miércoles, 12 de febrero de 2014

De momentos felices

Hace un par de días estaba con una amiga, tirados en el pasto mientras decidíamos qué íbamos a hacer para no aburrirnos el resto del día. Como ninguno de los dos tenía ganas de pararse y hacer algo útil, simplemente nos quedamos ahí, platicando.

"¿En qué piensas?", me dijo.
"I dunno... stuff, I guess..."

Mi amiga se sentó, descubrió el lente de su cámara y se puso a tomarle fotos al pasto. Me la quedé viendo unos segundos y después me distraje.

"¿Eres feliz?", le pregunté.

Ella guardó silencio por unos segundos, en lo que jugaba con el enfoque de la foto que iba a tomar.
"No lo sé, ¿supongo?", contestó por fin.

Guardé silencio, pensando en una conversación que había tenido la noche anterior con un fantasma de mi pasado; desos que se niegan a quedarse en el pasado.

"¿Crees que alguien sea realmente feliz?", me preguntó mi amiga, entre los clics de su obturador.
"Sí. Brevemente, al menos."
"O sea... ¿cómo?", dijo mientras se levantaba de un brinco y caminaba unos pasos para tomarle fotos a una botella que moría junto a un bote de basura.

Me quedé callado para ordenar mis pensamientos, y después solté un suspiro para demostrar que seguía en la conversación, pero todavía no encontraba las palabras adecuadas.
Y es que la felicidad es algo bien complejo, y a pesar de que todos "sabemos" lo que es, muy pocas personas son capaces de poder expresarla en palabras; y menos todavía de experimentarla realmente.

"¿Qué te hace feliz?", dije finalmente.
"No sé... esto."
"¿Esto?"
"Ajá... tomar fotos. Ser libre, estar contigo, no tener prisa", me contestó, escondida detrás de un lente, como cada vez que hablaba de algo serio.

Dejé de verla a ella para voltear a ver el cielo. Una nube triste se movía lentamente entre una inmensidad azul grisácea.

"¿Pero eres -realmente- feliz?", le pregunté, en parte porque quería saber, y en parte porque me parecía divertido desesperarla con tantas preguntas.
"Sí. O no. O no sé, ¿a qué te refieres?"

Volví a pensar en lo que había hablado con mi fantasma y después me senté, estirando los brazos como saliendo de un bostezo muy largo.

"Al momento más feliz de tu vida"

Mi amiga bajó su cámara y se me quedó viendo unos segundos, obligándome a volver a hablar.

"A ese segundo en el que el mundo se detiene y lo único que piensas es "Vaya... entonces esto es la felicidad"; ¿sabes?"

Ella inclinó un poco la cabeza y levantó las cejas.

"¿Alguna vez has tenido un momento así?"
"Sí, una vez, hace como 7 años, creo", dijo, después de unos segundos.
"Ajá..."

Volvió a levantar su cámara y se escondió detrás de ella.

"Estaba en el aeropuerto, esperando mi maleta. Un señor se paró junto a mí, cargando a su hijita en los hombros. El señor me volteó a ver y me sonrió; me preguntó si estaba de vacaciones, y le dije que sí; aunque la verdad es que yo más bien sentía como si estuviera regresando a mi casa...

Un par de clics más.

"... y de repente el mundo se detuvo, y me di cuenta que por primera vez en mi vida era total y completamente feliz"
"¿Y luego?"
"Y luego me llevaste por una dona del Oxxo del aeropuerto"

Mi amiga se alejó otros cuantos pasos para tomarle fotos a alguna otra cosa, y yo me volví a acostar en el pasto.

"¿Y tú?", me dijo
"¿Y yo qué?"
"¿Tú has tenido uno de esos momentos?"

Una pluma blanca pasó cerca de mi cabeza.

"Tres"
"¿Tres?", preguntó.
"Sí, y ninguno acaba con una dona del Oxxo"

Ella bajó su cámara y me sacó la lengua.

"Aunque uno tiene que ver con una película de Will Smith, entonces creo que no puedo burlarme", dije mientras me levantaba y me sacudía la tierra.

La agarré del brazo y la jalé, alejándola del árbol al que le estaba tomando fotos.
"Por tu culpa se me antojó una dona, torpe"

Mi amiga sonrió y se quitó el pelo de la cara.

"Vamos, nunca sabes qué dona te va a hacer feliz", me dijo.