lunes, 30 de marzo de 2009

It'd be good to go away, someday...

Hace 5 años, tú y yo estábamos tomando un café mientras veíamos la vida pasar de largo; escondidos bajo ese techo marrón donde nada nos podía lastimar. Nuestro refugio secreto, lo llamarías varias veces.
El tiempo no podía entrar a las puertas verdes con olor a madera y humedad.

Pasaríamos días enteros contemplando el caos del mundo real.

Tú, yo, y dos personas más. 4 individuos unidos para siempre por un pacto hecho en verano.

Me enseñarías cosas de la vida que yo jamás pensé posibles, me abrirías los ojos a un mundo nuevo; complicado, pero a la vez más simple de lo que todos pensarían.

Hace 5 años estaríamos tú y yo tomando un café, pensando en formas de escaparnos de todo y de todos.

Gracias a ti, mi vida se transformaría completamente. Gracias a ustedes dos.
Ustedes dos me hicieron la persona que soy.

Hace 5 años pasaríamos tardes mágicas, sentados frente a la espuma, escuchando el misterio del silencio.
La Luna, como tú, iluminaría nuestros ojos mientras mirábamos hacia adelante.
Tú me enseñaste a mirar al futuro con nostalgia.

Hace 5 años, tú la tomarías de la mano mientras se daban al mar, introduciéndose en el espejo del cielo bajo el calor de una noche nublada.
Yo no podría hacer nada mas que ver como sus plumas blancas se alejaban.

Y entonces ella se iría, cerrando sus ojos verdes para siempre.

Y tú... tú jamás volverías a ser la misma.

Pasaríamos más tiempo juntos, pero esa sombra con cabello despeinado sobre la cara siempre estaría sobre nosotros, pesando demasiado.

Y yo me alejé, tratando de dejar esa sombra atrás; porque su sonrisa con dientes desordenadamente perfectos no me dejaba respirar.
Tú jamás te alejaste de ella. Te quedaste con la sombra, todos los días.

Y hoy me entero de que regresaste al mar; hoy me entero de que volviste por ella.

Y hoy me entero de que te quedaste con ella para siempre.

Descansa en paz L.
Te voy a extrañar.

She's been here too few years to take it all in stride
But still it's much too long, to let the hurt go
You let her go

And we always say, it would be good to go away, someday
But if there's nothing there to make things change
If it's the same for you I'll just hang
I'll always hang

Well I always say, it would be good to go

But if things don't work out like we think
And there's nothing there to ease this ache
But it there's nothing there to make things change
If it's the same for you I'll just hang

sábado, 28 de marzo de 2009

Medidas desesperadas e inútiles para combatir el calentamiento global

Aparentemente, hoy era un día "importante".

Hoy era el día mundial de apagar las luces de 8 30 a 9 30.
Estoy seguro de que tenía un nombre menos pitero, pero lamentablemente no me lo sé.

Casi todo el mundo se enteró de que hoy era un día de protesta contra el calentamiento global, excepto yo.
Por alguna razón que escapa a mi entendimiento, la noticia me pasó de largo, hasta hoy en la mañana; pero cuando me enteré, me enteré por todos lados.

Por azares del destino, el día de hoy me encontraba yo en el zócalo de la ciudad de México a horas inhumanamente tempranas, grabando un video con mis amigas.
Todo iba relativamente bien (tan bien como puede ir algo en sábado a horas inhumanamente tempranas), hasta que el calentamiento global me golpeó por la espalda por primera vez.

De la nada, llegó un grupo de personas, gritando, cantando, golpeando cosas ruidosas, y en general, siendo muy molestos.
Yo me empecé a enojar, porque a esas horas, lo que menos quería yo era escuchar mucho ruido en el zócalo de la ciudad de México; yo debería de haber estado acostado pacíficamente en mi dulce camita, durmiendo y soñando con payasos que me asaltaban en el pesero. True story.

Pero bueno, ese grupo de personas ruidosas iban cargando varios letreros de "apaga tus luces de 8 30 a 9 30", "no al calentamiento global", "hagámos algo por el planeta", "rompámosle las pelotas a Dexter haciendo mucho ruido", y cosas por el estilo.

Menté madres hasta que la pseudo-manifestación se fue.
O al menos, eso pensaba yo, en mis fantasías ilusas.
La gente ruidosa regresaría, numerosas veces.

No habían pasado ni 20 minutos, antes de que los mismos sonidos molestos me indicaran que las pancartas del apagón venían de regreso.

Voltée a ver a una de mis amigas, que resulta ser medio hippie, y le dije: "Chinga a tu madre"
"¿Pero yo qué hice?", me preguntó con ojos tristes.
"Tú nada, pero esa gente es igual de hippie que tú, y me está molestando, así que, técnicamente, esto es tu culpa"

Mi amiga me ignoró, como ya está acostumbrada a hacer.

La bola de gente venía directamente hacia nosotros; y cuando digo directamente, quiero decir que era obvio que iban a pasar justamente por el punto donde estábamos parados, y que querían que nos moviéramos.

Ni madres, yo no me iba a mover.
Lamentablemente, mis amigas no pensaban lo mismo, porque todas se apartaron del camino, dejándome solo.

Como el grupo que se dirigía hacia mí era bastante grande, yo me asusté un poco; pero de todos modos no me iba a mover.
Extrañamente, el susto hizo que yo pensara que necesitaba estar haciendo algo que ameritara el no moverme, porque me pareció tonto simplemente estar parado ahí, sin hacer nada.

Paniqueado por la masa que venía acercándose, no se me ocurrió nada inteligente; así que dejé que mi cuerpo decidiera por sí solo.

Me puse a bailar ska.
No me pregunten por qué, simplemente lo hice.

Dicen mis amigas que la escena era bastante patética: un montón de gente ruidosa, gritando cosas y exhortándonos a todos a que apagáramos nuestras luces; y justo a la mitad de todo, había un tipo bailando sin música, moviéndose como desquiciado al ritmo de una melodía que sólo él podía escuchar.

"Seguro me veía sexy", les dije.

Cuando pensé que el suplicio había terminado, el destino volvió a caripapearme.

Como a la media hora del incidente del ska, la manifestación regresaba.

"¡Anda, haz tu gracia otra vez!", me dijeron mis amigas; pero mi dignidad me lo impidió.
"No, no soy su bufón, váyanse al diablo", les respondí, mientras me alejaba de la escena.

Segundos después, una tipa se me acercó para darme un panfleto que decía que el calentamiento global era una amenaza para todos, y que debía de apagar mis luces durante una hora como protesta ante la situación.

"Esto es una estupidez, ¿contra quién protestamos?, ¿contra la luz eléctrica?", dije.
Mis amigas me explicaron que protestábamos contra el gobierno, para que alguien hiciera algo al respecto y nos salvara la vida a todos.

"Me sigue pareciendo una estupidez. La electricidad no se puede almacenar, esto no va a servir de nada. Es más, me parece tan estúpido que voy a protestar contra la protesta; a las 8 30 voy a prender todas mis luces y a dejar abierta la puerta del refri."

"¿Y eso no te parece igual de estúpido e inútil?", me preguntó una amiga.

"No. Inútil tú. Es más, por cada luz que apagues, yo voy a prender tres"

Odio las protestas inútiles. Odio a la gente ruidosa. Odio despertarme temprano en sábado.

Amo las largas caminatas en la playa al atardecer, los días lluviosos con la persona que amas, el desayuno en la cama, y los chichés ridículos.

miércoles, 25 de marzo de 2009

Inmortalidad

En una plática irrelevante con una amiga, el tema de la inmortalidad salió a colación.

Básicamente, mi amiga insistía en que ser inmortal debe de ser la cosa más cool de todo el universo.

"No entiendo, ¿a qué clase de inmortalidad te refieres?, ¿vampiros?, ¿Dr Manhattan?, ¿Highlander?, ¿cangrejos?", le pregunté.

"Los cangrejos no son inmortales, tarado", me contestó, pasando por alto la brillantez de mi respuesta.
Juro que a veces ser tan listo es una desventaja.

En fin, después de un buen rato de plática, entendí su punto:
Simplemente no se quería morir nunca, por ningún motivo, quería ser inmune a todas las enfermedades y males que afectan a los humanos; pero al mismo tiempo, quería convivir con ellos como uno más; creando relaciones sentimentales y todo ese desmadre.

- Ah va, entonces quieres ser exactamente igual que los humanos, nada más que inmortal.
- Exacto.
- Estás pendeja.
- ¿Por qué?, ¿por qué estoy pendeja?
- Porque así naciste, no es tu culpa. En realidad tal vez sea culpa de tu mamá. Tal vez se metía cosas cuando estaba embarazada.
- No seas imbécil, yo me refiero a lo de la inmortalidad.

Y ahí fue cuando le expliqué mi punto, y ahora se los voy a explicar a ustedes:

Ser inmoral debe de ser lo peor que existe en el mundo.

Por ejemplo, vean a la mayoría de los ancianos. Casi todos se ven cansados, enojados, y huelen raro.
He conocido a varios que hasta esperan ansiosos el día de dejar este mundo y pasar a... lo que sea que haya después de este mundo.

Ustedes podrían argumentar que están cansados y enojados porque su cuerpo ya no es el mismo que era antes, que tantos años los han vuelto todos achacosos, y que por eso ya no les emociona la vida, porque ya no pueden hacer todas las cosas que hacían cuando eran jóvenes.
También podrían argumentar que la inmortalidad las otorga la habilidad de nunca envejecer, y que por eso no habría ningún problema.

Pues ustedes estarían mal si argumentaran todo eso.
Cierto, tal vez no tener el mismo cuerpo y el mismo aguante que en sus buenos tiempos no ayude al buen humor; pero piensen, ¿qué es más doloroso, perder la habilidad de saltar la cuerda, o ver como todos sus seres queridos se han ido muriendo poco a poco, dejándolos sólos en un mundo que ya no es en el que ustedes crecieron?
Yo creo que la mayoría de los viejitos esperan el día final para poder irse a donde se fueron todas las personas que conocieron y que quisieron en esta vida. Amigos, amantes, familia, conocidos, Abo, etcétera.

Si ustedes fueran inmortales, verían como todos sus seres queridos se van, y ustedes se quedarían aquí.

"Bueno, pero irías teniendo nuevos seres queridos con el tiempo", podrían decir ustedes, al igual que mi amiga.
Sí. Hasta cierto punto.

Verán; el cerebro es algo muy curioso.

¿Recuerdan cómo cuando eran niños pequeños, el tiempo tardaba más en pasar?
Las horas parecían eternas, los días aún más, los meses ni se diga, etcétera etcétera.
Y ahora, el tiempo pasa más rápido.

Hay varios estudios de universidades muy prestigiadas, que dicen que con la edad, el cerebro humano percibe el tiempo en forma distinta; y mientras más años llevemos en el mundo, más rápido pasa todo.
Imagínense si ustedes fueran inmortales.

Tal vez al principio podrían superar la muerte de sus antiguos seres queridos con la ayuda de sus nuevos seres queridos, pero mientras más tiempo pasaran en la tierra, menos interés tendrían en tener personas cercanas.
Eventualmente llegarían a percibir el tiempo como algo tan fugaz e inútil, que ni siquiera se molestarían en crear nuevas relaciones, porque todos llegarían y se irían en un parpadeo.

- ¿Todavía quieres ser inmortal?", le pregunté a mi amiga.
- Sí, no importa, yo sería un ser superior, no me importaría estar sola, porque vería a la humanidad en una luz diferente. A fin de cuentas soy inmortal."
- Como los cangrejos.
- ¿Huh?

Ignoré el hecho de que mi comentario cangrejezco pasó de largo por segunda vez, y continué rompiendo su sueño.

Ok, chido, de alguna forma ustedes consiguieron ir más allá de las relaciones humanas; felicidades, son igual de asociales que un hermitaño montañés.
De todos modos, están jodidos. Eventualmente.

Imaginemos que viven en una cueva, simplemente observando a la humanidad desde su estado superior.
En pocos años, el mundo se va a acabar; y entonces ustedes se quedarán total y absolutamente solos.
Tal vez se acabe en el 2012, tal vez en el 2132, tal vez en el 4560, no importa; eventualmente, la vida en la tierra se acabará.

- Bueno, entonces esperaré a que aparezca nueva vida en el planeta. Al fin que el tiempo pasará más rápido para mí, esa es una de las ventajas de ser inmortal.
- Eso piensan los cangrejos, sí.
- ¿De qué diablos estás hablando?

Cero y van tres.
De todos modos, proseguí.

Chido, imaginemos por un momento que ustedes son pacientes, y deciden esperar cientos de miles de años a que una forma de vida microscópica vuelva a aparecer sobre la Tierra, y otros cientos de miles de años para ver como evoluciona en algo "inteligente". Caray, hasta pueden sentirse como Dioses, observando el proceso de la vida.
En otros cuantos cientos de miles de años, el mundo se acabará otra vez, y el proceso se repetirá.

Bueno, pues en aproximadamente unos 5 billones de años, el Sol explotará (es un hecho científico) y el sistema solar será reducido a polvo.
Ya no tendrán ningún planeta qué habitar, ya no podrán ver el ciclo de la vida, ya nada.
Simplemente estarán flotando en el espacio.

- Ah, pues entonces viajaré a algún otro planeta con vida.
- Dijiste que eras inmortal, no que tenías supervelocidad. Te tardarás otros cuantos billones de años en llegar a un planeta habitado.
- No importa, no tengo prisa.
- ¿Y no te da hueva viajar en el espacio tantísimo tiempo?
- No.

Mi amiga mentía, yo sabía que le daba muchísima hueva. A todos nos daría.
De todos modos me di cuenta de que ya sólo estaba tratando de ignorar todos mis argumentos, porque se negaba a aceptar que estaba equivocada acerca de la inmortalidad.

Como el postre acababa de llegar, proseguí exponiendo mis argumentos.

- Bueno, va, imaginemos que logras encontrar otro planeta con vida. Eventualmente ese planeta también desaparecerá, y tendrás que seguir repitiendo el proceso.
- Sí, está bien.

Pues no está bien, porque hay otros estudios científicos que prueban que el universo tiene la tendencia a volverse uniforme.
Se calcula que en 40 trillones de años, ya no existirá nada en el universo. Simplemente será un espacio infinito lleno de átomos con cargas eléctricas.
Absolutamente nada será mayor que un átomo. No existirá ningún tipo de vida.
Nada.

- Felicidades tarada, te acabas de quedar total y absolutamente sola, vagando en el espacio por el resto de los tiempos. Sólo que para ti no hay tiempo, así que estarás sola para siempre.
- ¿En serio?, ¿no habrá nada de nada?
- Bueno... tal vez haya cangrejos.
- ¿Eso qué significa?
- Significa que acabo de matar tu último argumento, y significa que tú invitas el café.

Y por eso, lectores imaginarios, es que la única parte buena de la inmortalidad, son las bebidas cafeinadas gratuitas.

lunes, 23 de marzo de 2009

Niños pequeños

El otro día, los azares de la vida hicieron que me encontrara a mí mismo tirado a la mitad de un prado cubierto por pseudo-pasto, dopado con más de 6 caféces, con los ojos tapados por una bufanda, y reposando mi cabeza cómodamente en algo muy suavecito.

No puedo decir que haya estado ni dormido ni despierto, pero el caso es que estaba.

En ese soporífero estado, recuerdo que estaba platicando con mis amigas de diversos y variados tópicos: los problemas amorosos de las relaciones incestuosas, las acampadas en Veracruz, los motociclistas irresponsables, programas de edición de video, las sensuales pseudo-rockers, las bondades de la medicina homeopática, etcétera etcétera.

Entre tanta estupidez, salió a colación la relación de "amistad" que tienen 2 amigos.

¿Recuerdan ustedes cómo cuando iban en kinder o en primaria, había el típico niño que molestaba a una niña para llamar su atención?
¿Recuerdan cómo la niña se ponía junto al niño y hacía comentarios sin sentido (y a veces bastante agresivos) para también obtener la atención del otro?
¿Recuerdan cómo era OBVIO que se gustaban?

Esa es exactamente la relación que tienen mis 2 amigos.
Boy likes girl, girl likes boy, boy annoys girl, girl wants to fuck boy but is too shy to tell him.

Bueno, pues estos 2 individuos llevan así más de año y medio.
Todo el mundo sabe que se gustan, menos ellos. Ellos se la pasan negándolo.

Es... bastante adorable en realidad.
Adorable y patético.

Pero bueno, curiosamente, mientras estábamos hablando de todas las pendejadas que se nos ocurrían, el tema salió a colación; y como mi amigo no estaba en los alrededores, yo aproveché la oportunidad para interrogar a mi amiga acerca de todo el asunto.
Después de media hora de preguntas incómodas y muy directas, logré que la mujer admitiera que se quiere dar a mi amigo.
Y logré que aceptara que si mi amigo llegara, y sin rodeos le dijera: "Oye, me gustas, ¿qué pedo?", ella se derretiría ahí mismo.
Se derretiría en una alberca de hormonas y líbido mal reprimida.

Ustedes, queridos lectores imaginarios, no tienen ni la más remota idea del trabajo que me costó conseguir que mi amiga admitiera que siente cosquillas en sus partes secretas cada vez que mi amigo se le acerca.

¿Por qué les cuento todo esto?
Porque mi amigo lee este überlog, y quería aprovechar la oportunidad para decirle algo:

Una vez más, te conseguí un free pass.
Si no haces algo al respecto antes de que acabe el semestre, dedicaré el resto de mi vida a escupir en todas tus posesiones materiales.
Escupiré en ellas, en todas y cada una.
Escupiré en ellas cada vez que se presente una oportunidad; y si la oportunidad no se presenta, guardaré el escupitajo, y después saldrá con más fuerza y consistencia que nunca.
Y antes de morir, me aseguraré de escupir en tu tumba, como un último tributo a tu mariconería.

En fin.
El tema de hoy iba a ser lo ridículo que es el "córtalas" que hacen los niños pequeños cuando se pelean, pero por alguna razón debrayé.

¿Qué ridículos son los niños chiquitos, no?

sábado, 21 de marzo de 2009

Mi viernes, sintetizado en una sola frase

Creo que soy un merengue.

jueves, 19 de marzo de 2009

Palabras sabias

Prepárense lectores imaginarios: una vez más están a punto de leer una historia estúpida de mi vida cotidiana.

Y ésta dice así:

El día de hoy yo me encontraba sentado en el jardincito de mi escuela, perdiéndo el tiempo en forma bíblica, platicando acerca de cosas tan importantes como la forma en que el color de pelo afecta la sensualidad de las mujeres pseudo-rockers, y de como los pantalones morados hacen que las mujeres pseudo-rockers se vean mejor, y también acerca de como odio a todas las personas que usan Palestinas (que en realidad se llaman Keffiyehs), a menos que sean mujeres pseudo-rockers, porque entonces puedo perdonarlas; y por último, platicaba de cómo con zapatos de tacón, las nenas pseudo-rockers se ven mejor.
En caso de que ustedes no se hayan dado cuenta, había una niña pseudo-rocker que me estaba distrayendo mucho.

En fin.
Después de un buen rato de estar sentado, aburriendo a mis amigas con mis debrayes de niño de primaria enamorado; llegó uno de mis mejores amigos a sentarse junto a nosotros.

Traía chilaquiles.

"Oh mai god", le dije emocionado, "¿dónde conseguiste eso?"
Mi amigo se me quedó viendo extrañado y me dijo: "En... ¿la cafetería? ya has comprado chilaquiles ahí, ¿recuerdas?".
"True... true..." fue mi respuesta.

En fin, después de hablar con él un rato acerca de cómo las mujeres pseudo-rockers eran la solución a todos los problemas del mundo; decidí que tenía hambre y quería desayunar; así que le pedí a una de mis amigas que me acompañara a la cafetería a comprar algo.

Fuimos, y ordené unos deliciosos chilaquiles.
Déjenme en paz, no soy muy original.

Mientras esperábamos a que los prepararan, yo me puse a platicar con mi amiga acerca de cómo si apareciera un genio y me concediera tres deseos, le pediría una mujer pseudo-rocker, y después donaría mis otros 2 deseos al Teletón, porque ya tendría todo lo que quiero en el mundo.

"A ver Don Juan, aquí viene tu primer deseo", me dijo mi amiga, y con la cabeza me indicó que volteara.
En efecto, la pseudo-rocker se dirigía directo hacia nosotros.

Mi amiga tenía su cabeza recargada en mi hombro (porque tenía mucho sueño), así que rápidamente la empujé y le dije "Hazte para allá, no quiero que piense que tú y yo estamos juntos; Matas mi mojo."
Evidentemente, se ofendió de que la aventara tan feo, así que me volteó a ver muy feo.
"Más allá, sigues muy cerca", le contesté.

Para fortuna mía, todas mis amigas están acostumbradas a que yo sea un patán, así que no se enojó.

La pseudo-rocker llegó a la cafetería y pidió una botella de agua.
Yo me empecé a poner muy nervioso, porque a fin de cuentas, soy un teto que no sabe qué hacer cuando está cerca de mujeres lindas.

Arruinando lo que pudo haber sido un momento mágico, la señora de la cafetería me dijo que mis chilaquiles ya estaban listos; así que yo me tenía que ir de ahí.
Los recogí, y me dispuse a dar la media vuelta para irme, pero por tratar de actuar cool y despreocupado, me acabé estrellando contra una tipa que estaba cerca.

Por ironías del destino, le tiré su "vitamin water" encima. Eso le pasa por comprar bebidas maricas.

La tipa me conocía, así que no hizo mucho drama; nada más me dijo:
"¡No mames Dexter, eres la persona más torpe que conozco!"
La pseudo-rocker estaba viendo todo el desmadre, así que yo no supe qué decir.

"Mínimo pídeme perdon por tirarme mi agua encima, ¿no?", me dijo la tipa.

¡Excelente, ésta era mi oportunidad para decir algo que me hiciera sonar despreocupado y chido!
Mi mente se esforzó por encontrar las palabras perfectas, y las que salieron de mi boca fueron éstas:

Yo no pido disculpas. Pérdon, pero así soy yo.

No pasaron ni dos segundos antes de que me diera cuenta de la pendejada que acababa de decir. Guardé silencio unos momentos, ante la mirada confundida de la tipa del agua, y le dije: "Sí, piensa en eso"

Voltée a ver la pseudo-rocker, y vi que se estaba riendo. Seguramente se estaba riendo conmigo, porque ella sería incapaz de reírse de mí.
Sonriéndole tímidamente, agarre mis chilaquiles y me desaparecí de la escena.

Mientras mi amiga y yo caminábamos de regreso hacia donde estaban los demás, yo le dije:
"¿Podrías olvidar lo que acaba de pasar y no comentárselo nunca a nadie?"

"Lo dudo, estuvo muy cagado", fue su respuesta.

miércoles, 18 de marzo de 2009

Una oferta irrechazable

Como todos en mi familia sabemos, mi hermana tiene unos sueños bastante bizarros: llenos de demonios, monstruos, lugares abandonados, desesperación, niños derritiéndose, sufrimiento, destrucción, copos de nieve, panquecitos y demás cosas agradables.

Varias veces me ha tocado conversar sobremesas que giran alrededor de esos sueños y sus posibles significados; y por lo que sé, mi querida carnalita heredó de mi señor padre (el italiano) todos esos sueños tan pacíficos y lindos.

Hace unos cuantos días, mi hermana soñó algo que, sin dejar de estar ad hoc con sus temas recurrentes, sí fue un poco diferente:

Soñó con el diablo.
EL diablo.
Lucifer, Mephisto, Luzbel, Satanás, El señor del fuego y el sufrimiento, Benedicto XVI.

Soñó que el mismísimo diablo se le aparecía, y le decía que quería su alma. Mi hermana, sin dejarse asustar por el aspecto tan horrible del demonio (porque los Petrelli somos gallardos y valientes), le decía que no iba a negociar con él si se veía así de mal.
El diablo se sorprendía y le decía que si quería, le enseñaba cómo se veía en verdad; y entonces se transformaba en un chico sumamente apuesto (palabras de mi carnala, no mías).

Habiéndose ganado la atención y confianza de mi hermana, el líder vitalicio del inframundo le decía que quería su alma.
Cuando ella le preguntó que qué ofrecía a cambio, él le dijo que le prometía una cosa: pasaría el resto de la eternidad muy feliz; junto a él, viéndose como se veía en ese momento.
Mi hermana accedió.

Hizo bien, la neta iba a terminar en el infierno de todos modos, y ahora mínimo se aseguraba una estadía agradable.

En fin, el caso es que mi hermana despertó, preocupada porque no sabía si aún era dueña de su alma o no.

Después de que contara la historia en una comida familiar, y todos pasaran un buen rato discutiendo sobre las repercusiones religiosas/físicas/metafísicas/abo de este sueño; yo llegué a dos conclusiones:

Número uno:
Mi hermana no es el diablo.
Curioso, porque yo siempre había pensado lo contrario.

Número dos:
Yo estaría más que dispuesto a venderle mi alma al diablo, si me hiciera una buena oferta.

Es más, yo ni siquiera pido algo tan chido como lo que le dio a mi hermana, yo no quiero una eternidad de felicidad; yo simplemente quiero una vida feliz.

Quiero una vida tranquila.
Quiero poder seguir mis sueños sin miedo a lo que pase.
Quiero felicidad para mis seres queridos... no son tantos, no debe de ser tan difícil.
Quiero poder dominar la nostalgia.
Quiero dejar el pasado atrás y olvidarme de la espuma de mar que cerró sus ojos para siempre.
Quiero poder hablar con las personas que se fueron, aunque sea una vez más.
Quiero despertar y sentirme igual que antes.
Quiero poder regresar en el tiempo unos cuantos años, aunque sea por sólo un día.
Quiero estar tan seguro de mi vida como cuando era niño.
Quiero poder querer a la gente que me quiere.
Quiero dejar de ser tan emo.

Entonces, diablo, ¿qué dices?
Ya te llevaste el alma de la mitad de los hermanos Petrelli, ¿no quieres completar el paquete?

Se vende un alma seminueva, modelo 86. Solamente un dueño previo.
La pintura está en perfectas condiciones.

Se aceptan cheques y carnevales.

domingo, 15 de marzo de 2009

El Bar Punk

Creo que pocas veces había estado en un lugar tan interesante como donde estuve ayer en la noche.

Verán, mi primo (el pseudo-punk) me había invitado a un bar "alternativo" el viernes, pero yo tenía unos cuantos compromisos, así que no pude ir; de todos modos quedamos de ir al otro día.

El plan del sábado era ir a ver Watchmen con unos amigos, y de ahí ir al bar punk con mi primo.
Por razones que salieron de mi control, se me hizo muy tarde para ir al cine, así que mejor ya nada más fui a tomar un café a la Condesa, y de ahí ya jalamos para el bar, que estaba bastante cerca.

Después de perdernos a la mitad de la Roma, por fin dimos con el bar.
Yo voltée a ver a un amigo y le dije: "Carajo... me siento demasiado fresa para ese lugar... y llevaba años sin decir eso, normalmente es al revés..."

Y es que, el lugar estaba lleno de gente de lo más bizarra.
Ver mohawks de más de medio metro de altura era de lo más normal, había hombres con camisas de red, mujeres rapadas pero con patillas larguísimas, cabellos de todos los colores del arcoiris, más tatuajes y perforaciones de las que he visto en mi vida (y eso que yo tenía 8 aretes).
Caray, estuvo... interesante.

Pero en fin; entramos al lugar, pedimos unas chelas (mega cagüamotas, cuya inmensidad jamás había visto antes) y nos sentamos a platicar un rato.
En medio de temas sin relevancia, alguien entró al saloncito donde estábamos nosotros.
Era un grupo de personas sumamente tatuadas (muchos tenían toda la cara llena de tinta), y entre ellos, destacaba un sujeto en particular: un tipo de más de dos metros de altura, sumamente gordo (pero de esos gordos que se ven mucho muy fuertes), completamente rapado, y con una gran barba negra que le llegaba hasta la mitad del pecho.
Neta daba mucho miedo, porque además, tenía mirada de matón.

Me le quedé viendo fijamente, y después voltée a ver a un amigo y le dije:
5 varos si te acercas y le dices "se ve que eres tierno en la cama".

Evidentemente no se atrevió, y me retó a mí a decírselo, y yo ya iba a ir (porque soy incapaz de rechazar un reto, por más estúpido que sea) cuando todos decidieron detenerme antes de que se armara un desmadre en el cual, obviamente, íbamos a salir perdiendo nosotros.

Seguimos platicando un rato más, y después subimos al tercer piso del bar (porque está en una casa vieja de la Roma), donde se encontraba la "zona de baile".
Era como estar en una convención de ropa de cuero.

Yo entré al baño, porque las cervezas ya estaban haciendo efecto diurético; y cuando salí, me topé con algo sumamente cool:
El abuelo Munster.

Bueno, no, digo, no era EL abuelo Munster, pero sí era un tipo todo viejo, maquillado de blanco, vestido como vampiro, y con larga cabellera bicolor: rubio platinado con negro azabache.

En cuanto les señalé a mis amigos el parecido del tipo ridículo con la serie televisiva cincuentera, todos me dieron la razón.
Fue entonces cuando decidí que TENÍA que tomarme una foto con el Munster.
Lamentablemente, ya no estaba a la vista.

Pasé la siguiente media hora recorriendo todo el bar en busca del personaje cagado, pero no tuve suerte.
Es más, hasta entré a la zona de baile y la recorrí toda. No fue buena idea.
Mientras daba la vuelta por el lugar, una tipa punk me agarró la nalga y me susurró algo al oído.
Me susurró algo tan obsceno que me sonrojé.

Nunca sé que decir cuando una chica más ruda que yo me coquetea.
Simplemente balbucée lo primero que me vino a la mente y salí de ahí.
No sé por qué me dió tanto miedo, si honestamente, la mujer estaba bastante bastante linda (dentro de su estilo), pero se veía tan ruda que no supe que hacer.

Durante el transcurso de la noche, la misma chica punk me agarraría la nalga un par de veces más.
Pero debrayo.

Después del incidente de la zona de baile, me llegó un mensaje al celular: mi primo estaba afuera, fumando, y me dijo que el Munster también.
Salí disparado, y me dispuse a pedirle una foto al tipo ridículo, pero de nuevo, mis amigos me detuvieron; me dijeron que el tipo estaba en su ambiente, y que no era buen pedo que llegara alguien ajeno a todo y le dijera que quería una foto con él; que no era show, y que lo iba a sentir como burla.
Les dije que me valía madres, pero de todos modos no me dejaron. Lo único que pude hacer fue tomarle una foto con mucha discreción.

Todavía pasaron muchas más cosas freaky, pero honestamente, el post ya es más largo de lo que yo pensaba, así que resumiré el resto de la historia en una frase:

Invasión de langostas.

martes, 10 de marzo de 2009

El poder de Morfeo

El otro día, llegué a mi casa, y descubrí que no tenía absolutamente nada que hacer.

Normalmente cuando esto pasa, aprovecho el tiempo libre para dormirme un buen rato, y así poder recuperar mis superpoderes (sí, Superman se alimenta de los rayos solares, yo me alimento de las buenas siestas); pero ese día no tenía muchas ganas de dormir, así que en vez de eso, fui a visitar a mis primos, que convenientemente, son mis vecinos.

Lo chido de pasar el rato con ellos, es que nunca me aburro, porque son bastante cool, y me tienen mucha paciencia (además, su refri siempre está lleno).
Y a riesgo de sonar teto, tengo que decir que lo mejor de todo es Mario Kart 64.

En fin; llegué a casa de mis primos/vecinos, y no había nadie, así que tomé algo del refri, y me dispuse a ver tele hasta que llegara alguien con quién perder el tiempo.

Como de costumbre, no había NADA bueno en el estúpido aparato televisivo.
Decidido a no dejarme vencer por la programación de escasa calidad, me puse a pasar por todos los canales hasta encontrar algo que llamara mi atención, aunque fuera remotamente.

Como a los cuarenta cambios, por fin encontré algo: Dr. T y las mujeres.
"¡Éxito!", le grité a nadie en particular.

20 minutos después, llegó mi primo, y me encontró viendo fijamente al televisor.

"¿Qué haces en mi casa?", me reclamó.
"Robo tu comida y aprovecho tu programación por cable", contesté, sin inmutarme.

Mi primo se sentó junto a mí, y después de como 10 minutos, me dijo que la película estaba chafísima.

"Pero... pero... ¡Dr T. y las mujeres!", le dije, mientras ponía ojos de Bambi.

Se me quedó viendo fijamente, y después de un par de segundos me dijo:
"A ver imbécil, tú crees que estás viendo a Mr. T, ¿verdad? ¿Sí sabes que Dr y Mr son cosas completamente diferentes?"

Dándome cuenta de que tenía razón, y de que yo era un completo estúpido, nada más le contesté: "Carajo... estúpidos extranjeros".
Yo sé, no tuvo sentido, pero siempre termino echándole la culpa de todo a los extranjeros.

En fin, seguimos viendo tele un rato, y yo empecé a quedarme profundamente dormido.
Cerré los ojos unos segundos, y después los volví a abrir.

No sé qué pasó, pero en esos pocos segundos, mi otro primo había llegado, mis tíos estaban recogiendo vidrios rotos del piso, y había una escoba tirada frente a mí.

Me levanté del sillón y pregunté qué había pasado.
"¡No mames! ¡Tienes el sueño más pesado que he visto en mi vida!", me dijo mi primo.

Después de un par de explicaciones, me di cuenta de que me había quedado dormido por más de "unos pocos segundos"; en realidad fueron "unas pocas horas".
Y mientras estaba bajo el poder de Morfeo, muchas cosas habían pasado:

- Un pájaro entró por la ventana, y se puso a pasear por la casa. Mi primo había gritado como niña, y después de varios minutos, decidió sacarlo. Lo estuvo persiguiendo con una escoba por toda la casa.
El fucking pájaro en vez de asustarse, lo tomó como juego, y cada vez se escondía en lugares más difíciles de alcanzar.

- Mis tíos llegaron y se fueron como 4 veces, porque cada vez que se iban se daban cuenta de que se les había olvidado algo, así que regresaban, corrían por la casa (hablando a gritos, porque toda mi familia habla a gritos) y después se volvían a ir.

- Mi otro primo había roto 3 vasos, porque es torpe y siempre tira todo lo que toca. En especial si es de vidrio.

- El pájaro se había ido a posar a 30 centímetros de donde yo estaba dormido, y mi primo lo atacó con la escoba. Por cierto, el pájaro ganó.

- Unos telemarketers habían marcado cerca de 10 veces para tratar de cobrarle algo a la señorita Úrsula Guzmán. Nunca se dieron cuenta de que era número equivocado.

En fin, todo el infierno se desató mientras yo dormía pacíficamente. Nada me pudo despertar. Bien por mí.

Después de escuchar todas las aventuras, yo parpadée confundido, y le pregunté a mi primo:
"¿Y el Dr. T sí acabó con las mujeres?"

Frustrado por mi falta de interés, me contestó: "¿por qué nunca te vas a tu casa?"
"Pues porque en mi casa nunca hay nada de comer", fue mi respuesta final.

Amén por la comida gratis.

domingo, 8 de marzo de 2009

El graduado

Queridos lectores imaginarios, estoy brutalmente asustado.
Una treintañera me trató de ligar ayer.

Siempre pensé que cuando me pasara algo así, me iba a sentir súper playboy y sexy; pero no, resulta que simplemente me sentí aterrado.

Verán, ayer fui a ver a la banda de un amigo (osea, fui a un pseudo-concierto); y cuando terminaron, me invitaron a la after-party.

Pues bien, llegamos, y todos comenzaron a beber. Todos menos yo, porque yo no bebo (sí, es neta); así es que mientras todos estaban con sus Torres, y sus Smirnoffs, y sus Jacks; yo estaba con mi inocente Red Bull.

En una de esas, todos empezaron a hablar de su escuela, porque todos habían estudiado primaria juntos; y llega una treintañera (la dueña de la casa, creo) y dice que ella también estudió ahí, pero varias generaciones arriba.

Empezaron a hablar de maestros y directores y cosas así; y yo nada más bebía mi delicioso Red Bull y los miraba a todos en silencio.
En eso, la treintañera empezó a decir que no recordaba haber visto a ninguno de los presentes en la escuela. Después me volteó a ver a mí y dijo:
"Pero tú sí me pareces conocido"

"Ah, pues qué cagado, porque yo soy el único que no fui en esa escuela", contesté. La tipa se puso roja y me dijo que tal vez me había visto en algún otro lado.
"Chance, digo, siempre soy el alma de las fiestas", le respondí.

Después la conversación me aburrió, así que me fui de ahí.

En el otro extremo de la casa, había varias personas discutiendo, así que fui de metiche.

"No, yo creo que sin Messi, el equipo se cae", dijo un tipo barbón.
Perfecto, conversaciones de futbol; pensé.

Si hay algo en este mundo que me cague más que la gente gorda, son las conversaciones de futbol.
Pero, sin nada mejor que hacer, me quedé escuchando.

Después de como 10 minutos de no decir nada (porque no sé NADA de futbol), me llegó una epifanía:
"¡Momento! ¡Claro que tengo cosas que decir! ¡Pendejadas! ¡Puedo decir pendejadas!"

Con mi nueva decisión tomada, puse atención a lo que la gente decía.
"Yo creo que Zidane es el mejor jugador de los últimos 10 años", dijo el mismo barbón.

"Ah, ¿pero qué tal si lo comparas con Pelé?", intervine.
La gente me miró raro.

"Digo, si Pelé siguiera jugando...", aclaré.
Más miradas extrañadas.

"Y si en vez de jugar pelearan con guantes de Box. Yo creo que Pelé ganaría entonces."
Parecía que estaban a punto de golpearme, así que me fui de ahí.
Si no entienden mis bromas, fuck them.

Regresé a donde estaba antes, y la treintañera me abordó de nuevo.
En un discurso evidentemente ebrio, me dijo que era divorciada, y que se había divorciado porque no sabía amar; pero que ya había aprendido, y que ahora quería ayudar a que la gente supiera amar.

"'¿Me...da... mucho gusto?", dije asustado.
"Sí, creo que yo podría enseñarte mucho de amor" me contestó.

Me la quedé viendo, profundamente asustado, y después de diez segundos le dije:
"No... no gracias, creo que prefiero aprender a amar por allá" y me alejé rápidamente.

Pasé el resto de la fiesta escondiéndome de ella.

Siendo sincero, prefiero recurrir a amarme yo solito.

lunes, 2 de marzo de 2009

He tomado otra decisión

Groupies, regocíjense.

Estoy a punto de dar el paso de dorkstar a rockstar.

Yo sé, en este momento ustedes deben de estarse preguntando:
"Pero Ninja, ¿cómo es posible que seas aún MÁS rockstar de lo que ya eres? Tu ortografía es perfecta, tienes unos desgarradores ojos verdes, la gente te sigue a pesar de que todo el tiempo los insultas y te burlas de ellos, tocas Rock Band mejor que el mismísimo Jesús Cristo, tienes un club de fans lleno de chicas lindas y sensuales... caray, ¿se puede ser más rockstar?"

Pues sí, sí se puede.
Se puede y se debe.

Verán, el otro día estaba meditando, sentado pacíficamente debajo de un árbol con florecillas moradas; y descubrí que algo le faltaba a mi hermosa persona:
Saber tocar batería.

Decidí que iba a ser batería y no algún otro instrumento, porque honestamente, me gusta golpar cosas y hacer ruido. Lo encuentro relajante.

Así que, me dí a la tarea de buscar clases de batería, y ya encontré unas.

Bajo la tutela de una lesbiana sexy, voy a ser el nuevo Keith Moon en menos de lo que canta un gallo.

Además, esto me servirá para probarle algo a todos los no-creyentes:
Saber tocar batería de Rock Band ayuda a aprender a tocar batería real.

Está bien, no me crean si no quieren, pero pronto llegará el día en el que suba mis videos batacos a youtube, y ustedes quedarán con la boca abierta.
Una vez que superen el shock de ver a alguien tan sensual como yo, podrán observar que también toco batería.

Yo sé, en este momento me llaman loco, pero ya verán. Ya verán...

Les digo que la tierra gira alrededor del Sol...