntarnos a rezar por ese tipo?
Cualquier otra cosa.
Les aseguro que hay millones de formas más útiles de usar su tiempo.
Pfft... cómo odio a la gente.
En fin.
Si alguna vez me pasa algo, digan que soy futbolista. ¡Eso les enseñará a esos criminales!
domingo, 24 de enero de 2010
De pseudo desconocidos
El día de ayer, me pasó algo que seguramente todos ustedes han experimentado.
Estaba yo en una fiesta, en casa de una desconocida.
Fue de esas veces que alguien invita a la novia del primo del amigo, y de alguna forma, ustedes acaban ahí, de colados, sin saber ni de quién es la fiesta.
No es como si les importara mucho, de todos modos.
En fin, el caso es que de alguna forma, acaban en una fiesta.
Ahora dejaré de hablar de ustedes, y empezaré a hablar de mí, porque en realidad no tengo ni idea de lo que han o no han vivido.
Yo acabé en una fiesta de desconocidos.
Después de los obligatorios 2 minutos de sentirme incómodo; proseguí al siguiente paso: buscar chupe.
Alguien me dijo que en la mesa de hasta el fondo, había alcohol comunal, y que podía tomar de ahí, antes de que se acabara.
Sin estar seguro de cuál era la mesa de hasta el fondo, fui a servirme algo en unos vasos improvisados que conseguí.
"¡Hey, Vodka fino!, ¡Sweet!", pensé, cuando llegué al chupe comunal.
Mientras me servía el primer vaso, alguien me dijo algo.
Voltée y vi que era un tipo fresa común y corriente; exactamente igual a TODOS los tipos fresa del universo.
Sin interesarme en lo que me tenía que decir, lo ignoré, y continué sirviéndome vodka caro.
Una vez que acabé de servirme el cuarto vaso (porque estaba sirviendo para cuatro personas), una chica se me acercó.
Era igual de fresa y de ridícula que las demas chicas de ahí; pero tenía dos cromosomas X, así que al menos escuché lo que tenía que decirme.
Resulta que esa no era la mesa comunal, sino que acababa de robarle el chupe a un grupito de fresas ridículos.
Voltée a ver a mi primo, que iba conmigo, y noté que él, al igual que yo, estaba a punto de reirse de nuestra estupidez.
Al final, los fresas nos dejaron quedarnos con lo que ya habíamos servido, con tal de que no volviéramos a servirnos de su botella de Vodka estúpidamente caro.
Regresamos a donde estaban los demás, y empezamos a beber y convivir.
En una de esas, yo voltée a ver mis alrededores.
Mientras pasaba mi mirada por el lugar, me fijé en un tipo que estaba como a dos metros de mí.
Lo conocía.
El problema es que no sabía de dónde.
Lo miré un par de segundos, tratando de ubicarlo en un contexto; cuando en eso, el tipo volteó y me vió a mí.
Habíamos hecho contacto visual. Todo había valido madres.
Levanté mi cabeza, en forma de saludo; y el tipo alzó su mano. Antes de darme cuenta, el tipo empezó a caminar hacia donde estaba yo.
Resignado y confundido, me alejé de mis amigos, y fui a platicar con el tipo.
"¡Dexter, amigo!" dijo el sujeto, y me abrazó.
Fuck, sabía mi nombre. Eso significaba que yo debería de saber el suyo.
"¿Qué tranza carnal?", le contesté.
Lo que tenía que hacer, era evitar ponerme en una situación donde tuviera que decir su nombre.
El tipo empezó a platicar conmigo, y me preguntó por mi vida.
Yo contestaba en forma vaga, mientras trataba por todos los medios posibles de recordar quién era.
Después de ponerlo al corriente acerca de mi interesante y guapísima persona, le pregunté que qué había hecho desde la última vez que nos habíamos visto.
Esperaba que si me decía, yo iba a poder averigüar con quién carajo estaba hablando.
Me empezó a contar; pero yo simplemente no tenía ni la menor idea de quién era él.
Simplemente asentía y sonreía, tratando de aparentar que yo NO era un imbécil que olvidaba los nombres y contextos de las personas.
En una de esas, el tipo me dijo que había empezado a trabajar; y me ofreció una tarjeta de presentación.
"¡A huevo!", pensé, "en la tarjeta tiene que venir su nombre. Tal vez si lo veo, recuerde quién carajos es este imbécil"
"Mira, ahí viene mi teléfono, y el de mi socio también"; me dijo el tipo cuyo nombre no recordaba, al momento de darme su tarjeta.
Fuck.
En efecto, la tarjeta traía dos nombres.
Leí los dos, tratando desesperadamente de descifrar con quién estaba hablando; pero ninguno de los nombres me pareció familiar. Guardé la tarjeta en mi cartera, pretendiendo que me importaba.
Poco después, usaría la tarjeta para apuntar el teléfono de alguien relevante.
Seguí hablando con este tipo durante un rato más; y me pidió mi teléfono.
Se lo dí; no sé por qué.
"¿Te guardo como Dexter, o como Nombrereal?", me dijo.
¡Carajo! El sujeto sabía mi nombre real. Eso significaba que realmente me conocía.
Yo seguía sin tener idea de quién diablos era él.
"Ehh... Dexter está chido, carnal", le contesté.
"¿Y qué onda, sigues tocando batería?", me preguntó.
Putísima madre... ese cabrón sabía más de mí de lo que yo mismo pensaba.
Le contesté; cada vez más confundido.
De repente, vi que uno de mis amigos se estaba sirviendo un trago en la mesa de junto a mí.
Aprovechando la oportunidad de escaparme de la conversación lo antes posible, le dije al desconocido "pero bueno carnal, ya me voy, porque mi amigo se va a acabar el chupe..."
Quedamos en que hablaríamos al rato.
Típicas promesas de borrachos.
Fui con mi amigo, y me dijo "tenías cara de que querías salir de ahí..."
"Sí... fue freaky", le contesté.
"¿Quién era ese douchebag?", me preguntó mi amigo.
"No tengo ni la menor idea, cabrón", le dije.
Mi amigo se me quedó viendo extrañado, y me dijo "¿entonces estuviste hablando 20 minutos con un tipo que no sabes quién es?"
"¿Qué puedo decir? Me gusta estar en contacto con mis admiradores."
Mi amigo guardó silencio, mirándome en forma confundida.
"Fuck, tú sabes lo malo que soy recordando los nombres de gente irrelevante... deberías de estar feliz de que recuerde como te llamas", le dije.
La fiesta continuó.
Hasta el día de hoy, sigo sin saber quién era ese tipo.
Odio cuando eso pasa.
Me siento como en anuncio de Nescafé.
Estaba yo en una fiesta, en casa de una desconocida.
Fue de esas veces que alguien invita a la novia del primo del amigo, y de alguna forma, ustedes acaban ahí, de colados, sin saber ni de quién es la fiesta.
No es como si les importara mucho, de todos modos.
En fin, el caso es que de alguna forma, acaban en una fiesta.
Ahora dejaré de hablar de ustedes, y empezaré a hablar de mí, porque en realidad no tengo ni idea de lo que han o no han vivido.
Yo acabé en una fiesta de desconocidos.
Después de los obligatorios 2 minutos de sentirme incómodo; proseguí al siguiente paso: buscar chupe.
Alguien me dijo que en la mesa de hasta el fondo, había alcohol comunal, y que podía tomar de ahí, antes de que se acabara.
Sin estar seguro de cuál era la mesa de hasta el fondo, fui a servirme algo en unos vasos improvisados que conseguí.
"¡Hey, Vodka fino!, ¡Sweet!", pensé, cuando llegué al chupe comunal.
Mientras me servía el primer vaso, alguien me dijo algo.
Voltée y vi que era un tipo fresa común y corriente; exactamente igual a TODOS los tipos fresa del universo.
Sin interesarme en lo que me tenía que decir, lo ignoré, y continué sirviéndome vodka caro.
Una vez que acabé de servirme el cuarto vaso (porque estaba sirviendo para cuatro personas), una chica se me acercó.
Era igual de fresa y de ridícula que las demas chicas de ahí; pero tenía dos cromosomas X, así que al menos escuché lo que tenía que decirme.
Resulta que esa no era la mesa comunal, sino que acababa de robarle el chupe a un grupito de fresas ridículos.
Voltée a ver a mi primo, que iba conmigo, y noté que él, al igual que yo, estaba a punto de reirse de nuestra estupidez.
Al final, los fresas nos dejaron quedarnos con lo que ya habíamos servido, con tal de que no volviéramos a servirnos de su botella de Vodka estúpidamente caro.
Regresamos a donde estaban los demás, y empezamos a beber y convivir.
En una de esas, yo voltée a ver mis alrededores.
Mientras pasaba mi mirada por el lugar, me fijé en un tipo que estaba como a dos metros de mí.
Lo conocía.
El problema es que no sabía de dónde.
Lo miré un par de segundos, tratando de ubicarlo en un contexto; cuando en eso, el tipo volteó y me vió a mí.
Habíamos hecho contacto visual. Todo había valido madres.
Levanté mi cabeza, en forma de saludo; y el tipo alzó su mano. Antes de darme cuenta, el tipo empezó a caminar hacia donde estaba yo.
Resignado y confundido, me alejé de mis amigos, y fui a platicar con el tipo.
"¡Dexter, amigo!" dijo el sujeto, y me abrazó.
Fuck, sabía mi nombre. Eso significaba que yo debería de saber el suyo.
"¿Qué tranza carnal?", le contesté.
Lo que tenía que hacer, era evitar ponerme en una situación donde tuviera que decir su nombre.
El tipo empezó a platicar conmigo, y me preguntó por mi vida.
Yo contestaba en forma vaga, mientras trataba por todos los medios posibles de recordar quién era.
Después de ponerlo al corriente acerca de mi interesante y guapísima persona, le pregunté que qué había hecho desde la última vez que nos habíamos visto.
Esperaba que si me decía, yo iba a poder averigüar con quién carajo estaba hablando.
Me empezó a contar; pero yo simplemente no tenía ni la menor idea de quién era él.
Simplemente asentía y sonreía, tratando de aparentar que yo NO era un imbécil que olvidaba los nombres y contextos de las personas.
En una de esas, el tipo me dijo que había empezado a trabajar; y me ofreció una tarjeta de presentación.
"¡A huevo!", pensé, "en la tarjeta tiene que venir su nombre. Tal vez si lo veo, recuerde quién carajos es este imbécil"
"Mira, ahí viene mi teléfono, y el de mi socio también"; me dijo el tipo cuyo nombre no recordaba, al momento de darme su tarjeta.
Fuck.
En efecto, la tarjeta traía dos nombres.
Leí los dos, tratando desesperadamente de descifrar con quién estaba hablando; pero ninguno de los nombres me pareció familiar. Guardé la tarjeta en mi cartera, pretendiendo que me importaba.
Poco después, usaría la tarjeta para apuntar el teléfono de alguien relevante.
Seguí hablando con este tipo durante un rato más; y me pidió mi teléfono.
Se lo dí; no sé por qué.
"¿Te guardo como Dexter, o como Nombrereal?", me dijo.
¡Carajo! El sujeto sabía mi nombre real. Eso significaba que realmente me conocía.
Yo seguía sin tener idea de quién diablos era él.
"Ehh... Dexter está chido, carnal", le contesté.
"¿Y qué onda, sigues tocando batería?", me preguntó.
Putísima madre... ese cabrón sabía más de mí de lo que yo mismo pensaba.
Le contesté; cada vez más confundido.
De repente, vi que uno de mis amigos se estaba sirviendo un trago en la mesa de junto a mí.
Aprovechando la oportunidad de escaparme de la conversación lo antes posible, le dije al desconocido "pero bueno carnal, ya me voy, porque mi amigo se va a acabar el chupe..."
Quedamos en que hablaríamos al rato.
Típicas promesas de borrachos.
Fui con mi amigo, y me dijo "tenías cara de que querías salir de ahí..."
"Sí... fue freaky", le contesté.
"¿Quién era ese douchebag?", me preguntó mi amigo.
"No tengo ni la menor idea, cabrón", le dije.
Mi amigo se me quedó viendo extrañado, y me dijo "¿entonces estuviste hablando 20 minutos con un tipo que no sabes quién es?"
"¿Qué puedo decir? Me gusta estar en contacto con mis admiradores."
Mi amigo guardó silencio, mirándome en forma confundida.
"Fuck, tú sabes lo malo que soy recordando los nombres de gente irrelevante... deberías de estar feliz de que recuerde como te llamas", le dije.
La fiesta continuó.
Hasta el día de hoy, sigo sin saber quién era ese tipo.
Odio cuando eso pasa.
Me siento como en anuncio de Nescafé.
Etiquetas:
crónicas,
pendejadas
viernes, 22 de enero de 2010
De apuestas doble secretas castor solemnes
Hace una semana, Mo y yo hicimos una apuesta en el partido Santos - Cardenales.
Si los Cardenales ganaban, yo tendría que escribir un post diciendo lo que haría si amaneciera en el cuerpo de Mo y tuviera que vivir su vida por un día entero.
Si los Santos ganaban, ella tendría que escribir un post, diciendo lo afortunada que sería de vivir en mi estúpidamente guapo cuerpo durante todo un día.
Evidentemente, los Santos ganaron.
Marcador final: Pitiza - 14
Jamás pensé que Mo fuera tan tonta para apostar en contra del maravilloso Drew Brees, pero supongo que su amor por los ancianos la obligó a apoyar al otro equipo.
Y el día de hoy, queridos lectores imaginarios; ella pagó su apuesta.
Good girl.
El post está aquí.
Si tienen tiempo, les recomiendo que pasen a leerlo, porque ella escribe mucho, mucho mejor que yo.
Aunque no sepa un carajo de la NFL, esa mujer es la onda.
Si los Cardenales ganaban, yo tendría que escribir un post diciendo lo que haría si amaneciera en el cuerpo de Mo y tuviera que vivir su vida por un día entero.
Si los Santos ganaban, ella tendría que escribir un post, diciendo lo afortunada que sería de vivir en mi estúpidamente guapo cuerpo durante todo un día.
Evidentemente, los Santos ganaron.
Marcador final: Pitiza - 14
Jamás pensé que Mo fuera tan tonta para apostar en contra del maravilloso Drew Brees, pero supongo que su amor por los ancianos la obligó a apoyar al otro equipo.
Y el día de hoy, queridos lectores imaginarios; ella pagó su apuesta.
Good girl.
El post está aquí.
Si tienen tiempo, les recomiendo que pasen a leerlo, porque ella escribe mucho, mucho mejor que yo.
Aunque no sepa un carajo de la NFL, esa mujer es la onda.
jueves, 21 de enero de 2010
De realidades oníricas
¿Acaso no todos hemos soñado despiertos?
Esos escapes a la rutina cotidiana, que nos invaden en días cualquiera, mientras el viento sopla en nuestra cara.
¿Acaso no todos hemos caminando por nuestra vida diaria, imaginando realidades alternas pero pausibles?
¿Qué pasaría si esa persona hiciera tal cosa?, o si esa señora empezara a hablar con aquél tipo.
¿Acaso no todos nos hemos perdido en el "podría ser"?
Divagar en las cosas que pasarían si las circunstancias fueran idóneas siempre ha sido un pasatiempo del ser humano, desde que la imaginación se inventó, allá por los sesentas.
Todos hemos caminado por la vida, viendo a otras personas mirar hacia el infinito con ojos perdidos; seguramente inmersos en pensamientos que nadie más que ellos conocerá nunca.
Como muertos vivientes, funcionando en piloto automático, cumpliendo con sus deberes y obligaciones; pero viviendo su vida en un plano diferente, donde todo es mejor y más real que en la propia realidad.
Muchas veces los he visto, tratando de descifrar dónde se encuentran; de encontrar un patrón que me permita entenderlos.
Muchas veces he fracasado, y dejé de intentarlo.
Contento con comprender que cada quien tiene un mundo feliz dentro de sí; dejé de darle importancia al tema.
Pero estos últimos días, me he encontrado a mí mismo silbando por las calles, mientras mi mirada se pierde en el infinito.
Veo a la demás gente, preguntándome si podrán saber lo que pienso si me ven a los ojos; y trato de ocultar mi mirada.
Mi lugar feliz es sólo mío.
Llevo días sintiendo como si mi cabeza estuviera en otro lado.
Pero es un lado mejor y más real que la propia realidad.
Ahora, si tan sólo todo pudiera ser así, everlong...
Esos escapes a la rutina cotidiana, que nos invaden en días cualquiera, mientras el viento sopla en nuestra cara.
¿Acaso no todos hemos caminando por nuestra vida diaria, imaginando realidades alternas pero pausibles?
¿Qué pasaría si esa persona hiciera tal cosa?, o si esa señora empezara a hablar con aquél tipo.
¿Acaso no todos nos hemos perdido en el "podría ser"?
Divagar en las cosas que pasarían si las circunstancias fueran idóneas siempre ha sido un pasatiempo del ser humano, desde que la imaginación se inventó, allá por los sesentas.
Todos hemos caminado por la vida, viendo a otras personas mirar hacia el infinito con ojos perdidos; seguramente inmersos en pensamientos que nadie más que ellos conocerá nunca.
Como muertos vivientes, funcionando en piloto automático, cumpliendo con sus deberes y obligaciones; pero viviendo su vida en un plano diferente, donde todo es mejor y más real que en la propia realidad.
Muchas veces los he visto, tratando de descifrar dónde se encuentran; de encontrar un patrón que me permita entenderlos.
Muchas veces he fracasado, y dejé de intentarlo.
Contento con comprender que cada quien tiene un mundo feliz dentro de sí; dejé de darle importancia al tema.
Pero estos últimos días, me he encontrado a mí mismo silbando por las calles, mientras mi mirada se pierde en el infinito.
Veo a la demás gente, preguntándome si podrán saber lo que pienso si me ven a los ojos; y trato de ocultar mi mirada.
Mi lugar feliz es sólo mío.
Llevo días sintiendo como si mi cabeza estuviera en otro lado.
Pero es un lado mejor y más real que la propia realidad.
Ahora, si tan sólo todo pudiera ser así, everlong...
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pendejadas,
profundo
miércoles, 20 de enero de 2010
De predicciones futbolísticas
Lo dije desde la semana 2, y lo he repetido desde entonces:
Los Santos van a ganar el Super Bowl.
¿Por qué lo pongo aquí y no en mi estúpido e inútil twitter?
Porque puedo. Puedo y debo.
Además, estaba escribiendo un post más largo, pero no me gustó, así que lo borré.
Ésta es mi forma de comprar tiempo en lo que las musas dejan de pasar de mí, y regresan para darme un poco de inspiración.
Supongo que es difícil concentrarme cuando mi cabeza está tan ocupada últimamente.
Insertar emoticon feliz aquí.
Los Santos van a ganar el Super Bowl.
¿Por qué lo pongo aquí y no en mi estúpido e inútil twitter?
Porque puedo. Puedo y debo.
Además, estaba escribiendo un post más largo, pero no me gustó, así que lo borré.
Ésta es mi forma de comprar tiempo en lo que las musas dejan de pasar de mí, y regresan para darme un poco de inspiración.
Supongo que es difícil concentrarme cuando mi cabeza está tan ocupada últimamente.
Insertar emoticon feliz aquí.
viernes, 15 de enero de 2010
De grupos contra las adicciones
El otro día, me encontraba yo platicando con Momo, como solemos hacer de repente.
Lo bonito de platicar con ella, es que siento que hay como una dinámica de "a ver quién puede hacer más referencias oscuras a cultura pop", y entonces mi parte competitiva se enciende, y acabo teniendo que pensar antes de hablar; lo cual no me pasa muy seguido, en un mundo donde el 98% de la gente es idiota.
En fin.
Lo que empezó como una conversación relativamente seria, para tratar ciertos temas que debían ser tocados; pronto degeneró en una plática llena de chistes de eutanasia, burlas a la religión, humor negro, y mockery hacia el aborto.
En una de esas, hice un comentario sumamente vulgar, y Mo me lo contestó con un "vaya, parece como si estuvieras leyendo mi diario".
A partir de ese punto, la conversación mutó a una serie de referencias a stalkers/psicópatas/acosadores sexuales/chistes de mal gusto/Abo.
Para ilustrar uno de mis puntos, le describí un video porno que había visto en mi clase de facebook, un día que no tenía nada que hacer.
El video era de una posición del Kamasutra llamada "el helicóptero", y en él, podíamos ver a un japonés dar vueltas por encima de una pobre tipa.
Mientras el japonés rotaba, iba haciendo lagartijas, y aplaudiendo cada vez que se elevaba.
Sinceramente, el tipo se veía muy divertido.
Después de reirme como 20 segundos, recordando la cara del japo, olvidé lo que le estaba diciendo a Mo, pero el caso es que ella TENÍA que ver ese video.
Lamentablemente, siendo la puritana amante de Dan Brown que es; no quiso, argumentando que el porno le daba repele.
En fin; de vuelta a la realidad, seguimos conversando normalmente (tan normalmente como podemos platicar nosotros dos, al menos):
Dexter:
En fin, tu diario ya me aburrió. Cuando te descuides, lo volveré a poner en su lugar sin que te des cuenta, y así jamás sabrás que soy tu stalker.
Momo:
Tal vez quieras clavarle un colmillo de basilisco, por si acaso.
Dexter:
No creo que sea peligroso, porque no está tratando de ser mi amigo; de hecho, cada vez que escribo algo, me responde con insultos.
Momo:
¡Entonces no robaste mi diario, robaste mi mapa del merodeador!
Dexter:
Wow, ¿entonces pones dibujos sexualmente explícitos en tu mapa? Eres una chica muy perturbada...
Momo:
Mi magia es muy avanzada... si sabes a lo que me refiero...
Dexter:
... ok, ¿dónde tienes tu varita?
Momo:
En el bolsillo de mi túnica. No me alburées, Severus.
Dexter:
¿Crees que existan parodias porno de Harry Potter? Deben de existir, ¿no?
Momo:
Pues no lo sé... digo, tú eres el experto...
Sintiéndome ligeramente ofendido por el comentario, traté de defender mi dignidad.
Dexter:
¡Hey! Yo no veo tanta porno. No más que cualquier hombre, al menos.
Momo:
Y esto lo sabes porque:
A) Le preguntas a los hombres en la calle "¿qué tanto porno acostumbra ver, señor?"
B) Perteneces al club privado de "Miradores de porno anónimos", o
C) "Lo leíste en alguna revista"
Dexter:
Ja, opción B. Definitivamente opción B. Soy miembro Pornólicos Anónimos.
Momo:
¿Y cómo funciona eso?
Dexter:
Ya sabes, lo normal. "Hola, me llamo Dexter, y me gusta tocarme mientras veo videos de desconocidas"
Momo:
"Iugh, Dexter... digo... ¡Hola, Dexter!
Dexter:
Y entonces el jefe de la reunión nos dice: "¡Bueno hermanos, démonos la paz!"
Momo:
...
Dexter:
Sí, ese es un error que sólo cometes una vez en la vida.
Momo:
Ja, qué desagradable.
Dexter:
Yo sé. Por eso deje de ir a las reuniones...
Y por eso, lectores iamginarios, es que yo sigo siendo adicto.
No pude completar mis 12 pasos.
Tal vez sea porque nunca pude levantarme de mi silla sin hacer el ridículo y tener que caminar ligeramente encorvado.
Ese calorcito...
Lo bonito de platicar con ella, es que siento que hay como una dinámica de "a ver quién puede hacer más referencias oscuras a cultura pop", y entonces mi parte competitiva se enciende, y acabo teniendo que pensar antes de hablar; lo cual no me pasa muy seguido, en un mundo donde el 98% de la gente es idiota.
En fin.
Lo que empezó como una conversación relativamente seria, para tratar ciertos temas que debían ser tocados; pronto degeneró en una plática llena de chistes de eutanasia, burlas a la religión, humor negro, y mockery hacia el aborto.
En una de esas, hice un comentario sumamente vulgar, y Mo me lo contestó con un "vaya, parece como si estuvieras leyendo mi diario".
A partir de ese punto, la conversación mutó a una serie de referencias a stalkers/psicópatas/acosadores sexuales/chistes de mal gusto/Abo.
Para ilustrar uno de mis puntos, le describí un video porno que había visto en mi clase de facebook, un día que no tenía nada que hacer.
El video era de una posición del Kamasutra llamada "el helicóptero", y en él, podíamos ver a un japonés dar vueltas por encima de una pobre tipa.
Mientras el japonés rotaba, iba haciendo lagartijas, y aplaudiendo cada vez que se elevaba.
Sinceramente, el tipo se veía muy divertido.
Después de reirme como 20 segundos, recordando la cara del japo, olvidé lo que le estaba diciendo a Mo, pero el caso es que ella TENÍA que ver ese video.
Lamentablemente, siendo la puritana amante de Dan Brown que es; no quiso, argumentando que el porno le daba repele.
En fin; de vuelta a la realidad, seguimos conversando normalmente (tan normalmente como podemos platicar nosotros dos, al menos):
Dexter:
En fin, tu diario ya me aburrió. Cuando te descuides, lo volveré a poner en su lugar sin que te des cuenta, y así jamás sabrás que soy tu stalker.
Momo:
Tal vez quieras clavarle un colmillo de basilisco, por si acaso.
Dexter:
No creo que sea peligroso, porque no está tratando de ser mi amigo; de hecho, cada vez que escribo algo, me responde con insultos.
Momo:
¡Entonces no robaste mi diario, robaste mi mapa del merodeador!
Dexter:
Wow, ¿entonces pones dibujos sexualmente explícitos en tu mapa? Eres una chica muy perturbada...
Momo:
Mi magia es muy avanzada... si sabes a lo que me refiero...
Dexter:
... ok, ¿dónde tienes tu varita?
Momo:
En el bolsillo de mi túnica. No me alburées, Severus.
Dexter:
¿Crees que existan parodias porno de Harry Potter? Deben de existir, ¿no?
Momo:
Pues no lo sé... digo, tú eres el experto...
Sintiéndome ligeramente ofendido por el comentario, traté de defender mi dignidad.
Dexter:
¡Hey! Yo no veo tanta porno. No más que cualquier hombre, al menos.
Momo:
Y esto lo sabes porque:
A) Le preguntas a los hombres en la calle "¿qué tanto porno acostumbra ver, señor?"
B) Perteneces al club privado de "Miradores de porno anónimos", o
C) "Lo leíste en alguna revista"
Dexter:
Ja, opción B. Definitivamente opción B. Soy miembro Pornólicos Anónimos.
Momo:
¿Y cómo funciona eso?
Dexter:
Ya sabes, lo normal. "Hola, me llamo Dexter, y me gusta tocarme mientras veo videos de desconocidas"
Momo:
"Iugh, Dexter... digo... ¡Hola, Dexter!
Dexter:
Y entonces el jefe de la reunión nos dice: "¡Bueno hermanos, démonos la paz!"
Momo:
...
Dexter:
Sí, ese es un error que sólo cometes una vez en la vida.
Momo:
Ja, qué desagradable.
Dexter:
Yo sé. Por eso deje de ir a las reuniones...
Y por eso, lectores iamginarios, es que yo sigo siendo adicto.
No pude completar mis 12 pasos.
Tal vez sea porque nunca pude levantarme de mi silla sin hacer el ridículo y tener que caminar ligeramente encorvado.
Ese calorcito...
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martes, 12 de enero de 2010
De cómo arruino momentos profundos
Hace unos días, estaba yo con unos amigos, y nos encontrábamos camino a un billar, en el que chelearíamos un rato, mientras platicábamos de cosas sin sentido.
En el trayecto, uno de mis amigos dijo que tenía que pasar al cajero a sacar algo de dinero, porque estaba en ceros.
Como precisamente un cajero automático nos quedaba de camino; no objetamos.
Mientras caminábamos, nos íbamos quejando del frío, y de las estúpidas obras de Marcelo en la ciudad.
Mis amigos se burlaban de mí porque yo estaba impresionado con la forma en la que Ebrard le está dando en la madre a mi querido y apestoso DF.
"Ya deberías de estar acostumbrado", decían.
Unos cuantos minutos de plática pendeja después, por fin llegamos al banco.
Cuando íbamos subiendo la rampita que hay para llegar al cajero, todos nos empezamos a resbalar.
Aparentemente, había cemento fresco en el piso; y como acababa de llover, se había vuelto extremadamente resbaloso.
Maldiciendo a Ebrard de nuevo, subimos la rampa con cuidado.
Justo en eso, un amigo empezó a decirme "¿Sabes Dexter? Creo que extraño la prepa..."
Dándome la espalda, empezó a caminar, envuelto en sus pensamientos.
"Es que... no lo sé, cómo que antes todo era más divertido, ¿no? Todo nos valía madres, y nos sentíamos inmortales. Nada nos preocupaba, y no nos daba miedo la vida..."
Después de una breve pausa, continuó.
"Y ahora, siento como que hemos madurado mucho, ¿no crees?"
En eso, volteó a verme, y me dijo "¿Qué carajo estás haciendo?"
"¿Huh? Perdón, no te puse atención; es que estaba pintando un pene en el cemento fresco...", le contesté.
Si las miradas mataran...
En el trayecto, uno de mis amigos dijo que tenía que pasar al cajero a sacar algo de dinero, porque estaba en ceros.
Como precisamente un cajero automático nos quedaba de camino; no objetamos.
Mientras caminábamos, nos íbamos quejando del frío, y de las estúpidas obras de Marcelo en la ciudad.
Mis amigos se burlaban de mí porque yo estaba impresionado con la forma en la que Ebrard le está dando en la madre a mi querido y apestoso DF.
"Ya deberías de estar acostumbrado", decían.
Unos cuantos minutos de plática pendeja después, por fin llegamos al banco.
Cuando íbamos subiendo la rampita que hay para llegar al cajero, todos nos empezamos a resbalar.
Aparentemente, había cemento fresco en el piso; y como acababa de llover, se había vuelto extremadamente resbaloso.
Maldiciendo a Ebrard de nuevo, subimos la rampa con cuidado.
Justo en eso, un amigo empezó a decirme "¿Sabes Dexter? Creo que extraño la prepa..."
Dándome la espalda, empezó a caminar, envuelto en sus pensamientos.
"Es que... no lo sé, cómo que antes todo era más divertido, ¿no? Todo nos valía madres, y nos sentíamos inmortales. Nada nos preocupaba, y no nos daba miedo la vida..."
Después de una breve pausa, continuó.
"Y ahora, siento como que hemos madurado mucho, ¿no crees?"
En eso, volteó a verme, y me dijo "¿Qué carajo estás haciendo?"
"¿Huh? Perdón, no te puse atención; es que estaba pintando un pene en el cemento fresco...", le contesté.
Si las miradas mataran...
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domingo, 10 de enero de 2010
De 50 primeros lugares
El otro día, estaba platicando con una amiga, a la cual llamaremos Rocketmail, y la cual sabe un CHINGO de música (tal vez por eso me guste tanto hablar con ella); y en una de las tantas pendejadas que dijimos, salió el tema de nuestras canciones favoritas de varios artistas.
Después de pasar un buen rato enlistando canciones, y de hacer comentarios como "¡Uuuuuy, buenííííííísima!", Rocketmail dijo, un poco a mí y un poco al aire: "'¿Te imaginas hacer un top de tus 50 canciones favoritas?"
Por un momento, los dos nos quedamos en silencio; supongo que porque mentalmente estábamos tratando de hacerlo; pero unos segundos después, le dije: "No... es demasiado difícil..."
Estuvimos de acuerdo.
Sin embargo, como acabo de llegar de chelear con unos amigos, y estoy seguro de que las propiedades diuréticas de la cerveza me van a estar haciendo ir al baño constantemente; decidí no dormirme todavía, y en vez de eso, sentarme un rato, y dedicarle un poco de tiempo a pensar en mi top 50.
Y queridos lectores imaginarios, aquí está.
Antes de proseguir, quiero dejar en claro que esta lista está basada únicamente en gustos personales, y yo sé que existen mejores canciones (inclusive de los mismos artistas) pero no me importa; éstas me gustan más.
Mis 50 canciones favoritas.
By: Dexter
Y esa, lectores imaginarios, es la lista.
Mientras la estaba haciendo, me di cuenta de que el orden no es perfecto; pero es que si quisiera que lo fuera, tendría que pasarme al menos un par de horas haciendo varios borradores, y repasando mi lista de iTunes millones de veces.
Lamentablemente, ser tan guapo es un trabajo de tiempo completo, así que la lista definitiva tendrá que esperar; y el número de canciones tendrá que subir a 100 o a 200, porque 50 son simplemente muy pocas.
Life's a bitch.
Después de pasar un buen rato enlistando canciones, y de hacer comentarios como "¡Uuuuuy, buenííííííísima!", Rocketmail dijo, un poco a mí y un poco al aire: "'¿Te imaginas hacer un top de tus 50 canciones favoritas?"
Por un momento, los dos nos quedamos en silencio; supongo que porque mentalmente estábamos tratando de hacerlo; pero unos segundos después, le dije: "No... es demasiado difícil..."
Estuvimos de acuerdo.
Sin embargo, como acabo de llegar de chelear con unos amigos, y estoy seguro de que las propiedades diuréticas de la cerveza me van a estar haciendo ir al baño constantemente; decidí no dormirme todavía, y en vez de eso, sentarme un rato, y dedicarle un poco de tiempo a pensar en mi top 50.
Y queridos lectores imaginarios, aquí está.
Antes de proseguir, quiero dejar en claro que esta lista está basada únicamente en gustos personales, y yo sé que existen mejores canciones (inclusive de los mismos artistas) pero no me importa; éstas me gustan más.
Mis 50 canciones favoritas.
By: Dexter
- Bent - Matchbox Twenty
- Somebody To Love - Queen
- Here, There, And Everywhere - The Beatles
- Some Might Say - Oasis
- Our Velocity - Maxïmo Park
- Space Oddity - David Bowie
- Something - The Beatles
- Bohemian Rhapsody - Queen
- Roxanne - The Police
- Sweet Child O' Mine - Guns N' Roses
- 3 AM - Matchbox Twenty
- Fake Plastic Trees - Radiohead
- Love Me Two Times - The Doors
- Stairway To Heaven - Led Zeppelin
- Don't Stop Me Now - Queen
- Eleanor Rigby - The Beatles
- Enjoy The Silence - Depeche Mode
- One Headlight - The Wallflowers
- Revolution - The Beatles
- Baba O'Riley - The Who
- La Grange - ZZ Top
- Hurricane - Bob Dylan
- The Sounds Of Silence - Simon & Garfunkel
- She's Electric - Oasis
- Dream On - Aerosmith
- Australia - The Shins
- Smoke On The Water - Deep Purple
- Cut Your Hair - Pavement
- Club Foot - Kasabian
- Losing My Religion - R.E.M.
- Whistle For The Choir - The Fratellis
- Under Pressure - David Bowie ft. Freddie Mercury
- Imagine - John Lennon
- Jeremy - Pearl Jam
- Don't Look Back In Anger - Oasis
- Immigrant Song - Led Zeppelin
- Once And Never Again - The Long Blondes
- You Won't Be Mine - Matchbox Twenty
- Camila - Fobia
- Never Let Me Down Again - Depeche Mode
- All You Need Is Love - The Beatles
- My Name Is Jonas - Weezer
- All My Life - Foo Fighters
- Light My Fire - The Doors
- This Lullaby - Queens Of The Stone Age
- The Way We Get By - Spoon
- Waitin' For A Superman - The Flaming Lips
- Sekai Chizu - Tokyo Ska Paradise Orchestra
- Freebird - Lynyrd Skynyrd
- The Way - Fastball
Y esa, lectores imaginarios, es la lista.
Mientras la estaba haciendo, me di cuenta de que el orden no es perfecto; pero es que si quisiera que lo fuera, tendría que pasarme al menos un par de horas haciendo varios borradores, y repasando mi lista de iTunes millones de veces.
Lamentablemente, ser tan guapo es un trabajo de tiempo completo, así que la lista definitiva tendrá que esperar; y el número de canciones tendrá que subir a 100 o a 200, porque 50 son simplemente muy pocas.
Life's a bitch.
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miércoles, 6 de enero de 2010
De caminatas musicales y regateos
Queridos lectores imaginarios:
El día de hoy no pensaba escribir, pero acabo de llegar a mi casa, y tengo las manos estúpidamente frías (a pesar de que traigo guantes puestos); así que pensé que a lo mejor si escribía; la circulación regresaba a mis dedos.
Hasta ahora, ha sido una pésima idea, porque los dígitos fríos sólo hacen que me vuelva más torpe, así que llevo como treinta dedazos en el teclado, lo cual ocasiona que apriete teclas de más, y tenga que corregir. Supongo que me tardaré más que de costumbre. Oh well.
En fin, la historia que les contaré el día de hoy, tuvo lugar hace unas cuantas semanas.
Todo empezó cuando yo estaba saliendo de Lawndale, y en la puerta me encontré a un amigo, que curiosamente también resulta ser mi maestro de batería.
Como no teníamos mucho que hacer, fuimos a la cafetería, donde procedimos a sentarnos en una mesa, y ponernos a hablar de música.
Mientras los minutos pasaban, fueron llegando más amigos, y la plática se puso interesante.
Lamentablemente, por culpa de una acalorada discusión acerca de la relevancia de Stuart Braithwaite en el rock escocés; se me fue la noción del tiempo; y olvidé que yo tenía que ir a una tienda de música que estaba ahí cerca; porque tenía que comprarme un atril para micrófono que necesitaba con urgencia.
Me despedí de todos, y me levanté de la mesa.
"No, aguanta, te acompaño; de todos modos no hay nadie en mi casa, entonces no hay nada para comer", me dijo mi maestro de batería, al que a partir de ahora llamaremos Pantalonescaídos.
Caminábamos nosotros hacia nuestro destino, cuando nos topamos con un puesto de tacos.
"¡Uy, tacos!", dijo Pantalonescaídos. "¿Me aguantas? De una vez como, y después ya vamos a tu tienda".
"Chido", contesté.
Una vez que nuestra parada culinaria llegó a su fin, seguimos caminando.
5 ó 6 cuadras después, encontraríamos la tienda de música.
Me acerqué al dependiente, y le dije "Buenas tardes, jóven. ¿Podría mostrarme su mejor y más barato atril?"
Viéndonos con cara de estos niños me están haciendo perder el tiempo, la persona detrás del mostrador me señaló un atril todo pitero.
"Me gusta. Me lo llevo. ¿Cuánto quiere por él?", le dije.
"250 pesos", me contestó.
Voltée a ver a Pantalonescaídos, y le dije "Vaya, creo que debería de haber traído dinero, ¿verdad?"
"¿No te alcanza, pendejo?", me dijo mi amigo.
"No. Pero no importa. ¿Acepta tarjeta?", le pregunté al encargado de la tienda.
"Sí", dijo.
"¡Qué bien! No tengo tarjeta", le contesté, y me le quedé viendo con cara de inocencia.
Viendo la cara de hastío del empleado, decidimos que salir de ahí era la mejor idea.
Una vez afuera, conté mi efectivo.
Juntando los pocos billetes que tenía, con mi enorme cantidad de morralla, llegaba a juntar 169 pesos.
"Fuck that, de todos modos estaba carísimo, mejor vamos al centro, ahí las cosas están mucho más baratas", me dijo Pantalonescaídos.
"Va, chingón. ¿Cuándo vamos?", le pregunté.
"Pues... ahorita tengo tiempo libre, ¿y tú?", contestó.
Fue entonces cuando decidimos que en ese mismo momento, iríamos a la calle de Bolivar, donde venden todo tipo de cosas musicales.
Good thing too, porque en serio me urgía ese atril.
Después de mucha caminada y un par de transbordos, llegamos a nuestro destino.
Empezamos a entrar a las tiendas de música, y descubrimos que de todos modos, no me alcanzaba para ningún atril.
Los más MÁS baratos, oscilaban entre los 180 y los 200 pesos. Ligeramente arriba de mi presupuesto.
Pasamos las siguientes dos horas recorriendo todas las tiendas de música que hay en el centro, tratando de encontrar una donde mi presupuesto me alcanzara.
Después de unos cuantos intentos fallidos, le dije a Pantalonescaídos "¡Ya! ¡Al carajo, préstame dinero y te lo pago al ratito que pasemos por mi casa!"
Me vió con cara triste, y vació sus bolsillos. Traía tres pesos con cincuenta centavos.
"¿Te acuerdas de los tacos que me compré hace rato?, ese era todo mi dinero", me dijo.
Después de transportes y todo lo demás, y juntando absolutamente TODO el dinero que traíamos, juntábamos $168.50
Lanzando un suspiro de resignación, continuamos caminando.
En una de esas, un tipo se me acerca y me dice "Oye, tú, güerito, ¿sabes dónde queda la calle de nomeacuerdo?"
Pantalonescaídos se empezó a reír, y siguió caminando.
"No, ni idea, perdón", le dije al tipo.
"Ah, lo que pasa es que la estaba buscando y pues... creo que es por aquí, ¿no?"
"En serio, no tengo idea, ja", le contesté.
Pantalonescaídos seguía riéndose.
"Ah bueno. Yo doy clases de guitarra, ¿sabías?", me dijo.
Lo vi extrañado y le dije "Sí, se ve. Digo... con esa guitarra imaginaria que traes cargando..."
"Ah, es que no la tengo aquí, la tengo en donde doy clases, a unas cuadras de aquí, ¿quieren ir?", contesó.
Me lo quedé viendo todavía más extrañado, y en eso Pantalonescaídos se acercó y le dijo "No gracias, somos batacos, ya nos vamos, bye", y me jaló del brazo.
Después me explicaría que el tipo me veía lascivamente, y me estaba tratando de ligar.
Juro por Alláh que yo nunca me di cuenta.
No sé por qué los gays me encuentran tan atractivo, pero en serio, parece como si fuera un dulce caramelo para ellos.
En fin.
Después de caminar horas y horas, decidimos mandarlo todo al diablo, y regresar a casa, derrotados.
De camino al metro, vimos una última tienda, toda rascuacha.
"Al carajo, dije, última oportunidad", y entré.
"¿Cuánto por su atril más barato?"
"200 pesos", me dijeron, y me señalaron un atril pitero.
Lo inspeccioné, y me di cuenta de que tenía una pequeña abolladura.
"¿200 pesos? ¡Pero checa, está toda madreada!", argumenté.
El empleado fue a verla, y me dijo "Ah bueno, era 200 este tipo de modelo, pero si te quieres llevar ésta, entonces 185, porque sí esta un poco abollada"
"Te ofrezco 168.50", dije, con el dinero en la mano.
El empleado se rió de mí, y se me quedó viendo. "Ok, 175, me dijo"
"168.50", le volví a decir. "Es todo el dinero que tengo carnal. En serio. Es más, ni siquiera sé cómo me voy a regresar a mi casa."
Me vió con un poco de lástima, y me dijo "170 pesos y es tuyo".
"168.50", le repetí.
Viendo mi cara triste, el empleado se compadeció, y me dijo que ya, que fuera a pagar en caja.
Cuando llegué, me cobraron 170 pesos.
"Un momento", le dije a la cajera, y regresé con el empleado, explicándole mi situación.
A final de cuentas, el empleado sacó su cartera y me prestó 5 pesos.
1.50 para el atril, y 3.50 para que me pudiera regresar a mi casa.
No sé por qué les conté eso, lectores imaginarios.
Tal vez porque me hizo gracia el hecho de que un empleado que gana salario mínimo me haya tenido que prestar dinero.
Sea como sea, mis manos siguen heladas, así que me retiro.
Estúpido frío.
El día de hoy no pensaba escribir, pero acabo de llegar a mi casa, y tengo las manos estúpidamente frías (a pesar de que traigo guantes puestos); así que pensé que a lo mejor si escribía; la circulación regresaba a mis dedos.
Hasta ahora, ha sido una pésima idea, porque los dígitos fríos sólo hacen que me vuelva más torpe, así que llevo como treinta dedazos en el teclado, lo cual ocasiona que apriete teclas de más, y tenga que corregir. Supongo que me tardaré más que de costumbre. Oh well.
En fin, la historia que les contaré el día de hoy, tuvo lugar hace unas cuantas semanas.
Todo empezó cuando yo estaba saliendo de Lawndale, y en la puerta me encontré a un amigo, que curiosamente también resulta ser mi maestro de batería.
Como no teníamos mucho que hacer, fuimos a la cafetería, donde procedimos a sentarnos en una mesa, y ponernos a hablar de música.
Mientras los minutos pasaban, fueron llegando más amigos, y la plática se puso interesante.
Lamentablemente, por culpa de una acalorada discusión acerca de la relevancia de Stuart Braithwaite en el rock escocés; se me fue la noción del tiempo; y olvidé que yo tenía que ir a una tienda de música que estaba ahí cerca; porque tenía que comprarme un atril para micrófono que necesitaba con urgencia.
Me despedí de todos, y me levanté de la mesa.
"No, aguanta, te acompaño; de todos modos no hay nadie en mi casa, entonces no hay nada para comer", me dijo mi maestro de batería, al que a partir de ahora llamaremos Pantalonescaídos.
Caminábamos nosotros hacia nuestro destino, cuando nos topamos con un puesto de tacos.
"¡Uy, tacos!", dijo Pantalonescaídos. "¿Me aguantas? De una vez como, y después ya vamos a tu tienda".
"Chido", contesté.
Una vez que nuestra parada culinaria llegó a su fin, seguimos caminando.
5 ó 6 cuadras después, encontraríamos la tienda de música.
Me acerqué al dependiente, y le dije "Buenas tardes, jóven. ¿Podría mostrarme su mejor y más barato atril?"
Viéndonos con cara de estos niños me están haciendo perder el tiempo, la persona detrás del mostrador me señaló un atril todo pitero.
"Me gusta. Me lo llevo. ¿Cuánto quiere por él?", le dije.
"250 pesos", me contestó.
Voltée a ver a Pantalonescaídos, y le dije "Vaya, creo que debería de haber traído dinero, ¿verdad?"
"¿No te alcanza, pendejo?", me dijo mi amigo.
"No. Pero no importa. ¿Acepta tarjeta?", le pregunté al encargado de la tienda.
"Sí", dijo.
"¡Qué bien! No tengo tarjeta", le contesté, y me le quedé viendo con cara de inocencia.
Viendo la cara de hastío del empleado, decidimos que salir de ahí era la mejor idea.
Una vez afuera, conté mi efectivo.
Juntando los pocos billetes que tenía, con mi enorme cantidad de morralla, llegaba a juntar 169 pesos.
"Fuck that, de todos modos estaba carísimo, mejor vamos al centro, ahí las cosas están mucho más baratas", me dijo Pantalonescaídos.
"Va, chingón. ¿Cuándo vamos?", le pregunté.
"Pues... ahorita tengo tiempo libre, ¿y tú?", contestó.
Fue entonces cuando decidimos que en ese mismo momento, iríamos a la calle de Bolivar, donde venden todo tipo de cosas musicales.
Good thing too, porque en serio me urgía ese atril.
Después de mucha caminada y un par de transbordos, llegamos a nuestro destino.
Empezamos a entrar a las tiendas de música, y descubrimos que de todos modos, no me alcanzaba para ningún atril.
Los más MÁS baratos, oscilaban entre los 180 y los 200 pesos. Ligeramente arriba de mi presupuesto.
Pasamos las siguientes dos horas recorriendo todas las tiendas de música que hay en el centro, tratando de encontrar una donde mi presupuesto me alcanzara.
Después de unos cuantos intentos fallidos, le dije a Pantalonescaídos "¡Ya! ¡Al carajo, préstame dinero y te lo pago al ratito que pasemos por mi casa!"
Me vió con cara triste, y vació sus bolsillos. Traía tres pesos con cincuenta centavos.
"¿Te acuerdas de los tacos que me compré hace rato?, ese era todo mi dinero", me dijo.
Después de transportes y todo lo demás, y juntando absolutamente TODO el dinero que traíamos, juntábamos $168.50
Lanzando un suspiro de resignación, continuamos caminando.
En una de esas, un tipo se me acerca y me dice "Oye, tú, güerito, ¿sabes dónde queda la calle de nomeacuerdo?"
Pantalonescaídos se empezó a reír, y siguió caminando.
"No, ni idea, perdón", le dije al tipo.
"Ah, lo que pasa es que la estaba buscando y pues... creo que es por aquí, ¿no?"
"En serio, no tengo idea, ja", le contesté.
Pantalonescaídos seguía riéndose.
"Ah bueno. Yo doy clases de guitarra, ¿sabías?", me dijo.
Lo vi extrañado y le dije "Sí, se ve. Digo... con esa guitarra imaginaria que traes cargando..."
"Ah, es que no la tengo aquí, la tengo en donde doy clases, a unas cuadras de aquí, ¿quieren ir?", contesó.
Me lo quedé viendo todavía más extrañado, y en eso Pantalonescaídos se acercó y le dijo "No gracias, somos batacos, ya nos vamos, bye", y me jaló del brazo.
Después me explicaría que el tipo me veía lascivamente, y me estaba tratando de ligar.
Juro por Alláh que yo nunca me di cuenta.
No sé por qué los gays me encuentran tan atractivo, pero en serio, parece como si fuera un dulce caramelo para ellos.
En fin.
Después de caminar horas y horas, decidimos mandarlo todo al diablo, y regresar a casa, derrotados.
De camino al metro, vimos una última tienda, toda rascuacha.
"Al carajo, dije, última oportunidad", y entré.
"¿Cuánto por su atril más barato?"
"200 pesos", me dijeron, y me señalaron un atril pitero.
Lo inspeccioné, y me di cuenta de que tenía una pequeña abolladura.
"¿200 pesos? ¡Pero checa, está toda madreada!", argumenté.
El empleado fue a verla, y me dijo "Ah bueno, era 200 este tipo de modelo, pero si te quieres llevar ésta, entonces 185, porque sí esta un poco abollada"
"Te ofrezco 168.50", dije, con el dinero en la mano.
El empleado se rió de mí, y se me quedó viendo. "Ok, 175, me dijo"
"168.50", le volví a decir. "Es todo el dinero que tengo carnal. En serio. Es más, ni siquiera sé cómo me voy a regresar a mi casa."
Me vió con un poco de lástima, y me dijo "170 pesos y es tuyo".
"168.50", le repetí.
Viendo mi cara triste, el empleado se compadeció, y me dijo que ya, que fuera a pagar en caja.
Cuando llegué, me cobraron 170 pesos.
"Un momento", le dije a la cajera, y regresé con el empleado, explicándole mi situación.
A final de cuentas, el empleado sacó su cartera y me prestó 5 pesos.
1.50 para el atril, y 3.50 para que me pudiera regresar a mi casa.
No sé por qué les conté eso, lectores imaginarios.
Tal vez porque me hizo gracia el hecho de que un empleado que gana salario mínimo me haya tenido que prestar dinero.
Sea como sea, mis manos siguen heladas, así que me retiro.
Estúpido frío.
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martes, 5 de enero de 2010
De cenas incómodas
El día de hoy, Tepoz me marcó, y me dijo que íbamos a ir al cine, y que me veía en unas horas.
Mi amigo sabe que si frasea las cosas de cualquier otra forma, voy a encontrar el modo de contestarle para hacerle saber que no está bien dicho.
Supongo que después de tantos años de conocerme, ya sabe exáctamente cómo hablarme para no dejarme ser un smartass. Bien por él.
La hora establecida llegó, y en vez de que alguien tocara el timbre de mi casa, para indicarme que ya tenía que salir, lo único que pasó fue que yo recibí una llamada telefónica.
"Cabrón, estoy ehh... un poco ocupado. Voy a llegar más tarde, ¿está bien?", me dijo mi mejor amigo.
"No pendejo, no está bien, pero supongo que no puedo hacer nada al respecto. ¿Qué haces o qué carajo pasa?", inquirí.
"Estoy en casa de Ojosgrises...", me contestó.
"Ah, ya veo, qué asco me das, cuelga en este instante, no quiero hablar contigo mientras haces tus degeneraciones", le dije, mientras fruncía el ceño.
"¡No, pendejo! ¡No estamos haciendo nada!, ¡¿por qué chingados te estoy dando explicaciones?! Vete al carajo, llego a tu casa como en una hora", concluyó, y me colgó el telefono.
Mi relación con mi mejor amigo es sumamente bella y cariñosa, como podrán ver.
Como cuarenta minutos después, Tepoz me habló para avisarme que ya había pasado por Mohawksexy, y que iban en camino a mi hogar; pero que como ya era tarde, probablemente ya nos habíamos perdido la función que íbamos a ver; así que lo más inteligente sería ir a cenar, en lugar de ir al cine.
"Peachy, ahora apúrate, porque tengo frío", le dije, y le colgué.
Como veinte minutos después, por fin sonó el timbre de mi casa.
Salí, y me subí al asiento trasero del coche de mi amigo.
O eso iba a hacer, hasta que llegué a la puerta, y me di cuenta de que Ojosgrises estaba sentada ahí, platicando con Mohawksexy.
"Ok... me robaron mi asiento", pensé; pero en vez de reclamar, le di la vuelta al vehículo, y me subí de copiloto. Ahora podría controlar el radio. Sweet.
Saludé a las dos féminas, y después pregunté "¿a dónde vamos a ir a cenar?"
"¡Hooters!", exclamó alégremente mi amigo.
"Sí bueno, por mí, excelente, pero no creo que a las dos chicas les haga gracia", dije, tratando de ser empático.
"¡Alitas de pollo! ¡Yay!", gritó Mohawksexy.
Ojosgrises se limitó a verla feo, y no decir nada.
Se había decidido que íbamos a ir a Hooters. Awesome.
El trayecto fue un poco callado; con un silencio gélido que sólo era interrumpido por los constantes pleitos entre Tepoz y yo, acerca de cuál estación de radio debería de ser escuchada.
Cuando amenazó con abrir la puerta y aventarme del coche en movimiento, dejé de discutir.
Ese es un error que sólo se comete una vez en la vida.
Llegamos a nuestro destino, y nos bajamos del coche.
Tepoz, Mohawksexy y yo, estábamos casi corriendo, emocionados por cenar en Hooters. Ojosgrises gruñía y se quejaba.
"¿Qué le pasa a tu pseudo chica?", le pregunté a mi amigo, pero él se encogió de hombros y puso cara de Who cares?
I certainly didn't, así que me olvidé del asunto.
Una vez que pedimos nuestras alitas, traté de hacerle conversacion a Ojosgrises, porque ya me había aburrido su apatía.
Traté de decirle un par de frases amables, pero sólo recibí miradas frías a cambio.
Notando que las frases bien estructuradas no tenían ningún efecto, empecé a decirle palabras al azar, tratando de obtener una respuesta diferente.
Después de agotar mis palabras azarosas, empecé con las palabras obscenas, y después, con las vulgares.
Todo esto pasaba mientras yo la veía intensamente a los ojos, sin parpadear.
Sus ojos, por cierto, fueron adquiriendo una mirada de asco cada vez más intensa.
Al final, lo único que dijo fue "Tienes pedos..."; pero no importaba, los demás comensales parecían encontrarme gracioso.
El resto de la cena pasó sin pena ni gloria.
Tepoz estaba viendo el juego de futbol colegial, gritándole groserías a la tele.
Mohawksexy miraba a su amiga con cara de confusión, y después me miraba a mí, con cara de "what the fuck?"
Ojosgrises miraba su plato, y ocasionalmente gruñía.
Yo me apañaba todas las alitas posibles, en lo que los demás se distraían.
En una de esas, Ojosgrises se paró, y dijo "voy al baño..."
Mohawksexy le dijo "Va, que Dios te bendiga", y siguió comiendo. La patée ligeramente por debajo de la mesa, y con los ojos le pedí que fuera con su amiga.
"¡Ouch! ¡Ok, ya, voy, no me tienes que patear!", me gritó.
Ojosgrises me vió aún más feo.
Una vez que se fueron, voltée a ver a Tepoz y le dije: "Pendejo, ¿qué carajo le hiciste?"
Tepoz tomó una servilleta, y con toda calma se limpió las manos y me dijo: "Ah, sí, le acabo de decir que deberíamos de ver a otras personas"
Yo:
¡¿La cortaste?!
Tepoz:
No. Jamás anduvimos.
Yo:
Bullshit, claro que andaban.
Tepoz:
No es cierto. Eso es lo que ella pensaba, pero nunca anduvimos.
Yo:
Ok, fine, a ver, prioridades. ¿Entonces la cortaste?
Tepoz:
No, porque jamá---
Yo:
¡Cómo sea! ¿Eso fue ahorita?
Tepoz:
Hace rato, cuando te marqué para decirme que me iba a tardar, sí.
Yo:
Buena idea, imbécil. Sí sabías que todavía íbamos a ir a cenar después, ¿verdad?
Tepoz:
Sí, obviamente. Tenía hambre.
Yo:
Ok... ok... ok... tu estupidez es tan grande que me dejó sin palabras.
Tepoz:
¿Te vas a quedar callado? Wow, estoy orgulloso de mí mismo.
En eso, las mujeres regresaron del baño.
Aparentemente Mohawksexy también había sido briefeada de todo lo que había pasado, porque volteó a ver a mi amigo con cara de "eres un imbécil".
Conozco esa cara; la gente suele aplicarla conmigo.
La cena terminó, y la tensión podía cortarse con un cuchillo.
La única conversación decente, ocurrió cuando, intimidado por el silencio que había en el ambiente, empecé a hacer ruidos de animales, sin motivo alguno.
Eso generó algunas respuestas, en su mayoría referidas a cómo mis padres habían fracasado de diversas formas al momento de criarme.
Salimos de Hooters, y procedimos a ir a dejar a Ojosgrises a su casa.
En el trayecto, yo dije "Esto fue divertido. Deberíamos de repetirlo algún día, pero ahora, con MÁS momentos incómodos, ¿les parece?"
"Estúpido", murmuró Ojosgrises, mientras Tepoz se aguantaba la risa, y Mohawksexy sonreía con cara de "tu imprudencia es adorable".
También conozco esa cara, la gente suele ponerla seguido cuando está cerca de mí.
Cuando llegamos a la morada de Ojosgrises, ella se bajó del coche, sin decir ni una palabra.
Mohawksexy dijo: "Tepoz, por más graciosa que me parezca la situación, tengo que decirlo: eres un idiota"
"Here-here!" añadí.
"Como sea. ¿Te llevo a tu casa?", le dijo mi amigo a Mohawksexy.
"No, yo creo que me quedo a dormir aquí. Tengo que arreglar el desmadre que hiciste", contestó la mujer del peinado raro.
Después, volteándome a ver, me dijo "Pues... no sé cuando te vuelva a ver, así que... ¿adios?"
"Siempre tendremos Paris", le contesté.
Mi amigo arrancó el coche, y emprendimos el camino de regreso.
Yo:
Ok, ahora que las aguas se calmaron, ¿por qué la cortaste?
Tepoz:
No la corté.
Yo:
Fine! ¿por qué decidiste que creías que era momento de ver a otras pers... hijo de puta.
Tepoz:
Ja, así es.
Yo:
¿Quién es?
Tepoz:
Una amiga japonesa que conocí hace unas semanas.
Yo:
Vaya. Debí de haberlo visto venir.
Tepoz:
Sí, eres un idiota.
Yo:
Bueno, ¿y por qué me embarras a mí en tus pedos?
Tepoz:
¿Huh?
Yo:
Sí, ellas eran mis amigas...
Tepoz:
No no no no no, ellas eran MIS amigas. Yo te las presenté a ti.
Yo:
¿Y entonces ya no puedo volver a ver a Mohawksexy nunca más?
Tepoz:
Puedes si tú crees poder.
De ahí en adelante, la conversación degeneró en una competencia de referencias oscuras a frases de los Simpson.
Fun times were had by all.
Sea como sea, fue una cena por demás incómoda; pero hey, ¡alitas de pollo!
Mi amigo sabe que si frasea las cosas de cualquier otra forma, voy a encontrar el modo de contestarle para hacerle saber que no está bien dicho.
Supongo que después de tantos años de conocerme, ya sabe exáctamente cómo hablarme para no dejarme ser un smartass. Bien por él.
La hora establecida llegó, y en vez de que alguien tocara el timbre de mi casa, para indicarme que ya tenía que salir, lo único que pasó fue que yo recibí una llamada telefónica.
"Cabrón, estoy ehh... un poco ocupado. Voy a llegar más tarde, ¿está bien?", me dijo mi mejor amigo.
"No pendejo, no está bien, pero supongo que no puedo hacer nada al respecto. ¿Qué haces o qué carajo pasa?", inquirí.
"Estoy en casa de Ojosgrises...", me contestó.
"Ah, ya veo, qué asco me das, cuelga en este instante, no quiero hablar contigo mientras haces tus degeneraciones", le dije, mientras fruncía el ceño.
"¡No, pendejo! ¡No estamos haciendo nada!, ¡¿por qué chingados te estoy dando explicaciones?! Vete al carajo, llego a tu casa como en una hora", concluyó, y me colgó el telefono.
Mi relación con mi mejor amigo es sumamente bella y cariñosa, como podrán ver.
Como cuarenta minutos después, Tepoz me habló para avisarme que ya había pasado por Mohawksexy, y que iban en camino a mi hogar; pero que como ya era tarde, probablemente ya nos habíamos perdido la función que íbamos a ver; así que lo más inteligente sería ir a cenar, en lugar de ir al cine.
"Peachy, ahora apúrate, porque tengo frío", le dije, y le colgué.
Como veinte minutos después, por fin sonó el timbre de mi casa.
Salí, y me subí al asiento trasero del coche de mi amigo.
O eso iba a hacer, hasta que llegué a la puerta, y me di cuenta de que Ojosgrises estaba sentada ahí, platicando con Mohawksexy.
"Ok... me robaron mi asiento", pensé; pero en vez de reclamar, le di la vuelta al vehículo, y me subí de copiloto. Ahora podría controlar el radio. Sweet.
Saludé a las dos féminas, y después pregunté "¿a dónde vamos a ir a cenar?"
"¡Hooters!", exclamó alégremente mi amigo.
"Sí bueno, por mí, excelente, pero no creo que a las dos chicas les haga gracia", dije, tratando de ser empático.
"¡Alitas de pollo! ¡Yay!", gritó Mohawksexy.
Ojosgrises se limitó a verla feo, y no decir nada.
Se había decidido que íbamos a ir a Hooters. Awesome.
El trayecto fue un poco callado; con un silencio gélido que sólo era interrumpido por los constantes pleitos entre Tepoz y yo, acerca de cuál estación de radio debería de ser escuchada.
Cuando amenazó con abrir la puerta y aventarme del coche en movimiento, dejé de discutir.
Ese es un error que sólo se comete una vez en la vida.
Llegamos a nuestro destino, y nos bajamos del coche.
Tepoz, Mohawksexy y yo, estábamos casi corriendo, emocionados por cenar en Hooters. Ojosgrises gruñía y se quejaba.
"¿Qué le pasa a tu pseudo chica?", le pregunté a mi amigo, pero él se encogió de hombros y puso cara de Who cares?
I certainly didn't, así que me olvidé del asunto.
Una vez que pedimos nuestras alitas, traté de hacerle conversacion a Ojosgrises, porque ya me había aburrido su apatía.
Traté de decirle un par de frases amables, pero sólo recibí miradas frías a cambio.
Notando que las frases bien estructuradas no tenían ningún efecto, empecé a decirle palabras al azar, tratando de obtener una respuesta diferente.
Después de agotar mis palabras azarosas, empecé con las palabras obscenas, y después, con las vulgares.
Todo esto pasaba mientras yo la veía intensamente a los ojos, sin parpadear.
Sus ojos, por cierto, fueron adquiriendo una mirada de asco cada vez más intensa.
Al final, lo único que dijo fue "Tienes pedos..."; pero no importaba, los demás comensales parecían encontrarme gracioso.
El resto de la cena pasó sin pena ni gloria.
Tepoz estaba viendo el juego de futbol colegial, gritándole groserías a la tele.
Mohawksexy miraba a su amiga con cara de confusión, y después me miraba a mí, con cara de "what the fuck?"
Ojosgrises miraba su plato, y ocasionalmente gruñía.
Yo me apañaba todas las alitas posibles, en lo que los demás se distraían.
En una de esas, Ojosgrises se paró, y dijo "voy al baño..."
Mohawksexy le dijo "Va, que Dios te bendiga", y siguió comiendo. La patée ligeramente por debajo de la mesa, y con los ojos le pedí que fuera con su amiga.
"¡Ouch! ¡Ok, ya, voy, no me tienes que patear!", me gritó.
Ojosgrises me vió aún más feo.
Una vez que se fueron, voltée a ver a Tepoz y le dije: "Pendejo, ¿qué carajo le hiciste?"
Tepoz tomó una servilleta, y con toda calma se limpió las manos y me dijo: "Ah, sí, le acabo de decir que deberíamos de ver a otras personas"
Yo:
¡¿La cortaste?!
Tepoz:
No. Jamás anduvimos.
Yo:
Bullshit, claro que andaban.
Tepoz:
No es cierto. Eso es lo que ella pensaba, pero nunca anduvimos.
Yo:
Ok, fine, a ver, prioridades. ¿Entonces la cortaste?
Tepoz:
No, porque jamá---
Yo:
¡Cómo sea! ¿Eso fue ahorita?
Tepoz:
Hace rato, cuando te marqué para decirme que me iba a tardar, sí.
Yo:
Buena idea, imbécil. Sí sabías que todavía íbamos a ir a cenar después, ¿verdad?
Tepoz:
Sí, obviamente. Tenía hambre.
Yo:
Ok... ok... ok... tu estupidez es tan grande que me dejó sin palabras.
Tepoz:
¿Te vas a quedar callado? Wow, estoy orgulloso de mí mismo.
En eso, las mujeres regresaron del baño.
Aparentemente Mohawksexy también había sido briefeada de todo lo que había pasado, porque volteó a ver a mi amigo con cara de "eres un imbécil".
Conozco esa cara; la gente suele aplicarla conmigo.
La cena terminó, y la tensión podía cortarse con un cuchillo.
La única conversación decente, ocurrió cuando, intimidado por el silencio que había en el ambiente, empecé a hacer ruidos de animales, sin motivo alguno.
Eso generó algunas respuestas, en su mayoría referidas a cómo mis padres habían fracasado de diversas formas al momento de criarme.
Salimos de Hooters, y procedimos a ir a dejar a Ojosgrises a su casa.
En el trayecto, yo dije "Esto fue divertido. Deberíamos de repetirlo algún día, pero ahora, con MÁS momentos incómodos, ¿les parece?"
"Estúpido", murmuró Ojosgrises, mientras Tepoz se aguantaba la risa, y Mohawksexy sonreía con cara de "tu imprudencia es adorable".
También conozco esa cara, la gente suele ponerla seguido cuando está cerca de mí.
Cuando llegamos a la morada de Ojosgrises, ella se bajó del coche, sin decir ni una palabra.
Mohawksexy dijo: "Tepoz, por más graciosa que me parezca la situación, tengo que decirlo: eres un idiota"
"Here-here!" añadí.
"Como sea. ¿Te llevo a tu casa?", le dijo mi amigo a Mohawksexy.
"No, yo creo que me quedo a dormir aquí. Tengo que arreglar el desmadre que hiciste", contestó la mujer del peinado raro.
Después, volteándome a ver, me dijo "Pues... no sé cuando te vuelva a ver, así que... ¿adios?"
"Siempre tendremos Paris", le contesté.
Mi amigo arrancó el coche, y emprendimos el camino de regreso.
Yo:
Ok, ahora que las aguas se calmaron, ¿por qué la cortaste?
Tepoz:
No la corté.
Yo:
Fine! ¿por qué decidiste que creías que era momento de ver a otras pers... hijo de puta.
Tepoz:
Ja, así es.
Yo:
¿Quién es?
Tepoz:
Una amiga japonesa que conocí hace unas semanas.
Yo:
Vaya. Debí de haberlo visto venir.
Tepoz:
Sí, eres un idiota.
Yo:
Bueno, ¿y por qué me embarras a mí en tus pedos?
Tepoz:
¿Huh?
Yo:
Sí, ellas eran mis amigas...
Tepoz:
No no no no no, ellas eran MIS amigas. Yo te las presenté a ti.
Yo:
¿Y entonces ya no puedo volver a ver a Mohawksexy nunca más?
Tepoz:
Puedes si tú crees poder.
De ahí en adelante, la conversación degeneró en una competencia de referencias oscuras a frases de los Simpson.
Fun times were had by all.
Sea como sea, fue una cena por demás incómoda; pero hey, ¡alitas de pollo!
domingo, 3 de enero de 2010
De dormir y soñar
El otro día, mientras estaba Coyoacaneando con unas amigas, descubrí que nuestra cubeta de chelas se había acabado, así que, con rapidez y presteza, ordené otra.
Lamentablemente, la mesera no era tan rápida y presta como yo, así que nuestro refill se tardó un poco en llegar.
Mis amigas se pusieron a hablar entre ellas, mientras yo me le quedaba viendo a la cubeta vacía con una mirada triste que seguro daba pena.
Después de un par de minutos, una de mis amigas se volteó y me dijo "Ya, Dexter, convive, deja de poner esa cara y platica con nosotros"
"No quiero. Están hablando de cosas de niñas. Su plática me aburre y me da sueño", contesté, sin dejar de mirar la cubeta vacía.
Tal vez debería de haber sido más amable, considerando que quería agradarle a esta chica; pero no puedo evitar ser yo.
"Entonces duérmete, amargado", me dijo, arrugando la nariz, y después me sonrió.
"No quiero. ¿Qué tal que me duermo y sueño que me violas aquí, enfrente de todos?, es más, ¿qué tal que realmente no es un sueño, y lo que quieres es violarme enfrente de todos?", le contesté.
Sí, ese es mi concepto de conversaciones agradables.
"Sería un sueño bonito, ¿no?", me respondió mi amiga, levantando las cejas.
"Yo tuve un sueño raro", dijo la otra amiga (en realidad, ella no es mi amiga, porque es gorda; pero es amiga de mi amiga, así que la tolero).
"Tú y Martin Luther King...", le dije, mientras la veía feo. La gorda acababa de matar un momento que se prestaba a una conversación interesante.
A partir de ahí, el tópico cambió de "pláticas absurdas de niñas" a "sueños".
Podía trabajar con eso. Mientras no hablaran de zapatos y peinados, todo estaba bien.
Al principio, todos empezamos a contar nuestros sueños recientes.
Amigalinda hablaba de cómo estaba en su secundaria, y de repente alguien le decía que era el día de la venta de pasteles; y entonces ella corría a su casa, que resultaba ser el edificio donde trabajaba antes, y cocinaba un pastel, pero a la mitad de la cocción, ella empezaba a hablar con una vieja amiga que hace mucho no veía.
Amigagorda contaba que ella estaba en el mar, surfeando, cuando de pronto toda el agua desaparecía, y tenía que caminar por el desierto hacia un estacionamiento, donde encontraría un coche manejado por su abuela muerta, y entonces despertaría porque estaba muy triste.
Yo hablaba de cómo estaba en Jeopardy, conducido por Marco Antonio Regil, cuando de repente me daba cuenta de que los demás participantes eran zombies; y lo más frustrante era que me iban ganando por mucho. Entonces empezaba a gritar obscenidades, y el público me amaba y me daba dinero.
Mi sueño fue el más awesome de todos.
"¿Saben qué fue lo curioso de mi sueño?", dijo la gorda. "Que todo pasó demasi---"
"¡Qué interesante!", interrumpí, antes de que pudiera continuar.
Después, recordando que estaba tratando de crear buena impresión con su amiga linda, agregué "¡Ja! Perdón, tengo un sentido del humor muy jodido. Por favor, continúa."
Odio tener que ser amable.
En fin, después de eso, la gorda nos contó que su sueño había sido tan triste que se había despertado llorando, y se sintió pesimo todo el día.
Conteniendo mis ganas de preguntarle si sus lágrimas sabían a salsa, asentí con la cabeza, poniendo cara de comprensión y amabilidad.
Amigalinda dijo que a ella también le había pasado un par de veces, y que era de las cosas más feas del mundo.
Me preguntaron si alguna vez yo me había despertado llorando.
Sabiendo que hoy en día, ser un hombre sensible es bien visto por las mujeres, yo admití que sí, que 2 veces me había pasado; y que en efecto, habían sido 2 de los peores días de mi vida.
Después de entrar a la etapa donde todo el mundo comparte momentos de vulnerabilidad; empezamos a hablar acerca de si los sueños realmente significan algo o no.
Y aquí es donde recurro a ustedes, lectores imaginarios, porque sinceramente, yo no creo que los sueños tengan alguna interpretación lógica. Para mí, un sueño es simplemente una forma en la que el cerebro saca cosas que están pululando por nuestra mente.
Cierto, algunos sueños tienen más sentido que otros; pero eso no significa que debamos tomarlos como señales divinas, ¿o sí?
Particularmente, yo soy partidiario de la idea de que debería de existir algún tipo de switch, para la gente que no queremos soñar. Simplemente no le veo el punto.
Si es un sueño bonito, te despiertas, y te entristeces porque no es real.
Si es un sueño feo, te despuestas, y te sientes de la cola por lo que acabas de ver.
Eso es sin mencionar las pesadillas, que pueden hacerte despertar con pánico total, o peor aún, llorando, y sin poder olvidar lo que pasó.
Después de decir todo eso (probablemente en un tono más exaltado del que me hubiera gustado tener), Amigalinda dijo "sí, te entiendo, cuando acababa de cortar con mi ex, hubo un tiempo en el que me daba miedo irme a dormir, porque no quería soñar con él..."
"¿Ves? Estúpidos sueños...", concluí.
Poco después, llego la nueva cubeta de chelas.
Antes de abrir una, decidí que tenía que ir al baño.
Cuando regresé, ya estaban hablando de cosas de niñas otra vez; así que me le quedé viendo a la cubeta, pero ahora con mirada ambiciosa.
"Mira, ya le está dando sueño a Dexter otra vez", dijo Amigagorda.
"Déjalo. Que se duerma y que sueñe que lo violo enfrente de todos, no pasa nada.", contestó Amigalinda.
Las miré a las dos, y le di un trago a mi cerveza, sin decir nada.
"¿Sabes qué es curioso?", dijo Amigalinda. "Soñé que tú pagabas esta cubeta de cervezas."
"Vaya. Supongo que puedo cumplir tu sueño, si tú cumples el mío.", le dije, viéndola con los desgarradores.
Ignoramos a la gorda.
Estuvo chido.
Lamentablemente, la mesera no era tan rápida y presta como yo, así que nuestro refill se tardó un poco en llegar.
Mis amigas se pusieron a hablar entre ellas, mientras yo me le quedaba viendo a la cubeta vacía con una mirada triste que seguro daba pena.
Después de un par de minutos, una de mis amigas se volteó y me dijo "Ya, Dexter, convive, deja de poner esa cara y platica con nosotros"
"No quiero. Están hablando de cosas de niñas. Su plática me aburre y me da sueño", contesté, sin dejar de mirar la cubeta vacía.
Tal vez debería de haber sido más amable, considerando que quería agradarle a esta chica; pero no puedo evitar ser yo.
"Entonces duérmete, amargado", me dijo, arrugando la nariz, y después me sonrió.
"No quiero. ¿Qué tal que me duermo y sueño que me violas aquí, enfrente de todos?, es más, ¿qué tal que realmente no es un sueño, y lo que quieres es violarme enfrente de todos?", le contesté.
Sí, ese es mi concepto de conversaciones agradables.
"Sería un sueño bonito, ¿no?", me respondió mi amiga, levantando las cejas.
"Yo tuve un sueño raro", dijo la otra amiga (en realidad, ella no es mi amiga, porque es gorda; pero es amiga de mi amiga, así que la tolero).
"Tú y Martin Luther King...", le dije, mientras la veía feo. La gorda acababa de matar un momento que se prestaba a una conversación interesante.
A partir de ahí, el tópico cambió de "pláticas absurdas de niñas" a "sueños".
Podía trabajar con eso. Mientras no hablaran de zapatos y peinados, todo estaba bien.
Al principio, todos empezamos a contar nuestros sueños recientes.
Amigalinda hablaba de cómo estaba en su secundaria, y de repente alguien le decía que era el día de la venta de pasteles; y entonces ella corría a su casa, que resultaba ser el edificio donde trabajaba antes, y cocinaba un pastel, pero a la mitad de la cocción, ella empezaba a hablar con una vieja amiga que hace mucho no veía.
Amigagorda contaba que ella estaba en el mar, surfeando, cuando de pronto toda el agua desaparecía, y tenía que caminar por el desierto hacia un estacionamiento, donde encontraría un coche manejado por su abuela muerta, y entonces despertaría porque estaba muy triste.
Yo hablaba de cómo estaba en Jeopardy, conducido por Marco Antonio Regil, cuando de repente me daba cuenta de que los demás participantes eran zombies; y lo más frustrante era que me iban ganando por mucho. Entonces empezaba a gritar obscenidades, y el público me amaba y me daba dinero.
Mi sueño fue el más awesome de todos.
"¿Saben qué fue lo curioso de mi sueño?", dijo la gorda. "Que todo pasó demasi---"
"¡Qué interesante!", interrumpí, antes de que pudiera continuar.
Después, recordando que estaba tratando de crear buena impresión con su amiga linda, agregué "¡Ja! Perdón, tengo un sentido del humor muy jodido. Por favor, continúa."
Odio tener que ser amable.
En fin, después de eso, la gorda nos contó que su sueño había sido tan triste que se había despertado llorando, y se sintió pesimo todo el día.
Conteniendo mis ganas de preguntarle si sus lágrimas sabían a salsa, asentí con la cabeza, poniendo cara de comprensión y amabilidad.
Amigalinda dijo que a ella también le había pasado un par de veces, y que era de las cosas más feas del mundo.
Me preguntaron si alguna vez yo me había despertado llorando.
Sabiendo que hoy en día, ser un hombre sensible es bien visto por las mujeres, yo admití que sí, que 2 veces me había pasado; y que en efecto, habían sido 2 de los peores días de mi vida.
Después de entrar a la etapa donde todo el mundo comparte momentos de vulnerabilidad; empezamos a hablar acerca de si los sueños realmente significan algo o no.
Y aquí es donde recurro a ustedes, lectores imaginarios, porque sinceramente, yo no creo que los sueños tengan alguna interpretación lógica. Para mí, un sueño es simplemente una forma en la que el cerebro saca cosas que están pululando por nuestra mente.
Cierto, algunos sueños tienen más sentido que otros; pero eso no significa que debamos tomarlos como señales divinas, ¿o sí?
Particularmente, yo soy partidiario de la idea de que debería de existir algún tipo de switch, para la gente que no queremos soñar. Simplemente no le veo el punto.
Si es un sueño bonito, te despiertas, y te entristeces porque no es real.
Si es un sueño feo, te despuestas, y te sientes de la cola por lo que acabas de ver.
Eso es sin mencionar las pesadillas, que pueden hacerte despertar con pánico total, o peor aún, llorando, y sin poder olvidar lo que pasó.
Después de decir todo eso (probablemente en un tono más exaltado del que me hubiera gustado tener), Amigalinda dijo "sí, te entiendo, cuando acababa de cortar con mi ex, hubo un tiempo en el que me daba miedo irme a dormir, porque no quería soñar con él..."
"¿Ves? Estúpidos sueños...", concluí.
Poco después, llego la nueva cubeta de chelas.
Antes de abrir una, decidí que tenía que ir al baño.
Cuando regresé, ya estaban hablando de cosas de niñas otra vez; así que me le quedé viendo a la cubeta, pero ahora con mirada ambiciosa.
"Mira, ya le está dando sueño a Dexter otra vez", dijo Amigagorda.
"Déjalo. Que se duerma y que sueñe que lo violo enfrente de todos, no pasa nada.", contestó Amigalinda.
Las miré a las dos, y le di un trago a mi cerveza, sin decir nada.
"¿Sabes qué es curioso?", dijo Amigalinda. "Soñé que tú pagabas esta cubeta de cervezas."
"Vaya. Supongo que puedo cumplir tu sueño, si tú cumples el mío.", le dije, viéndola con los desgarradores.
Ignoramos a la gorda.
Estuvo chido.
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